Javier Vázquez Delgado recomienda: ZN Indie: Novedades USA #69
Trve Kvlt #1
Guion: Scott Bryan Wilson
Dibujo: Liana Kangas
Color: Gab Contreras con Jimmy Savage
Rotulación: DC Hopkins
Formato: Grapa, 32 páginas.
Precio: $3,99
Harto de trabajar en una hamburguesas los últimos 15 años de su vida, Marty Tarantella acomete una serie de robos con consecuencias inesperadas. Entre los objetos que roba no hay solo dinero y joyas, sino también un arma mística de un peligroso culto satánico que, lógicamente, quiere recuperarla a toda costa.
Con una premisa así, es razonable pensar que Trve Kvlt es una comedia ligera. Pero es mucho más que eso. Scott Bryan Wilson y Liana Kangas se han marcado un número de introducción que además de divertido es más angustioso que el de la mayoría de thrillers indie. Su criatura, el empleado de hamburguesería reconvertido en ladrón, es un tipo patético y un tanto paranoico al que es imposible no coger cierto cariño; a pesar de todos sus dejes y manías, no deja de ser un hombre aplastado por el sistema económico americano a quien queremos ver triunfar. Con un gran dominio del ritmo narrativo, Wilson y Kangas van escarbando en la mente de este personaje a medida que la paranoia de este se acrecienta… y empiezan a surgir pequeñas fisuras en su plan perfecto. Como la visita inesperada de dos policías a la hamburguesería, momento en el que la tensión se multiplica en cuestión de tres viñetas. Otras series recurren a sucesos más espectaculares (quizás un tiroteo o la sangrienta irrupción en escena de un villano psicópata) para generar menos tensión que la que consigue esta serie en esas tres viñetas. Tales sucesos también se usan para distraer a los lectores de la falta de ideas o una perezosa caracterización de personajes. A los autores de esta serie nos les hizo falta tales artificios para ganarse mi interés. Con un personaje tan genial como Marty Tarantella, personajes secundarios igual de geniales, unos textos ingeniosos y un dibujo apropiadamente estilizado, pueden presumir de un excelente debut.
Valoración: La línea Originals de IDW se anota otro tanto con este debut. Para fans de series poco convencionales.
The Dead Lucky #1
Guion: Melissa Flores
Dibujo: French Carlomagno
Color: Mattia Iacono
Rotulación: Becca Carey
Formato: Grapa, 32 páginas.
Precio: $3,99
¿Cuántas series acumula el Massive-Verse? No hay mes en que no esté reseñando el primer número de una nueva serie de este universo. Hoy es el turno de The Dead Lucky, el debut comiquero de la escritora Melissa Flores, quien junto al dibujante French Carlomagno (qué gran seudónimo) afronta el desafío de justificar una serie nueva en un universo bastante grande para haber nacido hace solo un año.
Los protagonistas son el punto fuerte de las series del Massive-Verse, y The Dead Lucky no es la excepción. Como bien señala Flores en su carta a los lectores, esta es una serie sobre los veteranos de guerra que vuelven a América con trastorno de estrés postraumático, un tema rara vez tratado en los cómics de superhéroes americanos. La única excepción serían los cómics de Tom King, guionista acostumbrado a hablar de sus propias experiencias con este trastorno. Flores no lo padece, pero su pareja sí. El conocer los síntomas del trastorno pero no lo que sienten y piensan quienes lo sufren se refleja en las páginas del cómic. La protagonista de la serie mantiene distancia respecto a los propios lectores, negándose a compartir sus pensamientos más íntimos en los textos de narración. Su incapacidad para socializar y llevar una vida normal, motivada por sentimientos que los lectores no alcanzamos a comprender, se expone de forma convincentemente realista. De hecho, en algunos aspectos la protagonista me recuerda a un veterano de guerra que conozco que también padece el trastorno.
Las serie tiene una muy buena heroína, pero ¿tiene aventuras entretenidas? Las series de superhéroes también necesitan una buena dosis de emoción y acción. En este aspecto The Dead Lucky es muy conservadora, como todas las series del Massive-Verse. No es algo malo: si está hecha con cariño, como es el caso aquí, una serie de superhéroes a la vieja usanza siempre es entretenida. A Flores le falta práctica planificando escenas de acción, pero Carlomagno se las apaña para que no lo notemos.
Lo que no puede rescatar el dibujante es el componente de crítica social respecto a la deriva de San Francisco, ciudad de la escritora, que en ocasiones roza lo simplista; mucho me temo que parte de los problemas de la ciudad lo ocasiona el inmovilismo de sus habitantes, sobre todo su oposición a la construcción de toda vivienda que no sea unifamiliar, y no las malvadas empresas (aunque es innegable que estas se aprovechan de las circunstancias para engordar sus arcas). Pero prefiero un cómic que se arriesgue a quedar en evidencia a uno que no tenga ningún mensaje. Para cómics sin alma ni conciencia ya tenemos a Marvel y DC. Menos mal que tenemos al Massive-Verse para seguir creyendo en los superhéroes.
Valoración: Interesante debut de la que podría ser una de las mejores aportaciones al Massive-Verse. A seguir de cerca.
The Last Shadowhawk #1
Argumento: Philip Tan
Guion: Jim Valentino y Brian Habrlin
Dibujo: Philip Tan
Tinta: Daniel Henriques
Color: Federico Blee
Rotulación: Todd Tochioka
Formato: Grapa, 32 páginas.
Precio: $3,99
Mi más sentido pésame a los fans de Shadowhawk. Si esta es la última historia del personaje, qué mierda de final ha tenido.
The Last Shadowhawk es, de principio a fin, una sucesión de splash pages en las que Philip Tan rinde tributo al exceso de los 90. O eso cree él. Incluso Rob Liefeld en sus momentos más demenciales dedicaba viñetas a desarrollar una (nefasta) historia, a dar al lector un descanso e hilar las escenas de acción. Tan ni siquiera hace eso. Su idea de un Su historia es de principio a fin una violenta pelea a puñetazos, protagonizada por dos personajes que posan para la cámara. Todo atisbo de una historia coherente se expresa mediante imágenes de fondo que hacen la narración sea incluso más torpe. Podría decirse que en The Last Shadowhawk Tan nos está mostrando lo que podría haber sido la evolución del cómic de superhéroes mainstream americano si la influencia de la escuela Image hubiera sido mayor: los dibujantes ya no dibujarían pin ups en vez viñetas, sino posters en vez de páginas.
Al igual que en los cómics de Image de los 90, la labor del guionista queda limitada a dar sentido y contexto a los posters del dibujante. O mejor dicho, los guionistas; hizo falta cuatro manos para poder obtener algo legible. Y vistos los resultados, Jim Valentino, padre de Shadowhawk, y Brian Haberlin deberían haber firmado el guion con seudónimos para proteger su reputación. Intentan resumir la historia del personaje mediante cuadros de texto, pero lo único que consiguen es hacer más pesada la lectura porque los posters de Tan no se prestan a brevísimos resúmenes de continuidades complejas. Intentan dotar a la historia de un sabor épico y amargo, la sensación de un inexorable destino aciago, pero ninguna de sus palabras es épica o triste o melancólica. ¿Y acaso sería posible conseguir cualquier efecto dramático si el cómic no es más que posters de dos tíos zurrándose salvajemente? También hay un intento de deconstruir los métodos violentos de Shadowhawk, pero, sorpresa, eso no es posible en un cómic que es básicamente once posters de dos fulanos rompiéndose las vértebras (y tampoco creo que los guionistas tengan la habilidad para examinar este tema de una manera que no hayamos visto en todo cómic de superhéroes posterior a Watchmen).
Lo único bueno que puedo decir de este cómic es que tiene un final muy valiente. Un final tan negro y despiadado para un cómic de superhéroes que podría ser una página descarta de The Boys. Como si los autores se estuvieran riendo de los lectores que han pagado dinero para reencontrarse al personaje de su juventud.
Valoración: Un insulto al personaje, a los lectores que lo añoraban y a los años 90, que no fueron tan malos como este especial.
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