Javier Vázquez Delgado recomienda: Marvel Must-Have. Spiderman: Tormento
Edición original: Spider-Man #1-5 USA (Marvel Comics, 1990)
Edición nacional/España: Marvel Must-Have. Spiderman: Tormento (Panini Cómics, 2022)
Guion: Todd McFarlane
Dibujo: Todd McFarlane
Entintado: Todd McFarlane
Color: Todd McFarlane, Bob Sharen y Gregory Wright
Traducción: Santiago García
Realización técnica: Estudio Fenix
Formato: Tapa dura. 136 páginas. 18,00€
El clásico que definió una generación
«Reza por nuestro héroe»
El ya no tan nuevo formato Marvel Must-Have de Panini (más de 50 entregas nada menos) ha permitido a la editorial de origen italiano reeditar varios clásicos modernos, cómics agotados tiempo atrás e incluso algún que otro tebeo “viejuno”. Entiéndase “viejuno” como “publicado en los años 90”, hace nada más y nada menos que 30 años. No es buscar fondo de armario sino recuperar sagas o historias que puedan encajar en este formato, bien es cierto que de extensión en cuanto a número de páginas por tomo mucho más flexible de lo que se pensaba cuando fue lanzado. Y, al igual que tuvimos la recuperación del lanzamiento de X-Men por parte de Chris Claremont y Jim Lee, Marvel Must-Have nos trae el debut de Todd McFarlane como autor completo en una nueva colección dedicada al lanzarredes favorito de todos: Spiderman.
Spiderman: Tormento es Todd McFarlane en estado puro, destilado, sin filtros, a pelo y a tumba abierta. Si te gusta el autor, disfrutarás como un enano. Si su estilo te repele, leer estos cómics podría considerarse una tortura. El bueno de Todd se convirtió en uno de los autores hot de Marvel gracias a su trabajo en El Asombroso Spiderman (1988-1990), 28 números que revolucionaron el aspecto visual del personaje. Se suele mencionar cómo McFarlane se inspiró en el estilo de Steve Ditko para presentar una versión del trepamos chocante por su barroquismo y excitante por la novedad que suponía tras años de dibujantes de estilo clásico no solo en Asombroso sino en las colecciones secundarias del héroe (Ron Frenz, Sal Buscema, por poner solo dos ejemplos). El Spiderman de McFarlane se contorsionaba como un insecto antropomórfico, su tela se enrollaba y expandía como espaguetis infinitos, los ojos de su máscara se agrandaban entrando en terreno de lo cartoon y exagerado.
McFarlane abandonó el Asombroso, según las razones oficiales de la época, al sentir que el calendario de entregas del título (publicado dos veces al mes durante el verano) le estaba pasando factura en su vida personal. El dibujante acababa de ser padre y no quería descuidar sus deberes como padre. La realidad era más complicada y más sencilla al mismo tiempo. McFarlane quería libertad, pero libertad no necesariamente para contar sus propias historias sino para dibujar lo que a él le diera la gana. Y ahora entramos en el terreno de la leyenda y la rumorología. Se dice que McFarlane llamó por teléfono al editor de los títulos arácnidos, Jim Salicrup, para renunciar como dibujante de El Asombroso Spiderman, con la intención de que le ofrecieran, desde Marvel, un título menor donde foguearse como escritor. Se rumoreó una miniserie protagonizada por el Merodeador, personaje que había dibujado en la serie madre del lanzarredes. McFarlane tenía contrato en vigor en Marvel, un contrato nada barato, y desde la editorial no podían o no querían permitirse poner a uno de sus autores estrella en un título de segunda fila. McFarlane se estrenaría como escritor en una serie potente. No había otra forma. No al menos en los años 90. Solo nos queda preguntarnos si McFarlane podría haber desarrollado un cierto talento como escritor si, al igual que otros dibujantes estrella de Marvel que pasaron a triunfar como autores completos, hubiera tenido un tiempo de adaptación aprendiendo de un escritor veterano o al menos con más tablas. John Byrne tuvo a Claremont, Frank Miller a Roger McKenzie o Walter Simonson a Archie Goodwin. Pero eso era en los 80. Los 90 tenían prisa.
Es 1990 y Marvel lanza la 4ª colección dedicada a Spiderman, con el nombre del héroe como título. Spiderman, como posteriormente X-Men, sería la colección “definitiva” del hombre araña. Definitiva en lo que a ventas se refiere. El primer número vendió alrededor de 2.5 millones de ejemplares, un récord hasta ese momento y que sería pulverizado dos veces en menos de un año por los #1 de X-Force y X-Men. El Spiderman de McFarlane no inventó aquello de publicar varias ediciones con portadas diferentes, hasta 7 tuvo, (podemos rastrear esa estrategia de marketing, como poco hasta el lanzamiento en 1986 del Superman de John Byrne) pero sí de convertirla en una auténtica arma de destrucción editorial masiva. El boom de la especulación en el mundo del cómic tiene uno de sus culpables y el más que probable inicio en el Spiderman #1. Con estas cifras, McFarlane iba a tener luz verde por parte de Marvel para hacer casi lo que le diera la gana.
Es un ejercicio casi de historiografía leer la columna que se publicó en el cómic original en 1990 en la que McFarlane explica cómo quiere dibujar sin depender de nadie pero que al mismo tiempo se siente un escritor novato (lo que era evidente y al menos en cierta manera le ennoblece reconocer su amateurismo en ese aspecto). ¿Tenía Todd cosas que contar? Si atendemos a su etapa como escritor-dibujante en Spiderman la respuesta sería más negativa que positiva. Tormento a duras penas se puede considerar una historia. Spiderman sale a patrullar la ciudad tras ver por televisión un mensaje que ha dejado escrito en una pared Curt Connors/el Lagarto, se enfrenta con el villano, es envenenado y tiene unas visiones dantescas (ese Kraven…) para finalmente descubrirse que la verdadera antagonistas era Calipso. No hay enfrentamiento decisivo que cierre este ¿choque? y el héroe regresa a casa con su disfraz hecho jirones. 5 números para contar esto es un auténtico despropósito.
Promocionada por Marvel como una secuela espiritual de La última cacería de Kraven, Tormento es un relato en los huesos, repleto de cajas de texto redundantes y que marcan un ritmo alargado hasta la nausea. McFarlane busca ser “arriesgado” y muestra a un Spiderman más brutal que de costumbre (una página del #1 tuvo que ser dibujada porque no fue aprobada por el Comics Code) y aunque se vendió como una aventura repleta de acción, no hay de hecho mucha acción en los 5 números. El ritmo es lento, como hemos dicho, y los textos del guionista pecan de intensitos, suponemos para compensar la falta de argumento en la historia.
El dibujo de McFarlane es lo más llamativo del tomo, claro está, pero recordemos que no será plato de gusto para todos. El intento de crear una historia de terror hace que el dibujante destaque en la presentación de una atmósfera genuinamente siniestra, apoyándose en el color (del mismo McFarlane en el #4) y la rotulación, especialmente en esos «Doom Doom» que parece cogió prestados del Thor de Walter Simonson y que funcionan a la hora de transmitir una cierta sensación de angustia. Todd no es un gran narrador pero no se puede negar la espectacularidad de sus splash-pages, un maestro del pin-up podríamos decir. En una entrevista, McFarlane afirmaba que “Mientras consiga dibujar a Spiderman en la pose adecuada, no importa lo que haya detrás de él… Si puedo llenar el espacio con cosas que mas o menos queden bien o simplemente con rayas, los chavales pensarán que hay más detalle en el dibujo del que realmente hay”. El dibujante permanecería poco más de un año en el título y posteriormente cofundaría la editorial Image donde, en 2022 sigue publicando su Spawn.
La edición es, como casi siempre en los Marvel Must-Have, notable, con gran cantidad de material extra, desde ilustraciones a artículos contextualizando tanto al autor como a la época en la que los cómics se publicaron originalmente. Sin embargo, teniendo en cuenta las páginas -136- el precio es un tanto elevado -18Euros-. Considero que es cuestión de tiempo que todo el Spiderman de McFarlane se publique en un Marvel Héroes o Marvel Omnibus. Recordar que los números de McFarlane y Erik Larsen para esta colección se publicaron por última vez en España en un mini-coleccionable de 6 entregas en 2014. Hay cómics que siempre tendrán una nueva oportunidad de ser reeditados. No siempre son los mejores.
Lo mejor
• La atmósfera de terror.
Lo peor
• El guion, si es que lo podemos llamar así
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