Javier Vázquez Delgado recomienda: Reseña DC USA – Dark Crisis: Worlds Without a Justice League – Superman #1 de Tom King y Chris Burnham

Edición original: Dark Crisis: Worlds Without a Justice League – Superman #1 USA (DC Comics, 2022)
Guion: Tom King
Dibujo: Chris Burnham
Entintado: Chris Burnham
Color: Sebastian Cheng
Formato: Grapa. 40 páginas. 4,99$

Superman se enfrenta a su peor enemigo

«And all we’re %&$# doing is sitting around listening to them screaming!»

Un poco de contexto

En la controvertida (como mínimo) etapa de Bendis en Superman, vimos como Jon Kent salió al espacio y pasó en pocos números de niño a joven adulto. Teníamos un Superman infantil, simpático y luminoso para pasar a un joven bondadoso, empático y consciente de quien es y el mundo en el que está.

La medida fue muy criticada por qué Bendis (¿fue él realmente?) nos escamoteó la adolescencia de Jon Kent.

Sin embargo, DC ha ido moviendo sus colecciones y posicionando a sus personajes de cara a un futuro en el que los héroes principales han establecido un tipo de plan de sucesión. El nuevo Aquaman, Nightwing, Wonder Girl, etcétera parece que van a heredar un mundo y la antorcha para iluminarlo y protegerlo.

Parece pues, que no fue idea de Bendis hacer crecer y madurar de golpe a Jon. La editorial decidió acelerar el relevo del primer Superman. Ya es otro tema si el escritor de Cleveland ha sido más o menos hábil en el desarrollo de esa línea.

Yendo al presente, DC se encuentra en pleno merder con Dark Crisis. Hay varias continuidades. Los héroes han muerto pero luego resulta que una guionista filtra que no. Hay varias colecciones implicadas en un macrocossover gigantesco. Números especiales. Etcétera.

Tenemos una borrachera de líneas, tramas, universos paralelos y mundos alternativos que puede marear al fan tiquismiquis pero que, por otra parte, nos da muchas posibilidades, opciones y versiones que pueden desembocar (o no) en buenos cómics.

Hay de todo.

¿De qué trata este cómic?

El cómic que nos ocupa nos ofrece una historia alternativa de Superman, Lois y Jon en el contexto de Dark Crisis. Hablamos de un one-shot al que acompañan otros especiales similares con otros héroes.

Se trata de uno de los mundos creados por Paria en los que anclar a los superhéores que (en principio tal y como se nos vendió por parte de la editorial) murieron en el número 75 de la Liga de la Justicia. La idea es apartarlos de la trama principal del evento para que no impidan lo que sea que quiere hacer Pariah.

La familia vive en una granja en Kansas y mientras Lois intenta ganar otro Pulitzer, padre e hijo salvan el mundo.

El tebeo tiene una estructura sincopada. Da saltos en el tiempo. Año a año. Y nos da lo que Bendis (o DC) nos escamoteó en su momento, la adolescencia de Jon.

En este caso se trata de un Superboy, Superkid o Superson (¿?)… vestido de Robin (¿¿??).

Al guion, Tom “The” King.

Tom King nos muestra cómo evoluciona Jon, como se forja su carácter, sus dudas, sus dilemas, su manera de asumir la responsabilidad, de aceptar que no va a llegar a todo, ni de salvar a todo el mundo, su relación con Clark. Se centra en los hitos, en las conversaciones, en los puntos clave. Llena los huecos entre el niño de Supersons y el joven adulto de la regular actual.

El trabajo del guionista se asemeja a lo que ya hizo con Superman en Arriba, en el cielo. Enfrenta al superhéroe a un dilema. ¿A quién salvar? ¿Cómo elegir si no puede solventar todas las situaciones? King sitúa al Hombre del Mañana ante cuestiones nunca resueltas por las características del género. Lanza las preguntas a la cara de Superman y las contesta como puede.

Enfrenta al Hombre de Acero contra su peor enemigo y su mayor miedo. La impotencia de no poder salvar a toda la humanidad, siempre.

Las cuestiones que plantea King son profundas. Inciden en la esencia del género. Hacen madurar a los personajes y al medio. Sin embargo, se obvian aspectos como por ejemplo que Superman no ataca en las causas de los problemas, no intenta resolver o actuar sobre lo que origina las grandes tragedias de la humanidad. Superman se encarga de la consecuencia, de detener al malo.

Es sabido que Tom King es un exagente de la CIA que trabajó en Irak durante la ocupación americana. A lo largo de su trayectoria hemos visto muchos ejemplos, más o menos evidentes, análogas a su experiencia militar. El Sheriff de Babilonia es el ejemplo más destacado y menos disimulado ya que lo que allí se trata está directamente ambientado en el Bagdad post-Saddam. Sin embargo, muchos de los dilemas y reflexiones que el guionista se ha planteado como exmilitar están también presentes de manera más metafórica en otras obras (el caso de Strange Adventures es paradigmático).

En esta ocasión, nos encontramos con esas preguntas y dudas. Superman como analogía del ejército americano, superpoderoso e invencible, que no logra con su extrema superioridad doblegar ejércitos, pacificar países o democratizar naciones.

Puede que Tom King no logre las respuestas que quiere por que las hace en el marco equivocado. Puede que el objetivo del ejército al que sirvió, a fin de cuentas lo único que pretendía era saquear los recursos naturales de otras naciones. Puede que sí, puede que no. Pero la cuestión es que es un punto ciego del guionista, ya que esto no se lo plantea.

King es muy hábil. No adoctrina ni moraliza. Nos plantea las situaciones de manera sintética, dando espacio a qué el lector elabore sus propias reflexiones y proyecte sus respuestas.

Apartado gráfico.

En el apartado gráfico tenemos a Chris Burnham. El dibujante exhibe su estilo granuloso, con textura, alegre y casi cómico. Hay un contraste interesante entre el guion de King filosófico y trágico y el colorido estilo de Burnham.

El resultado es agridulce por el tono. La historia es bella, el estilo es magnético. Burnham es un buen narrador. Ayuda mucho a King quitándole hierro a su estilo demasiado literario y agilizando la lectura.

Conclusión.

Se trata de un cómic con muchos niveles de lectura, con curiosidades multiversales, grandes reflexiones y una visión personal y cotidiana del Hombre de Acero. King da una muestra más de su capacidad para estructurar una historia corta de manera original y que potencia la visibilidad de los elementos a los que les quiere dar importancia.

Es el Tom King de las historias cortas, de los relatos cercanos. El mejor Tom King, sin duda.

Lo mejor

• Los dilemas que plantea Tom King.
• El trabajo de Chris Burnham, portada incluída.
• La construcción de la adolescencia de Jon Kent.

Lo peor

• La posibilidad de que pase desapercibido a pesar de los autores.



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