Javier Vázquez Delgado recomienda: #ZNSeries – Crítica de The Umbrella Academy. Tercera Temporada, de Steve Blackman

 
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Dirección: Cheryl Dunye, Jeremy Webb, Jeff F. King, Sylvain White, Paco Cabezas y Kate Woods.
Guion: Steve Blackman, Michelle Lovretta, Jesse McKeown, Robert Askins, Aeryn Michelle Williams, Elizabeth Padden, Lauren Otero y Jesse McKeown (Cómic: Gerard Way, Gabriel Ba).
Música: Jeff Russo.
Fotografía: Craig Wrobleski y Neville Kidd.
Reparto: Elliot Page, Robert Sheehan, Adam Godley, Cameron Britton, Kate Walsh, David Castaneda, T.J. McGibbon, Tom Hopper, Eli Ham, Aidan Gallagher, Aniko Kaszas, Bola Aiyeola, Cameron Brodeur, Emmy Raver-Lampman, Ethan Hwang, David Guthrie, Colm Feore, Jordan Claire Robbins, Justin H. Min, Ritu Arya, Mary J. Blige, Sheila McCarthy, Marin Ireland, Kristen Holden-Ried, Stephen Bogaert, Justin Paul Kelly, Kevin Rankin, Eden Cupid, Jason Bryden, Yusuf Gatewood, John Magaro, Ken Hall, Dov Tiefenbach.
Duración: 10 capítulos de 60 minutos.
Productora: Dark Horse Entertainment / Universal Pictures. Distribuida por Netflix.
Nacionalidad: Estados Unidos.

 
Aviso de Spoilers: El artículo que sigue a continuación puede contener detalles argumentales de la primera y segunda temporada de The Umbrella Academy y algunos menos de su tercera temporada, por lo que recomendamos: 1) Visionar previamente la serie; y 2) Nunca viajar al pasado para matar a J.F. Kennedy. Podrías acabar destruyendo Zona Negativa en el proceso. Y nadie quiere eso, ¿no? ¿Verdad? ¡¿Verdad?!

“Son todos unos idiotas.”

28 de septiembre de 2009. Después de leer el último prestigio publicado por Norma Editorial de la primera miniserie de The Umbrella Academy titulada Suite Apocalíptica me encuentro en Zona Negativa una reseña de la obra realizada por Juanjo Palacios. Gracias a ella descubro que en Estados Unidos Gerard Way y Gabriel Bá ya han publicado una secuela de la obra original llamada Dallas y que Universal Pictures está preparando una adaptación a la gran pantalla. En ese momento, pienso que es una mala idea y que resultará en un auténtico bodrio. Aunque si pillan a Johnny Depp para interpretar a Sir Reginal Hargreeves aún podría tener algo destacable. Todavía queda un año y medio para mi debut en la web como redactor. Me animo a dejar un comentario en la entrada compartiendo mis impresiones sobre la obra publicada por Dark Horse Comics:

“Sin ser una maravilla la serie está bastante bien y es entretenida. El dibujo de Gabriel Bá además es genial y encima con las portadas de James Jean. No se puede decir que el debut en el mundo del cómic de Gerard Way haya sido malo.”

28 de junio de 2022. Estoy delante del ordenador dándole vueltas a cómo empezar la crítica de la tercera temporada de The Umbrella Academy. La temporada se estrenó en Netflix el pasado 22 de junio y es más de lo mismo, tanto que no sabría decir si la cosa ha ido a mejor o peor en esta tanda de episodios. Pero me he comprometido con mi compañero, amigo y líder de la sección de cómic indie de Zona NegativaIgor Álvarez– para hacer algo conjunto con la franquicia: hablando de los cómics y de la última temporada de la serie. No quiero repetirme al hablar de ella, así que empiezo a revisar las publicaciones pasadas en la web dedicadas a la cabecera. Esto me lleva a una antigua reseña de Juanjo Palacios sobre los primeros cómics en los que se basa la producción de Netflix.

Entre los comentarios me sorprende -inocente de mí- encontrar uno firmado con mi antiguo nick: Mythos. Tengo uno de esos momentos que me llevan a reflexionar sobre el paso del tiempo y lo imbécil e ignorante que uno puede parecer con la perspectiva que ofrece el paso de los años. Por otro lado, eran otros tiempos y la verdad es que llama la atención rememorar el tono general de los comentarios, constructivos, interesados en el mundo del cómic y alejados de esa beligerancia en la que Internet y las redes sociales nos han sumido paulatinamente con el pasar de los años. No obstante, estas divagaciones me han dado una idea para intentar hacer algo diferente con la crítica de la tercera temporada de The Umbrella Academy.

Mientras sigo madurando la propuesta voy cotilleando el resto de comentarios en la reseña de Juanjo Palacios. Hay uno que me produce especial ternura y que su autor publicó tiempo después de la salida de reseña. El comentario está publicado un 7 de enero de 2012, su autor se hace llamar Jeremías y dice lo siguiente:

“me acabo de leer Umbrella academmy suite apocaliptica….ahora que se supone, ?tengo que comprarme el volumen de Dallas…o esperar a que saquen el siguiente tomo en tapa dura…?????¿esta entero el arco en este volumen??”

3 de febrero de 2011. Es la fecha de mi debut en Zona Negativa como redactor después de intercambiar varios mails con su fundador y amado líder nuestro Raúl López. Lo hago con una reseña de Atomic Robo y Los Científicos de Acción de Tesladyne de Brian Clevinger y Scott Wegener. Es una de las series que más estoy disfrutando en esos momentos y tengo ganas de difundir la buena nueva sobre sus virtudes. Por desgracia, la obra publicada en su momento por Norma Editorial está hoy totalmente descatalogada en nuestro país. Algo que también estuvo a punto de pasar con The Umbrella Academy debido a que el interés por la serie había decaído a raíz del largo hiatus en el que había entrado en Estados Unidos. La razón: los compromisos y obligaciones colaterales de Gerard Way con su grupo de música y con su creciente implicación con el mundo del cómic. Pero fue Netflix la que llegó al rescate reavivando la llama y Norma Editorial aprovechó para ponerse las pilas y reeditar el material antiguo a la espera de la publicación de la tercera miniserie de la franquicia en Estados Unidos: Hotel Oblivion.

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19 de mayo de 2011. Han pasado unos escasos tres meses desde que empecé a colaborar en Zona Negativa y, en este período, he reseñado obras tan variadas como The Mighty de Peter J. Tomasi y Keith Champagne, el primer volumen de Chew de John Layman y Rob Guillory, Superman: Tierra Uno de J.M. Straczynski y Shane Davis, Kafka de Robert Crumb y Pluto de Naoki Urasawa, entre otras muchas. ¡Ay, los buenos viejos tiempos! Mi próxima reseña estará dedicada a Dallas, la segunda miniserie de The Umbrella Academy que Norma Editorial acaba de recuperar en un único volumen en formato rústica. Estos son algunos de los extractos en los que hablo de esta secuela que mejorar lo visto en su primera miniserie:

“[…] la obra de Gerard Way y Gabriel Bá representa todo un derroche de imaginación del que pocos cómics de superhéroes pueden presumir realmente hoy en día.”

“[…] diferente, fresco y ameno, cercano a propuestas como el Atomic Robo de Brian Clevinger y Scott Wegener, el Invencible de Robert Kirkman y Ryan Ottley y el Hellboy de Mike Mignola. Obras todas estas que, cada cual a su particular manera, reinventan el género fantástico y de aventuras para los tiempos presentes suponiendo un cierto bálsamo y descanso a las repetitivas alternativas que nos ofrecen las grandes editoriales estadounidenses […].”

En la publicación también hay dos mensajes de un “viejo conocido”. El comentarista llamado Jeremías había dejado dos mensajes en mi reseña el 7 de enero de 2012 con apenas unas horas de diferencia. Uno de ellos era un calco de otro que había dejado en una reseña más antigua de Juanjo Palacios:

“me acabo de leer el Umbrella academmy suite apocaliptica….ahora que se supone, ?tengo que comprarme este volumen de Dallas…o esperar a que saquen el siguiente tomo en tapa dura…?????”

En el segundo ya se percibe desesperación:

“…aunque sea una entrada muy vieja…que alguien se apiade de mi y me conteste ¿esta entero el arco en este volumen?”

Espero sinceramente que en algún momento Jeremías encontrase las respuestas que buscaba y no supimos darle a tiempo ninguno. Todos sabemos lo que es estar enganchado a una serie y no tener claro cómo se ha editado en tu país. ¡Hay pocas cosas peores en el mundo!

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5 de marzo de 2019. Han pasado la friolera de ocho años desde que hice la reseña de The Umbrella Academy: Dallas para Zona Negativa. En este tiempo, Gerard Way y Gabriel Bá han vuelto a la palestra. En especial, Way ha abandonado ya sus obligaciones con su antiguo grupo My Chemical Romance y ha hecho carrera en el mundo del cómic, como guionista, pero también como editor al hacerse cargo del sello Young Animal de DC Comics. Por mi lado, en Zona Negativa comparto mis impresiones sobre la primera temporada de la esperada adaptación realizada por Netflix de The Umbrella Academy. Para mí ha sido una decepción, pero intento que esto se refleje lo justo en la crítica. Lo que viene ser intentar ser objetivo y valorar las virtudes y puntos fuertes que podrían atraer la atención de otros espectadores. Lo primero que puedo decir al respecto:

“[…] hay que reconocer que sus responsables han hecho un loable esfuerzo por mantener las señas de identidad de la obra original. No estamos en un caso como el de
iZombie o Lucifer, series que violaban los conceptos y la personalidad de los trabajos de Michael Allred y Mike Carey para ofrecernos producciones que en nada se parecían al planteamiento y el espíritu de estos cómics. La serie de The Umbrella Academy mantiene una correspondencia con el cómic de Gerard Way, se apega a la trama de sus primeras miniseries (las cuáles fusiona) y logra hacer reconocibles unos personajes en los que tampoco se profundizaba en exceso en las viñetas.”

Mi cruzada contra las adaptaciones de cómic de Netflix apenas había comenzado, pero ya me había llegado un buen disgusto con su versión de Death Note, su interpretación de Las escalofriantes aventuras de Sabrina y varias de sus producciones basadas en los personajes de Marvel Comics. El patrón estuvo bastante claro desde un primer momento:

“[…] reproduce algunos vicios de las series de televisión de esta compañía, como son la reiteración de ideas y el abuso del decompressive storytelling en sus capítulos.”

En conclusión, “la adaptación del atípico grupo de superhéroes creado por Gerard Way y Gabriel Bá se salda con una producción entretenida y fácilmente digerible, aunque prescinda del apartado más absurdo y surrealista de la obra original. La serie adolece de un estiramiento de sus tramas, una reiteración de ideas y una falta de espectacularidad en momentos clave, pero con una visión que consigue ser un reseñable complemento para los cómics originales.”

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3 de septiembre de 2020. Los cadáveres bajo la alfombra de Netflix se siguen acumulando. El 2020 ha sido un año especial malo con insultos directos al espectador como es el caso de las primeras temporadas de Locke & Key, The October Faction y The Witcher. Esta última no es una adaptación de cómic propiamente, aunque también ha tenido su eco en el medio. A pesar de todo esto, a la hora de afrontar el estreno de la segunda temporada de The Umbrella Academy bajo los brazos y me rindo. No puedo ganar, así que intento pasármelo bien con la serie, ya sabiendo que en la primera temporada se habían fundido el argumento de las dos primeras miniseries originales publicadas por Dark Horse Comics. Eso quiere decir que está segunda temporada ya vuela totalmente en libertad. Y a la hora de afrontar mi crítica en Zona Negativa lo hago con este mismo espíritu de intentar destacar lo más positivo de la producción:

“The Umbrella Academy es una obra inadaptable en su literalidad, tanto por cuestiones de tono y estética como de intenciones y profundidad. La única manera de rendir justicia a la propuesta de Way y sería una adaptación animada; cualquier aproximación a imagen real como la presente de Netflix está condenada a desvirtuarse en el camino. En este sentido, el absurdo y el surrealismo de la obra original está más presente en esta segunda temporada, más a través de los diálogos y ciertos personajes que por su worldbuilding. No obstante, esto es solo una pequeña concesión al espíritu del cómic, pequeños guiños y referencias que no dejan de ser comedidos en comparación a la locura metafísica y superheroica de las viñetas. El idear un producto accesible para todos los públicos sigue siendo una de las principales ambiciones de Netflix. Aun así, es un producto llamativo, divertido y competente hasta cierto punto, que ha llamado la atención de muchos espectadores que desconocen su origen.”

En mis conclusiones intento resumir mi experiencia como espectador: “la segunda temporada de The Umbrella Academy rompe definitivamente con los cómics de Gerard Way y Gabriel Bá, manteniendo a sus personajes y la mitología asociados a los mismos pero volando totalmente en libertad. El resultado es una serie entretenida y fácilmente digerible que repite estructura, pero añadiendo un componente social mayor a sus tramas. El apartado visual y la acción está mejor planteado y la ausencia de expectativas la convierten en una producción cuando menos disfrutable.”

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23 de octubre de 2020. Solo un mes después de mi crítica de la segunda temporada de The Umbrella Academy, Igor Álvarez nos ofrece la reseña del tercer volumen de la obra de Gerard Way y Gabriel Bá. Norma Editorial ha hecho negocio en estos años con la serie, publicándola tanto en rústica, como en una nueva edición de lujo en formato cartoné. Hotel Oblivion se había hecho de rogar, pero por fin estamos al día con Estados Unidos y mi compañero aprovecha para decir la suya sobre la obra. Nos habla por ejemplo de esa obstinada comparación de los aficionados entre el trabajo de Gerard Way y Grant Morrison:

«No hay que profundizar mucho en la obra para darse cuenta de que su gran amigo Grant Morrison es una fuerte influencia en Way, él lo dice cada vez que tiene oportunidad. Esos conceptos raros, esos personajes extraños que nos encontramos en esta obra huelen mucho al buen Morrison, al de El Asco o Los Invisibles, pero ya desde el primer tomo de esta colección para mi hay un abismo entre ambos, que Morrison siempre se va al plano metafísico mientras que Way se queda en casa, en la persona, en el sentir junto a otros y en la familia, lo que sea que signifique esta palabra.»

Y sobre la propuesta en sí misma que nos hacen Gerard Way y Gabriel Bá en esta entrega de la serie:

«Gabriel Bá está un poquito mejor que en los anteriores tomos, quizás ahora tiene más seguridad de que esta es su serie, al final ha pasado casi una década entre la anterior mini y esta, y se lanza con diseños muy variados (y muy interesantes) para esos personajes misteriosos que están en el Hotel Oblivion. Pero lo que realmente me parece mejor de este tomo es que la historia de Way está mejor tejida, es más madura en un sentido artístico, mucho mejor estructurada y parece querer ir a un sitio muy concreto. Sitio que se antoja cada vez más interesante.»

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Para mi compañero Gerard Way y Gabriel Bá están mejor que nunca” y son impresiones que comparto, aunque apenas me acuerdo de nada de lo que leí hace ahora ya un tiempo. No sé si es que la fórmula se empieza a repetir y pierde frescura, si la espera entre una entrega y otra no le favorece o si simplemente la edad empieza a hacer mella en este redactor. Lo que sí recuerdo es el cliffhanger final de la serie, con la aparición de esos doppelgängers de la familia Hargreeves. Unos Sparrow que también harían acto de presencia al final de la segunda temporada de la adaptación de Netflix conectando de nuevo la producción con los cómics cuando ya nadie lo esperaba.

9 de junio de 2022. Después de hablar por Whatsapp con Igor sobre futuros podcasts, las dificultades de la crianza y cuestiones relacionadas con alergías, celiaquías y niños, me acaba proponiendo hacer una doble publicación sobre The Umbrella Academy aprovechando el futuro estreno de la tercera temporada de la serie en Netflix. La idea es hacer un repaso a los cómics y lanzar la crítica de la tercera temporada de la serie el mismo día. La verdad es que el tráiler con The Ballroom Blitz de Sweet sonando de fondo me había transmitido muy buenas vibraciones, y aunque no estaba en mis planes hablar de la tercera temporada de la serie, me apunto a ello sin dudarlo. Aunque antes me tengo que poner al día con Stranger Things, The Boys, Obi-Wan Kenobi y Ms. Marvel. Estoy consumiendo series por encima de mis posibilidades.

24 de junio de 2022. Empiezo a ver la tercera temporada de The Umbrella Academy y, sin darme cuenta, me trago cuatro episodios del tirón junto a mi pareja. No me está entusiasmando, me parece repetitiva, estirada y con personajes que van dando tumbos sin tener una dirección clara. Tampoco me sorprende, es una lacra habitual en las producciones de Netflix. Por otro lado, le he cogido cariño a algunos de sus personajes, hay ideas bastante potentes (y locas) en esta temporada que sí me recuerdan a los cómics y la cosa “entra bien” si solo buscas desconectar. The Umbrella Academy es ese tipo de serie que te acaba implicando y te hace chillar a la pantalla cuando no entiendes las acciones de alguno de sus personajes. La que pones de fondo para que te haga compañía mientras revisas cosas en el móvil.

Los restantes episodios -10 en total tiene la temporada- caen los siguientes días. El final acaba siendo menos épico de lo que esperaba y apunta a repetición de la misma jugada en una hipotética cuarta temporada aun no confirmada por Netflix. Y este es un aspecto que no me convence, porque aunque la idea de un perpetuo apocalipsis que nuestros héroes van desarticulando en cada temporada tiene su morbo y es muy de cómic, también es una buena excusa para que Steve Blackman, Jeremy Slater y los responsables de la misma no se calienten la cabeza. Ya veremos como resumo todo esto en mi crítica para Zona Negativa.

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29 de junio de 2022. He madurado mi idea para mi crítica de la tercera temporada de The Umbrella Academy. Teniendo en cuenta la importancia de los viajes en el tiempo en la serie he decidido intentar replicar eso en mi entrada aprovechando todo el material previo que he encontrado de la franquicia en la web. Puede que tampoco sea el colmo de la originalidad, pero tampoco lo son los guiones que Steve Blackman y compañía se han marcado para esta irregular temporada. Haré una lluvia de ideas y ya mañana me pondré a redactar la crítica.

30 de junio de 2022. Me falta darle una buena revisión, pero procedo a copiar y pegar el texto de mi crítica de la tercera temporada de The Umbrella Academy en la entrada que estoy preparando para la web:

«La tercera temporada de The Umbrella Academy comienza justo donde acabó la anterior, con ese prometedor cliffhanger que nos remite directamente al final de Hotel Oblivion en los cómics. El retomar el contacto con la serie creada por Steve Blackman se hace farragoso, porque ya en su primer episodio acaba recurriendo a caminos y recursos por lo que ya había transitado en temporadas previas. Un gag que se repite una vez puede tener gracia, hacer una posterior referencia a él puede generar la complicidad del público, pero repitir una y otra vez este juego solo puede acabar provocando hastío. Eso pasa con ese «duelo de baile» homenaje a Footloose -como en su día hizo Guardianes de la Galaxia– con el que los responsables de la serie pretenden que recuperemos sensaciones pasadas. La coreografía está muy bien y la excusa para hacerlo también, pero al mismo tiempo dicha escena de apertura acaba definiendo el mal de esta tercera temporada: la repetición de patrones. Es la mayor lacra a la que se enfrentan los miembros de este atípico grupo de superhéroes en sus aventuras en la pequeña pantalla: los patrones se repiten en la trama, en la relación entre los personajes y en sus conclusiones.

La ilusión del cambio que Stan Lee esgrimía como una de las virtudes de las publicaciones de la Casa de las Ideas pasa por ser el arma arrojadiza que Steve Blackman y compañía utilizan para llevar adelante su producción. La sobreprotección sobre sus personajes hace que cualquier atisbo de intriga y preocupación por ellos caiga en saco roto, incluso para los que sabemos que la muerte nunca es el final en una historia de superhéroes es duro de procesar. Por otro lado, la evolución de estos mismos personajes resulta realmente inexistente porque está condicionada al constante conflicto entre sus diferentes partes. Algo que nos remite directamente a los cómics, pero que en su traslación a la pequeña pantalla acaba siendo forzada y no nos genera ni mucho menos las mismas sensaciones.

Una de las particularidades de la temporada es el personaje de Vanya que en esta temporada transiciona a Victor, convirtiéndose en una traslación de la propia realidad que Elliot Page ha vivido en su día a día. La manera en la que se produce esta transición es toda una declaración de intenciones y solo en una ficción como The Umbrella Academy se podría haber llevado a cabo con éxito. Por desgracia, el mensaje de normalidad que se intenta trasladar queda destrozado en la versión española por el cambio de actor de doblaje en el momento crucial. En ese punto, se produce una disonancia entre el comportamiento y las reacciones que el resto de personajes tienen en relación a Victor y la decisión de cambiar la voz de Elliot Page por la de un actor masculino. En la versión original, el actor -obviamente- mantiene su misma voz aunque tenga otros matices. Y eso es lo que se tendría que hacer respetado el doblaje.

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Si analizamos la tercera temporada en extensión parte del problema ya lo adelantaba el propio equipo de marketing de Netflix con ese eslogan que acompañaba a la promoción de la serie: «Demasiados hermanos. Muy poco tiempo». En esta temporada hay muchas partes en conflicto y el tiempo no se aprovecha demasiado bien a la hora de equilibrar la balanza. Esto llega al despropósito cuando los personajes toman decisiones importantes que nos vemos en pantalla y se pasa directamente a sus consecuencias. El replicar la estructura de la anterior temporada tampoco favorece el desarrollo de la serie, dando lugar a una sensación de déjà vu. Una sensación golosa y con cierta sorna hasta cierto punto, pero que acaba estancada dando lugar a una situación en la que sus protagonistas se pasan varios episodios discutiendo delante de cámara sin avanzar un milímetro la historia. El conflicto, las ideas locas y el humor intentan remitirnos a los cómics, pero la serie es incapaz de reproducir su intención lisérgica, anarquista y de amplio espectro pop.

Hay algunas mejoras notables en esta temporada en cuestión de presupuesto, aunque esto no siempre redunda en un buen uso de los efectos especiales ni en mejores y más espectaculares escenas de acción. Hay veces que al ver una producción de Netflix no sabe muy bien de qué manera se desperdicia el dinero. En ese sentido, y como pasa con otras propuestas de Netflix, The Umbrella Academy es bastante morosa y rehuye la cuestión jugando la carta de ser una serie de personajes. Y en ese campo, ciertamente tenemos buenos y divertidos momentos pero una serie con evidentes influencias de la ciencia ficción, con personajes con superpoderes y planteamientos apocalípticos nos debe ofrecer más que a un grupo de personajes atrapados en un hotel. La banda sonora está llena de temazos como en en las anteriores entregas, pero no hay un gusto por buscarle un sentido con lo que está ocurriendo en la trama. Así, la música en la cabecera solo cumple una simple función de playlist. En este sentido, la producción peca de una cierta falta de ambición y se limita a acomodarse sin ofrecer nada mejor a lo visto en temporadas anteriores.

The Umbrella Academy no deja de ser un producto hasta cierto punto entretenido y de fácil digestión, pero son calorías vacías que en muy poco momentos brillan para ofrecernos un relato verdaderamente épico, lleno de sentimiento y/o significativo respecto a los temas que trata. En conclusión, la tercera temporada de la cabecera redunda en la fórmula de sus anteriores entregas aunque se haga notar una mayor inversión en ella. Los personajes -como ya hemos dicho- van dando bandazos alrededor de un argumento muy de cómic, pero que en algún momento se atasca y no avanza, dejándonos una sensación agridulce que solo somos capaces de procesar por algunas de sus ideas y la ligereza de una propuesta muy apropiada para la época veraniega en la que las neuronas no están nunca a pleno rendimiento.»

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1 de julio de 2022. He estado cotilleando la publicación que Igor ha dedicado a los cómics y que ha titulado Repasando The Umbrella Academy (y sus spin-offs). Ha quedado una cosa muy completa, no solo habla de las serie principal sino también de los spin-offs de la serie. Eso me recuerda que tengo pendiente de lectura The Umbrella Academy: Pareces un muerto y con este párrafo queda claro que tengo que poner solución a ello:

«Es lógico pues al guion sigue estando Gerard Way, solo que toma como compañero a Shaun Simon, otro músico con el que Way realiza su otra serie en Dark Horse, The true lives of the fabulous Killjoys. En ella Simon y Way saben lo que hacen y aquí se ve que lo de trabajar bien juntos no es una casualidad, Simon pule muy bien las ideas de Way y logran mantener ese espíritu que rezuma The Umbrella Academy, aún alejándose mucho del estilo de esta. Lo mismo se puede decir de su dibujante. I.N.J. Culbard ha demostrado su buen hacer en multitud de obras, Wild’s End, Everything o The New Deadwardians son claros ejemplos. Es un buen narrador con un estilo que contrasta mucho con el de Gabriel Bá, mucho más limpio, recto y de fondos planos, aunque enfatiza a los personajes con gancho.»

5 de julio de 2022. Hoy se publica la entrada dedicada a los cómics de The Umbrella Academy y la crítica de la tercera temporada de la adaptación de Netflix. ¡Trabajo cumplido!



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