Javier Vázquez Delgado recomienda: Alabanza, de IKEBE Aoi
Edición original: Kagome kagome (Akita Shoten, 2013)
Edición nacional/España: Alabanza (Milky Way Ediciones, 2022)
Guion: IKEBE Aoi
Dibujo: IKEBE Aoi
Traducción: Verònica Calafell y Gemma Tarrés
Formato: Rústica con sobrecubiertas. 226 páginas a color
Precio: 10€
Entre la fe y los deseos
«En un convento no hay lugar para el yo».
Hay historias que fascinan por su ritmo trepidante, las heroicidades de sus protagonistas, los muchos peligros a los que estos deben hacer frente. Otras permanecen en nuestro recuerdo porque son capaces de ponernos los pelos de punta y mostrarnos el terror más absoluto en sus diferentes facetas. Otras nos hacen reír a carcajadas con situaciones disparatadas y personajes alocados. Otras hacen de lo cotidiano su punto de partida y nos demuestran que incluso en las cosas más pequeñas puede encontrarse la semilla de un relato que nos emocione. Este es el caso de Alabanza, manga de IKEBE Aoi, publicado por Milky Way Ediciones, que comenzó su serialización en 2013 en la revista Champion Tap! de Akita Shoten y sirve como precuela para Nee, mama, obra galardonada con el Gran Premio del Japan Media Arts Festival en 2018. La editorial asturiana anunció hace unos meses la licencia de este tomo único lleno de sentimiento que llama la atención sobre todo por su apartado artístico y por tratarse de un volumen completamente a color. Constituye, además, el debut en España de Ikebe, una autora muy interesante.
En el convento de un pueblecito francés, la vida transcurre con calma entre oraciones y tareas domésticas. Tanto las monjas como las huérfanas a las que han acogido dedican su tiempo a las lecturas, las plegarias y los rezos mientras fuera el mundo, al que las niñas apenas se han asomado, bulle. Y es en ese mundo exterior donde se encuentra el secreto más profundo de la hermana Malena, un ejemplo para sus compañeras, tan perfecta, siempre entregada a sus labores. Todas, y en especial la pequeña Emila —una niña a su cargo—, la contemplan con admiración, en algunos casos hasta con un poco de envidia. Sin embargo, ese secreto que la hermana Malena calla entra en conflicto con su condición y, por tanto, con la vida que lleva en el convento.
En Alabanza, IKEBE Aoi nos sorprende con una historia sencilla —pero no por ello menos interesante— sobre los anhelos, las decisiones y lo complicado que es a veces escoger el camino que de verdad queremos seguir. También en ella aborda el amor y su ausencia, la admiración y lo mucho que estos sentimientos pueden marcarnos. Para contárnosla, Ikebe se centra fundamentalmente en la hermana Malena y Emila. Sus emociones son complejas: la primera se muestra como una monja ejemplar ante sus compañeras y las niñas, tan recta, tan firme en su labor, mientras en su interior se inclina hacia un camino que su entorno considera pecado; la segunda no puede sino contemplarla con fascinación y tratar de seguir sus pasos, pues desde que nació el convento es el único hogar que ha conocido y la hermana Malena, su única figura de referencia.
El argumento se desarrolla sin complicaciones. Ikebe se centra sobre todo en la cotidianeidad del convento —las oraciones y los cantos, la limpieza, la cosecha…—, aunque de vez en cuando nos permite atisbar la realidad más allá de sus paredes o fragmentos del pasado de sus protagonistas, sobre todo de la hermana Malena. Es en esas situaciones aparentemente sin importancia en las que se desvelan los problemas de los personajes: en medio del día a día, surgen sus dudas, sus preocupaciones. Aun así, pese a que puedan causarles dolor, todo se refleja de una manera sosegada, sutil, que se adecúa al ritmo tranquilo de la vida en el convento. La historia de Alabanza transcurre de una forma pausada porque precisamente busca que los lectores se fijen en los detalles para apreciar la carga emocional que tiene cada momento, por trivial que parezca a simple vista. Eso sí, el final puede parecer un poco abrupto y deja con ganas de saber qué ha sucedido con los personajes, cómo se han enfrentado a las dificultades para seguir su camino.
Sin duda, lo mejor de Alabanza es el dibujo. La sencillez de las viñetas de IKEBE Aoi hacen de este manga un volumen lleno de magia, que nos maravilla una y otra vez a medida que pasamos las páginas. Mediante sus trazos finos, llenos de expresividad, la autora logra transmitir un sinfín de emociones y nos permite ahondar en sus personajes, en sus pensamientos, sus dudas y conflictos. A eso ayuda el ritmo pausado que también vertebra los dibujos: se detienen en cada instante, en cada gesto, y nos permiten intuir qué se esconde detrás. Las viñetas se rodean con un marco ornamentado, como si de cuadros se tratase.
Además, el hecho de que sea un tomo a todo color lo hace aún más especial. Ikebe aprovecha este recurso para establecer diferencias entre los lugares y los personajes de la historia: el morado para las huérfanas, el blanco para las hermanas —símbolo de esa «pureza» que se les exige y que Malena, por sus circunstancias y sus deseos, deja a un lado de acuerdo con los estándares de su entorno—; el ambiente gris y beige del convento, las calles anaranjadas, rojas y amarillas del barrio de placer del pueblo. Asimismo, las tonalidades le sirven a IKEBE Aoi para diferenciar el presente y el pasado, los distintos momentos del día, y generar sensaciones en el lector. En definitiva, el tomo es un disfrute visual y su cuidada edición resalta todos sus puntos positivos.
Alabanza es la primera obra de IKEBE Aoi en nuestro mercado, pero esperamos que no sea la última. De nuevo, Milky Way Ediciones apuesta por una autora inédita en España, con un sello muy personal y una manera de contar tan sensible como fascinante.
Lo mejor
• El precioso estilo de dibujo de IKEBE Aoi, que además se ve realzado por una edición muy cuidada.
• La delicadeza con la que la autora narra su historia.
Lo peor
• El ritmo pausado de la obra puede que no sea del gusto de todos los lectores.
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