Javier Vázquez Delgado recomienda: Noir Burlesque 1, de Enrico Marini

Edición original: Noir Burlesque FRA (Dargaud, 2021)
Edición nacional/España: Noir Burlesque 1 (Norma Editorial, 2022)
Autor: Enrico Marini
Traducción: Diego de los Santos
Realización técnica: Ro Vargas
Formato: Cartoné. 104 páginas. 25€

El género negro según Marini.

«¿Cómo no voy a quererte?»

A lo largo de su ya prolongada carrera el historietista italiano de orígenes suizos Enrico Marini (Liestel, Suiza, 1969) nunca ha tratado de convertirse en un autor que revolucione la forma de entender el cómic, pero en la mayoría de las ocasiones siempre ha entregado unos trabajos sólidos y que se leen con gusto. Tampoco se puede afirmar que ha creado obras que le vuelen la cabeza de sus lectores tomando unos riesgos gráficos rompedores que otros autores repliquen en sus propios trabajos, pero sus comics siempre han destacado por su claridad narrativa y espectacularidad. Sus series, que siempre se han podido clasificar sin problemas dentro de un género concreto, no están repletas de giros sorpresivos de guion y planteamientos que retuerzan las convenciones propias del género, pero tampoco hay ningún rastro de relamida pretenciosidad. Sus trabajos, ya sea como autor completo o ilustrando guiones ajenos, no son de los que acumulan premios por las razones anteriormente citadas, aunque si gustan a un determinado tipo de público que, además de disfrutar de su virtuosismo como dibujante realista y de su increíble dominio de las aguadas, busca historias sencillas y divertidas que le proporcionen algo tan importante y muchas veces necesario como un divertido rato de evasión. Evidentemente ninguna de sus series va a pasar a la historia del medio, puesto que en todas se pueden encontrar algunos defectos muy marcados. Y desde luego, son trabajos que no pueden compararse con otras propuestas más rompedoras, excitantes y sorprendentes que han cosechado una más que merecida fama que han ido apareciendo a lo largo de sus más de tres décadas de carrera. Pero no por ello, se pueden calificar todos sus cómics como malos o mediocres, puesto que habitualmente cumplen lo que prometen y están dibujados con gran pericia, y eso no es algo que se deba desdeñar a la ligera.

Aunque puede ser objeto de debate, hasta ahora podríamos considerar que sus mejores trabajos son La estrella del desierto (Norma), el western guionizado por Stephen Desberg, y, a falta de conocer su conclusión, Las águilas de Roma (Norma), el peplum histórico que es su primera serie como autor completo. Otros trabajos que tenían buenos mimbres para hacerles sombra como la serie de capa y espada El escorpión (Norma) adolecen de un guion que no daba para tantas páginas y está estirado hasta la saciedad lo que acaba haciendo que el lector pierda el interés por el relato, y en otras obras previas como Gipsy (Norma) o Rapaces (Norma) vemos también problemas de guion, por no mencionar sus primeras obras en las que se puede apreciar que todavía está en pleno proceso de aprendizaje. Sin embargo, tras la lectura del primer volumen de Noir Burlesque que edito Norma hace unas pocas semanas se puede afirmar que estamos ante una firme candidata a convertirse en su trabajo más celebrado pese a replicar algunas de las características que le han acompañado a sus obras durante toda su trayectoria que hemos comentado con anterioridad.

En este primer álbum de los dos previstos de la serie, Marini nos presenta a Terry Cole, un excombatiente de la Segunda Guerra Mundial y especialista en atracos, que tras su vuelta a casa se ve implicado de nuevo en el mundo criminal tras asumir una deuda que su cuñado tiene con Rex McKinty, un capo de Nueva York con el que Terry ya había tratado en el pasado. Al ir a saldar su deuda al local que regenta Rex descubre que Caprice, la mujer que abandono para ir a la guerra y de la que sigue enamorado, es la estrella de espectáculo musical y también la nueva novia del capo.

Como podemos observar por el argumento, en el desarrollo de la historia no encontramos ninguna sorpresa ni nada que ya hallamos leído o visto en infinidad de ocasiones, así que estamos ante una historia en la podemos encontrar casi todos los tópicos de las historias de género negro. Pero, pese a esta falta de originalidad hasta el momento, todo funciona muy bien y en sus páginas podemos a personajes que son la viva personificación de los clichés del noir con un protagonista aparentemente duro como el pedernal, pero con un código de honor propio y que se derrite por su exnovia. Ella es la femme fatale llena de sensualidad de la función, en la que tampoco pueden faltar un policía irlandés que compartió juegos de juventud con el protagonista y trata de ayudarle contra un grupo de gánsteres de ambición desmedida y ningún tipo escrúpulo. Con todos estos elementos, Marini convierte la obra un compendio de lo que debe ser una historia policiaca que tome como base las obras del género creadas en los años cuarenta y cincuenta por autores como Dashiell Hammett o Raymond Chandler que contaron con estupendas adaptaciones cinematográficas y a las que hace un sentido homenaje. Por el momento, y a falta de ver la conclusión, el italiano sale bien parado del envite y al tratarse de una historia prevista en solo otra entrega más casi se puede garantizar que el guion no estará tan estirado como en alguno de sus otros trabajos.

Gráficamente es una obra rotunda, en la que Marini abandona el color para ofrecernos unas soberbias planchas en blanco y negro, con algunas pinceladas de tonos rojo que hacer destacar algún elemento concreto. Un recurso efectivo y bien empleado, pero que tampoco resulta novedosos, puesto que ya lo habían empleado autores como Matt Wagner o Frank Miller, entre otros. Gracias a ese fantástico uso del blanco y negro cada uno de los paseos por la ciudad de Nueva York que se dan los protagonistas se convierte en una delicia que nos transporta a las grandes películas del género. Unas postales de la ciudad llena de unas atmósferas y ambientes que nos muestran por igual la belleza de la ciudad y los peligros que encierra. Algo a lo que ayuda que en esta ocasión el italiano ha optado por no hacer un acabado tan detallado como nos tiene acostumbrados dejando que el color acabe de componer los diferentes edificios y ambientes. Narrativamente encontramos la claridad habitual en sus trabajos, pero también vemos algún recurso que no es tan habitual en su trabajo como una narración en paralelo en la escena que los matones de Rex irrumpen en la habitación de Terry y además también podemos ver algunos encuadres y escenas tomadas de las películas del género. Un trabajo grafico espectacular que es la gran baza de la obra, pero no la única.

Norma hace una gran edición con un diseño espectacular y un papel poroso que reproduce a la perfección los tonos empleados por Marini en la obra. El volumen contiene como extras bocetos realizados por el autor para la ocasión.

Con la primera parte de Noir Burlesque Enrico Marini nos ha ofrecido un trabajo que, salvo sorpresa negativa en la segunda parte, se convierte en su mejor obra hasta la fecha. Una historia de género negro realmente muy sólida que, pese a no ser nada innovadora, nos regala grandes momentos y que cuenta con un dibujo excepcional.

Lo mejor

• La solidez y efectividad de la historia, pese a todo.
• El paseo por Nueva York de Terry y Caprice.
• El uso del blanco y negro.

Lo peor

• La historia no tiene ninguna sorpresa y resulta bastante previsible, ya que en ningún momento se sale de los tópicos del género negro.



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