Javier Vázquez Delgado recomienda: ZNSeries – She-Hulk. Abogada Hulka. Episodio 7 – El Retiro
Género: Drama, Comedia, Acción, Aventuras.
Creador Jessica Gao
Reparto: Tatiana Maslany, Jameela Jamil, Mark Ruffalo, Tim Roth, Ginger Gonzaga, Josh Segarra, Renee Goldsberry, Nicholas Cirillo, Jason Edwards, Abigail Esmena Froehle, Charlie Cox, Benedict Wong.
Producción: Marvel Studios / Walt Disney Television.
Canal: Disney Plus
Este año hemos Marvel Studios y Disney Plus nos han presentado sus adaptaciones catódicas de Ms. Marvel y Caballero Luna con resultados desiguales que han dividido las impresiones del fandom y han generado multitud de debates sobre la calidad y futuro de estas producciones. Pero el show debe continuar y para ello nada mejor que hacerlo con un personaje como Hulka cuya miniserie tiene muchos alicientes de partida para su visionado: la adaptación de este personaje de culto que autores como John Byrne y Dan Slott convirtieron en legendario, el regreso de personajes como el Hulk de Mark Ruffalo y el Daredevil de Charlie Cox y el enigma sobre el tono que tendrá una serie en comparación a las distintas facetas que el personaje ha tenido en los cómics. La serie creada por Jessica Gao cuenta con Tatiana Maslany como principal estrella de la función e introduce al universo cinemático de Marvel Studios a Jennifer Walters, abogada de profesión y superheroína verdosa para el gran público cuando se convierte en la Sensacional Hulka. El séptimo episodio de esta miniserie tiene por título El Retiro y en él Jennifer Walters debe visitar a Blonsky en su centro de meditación para solucionar sus problemas con la condicional mientras espera un mensaje de Josh, al que conoció en la boda de la semana pasada y con el que ha tenido unas cuantas citas. ¡Estás son nuestras impresiones! ¿Qué os ha parecido a vosotros?
She-Hulk: Abogada Hulka. Episodio 7 – El Retiro
Una terapia peligrosa, por Juan Luis Daza
Como recordamos el episodio de la semana pasada se abría con la misma Jennifer Walters admitiendo a cámara que aquel Just Jen iba a ser una entrega autocontenida que pondría en standby algunos de los hechos desarrollados a lo largo de la temporada y siendo consciente de que era una decisión no del todo acertada que finalmente sí lo acabó siendo. Esta semana Jessica Gao y su gente han ido más allá con otro episodio que, una vez más, vuela solo, cambia el tono de lo visto hasta el momento y sale airoso como uno de los más acertados de lo que llevamos de She-Hulk: Attorney at Law, aunque esta afirmación no será respaldada por todo tipo de espectador, ya que consolida le libertad y los pocos ambajes con los que la ficción de Marvel Studios protagonizada por Hulka ha sido diseñada.
Porque no eludamos lo evidente, The Retreat es ese tipo de episodio que encandilará a los fans irredentos de la serie y sacará de sus casillas a los que están pasando un calvario, de forma voluntaria, nunca lo olvidemos; con el visionado de cada nuevo capítulo. A un servidor le ha encantado esta «terapia de grupo» capitaneada por el Emil Blomsky de Tim Roth y formada por coontrapartidas acertadamente cómicas de villanos de segunda fila dentro de la Casa de las Ideas como Matador, Man Bull, Saracen o Porcupine por parte del guionista del episodio, nada más y nada menos que un Zeb Wells inspirádismo, no solo en la parte centrada en este peculiar grupo de apoyo, sino en la primera mitad del episodio decidado en la relación de Jennifer con Josh.
Parar casi toda la maquinaria para detenerse un poco en los dilemas morales de la protagonista en relación a cómo se ve sobrepasada por la desmedida fama de su alter ego superheróico, incidir en sus dificultades para mantener una relación sentimantal y rematar todo el conjunto con una última secuencia que pone una pieza más en lo que será un clímax final más ceñido a la acción y la espectacularidad son las decisiones conceptuales, artísticas y narrativas que hacen que muchos de nosotros estemos disfrutando notablemente con la producción protagonizada por una Tatiana Maslany cada vez más divertida, carismática y mimetizada con un personaje que esperemos tenga una larga vida en el UCM más allá de esta She-Hulk: Abogada Hulka que tan buenos ratos no está haciendo pasar.
Los amigos de mi villano son mis amigos, por Jordi T. Pardo
En el episodio de Hulka de esta semana regresan las buenas impresiones que nos había dejado la serie en la primera mitad de su andadura. No es que hubiese un bajón de calidad propiamente, ni que la serie se alejase de sus planteamientos iniciales, como ocurrió en el caso de Ms. Marvel, pero si habíamos tenido un par de episodios más flojos respecto al guion y que se salvaban principalmente por el carisma de Tatiana Maslany. Pero esta semana viene al rescate Zeb Wells que además de guionista de cómics ya tiene experiencia como colaborador en estas lides como vimos en What if…?.
Es cierto que la serie en este punto decide bordear la premisa de «comedia legal» para proponernos escenarios alternativos a los bufetes de abogados y juzgados y de alguna manera seguir explotando los secundarios de lujo con los que cuenta esta serie. Esta semana, regresa Tim Roth como Emil Blonsky como líder de un grupo de autoayuda/secta en una entorno paradisíaco que haría las delicias de Jared Leto. Y con él, como Tim Roth, no con Jared Leto, la serie recupera – con mucha coña- a uno de los miembros de esa apócrifa Brigada de Demolición que vimos en episodios previos y un grupillo de villanos cutres de las viñetas como son el Puercoespín, El Sarraceno, el Hombre Toro y El Águila.
La interrelación entre Hulka y este grupo de personajes es de lo mejor de un episodio que empieza con muy buen pie llevándonos por la enésima decepción amorosa de Jen y que sigue ahondado cada vez más explícitamente en su personalidad fragmentada en relación con su alter ego verdosa. Es tanto a nivel narrativo como humorístico uno de los mejores episodios de la temporada, uno que sigue dejando la acción a un lado y que redunda en la intención de Marvel Studios de profundizar en ese slice of life superheroico con los Hulk que últimamente hemos visto en sus producciones.
Por lo demás, la serie sigue guardándose ases debajo de la manga en forma de misterios que no acaban de tomar forma. Todavía no sabemos a las claras quién es ese villano que busca a la desesperada la sangre de Hulka y que ahora ha introducido a alguien en su vida para espiarla. Nos quedan un par de episodios por delante, así que ciertas tramas no se pueden estirar mucho más. Veremos en que posición queda Hulka una vez acabada esta serie, pues hay que recordar que tan siquiera la hemos visto todavía con su «chándal superheroico«. Algo muy habitual en cualquier historia de orígenes que veamos hoy en día en la gran y pequeña pantalla.
A Ghost(ing) Story, por Samuel Secades
Llegamos a este séptimo episodio de She-Hulk, y lo hacemos entre reacciones airadas de los detractores de la serie a los que poco les falta para echar espuma por la boca (al menos en sus ya cansinas reacciones públicas, y me refiero sobre todo a los que se alimentan de ello y monetizan semanalmente su desprecio por una serie que aún así siguen viendo). Pero también, siendo justos, tenemos un fiel grupúsculo de aficionados. entre los que me incluyo, a los que esta Abogada Hulka nos está pareciendo una gran serie capítulo tras capítulo; y es que Jessica Gao y compañía siguen una semana más fieles a las bases de la serie, que es acompañar a Jennifer Walters en su viaje para aceptar la nueva dualidad de su vida, y qué mejor sitio para hacerlo que el centro de tratamiento espiritual y emocional de Blonksi (un Tim Roth entregado a la causa), en el que Jennifer compartirá sus miedos e inseguridades con un grupo de personajes en una inolvidable terapia grupal. Casi como si de un episodio embotellado tan típico de las comedias de situación se tratara, pasaremos gran parte del episodio en torno a dicha terapia y conociendo un poco mejor las preocupaciones de Jennifer con la irrución de Hulka en su vida. Es algo muy de agradecer, a pesar de las críticas al respecto, que esta She-Hulk baje el tono en cuanto a la acción, los cameos o los golpes de efecto y nos dé lo que prometía: una comedia desenfadada en el marco de un universo divertidísimo como es el MCU; y digo “divertido” mucho antes que otros adjetivos como “épico” o “tracendental” que tanto daño hacen con las dichosas expectativas de querer encontrarnos con una Infinity War detrás de cada esquina. Ni es el caso de esta Abogada Hulka ni era el caso de los cómics de She-Hulk, cuyas aventuras complementan una Fase 4 que ha abierto el MCU a una etapa más luminosa y entrañable. Puede que no acierte con todas las propuestas, pero especialmente con los nuevos personajes como esta Jennifer Walters o con la reciente Khamala Khan está haciendo un trabajo impecable tanto de casting como de hacer personajes mucho más cercanos y adorables.
Y pocas series pueden presumir de tener una personalidad y rumbo propios como para plantarse en un séptimo episodio (de nueve) con una propuesta como la de este retiro espiritual en el que en vez de a Hulk o Daredevil tenemos al Hombre Toro o a El Águila (un cariñoso saludo a Pablo Durá y David Abadía), tan ridículos y perfectos para con el universo de Hulka como los cómics que hemos leído toda la vida sobre el personaje, de Byrne a Slott. La fantástica dinámica de este episodio, que entronca maravillosamente la frustrante vida amorosa de Jennifer con sus quehaceres legales y finalmente con su relación de amor-odio hacia su álter ego de Hulka, es obra del gran Zeb Wells, a quien tenemos como encargado del guion de este episodio y que ya ha desplegado su talento en multitud de cómics para Marvel. Y aunque el cliffhanger del final del episodio se viera venir a la legua, esta She-Hulk está mucho más preocupada de que nos enamoremos de su protagonista (una de nuevo soberbia Tatiana Maslany, todo encanto y vis cómica) que de ser esclava de la consabida trama de fondo. Incluso sigue siendo perdonable el ocasionalmente cuestionable CGI, que sin embargo repunta por alguna extraña razón cuando Jennifer sale de la oficina y se suelta el pelo, y para muestra el monólogo-confesión de Jen frente al grupo.
Se podría decir que en este punto ya es una cuestión de si los episodios restantes de Abogada Hulka podrán convencer a quien no esté aún convencido de qué tipo de serie es, pero creo que la serie ha jugado sus cartas de manera honesta desde el principio en cuanto a su tono y su forma de ser, a pesar de referencias varias y sobre todo la promesa de cierto cameo que, aunque hábil para mantener a cuanta más gente pegada al episodio cada semana, puede haber terminado jugando en su contra atrayendo la atención de una audiencia que no era la suya; quizás es como el peaje que todo aficionado al cómic tiene que pasar para ponerse al día con su serie favorita, y es el de leerse etapas con las que somos más o menos afines. La enorme diversificación que afronta el MCU hace que no todas las propuestas sean para nosotros, y desmiente esa falacia habitual de que las grandes compañías siempre dan más de lo mismo. Esta She-Hulk: Attorney at Law, como lo fue la anterior Ms. Marvel, WandaVision, Loki y demás ejemplos (incluso los que no me han convencido personalmente), demuestran que en el MCU de 2022 hay MCU para todo el mundo, y que por suerte no es una estructura inamovible y predecible, sino una caja llena de sorpresas. El quid de la cuestión es que ni tienen que gustarte todas las sorpresas, ni todas las sorpresas son para ti.
Hola, me llamo Hulka y soy sobrehumana, por Sergio Fernández
No deja de ser gracioso que el Señor Naranja haya ejercido de gurú de la Señorita Verde en el episodio semanal de She- Hulk. La carrera de Tim Roth despegó gracias a sus colaboraciones con Quentin Tarantino en la década de los noventa. Tras Reservoir Dogs y Pulp Fiction, el actor británico se consolidó gracias a su variedad de registros con cintas como Four Rooms, Todos dicen I love you, La leyenda del pianista en el océano o El planeta de los simios. De esta manera, en el recién nacido MCU, Roth fue el elegido para ser la némesis de Bruce Banner en la segunda construcción de la futura obra faraónica de Marvel Studios. Por aquel entonces, Edward Norton encarnó al gigante esmeralda a las órdenes de Louis Leterrier. Resulta curioso que, catorce años después, sea Tim Roth (nuevamente interpretando a Emil Blonsky) el único superviviente de este particular trío (cuarteto si contamos a Liv Tyler).
Ahora bien, si de los Hulk de Ang Lee y Leterrier no queda ni rastro, La Abominación se ha metamorfoseado a niveles insospechados. Aunque Blonsky ya había tenido un episodio a su entera disposición, lo cierto es que ansiábamos verle fuera de prisión. ¿Era sincera la reconversión anunciada? ¿Viviría rodeado de su harén de mujeres al más puro estilo Charles Manson? Las dudas han quedado resueltas. Los villanos pueden ser blanqueados al máximo nivel al servicio del tono marcado por Marvel Studios. Si ya la versión audiovisual de La Casa de las Ideas está jugando con fuego como consecuencia de su prolífica producción, el hecho de supeditarlo todo al humor, no le hace ningún bien. A pesar de la variedad de personajes, el común denominador en cuanto a la tónica a seguir difumina el conjunto.
Deudora de su homónima comiquera, el problema de She-Hulk no es que haya optado por la comedia. No nos cansamos de repetir que Tatiana Maslany hace un buen trabajo en el rol protagonista y, sí, los diferentes cameos han funcionado genial a modo metareferencial. Sin embargo, la cerveza va perdiendo gas de manera alarmante. Si una vez plantadas las bases, podíamos esperar un in crescendo sostenido, la serie creada por Jessica Gao ha optado por el piloto automático con tramas que no conducen a ninguna parte. Esto podría no ser un problema si el entretenimiento fuera una constante como ocurría en El Pacificador. Desgraciadamente, esto no es así. Es una pena que, mostrando colmillo como lo ha hecho en varias ocasiones, She-Hulk acabe nadando en un océano de mediocridad.
En el episodio que hoy nos ocupa, se ha vuelto a poner de manifiesto la necesidad de Jen por conseguir pareja. Su necesidad insana ha sido tratada por una sesión de coaching impartida por el propio Blonsky acompañado de un grupeto de lo más variopinto. La idea, sobre el papel, no estaba mal pero, más allá de un par de momentos ligeramente divertidos, la sensación resultante es la de decepción (casi) total. Como diría cierto personaje interpretado por Mike Myers, She-Hulk es la margarina de lo maligno, le falta mala baba. Al gusto, su consumo resulta ligeramente ácido pero su digestión es tan ligera que ni siquiera llegamos a procesarla. Había dos opciones, que Josh hubiese sido secuestrado por Inteligencia o que formara parte de ella. Resultó ser lo segundo. Lo mismo me da, que me da lo mismo. Esperando que las lecciones de Mr. Blonsky hayan dado sus frutos, Jen está mejor sola que mal acompañada.
Ahora que Ryan Reynolds ha anunciado la esperadísima tercera entrega de Deadpool, vuelvo a traer a colación la opinión que expuse la semana pasada. Utilizando códigos parejos, Masacre sabe sacar rédito de su ruptura de la cuarta pared, potenciando todas sus virtudes. En el otro lado del ring, Hulka se queda medio camino entre lo que puede y lo que debe hacer. Nos hemos quedado frío esperando a Daredevil. Nos hemos quedado fríos con el ramplón CGI. Nos hemos quedado fríos con la falta de acción. Nos hemos quedado helados con una apuesta que ha dejado de funcionar.
En episodios anteriores
She-Hulk: Abogada Hulka. Episodio 1 – Una ira normal
She-Hulk: Abogada Hulka. Episodio 2 – Derecho sobrehumano
She-Hulk: Abogada Hulka. Episodio 3 – El pueblo contra Emil Blonsky
She-Hulk: Abogada Hulka. Episodio 4 – ¿Esto no es magia de verdad?
She-Hulk: Abogada Hulka. Episodio 5 – Malota, verdosa y, en vaqueros, una diosa
She-Hulk: Abogada Hulka. Episodio 6 -Solo Jen
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