Javier Vázquez Delgado recomienda: Reseña DC USA – Dark Crisis #1
Edición original: Dark Crisis #1 USA (DC Comics, 2022)
Guion: Joshua Williamson
Dibujo: Daniel Sampere
Color: Alejandro Sánchez
Formato: Grapa. 38 páginas. 5,99$
Crisis oscura y de ideas.
«That’s the guy you trust, Wally?»
Crisis en Tierras Infinitas no fue la primera historia en la que un gigantesco y misterioso enemigo se comía mundos, universos o realidades. Personalmente, este argumento me remite siempre a la Historia Interminable. Donde la Nada, el vacío, se tragaba mundo de fantasía e imaginación (la novela es un clásico atemporal o-b-l-i-g-a-t-o-r-i-o).
Es evidente que el referente principal de Dark Crisis es Crisis en Tierras Infinitas, y más en esta ocasión, en la que la crisis actual pretende ampliar y “corregir” al clásico de Perez y Wolfman.
Sin embargo, leído el primer número, es imposible no remitirse a la Historia interminable y a la Gran Nada. Un vacío que se come la creatividad, la imaginación y fantasía. La historia escrita por Williamson no puede tener un inicio más apocado e insulso, y lo que es peor… que haya muerto toda la Liga no nos puede importar menos. La historia es una gran nada que se va a tragar personajes icónicos, que nos han dado grandes historias, imaginativas y creativas.
Aquí la nada estaría alimentada por las pulsiones fagotizadoras y codiciosas de una multinacional, DC en este caso, pero nos valdría cualquiera. Es curioso pensar como han salido adelante grandes obras intentando ira más allá de balance de resultados.
Es cierto que en este primer número, tenemos momentos de luto, duelo e introspección. Hay un macro funeral, bellamente dibujado por Sampere pero da una sensación de trámite, de que está allí para cumplir. Se resuelve en un pim, pam. Pronto vamos a otra cosa.
También es cierto que cuando hay un hecho importante tenemos decenas y decenas de páginas de pena, tristeza y reflexión. De hecho, se hace pesado en muchas ocasiones.
Entonces… ¿en qué quedamos?
Cuando consumimos una obra de ficción aceptamos unos códigos, estos se matizan cuando leemos un cómic y todavía se concretan más cuando el cómic es de superhéroes.
El hecho de que nos cambien los códigos, nos hace sospechar ¿Qué hay detrás? ¿Qué nos ocultan?
En este caso concreto ¿Qué hay detrás del poco impacto que tiene la muerte de la liga en el cómic y en los personajes?
Lo primero que os viene a la mente es… esto va a durar poco, en breve vuelven los “muertos”. Bueno, veremos, si eso ocurre, muchos lectores se alejaran emocionalmente (un poco más) de las grandes editoriales, del cómic de superhéroes y de DC.
Si vamos a lo que nos ofrece el número, tenemos unas breves referencias al luto sobre la muerte de la Liga y luego un Jon Kent intentando reconstruirla a partir de, principalmente, los jóvenes héroes de DC. Casualmente, algunos de los principales protagonistas tienen un estreno audiovisual a la vista (Black Adam, Blue Beetle). Lo cual da una sensación de estar ante un producto secundario, al servicio de otro medio.
Black Adam no cree en de Jon y Hal Jordan no confía en Black Adam.
Mi apuesta personal, es que Hal tendrá un papel villanesco al final de la trama. Ya ha empezado a sembrar sospechas en el personaje aparentemente menos fiable como Black Adam y su presencia es muy, muy sospechosa. El único grande vivo.
Veremos.
Williamson a los guiones no empieza apretando el acelerador, sale al tran, tran. El número es soso y tiene poca gracia. Los personajes tienen poca profundidad emocional. Parece que tenga prisa por ir por faena (por buscarle algo positivo), como si tuviera tantas ideas que no quiere detenerse ni perder el tiempo.
Daniel Sampere hace un trabajo destacable. Lo salvable del número se lo debemos a él. Viñetas icónicas y emotivas. Narrativa imaginativa pero sin perder de vista la historia y adaptada al tono de la “escena”. Excelente caracterización y toque clásico.
Es una lástima que un evento con una premisa impactante y un dibujante tan solvente como Sampere, empiece de forma tan fría. Por nuestro bien, le daremos el beneficio de la duda, pero por ahora la cosa está bastante paradita.
Lo mejor
• Confiar en que el macro evento tenga un sentido.
• El dibujo de Sampere.
Lo peor
• La sospecha de que este cómic está al servicio del universo cinematográfico.
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