Javier Vázquez Delgado recomienda: Superman: El hombre de acero vol. 3 de 4

Superman

Edición original: Superman núms. 12-16 USA, Booster Gold núm. 23 USA, Adventures of Superman núms. 435-439 USA, Action Comics núms. 594-598 USA, Adventures of Superman Annual núm. 1 USA, Superman: The Earth Stealers núm. 1 USA, World of Smallville núms. 1-4 USA (DC Comics, 1987-1988)
Edición nacional/España: Superman: El hombre de acero vol. 3 de 4 ECC Ediciones, 2021
Guion: Dan Jurgens, Jerry Ordway, Jim Starlin, John Byrne, Marv Wolfman, Paul Kupperberg
Dibujo: Curt Swan, Dan Jurgens, George Pérez, Jerry Ordway, John Byrne, Kurt Schaffenberger
Entintado: Steve Montano, Keith Williams, Roy Richardson, Karl Kesel, John Beatty, Leonard Starr, Ty Templeton, Alfredo Alcalá
Color: Tom Ziuko, Gene D´Angelo, Anthony Tollin, Petra Scotese, Bill Wray
Traducción: Francisco San Rafael Simó y Guillermo Ruiz Carreras
Formato: DC Omnibus (Cartoné, 156×239 mm.), 560 págs. A color. 45,50€

Superman: Construyendo al viejo héroe

«Smallville. De todos los sitios del mundo en que he vivido, de todas las maravillas que he visto… este es el lugar que más me gusta»

El primer año de vida de la nueva visión de Superman concluiría con nota, habiendo completado una muy atractiva línea de aventuras, en su mayoría ligeras, y sin práctica conexión entre ellas, funcionando como una autentica presentación para viejos y nuevos lectores.

Sin haber desgastado la fórmula todavía, John Byrne afrontaba la segunda y a la postre última fase de su etapa sin tocar demasiado lo que había generado, pero tomando ciertas decisiones, ahora sí, cuestionables desde el punto de vista del desarrollo del héroe.

Un aspecto destacable en este tomo está en la partida de Marv Wolfman. A pesar de que su labor no haya sido del todo reconocida, desde luego no como debiera, la historia postcrisis no puede entenderse sin muchas de sus ideas. Fundamentalmente, el diseño de la personalidad del nuevo Lex Luthor que con tanto acierto manejaría Byrne y que sentaría las bases de algunos de los mejores momentos del villano en las viñetas.

Este lugar sería cubierto por el propio autor de Alpha Flight, que pasaría a tener a cargo la totalidad de las cabeceras, lo cual aportó mayor cohesión a sus ideas, con continuidad en las relaciones de una a otra colección.

Esta homogeneidad en la caracterización sentaría muy bien a los secundarios, principalmente a Lois Lane que retomaría un rol central que había perdido en el último tramo del segundo tomo, así como a Jimmy Olsen, del que conoceríamos más, fuera del trabajo, permitiendo que este contara con mayor peso y profundidad.

A su lado, Jerry Ordway continúa al dibujo de Adventures of Superman. Su estilo se iría desarrollando en estos años y siguientes, con mayor dinamismo en las escenas de acción así como complejidad en la creación de Metropolis.

Se aprecia perfectamente el aprendizaje en su labor, a mera comparación con los primeros números en los que había trabajado, resultando menos tosco en las formas y más coherente con la visión inspiradora de los nuevos tiempos.

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Por su parte, en cuanto al desarrollo de historias, tenemos un primer número a cargo de Jim Starlin con Dan Jurgens y Steve Montano al dibujo. Con el que llegaría ser el artista de La Muerte de Superman todavía constreñido por la estructura clásica de viñetas, sin sus tan rompedoras imágenes y splash-pages. También sería autor completo en un número del arco siguiente.

En cuanto a los argumentos de Byrne, contamos con una saga de encuentros. En primer lugar, con Batman y Robin. El autor se siente muy cómodo en el desarrollo y diálogos del protagonista con el primero, con la desconfianza que planea todo encuentro entre los dos y la nueva relación canónica, alejada de la Edad de Plata. En segundo, entra en escena Booster Gold.

El guionista vuelve a uno de los lugares comunes de su carrera, al recurrir a una aventura de enredos y apariencias, en las que hay un antagonista que no es quien dice ser, lo cual lleva a que estalle un conflicto entre dos superhéroes, siendo esto resuelto con posterioridad por un trabajo conjunto.

En Amor perdido tenemos un trabajo extraordinario al dibujo de John Byrne, con Karl Kessel, sin duda el mejor entintador con los lápices de primero. La grapa nos presenta a Lori Lemaris, un viejo amor de Clark, que guarda un secreto que les acerca y aleja al mismo tiempo. Cercana al folletín, con un componente trágico impostado y que no termina de funcionar, queda olvidada en el conjunto global de la etapa.

Para los siguientes, se ahonda en la figura de los secundarios, principal virtud del tomo, con varias apariciones de Lex Luthor que se roban la escena y dan vigor a un antagonista magistral. Los detalles que aporta Byrne a través del modo que tiene este de relacionarse con su entorno, no solo personajes sino también objetos, son el aspecto más conseguido en estos meses. Si bien se incluyen elementos tramposos, como una “muerte” para Kal-El, son números interesantes y adictivos.

No es hasta el cruce con Millenium en la que la calidad baja considerablemente. El autor no dispone con inteligencia de los coprotagonistas, desde El Espectro a Green Lantern, notándose cierta desgana en el tratamiento.

A modo de ejemplo, Hal Jordan tiene una primera intervención cargada de palabras rimbombantes y conocimiento científico, para en la escena posterior estar a punto de ser envenenado por comer una fruta en un jardín claramente preparado por la amenaza a la sombra.

Es en estos números, además, en los que la introducción de aspectos controvertidos para el mundo de Clark se hacen evidentes con la relación entre los Manhunters y Smallville, lo cual afecta directamente a personajes como Lana Lang.

El nivel, no obstante, volvería con un mayor protagonismo para Lois en su viaje a la granja de los Kent. Consciente de que necesitaba de un nuevo aporte a los tiranteces entre Clark y su compañera, da una vuelta más a sus polémicas, manteniéndose frescas hasta el fin de etapa.

También hay espacio para un número notable con Brainiac, con el mejor dibujo hasta entonces de Jerry Ordway (John Beatty a las tintas) y enormemente influyente para los sustitutos de Byrne.

A pesar de no ser idea original, pocos autores han trabajado con tanta profundidad con la relación de Clark y la magia como el dibujante de La Patrulla X. Entiende que esta es el auténtico punto débil del héroe y siempre que recurre a aventuras de este contenido es para dar una vuelta a lo que sabemos acerca de El Hombre de Acero.

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El tomo incluye Los Ladrones de la Tierra, con dibujo de Curt Swan y tinta de Jerry Ordway. John Byrne se toma la novela gráfica como una oportunidad para demostrar que sabe escribir historias de la Edad de Plata, además de las suyas propias. Tiene todo lo que se le exige a una aventura de esta época del personaje, principalmente por poner el foco en el juego de identidades con Lois Lane, siempre dispuesta a demostrar que Clark Kent es Superman.

Si bien Ordway hace en buena medida suyo el dibujo, el apartado artístico es lo mejor de la obra. En cuanto al guion, es tan grandilocuente, tan infinito (una entidad devoradora de planetas) que ha envejecido mal, como muchas otras historias de iguales condiciones, pero que sigue siendo un aporte fundamental para el estudio de estos años.

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Para finalizar, se incluye la miniserie World of Smallville. Kurt Schaffenberger y Alfredo Alcalá toman las riendas del dibujo, sentando una línea nada continuista con el trabajo previo.

Entintador y dibujante demuestran su personalidad, rodeando la historia de matices más cercanos al misterio y lo oculto, sin casar demasiado con la principal, pero dejando buenas composiciones e ideas.

En cuanto al guion, los dos primeros números nos presentan el pasado de Ma y Pa Kent, cuando este último regresó de la guerra. La trama, de nuevo, muy condicionada por otras obras de romance, no termina de funcionar para dos personajes así, al darnos nueva información, como el hecho de que Martha estuviera casada con otro hombre, que confunde al lector sin aportar nada positivo.

Después de un tercero que es de pura repetición de la lo visto con los Manhunter, Byrne finaliza con un buen número que funciona de manera independiente y en el que Lana toma protagonismo para contar su vida a la sombra de Clark.

En resumen, tenemos un tomo que continúa plantando las semillas de los años posteriores, con menos acierto que lo que ya había sido construido, pero todavía con fuerza e interés en las nuevas situaciones.

Lo mejor

• Es una obra imprescindible para entender los siguientes diez años del personaje.
• El modo en el que se integran referencias populares y la construcción de un Universo, así como las temáticas del cómic, en plena concordancia con los de su tiempo, de contenido social.
• Los grandes momentos del dibujo.

Lo peor

• Ciertos aspectos comentados que han quedado desfasados.
• La última miniserie incluida, un acercamiento torpe en la ejecución, así como el cruce con Milenio.



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