Javier Vázquez Delgado recomienda: Total, de Ugo Bienvenu

Edición original: Total (Editions Denoël, 13 de octubre del 2021)
Edición nacional/España: Total (Ponent Mon, 11 de abril del 2022)
Guion: Ugo Bienvenu
Dibujo: Ugo Bienvenu
Traducción: Fabián Rodríguez Piastri
Formato: Rústica. 356 páginas. 30€

Ciencia ficción y filosofía como es costumbre con este autor

«Tu placer no está en lo que tienes sino en la idea de lo que tendrás»

Volvemos a traer a nuestro amigo Bienvenu, y es que este artista parece haber venido para quedarse. Está claro que su marca personal, que une ciencia ficción y filosofía, es un reclamo bastante atractivo para los lectores, y pese a que con las dos anteriores entregas el recibimiento fue notorio, en esta ocasión su paso no se ha tenido tan en cuenta. ¿La razón? Descubrámosla, pero antes, recordemos su trayectoria.

Ugo Bienvenu nació el 10 de mayo de 1987. Después de estudiar una diplomatura en ilustración en la escuela Estienne, se unió a la sección de cine de animación de Gobelins. En 2010, tras su estancia en el Instituto de Artes de California en Los Ángeles, se dedicó a la animación experimental. Desde 2010, ha escrito y dirigido clips y cortometrajes, en solitario o acompañado por Kevin Manach, Benjamin Charbit o Félix de Givry entre otras personalidades. El mismo año, escribió un cómic en papel, Sukkwan Island, una adaptación de la novela homónima de David Vann. Participa en la producción de documentales como autor gráfico, storyboarder y director de animación. En 2016, dibuja para la prensa y desarrolla la miniserie Antman, nuevamente con Kevin Manach, la cual terminaría en 2017. En ese mismo año publicó un segundo álbum de cómics, Paiement Accepted, donde imagina la vida de un hijo de Donald Trump, exiliado en Francia tras una guerra civil en Estados Unidos.

Bienvenu Total

En 2018 creó la productora Remembers con Félix de Givry y la editorial Réalistes con Charles Ameline y Cedric Kpannou. En 2019 publica dos nuevos cómics, Premium +, que trata sobre el destino de un hombre, lleno de certezas, un financiero con una brillante carrera que termina por caer, y que comparte elementos con la obra que hoy traemos. Su otro cómic de 2019, Preferencias del sistema, recibe el Grand Prix de la critique, y forma parte de la selección oficial del Festival d’Angoulême 2020, consiguiendo una buena acogida entre el público. En 2020 lanzaría su quinto cómic B.0, como Dios, en la editorial Les Requins Marteaux, y al año siguiente, comenzaría a desarrollar su primer largometraje, Arco, para el estudio Remembers que fundó junto a Givry. Sin embargo también sería en 2021 cuando llegaría su último trabajo en el mundo del cómic, Total, que hoy presentamos de la mano de Ponent Mon. No parece que este artista tenga idea de detenerse, y es algo que a todos los amantes del cómic nos entusiasma.

El valor Total no es siempre la totalidad de la suma

La obra nos cuenta la historia de Kirt Dorell, un hombre entrado ya en años, y que se trata de una de las personas más ricas y poderosas del mundo. No obstante, como bien se explica varias veces en las conversaciones, nunca es suficiente, siempre hay que avanzar, ¿pero hacia dónde avanzar si ya se está en la cima? Una de dos, o uno se tira o se deja caer para volver a avanzar desde abajo, como ya hizo en una ocasión, o se inventan nuevos caminos.

Este es un trabajo que raya el ensayo filosófico. Esta es una de las razones por las que esta historia ha pasado más desapercibida, pues los textos de monólogo interno y de los diálogos son densos y en ocasiones impenetrables. En concreto cuando hablan de temas de economía, donde yo, sinceramente, no sé si se inventaban términos, o de verdad existían todas esas expresiones que usa. A este respecto hay que destacar la primera conversación con la que empieza el cómic y que tiene una longitud de 30 páginas. Es un diálogo con su psicólogo que para amantes de la filosofía y la psicología, es un caramelo, pero que cuya densidad hace casi de barrera natural para quienes buscan acción. Me recordó al truco que Umberto Eco usó con su Nombre de la rosa, cuya densidad inicial fue colocada al principio de la novela ex profeso para hacer una criba de lectores realmente interesados en ella.

¿Pero de qué trata la obra? Es una buena pregunta, y no está claro que os pueda responder de forma diáfana. Es una obra de reflexión acerca del precio, del éxito, y del avance sin final. El precio se compara constantemente con el sacrificio, pues es la única constante en todas las variables del precio, dado que las cosas cuestan lo que sacrificamos por ellas. El éxito se plantea como un elemento tan externo, de pura percepción, como algo interno, muy unido al precio que alguien está dispuesto a pagar por él, véase, lo que se está dispuesto a sacrificar. Mientras que el avance se trata como la roca de Sísifo, esa constante subida sin meta clara, ese arrastrar la roca a una cima a la que uno nunca parece llegar, pero que uno se hace consciente del lugar en que se encuentra cuando mira hacia abajo y ve la posición de los demás, arrastrando su propia roca. El avance se refleja en contraposición a los demás.

Es un trabajo bastante complejo y no tiene una lectura amena, aunque a mí me haya encantado; pero soy consciente de que no soy imparcial. Los elementos de ciencia ficción se introducen de forma pasmosamente verosímil y sin necesidad de explicación previa. Como el estilo y el tono es similar, se podría argumentar que el autor está creando su propio cosmos, un universo cuyas obras parecen compartir no sólo en la forma sino en el fondo. Y es por eso que quienes se han acercado previamente al autor podrán identificar algunos elementos comunes del universo, aunque para quienes sea su primer acercamiento, que no se alarmen, entender los elementos de ciencia ficción será el menor de sus problemas en esta obra.

En cuanto a la historia, ésta está partida en dos espacios claramente delimitados más o menos por el centro. Una inicial, en la que se nos presenta el mundo del protagonista, se filosofa, y se habla de una economía en la que yo sinceramente me he perdido. Y una segunda que se inicia cuando se da la caída del personaje, tras enfrentarse al presidente del país y perderlo todo. Lo pierde de forma material y de forma espiritual, y aquí comienza la parte más agradable y accesible de la obra.

Bienvenu parece desligarse bastante de esa necesidad de filosofar con los textos y los monólogos, y nos presenta una segunda parte en la que es la acción la que toma el protagonismo, como si fuera un regalo para quien hubiese logrado pasar por la densidad del follaje anterior, una mesa con manjares para premiar el trabajo llevado a cabo. Y hay que reconocer, que esta segunda parte es bastante adictiva, se mezclan elementos de poder, de necesidad unos de otros, de una ciencia ficción pura, y de otra más moderna, en una especie de retiro espiritual del protagonista con su psicólogo y su ex mujer. Un broche que de haberse expandido hasta el principio, no tendría el contenido que tiene la obra, pero seguro que habría sido más apetitosa para al lector desprevenido.

En cuanto al apartado gráfico, el autor nos ofrece el estilo tan marcado y tan personal con el que nos encandiló en sus anteriores trabajos. Un trazo fluido de formas voluptuosas y gestos excesivos. Una de las grandes rarezas en lo visual sería el color a base de puntos y de tramas que en un principio saltan al ojo pero que terminan no solo por adatarse sino que una vez leído no te imaginas que deba ser coloreado de otra manera. Hay una necesidad del autor de exponer una especie de brillo intenso en las pieles de los personajes que hace que nuestra cabeza los identifique con algo artificial, como si fueran robots o maniquís. Algo que, sinceramente, no descarto. Por último, la estructuras de las páginas se alinean con su anterior trabajo, B.O., dado que en todas las páginas nos presenta una viñeta doble, partiendo el folio por la mitad, o en ocasiones especiales una única página. Esto dota al conjunto de una estabilidad que nos introduce mejor en una historia tan compacta, nos aleja de la pretensión de una narrativa florida para que nos podamos centrar en la misma historia.

En conclusión, estamos ante una obra compleja, densa y nada complaciente, sin embargo, si estamos dispuestos a pasar por el pantano que el autor pone en la entrada, podremos hallar un vergel en su interior. Un trabajo que no es para todos los públicos, pero para quien ame de reflexionar, para quienes busquen algo más que el entretenimiento, esta obra cumplirá sus expectativas; y con creces. Y por último, ¿cuál es la imagen de la nada? Si leen el cómic, lo entenderán.

Lo mejor

• El autor, fiel a su estilo, nos plantea una obra compleja y llena de matices, y no se doblega ante las necesidades y prioridades del mercado.
• La segunda parte, que nos da un remanso de paz tras pasar por la primera parte.
• Como contenido sesudo es muy adictivo.

Lo peor

• Al tener un espesor no acostumbrado en el cómic, los lectores se podrán sentir intimidados y se decidirán por otras obras. Esperemos que no le pase factura al autor y que continúe ampliando su universo particular.



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