Javier Vázquez Delgado recomienda: Clementine 1, de Tillie Walden

Edición original: Clementine Book One USA (Image Comics)
Edición nacional/España: Clementine 1 (ECC, 2022)
Guion: Tillie Walden
Dibujo: Tillie Walden
Tonos grises: Cliff Rathburn
Traducción: Guillermo Ruiz Carreras
Rotulación: Ramón Lifante
Formato: Rústica. 240 páginas. 23€

Tillie Walden y los muertos vivientes

Robert Kirkman sabe lo que hace. El afamado guionista pasó muy rápido de ser escritor de miniseries que rellenaban el fondo editorial de Image a ser una de las grandes cabezas del medio. Y lo es por varios motivos. Evidentemente The Walking Dead e Invencible tienen mucho que ver, ambas lo llevaron a lo más alto del panorama independiente estadounidense y, luego, la primera de ellas lo llevó más allá. Mucho más allá de lo que nos podríamos imaginar. Los Muertos Vivientes han sido todo un hito en cómic y televisión, pero Kirkman también supo gestionar bien sus negocios. Supo colocar más obras para que fueran adaptadas, supo seguir sacando cómics diferentes e interesantes, supo cuándo acabar sus series (cosa que muy pocos saben hacer) y supo crear su propio sello en Image, con obras de una calidad media bastante alta, Skybound. Y es que el autor parece que sabe ir un paso por delante en muchos sentidos, pero lo que nadie se esperaba es el cómic que tenemos en las manos, el regreso al mundo de The Walking Dead por la mano de Tillie Walden. Toda una sorpresa.

Walden es una artista que ha llamado la atención del medio desde sus primeras obras, que este mismo mes se publican en España. Con veintiún años sacó Piruetas, obra que la encumbró y le hizo ganar su primer premio Eisner. Desde entonces no ha parado de trabajar en obras de creación propia (todas publicadas en nuestro país), variadas entre ellas pero siempre centradas en un tono intimista, con fuertes toques de costumbrismo y, aunque no duda en acercarse a mundos de fantasía, potenciando los sentimientos de sus personajes y sus conflictos con el entorno. A priori las obras de Walden no parecen muy cercanas en estilo con The Walking Dead, aunque la serie de Kirkman sí que trata los sentimientos de sus personajes, tanto la narrativa de la autora como su enfoque tan íntimo hacen de ello dos perspectivas distintas. Pero ahí está la genialidad de Clementine y la genialidad de Walden que Kirkman ha sabido ver.

Pero Clementine tiene a su vez una tercera referencia, los videojuegos. En 2012 la compañía Telltale Games lanzaba al mercado un juego basado en el universo de The Walking Dead, cuya protagonista era Clementine, una niña que trataba de sobrevivir en un mundo repleto de zombis y otros peligros muy humanos. La serie de juegos se compone de cuatro temporadas en las que vamos viendo como la niña crece y se relaciona con diferentes grupos o asentamientos en una historia muy emotiva que obtuvo muy buenas críticas. La primera pregunta es obvia: ¿Hace falta haber jugado los juegos para entender esta historia? La respuesta es no. Hay algún pequeño flashback, pero en general lo que importa es el ahora. Sin embargo quienes hayan disfrutado de los videojuegos irán con un bagaje mayor y puede que disfruten más por el cariño que allí se ofrecía al personaje, pero es una historia que se sostiene por sí misma. De hecho la serie comienza con un salto temporal con respecto al último capítulo del juego, así asistimos al viaje de una solitaria Clementine encontrándose con nuevos grupos de supervivientes.

El mundo de The Walking Dead está totalmente marcado por el tono de Kirkman y lo magnífico de esta obra es que Walden sabe mantener gran parte de ese ambiente pero llevando este primer tomo a su terreno, que es de lo que se trata y es lo que hace a esta obra más interesante que un simple regreso al mundo de zombis más famoso del cómic.

Y es que Walden y Kirkman tienen dos formas muy diferentes de escribir, la autora de Clementine es mucho más pausada, juega mucho con los pensamientos de los personajes, de forma que deja mucho a interpretación del lector. Le gustan las escenas tranquilas, que den pie a la reflexión y a la admiración de lo que nos rodea, por eso hay muchas partes de este tomo en las que los personajes simplemente se paran y miran, en las que se escuchan o en las que disfrutan de un buen silencio. Todo eso es lo que ofrece Walden a The Walking Dead, en definitiva, otra forma de entender el cómic.

Pero también ocurre a la inversa, con Clementine vemos a una Tillie Walden que no hemos visto antes al acercarse a la acción y al terror. A la artista le gusta mucho jugar con las ambientaciones, ¿Me estás escuchando? o En un rayo de Sol son claros ejemplos de ello, pero nunca había tratado ambientes de terror, donde unos zombis te pueden atacar mientras mantienes una conversación o estás tranquilamente admirando el paisaje. Así Walden demuestra que es una artista de primera línea, mimetizando todo aquello que Kirkman transmitía con su peligro constante y aceptándolo como una parte de la historia a contar.

Aunque la ambientación sea diferente a la acostumbrada en sus obras, Clementine demuestra que la artista es muy buena en ese sentido. Lo que más lleva a su terreno son los personajes. Es cierto que el grueso de la obra de Kirkman está orientado a la relación entre las diferentes personas que se mueven por sus páginas, lo cual tiene en común con los trabajos de Walden, pero el enfoque suele ser muy diferente pues para ella el cambio, la evolución personal y la pérdida de la inocencia tienen una importancia capital. La autora es mucho más íntima a la hora de abordarlos, de tal forma que la elección de personajes jóvenes como protagonista y secundarios del grueso de este primer volumen es todo un acierto.

La descripción de una Clementine destrozada que se niega a caer, que sigue luchando por su supervivencia aún sin saber por qué, es brillante y nos cautiva desde su primera aparición, con muletas y defendiéndose de los muertos que caminan. Consigue transmitir ese peligro constante cada vez que se encuentra con una persona, sabiendo jugar de manera muy hábil con todo lo que Kirkman contó en su serie, de tal manera que consigue engañarnos en más de una ocasión. Cosa nada fácil.

Lo mismo ocurre con el resto de personajes que va presentando, en especial con el grupo de jóvenes en el complejo de cabañas. Al final Walden está tratando con niños y niñas que crecieron en este mundo, que están acostumbrados a las pérdidas constantes, a no vivir en un sitio fijo, a pasar hambre… pero que ya han crecido. ¿Cómo serían los jóvenes de ese mundo? Su visión es asombrosa, como acostumbra en sus obras, tratando temas tan interesantes como la educación, o la falta de ella, y lo que podía haber sido.

Todo esto teniendo en cuenta que es una obra con los diálogos justos y necesarios. Tillie Walden es una artista muy visual, con una narrativa que ha ido evolucionando a lo largo de su obra pero que desde un principio conseguía tener un aire propio. Un aire melancólico y pausado que aquí mezcla con pequeñas dosis de acción y terror.

Clementine es una idea fantástica. Una obra que encaja perfectamente en The Walking Dead así como en el resto de trabajos de Tillie Walden. La mezcla perfecta entre una de las mejores sagas del cómic moderno y una de las grandes promesas del cómic norteamericano, y el resultado es exactamente lo que se puede esperar de ello, un cómic brillante. Ojalá hubiera más experimentos como este.

Lo mejor

• La capacidad de la autora para hacernos sentir a los personajes.
• La ambientación.
• La visión que Walden da del universo de Kirkman.

Lo peor

• Que no haya más obras como esta.



Ver Fuente

Comentarios

Entradas populares