Javier Vázquez Delgado recomienda: #ZNSeries – Ms. Marvel. Episodio 5 – Una y otra vez
Género: Drama, Comedia, Acción, Aventuras.
Creador Bisha K. Ali.
Reparto: Iman Vellani, Matt Lintz, Laurel Marsden, Rish Shah, Mohan Kapoor, Iyad Hajjaj, Shaan Merchant, Yasmeen Fletcher, Alyy Kahn, Saagar Shaikh, Zenobia Shroff.
Producción: Marvel Studios / Walt Disney Television.
Canal: Disney Plus
Ms. Marvel es la sexta miniserie de Marvel Studios estrenada en Disney Plus y la segunda protagonizada por un personaje debutante en este universo junto a la anterior Caballero Luna. La serie creada por Bisha K. Ali está centrada además en uno de los personajes más jóvenes de la Casa de las Ideas, una superheroína de origen paquistaní con poderes metamórficos creada en 2013 por la editora Sana Amanat y Stephen Wacker, la escritora G. Willow Wilson y los artistas Adrian Alphona y Jamie McKelvie. Su adaptación audiovisual viene acompañada de una cierta polémica por el cambio sustancial en los poderes del personaje que ahora obtiene de unos brazaletes, pero que en los cómics desarrollaba a raíz de una mutación provocada por su exposición a las nieblas terrígenas. Esta miniserie está protagonizada por Iman Vellani que debuta así en el mundo de la interpretación y a la que volveremos a encontrarnos en la producción cinematográfica The Marvels en la que Kamala Khan se reunirá con la Capitana Marvel de Brie Larson y la Monica Rambeau de Teyonah Parris. El quinto episodio de esta miniserie tiene por título Una y otra vez y en él se nos revelan al fin algunos secretos de los orígenes de Kamala. ¡Estás son nuestras impresiones! ¿Qué os ha parecido a vosotros?
Ms. Marvel. Episodio 5 – Una y otra vez
Regreso al pasado, por Jordi T. Pardo
El universo cinemático de Marvel Studios ha estado poblando sus últimas producciones de conceptos e ideas que entremezclan viajes en el tiempo, realidades paralelas y nuevas dimensiones. El melón lo abrió Vengadores: Endgame con esa operación temporal para recuperar previa al chasquido de Thanos, pero desde entonces no ha habido tregua: los viajes temporales de Loki y compañía escapando de la Autoridad de Variación Temporal, las realidad paralelas exploradas en Spider-Man: No Way Home y Doctor Strange en el Multiverso de la Locura, el reino de Ta-Lo que se nos presentó en Shang-Chi y la leyenda de los Diez Anillos… Parece que hubiese una prisa especial por avanzar en esta trama y otra prueba más la tenemos en la presente Ms. Marvel que en el episodio de esta semana riza el rizo con una trama de viajes en el tiempo relacionada a su vez con la dimensión Noor de la que procedería la versión que la serie nos ha presentado de los Clandestine. No esperemos que estos personajes tengan un mayor recorrido en un futuro.
El episodio nos traslada a los años más convulsos del gobierno británico antes de su desintegración (o partición, como se menciona en la serie) en los actuales estados de India, Pakistán, Bangladés y Birmania. Es allí donde finalmente conocemos la historia de Aisha, la bisabuela de Kamala y que se nos ha insinuado a lo largo de la serie que sería una persona clave para entender los orígenes de sus poderes. Pero lo cierto es que este episodio confirma mucho de lo que por ahora solo conocíamos de boca de algunos personajes y resuelve realmente muy poco. Estamos en el episodio cinco y no sabemos cuáles son los poderes reales de Kamala, porque es capaz de viajar en el tiempo, el origen último del brazalete y la relación posible con su esencia y porque los Clandestine realmente actúan como actúan. No sabemos nada y todo apunta -salvo sorpresas- que a un episodio del final poco más se nos avanzará.
Este episodio casi de interludio -si no fuese porque estamos en la parte final del show- es una sarta de tópicos no muy bien llevados que salvo por su contexto -muy poco tratado en el audiovisual- no aportan nada de interés al espectador. Iman Vellani lleva unos episodios tan perdida como nosotros, simplemente reaccionando a lo que se encuentra, pero sin construir ni contarnos realmente su propia historia. Podríamos entender que se trata de una historia que nos habla de generaciones, pero tampoco en eso la serie ahonda pese a que a veces parezca que quiera confrontar a Kamala con las realidades vividas por su madre y su abuela. La personalidad y frescura del debut de Ms. Marvel ya se ha disipado por completo, dando lugar a una serie totalmente distinta y convencional. Finalmente, la producción servirá para presentar al personaje y poco más, esperamos que la futura Marvels pueda sacar mejor provecho de ella.
Tampoco nos aporta gran cosa en términos de acción este episodio en el que volvemos a ver cuatro fuegos de artificio y varias muertes que bordean el ridículo. La muerte de Aisha y la correspondiente interpretación de la misma por parte de Mehwish Hayat nos recuerda a la de Marion Cotillard en The Dark Knight Rises. Tampoco tiene mucho sentido el sacrificio de Najma a la que interpreta Nimra Bucha al intentar cerrar el Velo de Noor. Y eso por no mencionar la reacción de Muneeba, la madre de Kamala encarnada por Zenobia Shroff, al descubrir que su hija es una superheroína. Lo de la Vengacon mal porque puede ser peligroso, pero lo de hacer todo tipo de acrobacias y luchar con los malos de turno para salvar el mundo lo acepta sin nigún problema. Llegados a este punto está claro que los guionistas ya no tienen ganas de complicarse la vida y mantener la coherencia del conflicto que ellos mismos habían planteado. Pues nada, a esperar que Muneeba y la abuela de Kamala le cosan su traje de superheroína y a ver si al menos en la season finale tenemos algo positivo que poder mencionar.
Tú a Karachi y yo a Nueva Jersey, por Juan Luis Daza
Con Time and Again una vez más se confirman mis elucubraciones sobre el viraje que ha dado la miniserie protagonizada por Kamala Khan hacia un tono más dramático y grave en las antípodas de los primeros episodios. Vuelvo sobre mis pasos para afirmar que me quito el sombrero con respecto a que Bisha K. Ali y sus compañeros a los guiones y la realización hayan decidido abordar temas de mayor calado que acercan las aventuras de la protagonista a sus orígenes mediante una perspectiva que presume hasta de cierto compromiso político impropio de estas producciones en lo referente a la Partición y el colonialismo británico de la India y Pakistán. El problema es que, si bien el perfil sense of wonder de la ficción sigue presente, este se ve menoscabado por la trama sobre cómo se conocieron los bisabuelos de Kamala en un contexto social hostil y peligroso.
Desgraciadamente el viraje demasiado pronunciado hacia el drama de denuncia hace que en esta quinta entrega ya casi no reconozcamos a la serie que en sus primeras entregas era todo espontaneidad narrativa y audiovisual, habiendo perdido la magia estilística que insuflaron Adil El Arbi, Bilall Fallah y Meera Menon en los primeros episodios. Hacer al proyecto mutar de una serie de pizpiretos adolescentes en clave de historia de origen superheróico a una tragedia sobre linage familiar maldito en una época convulsa hace que Ms. Marvel transmita una extraña sensación de disgregación narrativa que juega en contra de la propuesta ofrecida por Bisha K. Ali, que comenzó su andadura como la mejor propuesta de Disney Plus y Marvel Studios desde WandaVision para ir convirtiéndose durante su segunda mitad en un proyecto más mundano en la línea de Falcon and the Winter Soldier.
En ningún momento me parece Ms. Marvel una minisierie desdeñable, ni siquiera fallida, pero pasado su ecuador está involucionando en un producto irregular, que después de asentar unas prometedoras y poco ortodoxas bases ha tomado el camino más fácil para ser «una más» y no un nuevo episodio del Universo Cinematográfico Marvel que pueda sobresalir por encima del resto de sus hermanos diseñados en el seno de Disney Plus. A estas alturas ya me quedan pocas esperanzas para que Ms. Marvel vuelva a ser lo que tan solo hace tres semanas era, aunque una más que probable aparición de Brie Larson como Capitana Marvel pueda hacer recuperar el punch a las aventuras protagonizadas por Iman Vellani justo para tender un puente con esa The Marvels que, por otro lado, tengo inmensas ganas de ver en pantalla grande el 28 de junio del próximo 2023.
Ohana significa familia, por Samuel Secades
Llegamos al penúltimo episodio de Ms. Marvel y, al menos echando un vistazo a la opinión de mis compañeros, veo que la sensación generalizada es que la serie ha pegado un importante bajón desde su prometedor arranque, y ha dado un vuelco a las expectativas que muchos tenían ante la presentación de Kamala Khan en el MCU. Y es que esta Ms. Marvel no sólo ha cambiado el origen y la forma de los poderes de Kamala, sino que ha tomado la arriesgada decisión de querer presentarnos todo un fresco de su legado familiar, los vínculos entre generaciones y la historia de la Partición entre India y Pakistán, descuidando por el camino a la propia protagonista de la serie. La showrunner Bisha K. Ali parece haber montado alrededor de Ms. Marvel un personalísimo Año Cero del personaje, y tengo que reconocer, aunque eso suponga llevar la contraria, que para mí esta siendo una agradable sorpresa, dentro de una serie aparentemente juvenil y desenfadada, encontrarme con pequeñas historias y personajes alejados de lo que solemos ver en el mainstream (y eso que estamos en el corazón del mainstream, cosa que debería hacernos sospechar), como ha sido el caso del episodio de esta semana, donde retrocedemos en el tiempo para ser testigos de una sencilla historia romántica y familiar en el marco de los durísimos años previos a la independencia de la India, que une el pasado con el presente a través de tres generaciones. No iba a pedirle a esta Ms. Marvel grandes requiebros artísticos con los temas que va tocando capítulo a capítulo, pero sí aprecio completamente lo que está haciendo a la hora de ser fiel a la historia que quiere contar a pesar de los peajes que le toca pagar al respecto. Y contar historias diferentes también nos lleva como espectadores a descubrimientos como el de esta semana con Fawad Khan, desconocido para el público occidental pero toda una estrella en su país de origen, algo que ya pasó en el capítulo anterior con la presencia de la estrella de Bollywood, Farhan Akhtar.
Y sí, estoy de acuerdo con muchas de las razones que dan mis compañeros para criticar a esta Ms. Marvel, muchas veces descuidada en su trama, en los absurdos y desvaídos villanos, en su falta de foco sobre una Kamala que muchas veces parece que pasaba por allí; pero también reconozco que la serie me gana en sus buenas intenciones, en querer ampliar la variedad del MCU tratando de romper las mismas barreras que los cómics rompieron a bocados en su momento; nos falta, por supuesto, ese último capítulo en el que cruzamos los dedos para poder ver al menos un cameo de Brie Larson Bon Jovi, y donde, en definitiva, se cierre el círculo familiar de Kamala para presentarnos finalmente a esa esquiva Ms. Marvel que ya ha aparecido más en los vídeos de los parques temáticos de Disney que en su propia serie. Pero si entendemos que la paciencia ha sido una de las virtudes de Kevin Feige y compañía a la hora de construir poco a poco su fructífero universo, tengo el convencimiento de que Ms. Marvel puede hacer un gran trabajo a la hora de sentar unos sólidos cimientos antes de que Kamala eche a volar por el lado más cósmico del MCU.
De momento, y al menos en mi caso, me quedo con una serie diferente y entretenida a pesar de sus torpezas argumentales, que no me parecen muy diferentes a otras propuestas con las que solemos ser mucho más benevolos (no miro a nadie, Stranger Things), y a las que se le ven igual las costuras de sus defectos. De este capítulo, y a pesar de su inexplicablemente abrupto final (eso sí que fue un síntoma de dejadez), me quedo con esa sororidad intergeneracional a través de caminos de estrellas y viejas fotos que dan valor al presente de una Kamala que debería ponerse rápido las pilas para volver pronto a casa y empezar a defender en serio a su comunidad de otros villanos como son Control de Daños y que, a falta de un episodio, podían haber dado mucho más juego; pero la serie estaba contándonos otra historia, y pocos ejemplos más claros hay de la necesidad de una segunda temporada para librarse del corsé de los escasos seis episodios del MCU televisivo que nos van a impedir ver más a Ms. Marvel en acción. De momento, este camino para recomponer las piezas de su pasado y presente familiar, y de paso para ir juntando las piezas de su propio uniforme, espero que nos dejen un final de temporada satisfactorio que nos deje con ganas de mucho más. Aunque no sea el mejor de los piropos, he visto cosas muchísimo peores en el reciente MCU televisivo con las que hemos sido definitivamente mucho más indulgentes, desde aburridísimos arqueros navideños hasta soldados de invierno reparando un barco. Así que servidor se queda antes con el viaje a Karachi que con el de Madripoor.
Karachis en la mar, por Sergio Fernández
Con este quinto episodio, Ms. Marvel se situaba en la antesala del gran final de temporada. Tras un inicio refrescante y simpatiquísimo, liderado por el buen hacer de Iman Vellani, la nueva serie de Marvel Studios llevaba varias semanas sin conocer máximos. Sin embargo, mientras demandábamos un mejor trato del producto, lo cierto es que el capítulo de esta semana ha resultado redundante, deslavazado… dejándonos la sensación de que el chicle de sus orígenes ha sido estirado cual brazo de la joven heroína.
Veinte minutos, ¡veinte!, Ha tardado en aparecer Kamala Kahn en nuestra píldora semanal. En la primera mitad del episodio hemos vuelto al pasado, concretamente a los años cuarenta, para conocer más de cerca la realidad de Aisha. La bisabuela de Kamala, exiliada de la dimensión Noor, como tantas otras veces en la historia del cine deja sus objetivos por amor. Esto es algo que el resto de congéneres, liderado por Najma, no parece llevar muy bien. Normal si tenemos en cuenta que al más puro estilo Locke & Key las llaves para volver a su mundo natal tienen forma de brazalete y es Aisha quien lo custodia.
Por si no había quedado claro en las entregas anteriores, la serie creada por Bisha K. Ali sigue haciendo el esfuerzo en impartir lecciones de historia express. Tanto es así, que incluso la típica entradilla de Marvel Studios carece de color. Quien esté viendo Ms. Marvel y siga sin saber qué ocurrió en La India, imperio británico mediante, y la famosa partición, tiene un grave problema de atención.
En esos veinte minutos iniciales, vemos la transformación de la propia Aisha. Un personaje a punto de vivir otro exilio dentro de su propio exilio. Casi nada lo del ojo. La protección de la pequeña Sana se convierte en su máxima prioridad. De este modo llegamos a la transitadísima estación de tren en la que terminamos la semana pasada, donde Kamala es algo más que testigo de los hechos que acontecieron. Los musulmanes perseguidos se agolparon a millares para dejar sus casas en busca de un nuevo hogar en el recién nacido Pakistán. En esas, Aisha descubre que está siendo perseguida por los suyos y entiende que Sana nunca estará segura mientras esté con ella. A lo Obi-Wan Kenobi, Aisha se enfrenta con Najma, sabedora de su destino. El apuñalamiento de Aisha debería haber sido mucho más dramático, pero lo cierto es que no consiguen dar con la tecla de la empatía tras habernos mostrado varias escenas encadenadas con elipsis de por medio.
El triple salto mortal lo realiza la propia Kamala, a quien estábamos echando mucho de menos, que deja de observar en las alturas para tomar la mano de su defenestrada bisabuela. Un deus ex machina en toda regla convertido en bucle temporal. Hasta el momento, este poder no había sido mostrado al espectador y se hace con cierta torpeza, encajando a martillazos un momento clave en la historia de esta familia. Por si esto fuera poco, cuando por fin se logran juntar las tres generaciones en el presente (abuela, madre e hija) tanto la revelación de la verdadera naturaleza de Kamala como el sacrificio de Aisha, se pasa de soslayo.
Pero no nos adelantemos, antes de que Muneeba y Sana encuentren a la futura Ms. Marvel gracias a su teléfono móvil, esta ve como el velo entre las dos dimensiones se va rasgando. Los clandestinos presentes, como abejas a la miel, se sienten atraídos con fuerza tras tanto tiempo vagando por un terreno que no es el suyo. Aunque, algo va mal. Lejos de acceder sin mayor tipo de problema, al más puro estilo Indiana Jones y la última cruzada, lo que encuentran es la muerte. Siendo consciente de ello, Najma decide sacrificarse para que su abandonado hijo Kamran reciba sus poderes y pueda escapar de su destino. Como consecuencia de esto, dejamos Karachi y volvemos a New Jersey. Bruno, a quien también echábamos muchísimo de menos, recibe la inesperada visita del fugado Kamran. Por supuesto, este ha sido seguido y en el breve enfrentamiento que tiene lugar surgen sus recién adquiridos poderes mientras que la tienda en la que trabaja Bruno vuela por los aires. Esperando la llegada de Kamala, el optimismo hacia esta serie ha caído varios enteros. Desde que dejaron el costumbrismo y se centraron en la acción, a Ms. Marvel se le han visto las costuras. Si a esto le añades un menor protagonismo de la carismática Iman Vellani, no podemos sino fruncir el ceño. Lo mejor de este capítulo ha sido el diseño de los títulos de crédito, una vez más, impecables.
En capítulos anteriores…
Ms. Marvel. Episodio 1 – La generación por qué
Ms. Marvel. Episodio 2 – Pillada
Ms. Marvel. Episodio 3 – Destinada
Ms. Marvel. Episodio 4 – En cólera
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