Javier Vázquez Delgado recomienda: Cuentos del reino, de NAKAMURA Asumiko
Edición original: Oukoku monogatari (Shueisha, 2017)
Edición nacional/España: Cuentos del reino (Milky Way Ediciones, 2022)
Guion: NAKAMURA Asumiko
Dibujo: NAKAMURA Asumiko
Traducción: Maite Madinabeitia
Formato: Rústica con sobrecubiertas. 192 páginas
Precio: 8,50€
La magia de los cuentos
«Érase una vez en un reino muy lejano…».
Desde siempre, el ser humano ha sentido la necesidad de contar cuentos. Sus dudas, sus afectos y sus preocupaciones han dado forma a relatos que se han transmitido de generación en generación y muchas veces se han recopilado para conservarlos de cara al futuro, con la seguridad que proporciona la palabra escrita. Así, todas las culturas cuentan con un acervo de narraciones que han servido para transmitir valores y enseñanzas, dar respuesta a los muchos enigmas del mundo y reflejar las inquietudes de una comunidad, entre otras cosas. A ese universo recurre NAKAMURA Asumiko en una de sus obras más recientes, Cuentos del reino, que nos llega gracias a Milky Way Ediciones. Este manga, que tiene como base una historia breve que la autora publicó en 2011, se serializó ya en 2017 en la revista Ultra Jump de Shueisha y cuenta actualmente con tres tomos recopilatorios en Japón. Nakamura, que ya ha cautivado a los lectores españoles con obras como En la misma clase, Antiguos alumnos —publicadas por Tomodomo—, Utsubora o los ocho volúmenes de los que se compone la Colección Asumiko Nakamura —editados por Milky Way—, nos ofrece esta vez un manga de fantasía muy sugerente.
Cuentos del reino se abre con la historia de Ardalte y Ardolte, dos muchachos idénticos con destinos muy dispares: mientras que el primero ha sido criado para heredar el trono de su reino, el segundo vive en una mazmorra, alejado de las maravillas del mundo exterior. Sin embargo, su vida cambia por completo cuando el primero empieza a frecuentar la cárcel del segundo a escondidas y cierto día deciden intercambiarse los papeles para que Ardolte pueda disfrutar por un día de los privilegios de un príncipe. A continuación, se nos cuenta la vida del soberano de Sharibalte y su chambelán, un muchacho de ascendencia hann, el misterioso y marginado pueblo nómada que sobrevive en el desierto. En cuanto el joven entra al servicio del rey, se establece entre ambos un vínculo muy peculiar. Pero en ellos no todo es lo que parece… El propio chambelán guarda unos cuantos secretos sobre su pasado y las razones que lo han llevado a servir en la corte. Poco a poco, a lo largo de los dos primeros volúmenes, se nos van desvelando algunos de ellos.
NAKAMURA Asumiko nos sorprende con unos relatos llenos de magia en los que recupera la esencia de los cuentos y leyendas tradicionales. Para ello, trabaja con tópicos y ambientes propios de estas narraciones y que encontramos también en grandes obras de la literatura universal. Por ejemplo, la idea de dos personas con la misma apariencia que intercambian sus papeles con algún fin; el fastuoso mundo de la corte, donde todo es esplendor; la idea de un destino casi inevitable, apoyado en tradiciones ancestrales de las que nadie puede escapar; las complicadas relaciones de familia, determinadas por jerarquías y reglas sociales; reinos situados en un desierto infinito donde todo es posible y que recuerda, entre otras obras, a Las mil y una noches. También emplea estructuras y técnicas narrativas habituales en este tipo de relatos. Así, por ejemplo, la autora enmarca una historia en otra, lo que le sirve para contextualizar sus cuentos y dar profundidad a los personajes.
Pero Nakamura no se limita a plasmar en sus viñetas estos elementos, sino que los reinterpreta y aporta su propia visión. Sus protagonistas no responden a meros arquetipos, como sucede en muchos de los cuentos tradicionales: son complejos desde un punto de vista psicológico, tienen sus sombras y sus luces, hay cosas de su pasado y su presente que los torturan. La autora se encarga de desarrollarlos en cada historia y los utiliza para hablar sobre las relaciones humanas, tanto en el ámbito de la familia como en el de una comunidad más amplia: el poder, la dependencia, el amor y sus múltiples facetas… Ardalte y Ardolte, Shao y Dhao: todos están inmersos en unas circunstancias y un entorno que los condicionan y, de un modo u otro, los obligan a escoger un camino.
Por supuesto, hay que destacar también el personalísimo dibujo de NAKAMURA Asumiko, cuya elegancia refuerza esa atmósfera mágica que impregna los relatos del manga. Sus líneas finas, sus personajes estilizados y el detalle con el que se recrea en determinados elementos de la obra —no tanto los escenarios, que a veces aparecen desdibujados, como la indumentaria, el peinado y las expresiones de sus protagonistas, fundamentales para dar forma a la esencia de cada cuento— también destilan ese aire a leyenda, a maravilla de tiempos muy lejanos. Cabe destacar, además, que los relatos de los que se compone el primer tomo se abren con varias páginas a color en las que Nakamura pone de manifiesto, una vez más, sus habilidades artísticas a través de sus trazos sutiles.
Los dos primeros volúmenes de Cuentos del reino constituyen una propuesta muy interesante que cautiva por el cuidado con el que NAKAMURA Asumiko trabaja sus historias. Desde luego, dejan con ganas de ver el rumbo que toma la obra en los siguientes tomos. Por desgracia, estamos a punto de alcanzar la edición japonesa y, tras la publicación del tercero, tocará esperar.
Lo mejor
• La elegancia y sutileza del dibujo de NAKAMURA Asumiko, tan característico.
• La atmósfera en la que se desarrollan los relatos, tan conseguida.
Lo peor
• Lo cerca que estamos de alcanzar la edición japonesa.
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