Javier Vázquez Delgado recomienda: El hombre que ríe, de Fernando de Felipe
Edición original: Zona 84 79-84 ESP (Toutain, 1992)
Edición nacional/España: Biblioteca Fernando de Felipe: El hombre que ríe (ECC, 2022)
Guion: Fernando de Felipe adaptando la novela de Victor Hugo.
Dibujo: Fernando de Felipe
Rotulación: Marc Viaplana
Diseño: Isaac Romana
Formato: Cartoné. 112 páginas. 23€
La sonrisa más amarga.
«¡Tenéis delante de vos a un inocente…! ¡A un infeliz!»
Este pasado mes de junio ECC público El hombre que ríe continuando con la recuperación de la obra de Fernando de Felipe (Zaragoza, 1965) que está llevando a cabo en los últimos meses que nos ha permitido leer, además de esta obra, nuevas ediciones de Nacido Salvaje, ADN, S.O.U.L. y desde hace unos pocos días Marketing & Utopía Made in USA, quedando pendientes para los próximos meses la aparición de Museum, Black Deker: Deep South Story, Black Deker: Yellow Moon y un tomo que reunirá sus historias sueltas, además de Penetren las moscas, una novela inédita escrita por el autor zaragozano. Cruzamos los dedos para que la recuperación de estas obras sean solo el prólogo para la aparición de nuevos cómics del autor maño creados para la ocasión.
A finales de los años setenta se produjo una revolución en el cómic español con la aparición de las revistas de cómics destinadas a público adulto. En cabeceras ya míticas como Tótem, Cimoc, Cairo, El Vibora, 1984 y un larguísimo etc. pudimos ver como autores de una larga trayectoria podían abordar historias muy diferentes a las que se habían publicado durante la dictadura. Pero eran los únicos en publicar en esas cabeceras, ya que también había espacio para obras creadas en otras latitudes y para que nuevas generaciones de autores dieran sus primeros pasos en el mundo del cómic. Entre los autores surgidos en aquellos años podríamos mencionar a figuras tan destacadas en el cómic mundial como Rubén Pellejero, Miguelanxo Prado, Max, Daniel Torres o Ana Miralles. Pero también aparecieron otros autores como Fernando de Felipe, que, si el colapso del mercado de las revistas a finales de la década de los ochenta no les hubiese alejado del medio, sin duda, habría alcanzado un status similar porque en sus trabajos se podía ver una personalidad y un talento enormes. Sin embargo, las circunstancias le llevaron por otros derroteros profesionales dejando de lado los cómics en 1994 centrándose en la docencia, aunque no de manera exclusiva ya que ha ejercido como guionista y director cinematográfico, crítico y ensayista. Esta prolongada ausencia hizo que sus trabajos de la época quedaran en un segundo plano para las nuevas generaciones de lectores, pese a que Glénat reedito algunos de sus trabajos a finales del siglo pasado. Una injusticia que la aparición de la Biblioteca Fernando de Felipe viene a reparar de algún modo.
El hombre que ríe es la adaptación bastante libre que el autor maño realizo de la novela escrita por Victor Hugo en 1869. Se publicó en las páginas de la revista de Toutain Zona 84 entre los números 79 y 84 en el año 1992. Ese mismo año la editorial publicaría el tomo recopilatorio. Posteriormente Glénat España volvería a editar la obra en 1999 en un tomo de tapa dura. Como la novela original el cómic nos cuenta la historia de Gwynplaine, un niño abandonado que salva a Dea, un bebé abandonado en la nieve junto al cadáver de su madre, enferma de peste negra. Juntos huyen del lugar para acabar en casa de Ursus, un comediante ambulante, que les acoge junto a su lobo amaestrado Homo convirtiéndose en un padre adoptivo para ambos. Es en ese momento cuando descubre las horribles cicatrices tiene Gwynplaine que le han desfigurado el rostro con una perpetua sonrisa que le condena a ser el hombre que ríe y que marcara su futuro y el relato.
Fernando de Felipe condensa la historia original de Victor Hugo en seis capítulos de unas ocho páginas en los que consigue extraer la esencia del relato pese a los cambios que introduce de manera que no se pierda ese romanticismo gótico que caracteriza el relato principal. Además de prescindir de gran casi todos los pasajes descriptivos de la obra de Victor Hugo quedándose solo con el núcleo de la historia, los principales cambios que hace el autor zaragozano es dotar a la historia de una mayor la intensidad trágica y violencia que acercan al cómic a las tragedias griegas, las óperas wagnerianas o a las obras de Shakespeare haciendo que tenga un marcado toque teatral y folletinesco que casa a la perfección con la publicación serializada que tuvo la obra. Algo que junto a la oscuridad del dibujo nos da una historia fatalista y tenebrosa llena de sufrimiento, dolor, perversidad y humillaciones que hace una crítica descarnada a las clases sociales acomodadas, los abusos de poder y a las desigualdades sociales, además de mostrarnos tanto la maldad humana como la inevitabilidad de los caprichos del destino a los que no les importa el coste que tienen para la gente de su alrededor. Un mensaje desolador y descorazonador en que tiene cabida un halito de esperanza encarnado en el amor que sienten entre sí la particular familia que forman Ursus, Dea y Gwynplaine.
Gráficamente Fernando de Felipe firma uno de sus mejores trabajos con unas páginas repletas de imágenes llenas de potencia que incrementan el dramatismo de la historia. A lo largo de la historia vemos las atmosferas opresivas y lúgubres en las que suceden las desventuras de los personajes. Su representación de Gwynplaine es tan icónica como impactante visualmente, gracias a su estilo caricaturesco que el posibilita crear personajes en los que lo grotesco y lo deforme de su apariencia no les resta humanidad. Además, en la obra hace gala de un dominio del color extraordinario en el que la paleta elegida llena de tonos azules, morados y ocres llenos de claroscuros que nos van introduciendo en una trama tan áspera y cruda como fascinante y que va ganando en intensidad dramática con el paso de los capítulos. Estamos ante un trabajo de un marcado tono pictórico, no solo por los números homenajes a cuadros que hay a lo largo de la obra, también en la forma de usar el color y la luz como elementos definitorios de las emociones de los personajes.
Como sucede con todos los cómics aparecidos en la Biblioteca Fernando de Felipe ECC hace una edición primorosa, completísima y muy cuidada que permite disfrutar de obra como se merece. Entre los abundantes extras con los que cuenta destacan una introducción escrita por Hernán Migoya, una extraordinaria entrevista con el autor realizada por Iván Pintor Iranzo en que nos desgranan la génesis y creación de la obra, además de abundante material gráfico como el storyboard, bocetos, portadas de otras ediciones de la obra y una galería de los cuadros e ilustraciones que influyeron en la creación gráfica de la obra.
Con El hombre que ríe Fernando de Felipe firmo su trabajo más intenso y personal, con permiso de Museum puede tratarse de su mejor trabajo. Un ejemplo perfecto de cómo deben hacerse las adaptaciones ya que, pese a tomarse algunas libertades con el texto original, sabe extraer la esencia de la obra y trasladarla a un medio diferente aprovechándose de las diferentes posibilidades que tiene el cómic. Un trabajo redondo que sigue tan actual y moderna como cuando se publicó hace ya treinta años.
Lo mejor
• La habilidad de Fernando de Felipe para condensar la novela y que siga resultado un trabajo muy personal.
• El apartado gráfico y, en particular, el uso del color.
• La edición de ECC.
Lo peor
• Que estos treinta último años no hayamos podido leer cómics creados por Fernando de Felipe.
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