Javier Vázquez Delgado recomienda: Tierra 2 vol. 1: La reunión
Edición original: Earth 2 núms. 0-16, 15.1, 15.2, Earth 2 Annual núm. 1 USA
Edición nacional/España: ECC Ediciones
Guion: James Robinson, Matt Kindt, Paul Levitz
Dibujo: Aaron Lopresti, CAFU, Eduardo Pansica, Julius Gopez, Nicola Scott, Paul Levitz, Tomás Giorello, Yildiray Cinar, Tom Derenick
Entintado: Trevor Scott, Sean Parsons, Ryan Winn, Ruy José, Cam Smith, Rob Hunter, Art Thibert
Color: Alex Sinclair, Pete Pantazis, Tony Aviña, Nathan Eyring, Michael Atiyeh, Dave McCaig, Allen Passalaqua, Lee Loughridge, Barbara Ciardo, Jason Wright
Traducción: Francisco San Rafael Simó
Formato: DC Omnibus (Cartoné, 156×239 mm.), 480 págs. A color.
Precio: 40,50 €
Lo nuevo no tiene por qué ser malo
«Dicen que un héroe es aquel que hace cosas peligrosas aunque tenga miedo. Espero que sea cierto porque estoy aterrorizado.»
Año 2012. DC Comics reinicia todas sus colecciones desde cero con la intención de modernizar a sus personajes, crear un nuevo escenario donde contar sus historias y tratar de agregar nuevos lectores a la editorial. Nuevas colecciones y nuevos orígenes para una Tierra principal (Earth 0) que suponen un gran empujón inicial, diluido pronto, y a pasos agigantados con el paso del tiempo, hasta el punto de dar un paso atrás (no total) en el llamado Renacimiento. En aquella Tierra principal faltaban unos personajes muy importantes para DC, aun cuando no gozan de un conocimiento general por parte del público, se trata de los integrantes de la JSA. El supergrupo de la Golden Age tendría un espacio reservado en Tierra 2, como se definiera en la Edad de Plata, obviando Crisis en Tierras Infinitas. Por supuesto, siguiendo la premisa del reinicio editorial, estos personajes deben modernizarse. “¿Una serie del New 52 que mancilla a la JSA? No es para mí.” Probablemente esta sea la primera reacción del aficionado, pero gracias a James Robinson y a Nicola Scott como autores principales, la serie rompe con todo pronóstico y resulta un buen cómic, uno de los mejores de la controvertida época editorial. Sin ninguna necesidad de descartar, relegar o sustituir a la Sociedad de la Justicia original, este Alan Scott o Jay Garrick son muy distintos a los originales, y ambas encarnaciones pueden convivir en el multiverso DCíta perfectamente.
Esta Tierra ha sufrido a manos de Darkseid. La guerra contra Apokolips se nos muestra en el primer capítulo, de ritmo trepidante y trágico final. El miedo al tirano provoca el nacimiento de un ejército mundial, de dudosa moral y controvertidos métodos, como máxima autoridad del planeta. Bajo este contexto el cómic inaugura su andadura, donde veremos el comienzo en la vida superheroica de un Green Lantern arrogante, un Flash inexperto, una Hawkgirl obstinada o un Steppenwolf mucho mas adaptable que el monstruo cinematográfico visto en Liga de la Justicia (sea extendida o no la versión), entre otros muchos.
Un inicio de tomo común a todo buen comienzo, pulido y ambicioso, aun suponiendo una reimaginación de lo acontecido en la Tierra principal (Geoff Jonhs y JL mediante) rápidamente se toma un nuevo rumbo. Robinson consigue despertar interés desde la primera página, siguiendo un esquema marcado, acción superheroica y reposo posterior para indagar en este universo y sus personajes. La facilidad con la que logra encajar las distintas tramas supone una lectura divertida, ágil y ligera, a pesar de contar con una cantidad considerable de texto en algunas páginas y prestar atención a poderes políticos o a distintos villanos, con una presencia de los héroes maravillas menor de lo presumible en un principio.
Los orígenes de los héroes (aquí son llamados maravillas) como en todo el New 52 son nuevos, con guiños más o menos evidentes a su versión clásica. El cómic lo protagoniza la renovada JSA pero todos los personajes DC son susceptibles de ser adaptados en esta nueva Tierra. No solo el primer supergrupo vive aquí, versiones de héroes y enemigos ajenos a él tienen presencia. El legado y nuevas interpretaciones de los caídos aparecen en el transcurso de la historia; en el segundo volumen de esta edición y en sucesivas entregas de la colección como El fin del mundo y Sociedad. La publicación por parte de ECC de la continuación de Tierra 2 en este formato es toda una incógnita. La editorial ya editó en rústica la totalidad de la serie, pero los ejemplares ya no se encuentran disponibles, si estás interesado deberás rebuscar en tiendas especializadas, de segunda mano, el vasto océano de internet u otras opciones. Estas continuaciones guardan su mayor virtud en el trepidante ritmo, un apropiado concepto de legado o en leer el devenir de un mundo y unos personajes a los que ya les has cogido cariño. Otra ventaja de leer T2 es que aquel evento tan vilipendiado mayoritariamente por público y crítica, Convergencia, toma una nueva dimensión, al por momentos, casi tratarse de una entrega más de esta serie.
Tierra 2 tiene muchísimos puntos interesantes envueltos en una relativa aura novedosa, todo forma un conjunto apetecible y gratificante, pero ninguno de los elementos que lo conforman es explorado a fondo. El contexto social y político es fundamental, algo no tan habitual para el disfrute de un cómic principalmente superheroico, aunque algún lector puede experimentar cierta insatisfacción al no indagar lo suficiente en ello. Esta superficialidad, aparente pero no descarada, se deja notar prácticamente en cada trama del tebeo. En cualquier caso por lo que cuenta, y también por lo que deja a la imaginación, resulta adictivo. Y es que T2 es un comienzo constante, una colección siempre movida por la inalterable sucesión de acontecimientos que proponen nuevas situaciones a explorar y el continuo nacer de distintas maravillas.
Wotan defiende su género no binario, Alan Scott es gay. A algunos estas insignificancias les tirará para atrás, pero en ningún momento es base del relato, no se indaga en ello, ni mucho menos tiene ninguna intención propagandística. Simplemente se integra en la trama con sencillez y familiaridad, tal y como debería ocurrir en el mundo real. Con la misma naturalidad, personajes de distintas etnias pueblan el cómic.
Nicola Scott es la artista principal del libro, capaz de imprimir gran fuerza a las escenas de acción, con gran nivel de detalle, narrando apropiadamente en las viñetas más reposadas. Además se encarga de la mayoría de diseños de los personajes. La dibujante de Wonder Woman realiza un buen trabajo, como suele ser habitual, siendo una asidua de la editorial, sin que la australiana goce de todo el reconocimiento que merece por parte del público. No es la única implicada, artistas como Eduardo Pansica, CAFU o Lopresti, entre otros, y un sinfín de coloristas o entintadores colaboran en la colección. En el cajetín que da inicio a la reseña puedes encontrar la lista de implicados completa. El tomo incluye las portadas, páginas con el diseño de personajes o splash pages de la primera gran batalla, donde apreciar el trazo y nivel de detalle de Scott.
Una serie larga que no tiene prisa por contarse. O sí, porque cada situación se subsana a buen ritmo, pero hay tantos elementos a los que el guion quiere atender en este mundo devastado por la guerra que necesita de muchas páginas para desarrollarse. A su vez, despierta la sensación de estar bien pensado y estructurado con distintas facciones, países, héroes o villanos conformando un juego de poderes que encuadran la trama de forma muy sugestiva. Un acierto traer de vuelta una colección de una calidad contrastada que no ha gozado de toda la atención merecida por parte del lector. Tierra 2 no es el universo principal donde los hechos impactantes dejan de serlo por la consabida vuelta al statu quo cíclica de los cómics de superhéroes. Aquí lees un universo DC donde lo acaecido persiste y cuyo desarrollo no tiene ningún miedo al fracaso de los héroes. Una reimaginación total de Tierra 2 y la JSA que lejos de la antipatía que pueda generar modernizar estos personajes supone un buen cómic. Para disfrutar sin prejuicios.
Lo mejor
• El guion está muy bien compactado.
Lo peor
• Es posible acusar falta de profundidad en algunos aspectos.
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