Javier Vázquez Delgado recomienda: DC Animación – Harley Quinn Temp. 1 y 2
Dirección: Justin Halpern, Patrick Schumacker, Dean Lorey.
Guion: Justin Halpern, Patrick Schumacker, Dean Lorey.
Música: Jefferson Friedman.
Reparto: Kaley Cuoco, Lake Bell, Diedrich Bader, Ron Funches, Tony Hale, Jason Alexander, J. B. Smoove, Alan Tudyk.
Duración: Dos temporadas de 13 episodios de 23 minutos de duración.
Productora: Warner Bros. Animation, DC Entertaiment, Ehsugadee Productions, Yes, Norman Productions.
Nacionalidad: USA.
En medio de la enorme oferta que se vive estos días en lo que a producciones de todo tipo se refiere, siempre hay series que pueden quedar tapadas, no por falta de calidad, sino por simple sobresaturación y sobreexposición de cara al espectador. Harley Quinn no merece quedarse perdida en medio del tsunami que abruma a los espectadores. Hoy llega la tercera temporada a HBO Max y es el momento de conceder espacio a una serie de animación que se ha construido desde el silencio, paso a paso, con criterio y de forma pausada, para ir haciéndose con su propio espacio y alcanzar un estatus más que destacable por un buen número de cualidades.
Hagamos un poco de historia alrededor de la figura de Harley Quinn.
El personaje vio la luz por primera vez precisamente en otra serie de animación, en la que Batman era el protagonista y que marcó todo el estilo a seguir en Warner Animation durante los años noventa y bien entrados los primeros años del nuevo siglo. Su puesta de largo le llegó en el episodio 22 de la serie Batman, La serie animada, titulado El Favor del Joker, emitido en septiembre de 1992. Su creación hay que atribuirla a Paul Dini y Bruce Timm, cabezas visibles de la serie de Batman, que introducían así a un personaje secundario, interés romántico del Joker, del que poco podían prever lo que el destino de deparaba.
Pronto fue un personaje recurrente en la serie y un año más tarde dio el salto a las viñetas en el número 20 de la serie que trasladaba la estética de la serie al cómic, Las Aventuras de Batman. Fue en 1994 con la publicación del especial Amor Loco que el personaje dio un salto adicional de popularidad que la llevaría a tener su primera serie en solitario en el año 2000. Desde entonces Harley Quinn es un personaje recurrente, que ha tenido ya varias incursiones más en el cómic en solitario, ha formado parte del Escuadrón Suicida y su figura ha saltado al cine en las dos cintas dedicadas al grupo de la Fuerza X de DC, disfrutando también de una película en la que asumía mucho protagonismo, Aves de Presa, en la que rompía de forma definitiva su relación con el Joker.
Una carrera meteórica cuando estamos a un mes de celebrar su 30 aniversario.
La serie de animación data de noviembre de 2019, aunque a España no llegó hasta diciembre de 2021, siendo lanzada su segunda temporada en abril de 2020 en USA.
Una vez puesto en antecedentes con este brevísimo repaso a su dilatada carrera por la animación, el cine y el cómic, es el momento de centrar toda nuestra atención en su serie.
La actual serie de televisión animada es una serie con un enfoque adulto. Sus tramas, nivel de violencia y vocabulario así lo ponen de manifiesto y su PEGI es de +16 años. Y es que en Harley Quinn no hay espacio para otra cosa que nos sea le humor negro, la violencia extrema, los tacos y una caracterización ejemplar de sus protagonistas, con tramas bien desarrolladas, con un enfoque episódico dentro de una trama global en la que el objetivo de todo es mostrar a evolución de Harley Quinn tras romper con el Joker y como se asienta como criminal en Gotham en su afán por conseguir entrar en la Liga de Villanos.
Desde le primer episodio la serie tiene muy claro el objetivo que persigue. No se trata de poner a los villanos de Gotham en una serie de circunstancias que permitan la mofa y den paso a la violencia, sino conjugar todo ese rico microcosmos de tal forma que se retroalimente y permita poder explorar los múltiples matices de los protagonistas. Se trata, por tanto, de una serie con una atención al detalle milimétrica, en la que se construye la trama a base de capas superpuestas que sostienen el todo de manera impecable. Esos detalles son los que venden la serie y lo que se nos quiere contar desde el primer momento. Hay guiños para el espectador conocedor de la mitología de Gotham, pero son guiños que están para enriquecer la experiencia del que los vea, pero sin mermar el visionado del que llega a la serie virgen en términos globales respecto a la clase criminal de la ciudad de Batman.
Harley Quinn se presenta de forma histriónica, violenta, salvaje, sin paños calientes, mostrándose abiertamente vulnerable por la tóxica relación que ha mantenido con Joker. El peso de dicha relación es el motor del cambio, lo que mueve los engranajes del lento, pero inexorable proceso de maduración personal que experimenta Harley Quinn.
En la serie tan importante es Harley como los secundarios. El grupo de inadaptados que la rodean son fundamentales para poder edificar de forma robusta lo que se va cociendo a fuego lento. Se trata de crear un vínculo emocional con personajes que son abiertamente amorales, salvajes, violentos, malhablados… pero detrás de esa fachada hay más, mucho más, y lograr penetrar en el espectador lo suficiente como para que perciba esos valores escondidos, como la amistad, el honor, el sacrificio, la entrega y la lealtad es una labor meticulosamente diseñada desde cada página del guion.
La mofa es una de las señas de identidad de la serie. Mofarse de todo y de todos. No hay nadie sacrosanto que no reciba su justa y dura dosis de vitriolo. No hay vacas sagradas en esta serie a la hora de recibir una capa de humor duro y negro, muy negro, marca del tono impuesto desde el primer momento. Sin embargo, no se busca ser gracioso, ni se persigue el chiste fácil, el humor está al servicio de la trama, aderezando y quitando presión a un entorno tan violento que precisa de esa fina patina de risa absurda para que todo funcione como es debido.
En el apartado técnico, la animación disfruta de un acabado elegante, fluido y que hace uso de las actuales técnicas de animación por ordenador para sacarle partido a las escenas de acción violenta de las que hace gala. El trabajo con los fondos es correcto, sin deslumbrar, para que toda la atención resida en los personajes, pues como ya se ha dicho, es una serie de personajes y es sobre ellos donde recala todo el poderío artístico en lo que a la animación se refiere. La paleta de colores es brillante en algunas ocasiones, tétrica en otra, ambientando cada situación, de tal forma que viste cada escena y transmite una carga emocional muy distinta en función de las necesidades emocionales de la trama.
Harley Quinn se erige como una serie para adultos realizada con el descaro que una serie de estas características precisa, sin miedo a decir o hacer nada. Harley es la protagonista absoluta de la serie, pero se la rodea de unos secundarios que refuerzan su figura a fin de plasmar todo su potencial. Una serie en la que Harley se despoja de su pasado, evoluciona, asume retos, entiende lo que es la amistad, el amor, la camadería, mientras sigue siendo fiel a sí misma. Construir una serie de animación tan sólida no es fácil, pero aquí se consigue tener un producto de una elegancia sucia sin par, que golpea de manera directa al espectador y que apuesta todo por la diversión, sin perder nunca de vista que el valor de su fuerza está en los personajes.
Y como postre os dejamos el tráiler de la tercera temporada que desde hoy mismo está disponible en HBO Max. Harley Quinn regresa por todo lo grande.
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