Javier Vázquez Delgado recomienda: Street Fighter Volumen 1: Hadoken.

Edición original: Street Fighter (Classic) 0-5 USA (UDON Entertainment)
Edición nacional/España: Street Fighter Volumen 1: Hadoken. (Moztros, 2022)
Guion: Ken Siu-Chong.
Dibujo: Alvin Lee, Arnold Tsang, Andrew Hou, Long Vo, Rob Ross, Alan Tam, Joe Madureira, Salvador Larroca, Erik Ko, Josh Middleton, Adree Geenidge, Kaare Andrews, Kevin Lau, Omar Dogan Kim y Hyung-Tae.
Color: Andrew Hou, Arnold Tsang, Hanna Chen y Joy Ang.
Traducción: Ariel Albinati
Realización técnica: Ezequiel Inverni y Germán D’Agostino
Formato: Tapa Dura. 168 páginas. 22€

La nostalgia, el amerimanga y Street Fighter

En 1987 Capcom lanzaba Street Fighter, con buenas mecánicas pero sin llamar demasiado la atención del mundo de los recreativos, aunque sería unos años después, con su siguiente entrega, cuando dieron un golpe en la mesa. Seamos sinceros, la mayoría de los que íbamos al colegio a principios de los noventa nos pasamos más de una tarde aporreando los botones del Street Fighter II, a golpe de veinticinco pesetas en algún salón o en el bar del barrio. El videojuego, que luego pudimos llevar a nuestras casas y del que se vieron numerosas entregas, marcó a una generación, con lo que es normal que viéramos adaptaciones de todo tipo, algunas mucho más olvidables que otras.

El tomo que ha sacado Moztros no es el primer cómic que salía de esta franquicia, ese honor lo guardan a la par un manga aparecido en Family Computer Magazine, en Japón, y un comic-book lanzado por Malibu Comics, en Estados Unidos, que solo alcanzaba los tres números tras el desacuerdo con Capcom. Ambos salían a la venta en 1993, sin embargo lo que aquí tenemos es algo posterior, concretamente diez años después, pero es la serie que más éxito tuvo, tanto en crítica como en público. No en vano UDON Entertainment, la empresa canadiense responsable de estas obras, sigue sacando cómics de esta franquicia y de otras de Capcom.

La edición que nos llega a España contiene seis números (del 0 al 5) que también se conocieron como Street Fighter Classic, pero nosotros lo leeremos como quince escenarios. En realidad Street Fighter: Hadoken son quince pequeñas historias de duración variada, las hay con dieciocho páginas y las hay de cinco, donde se nos van contando los relatos de cómo cada uno de los participantes se involucra en este peculiar torneo, haciendo bastante hincapié en Ryu. Según avanza veremos como las historias se van entrelazando hasta conformar un solo hilo argumental con muchos protagonistas. De hecho hay que tener en cuenta que estas historias se refieren al Street Fighter II, es más, la que inicia la serie es el final de la primera entrega de Street Fighter, con el Shoryuken que Ryu hace a Sagat y con el que le deja la famosa cicatriz.

La experiencia con Malibu (y seguramente con la fatídica película) hizo que Capcom realmente estuviera encima de esta adaptación, con lo que quien quiera fidelidad a los videojuegos la va a encontrar. Los golpes, las poses, las técnicas especiales de cada uno… los autores del cómic no dudan en meter un momento en el que cada uno de ellos haga los gestos por los que es más conocido. Ryu, Guile y Chun-Li llevan el peso fuerte pero sin quitar importancia a Cammy (lo que nos lleva a un juego posterior, el Super Street Fighter II: New Challengers) o Ken, y con apariciones estelares de muchos otros. Se nota mucho cuáles eran los favoritos de la compañía, los más tópicos, por desgracia.

Lo mismo ocurre con la historia, no contradice al juego, lo sigue. Ken Siu-Chong, escritor que lleva la batuta de toda esta larga etapa en UDON, firma un guion apegado a las historias que ya conocemos, pero dispuesto a aumentarlas y darles verdadera forma. No nos engañemos, Street Fighter II era un juego centrado en la lucha que contaba lo justo sobre sus personajes, con lo que el autor aun estando acotado tenía un margen de maniobra importante.

En este sentido el resultado es más que cumplidor, cosa que no suele ocurrir con muchas adaptaciones de videojuegos. Consigue construir una historia de acción, artes marciales y fantasía que es altamente entretenida, de ahí que la fama de esta colección no sean meras habladurías.

Sin duda estamos ante un producto que depende mucho de la experiencia previa del lector. El factor nostálgico es importante, la relación que se haya mantenido con la recreativa, o sus versiones para consola, es fundamental para disfrutar más del cómic. Digamos que la cuestión reside en el interés que se tenga en obtener más información sobre lo que planteaba Street Fighter, así como un amor previo hacia sus personajes. Si lo evaluamos solo como un cómic es puro entretenimiento rápido, ahora bien, quienes cumplan con los puntos antes mencionados seguramente disfrutarán mucho más de la historia.

Es un cómic del 2003 y eso se nota. ¿Le pasa factura? Es factible hacerse esta pregunta, aunque la respuesta puede que no sea tan clara, especialmente en lo que se refiere a su estilo de dibujo, ya que la historia que nos cuenta puede ser atemporal, aunque los noventa se notan mucho en ella.

Tira de muchos tópicos, la venganza del maestro asesinado, el amigo desaparecido, el padre ausente… pero es que esto es Street Fighter, los autores son conocedores de ello y, además de hilar las historias de los diferentes protagonistas, sus golpes de efecto se basan más en la aparición de personajes que en giros de guion, es decir, los autores conocen la importancia de los protagonistas y saben usarlo. Visto así, como adaptación de un juego de lucha, saben utilizar muy bien lo que tienen a mano.

Street Fighter

Eso sí, donde más se nota el tiempo es en el dibujo, con sus pros y sus contras. Con ello nos metemos de pleno en la época del Amerimanga, no confundir con estilos narrativos actuales heredados del cómic japonés. Aquí lo que hay es la narrativa norteamericana de los noventa pero con un estilo en los personajes que los acercan al manga. A eso hay que sumar que hay un total de doce dibujantes, uno por historia, y el resultado es variado en cuanto a la narración pero clónico en cuanto al estilo.

Que todos ellos hagan ese Amerimanga hace que se consiga un tono muy homogéneo a lo largo de los diferentes números y sus complementos, ahora bien, aunque parecen clones unos de otros y son casi indistinguibles en muchos casos, no todos muestran la misma calidad especialmente en cuanto a la narrativa. Destacan gente como Joe Madureira, con sus exageraciones, un Salvador Larroca alejado de sus trabajos más actuales o Kaare Kyle Andrews, que estaba aún buscando su estilo; mientras que los menos atractivos consiguen ser funcionales, logrando una narración fluida para la constante acción que requiere una historia como esta. No es novedoso y el gusto del lector le hará tener una visión distinta del apartado gráfico, pero no se puede negar que es muy respetuoso con la estética original del juego.

El tomo de Moztros es de una calidad impecable. Buen papel, de alto gramaje, en una edición cuidada en la que, quizás, se hubiesen agradecido algunos extras más, aunque incluye portadas variantes al final mientras que las originales van intercaladas. Parece que tienen claro el público al que va dirigido, han hecho un trabajo lujoso y que durará en las estanterías.

Lo mejor

• Aumenta e hila las historias de los diferentes protagonistas, podemos volver a vivir Street Fighter de forma efectiva.
• Reencontrarse con estos personajes.
• Acción y entretenimiento a raudales con un apartado gráfico muy respetuoso.

Lo peor

• Es un producto orientado a los seguidores del videojuego o a quienes guarden buen recuerdo de él.
• El amerimanga no fue una buena corriente para todos los autores y la inmensa cantidad de dibujantes del tomo no le favorece.



Ver Fuente

Comentarios

Entradas populares