Javier Vázquez Delgado recomienda: Superman Núm. 8-13
Edición original:Action Comics núm. 1036-1040, Superman: Son of Kal-El núm. 4-8, Superman: Son of Kal-El 2021 Annual núm. 1, DC Cybernetic Summer (Extracto Summer Lovin) núm. 1 USA(DCComics, 2021-2022)
Edición nacional/España: Marvel Young Adults. Ojo de Halcón 1 (ECC Cómics, 2022)
Guion: Liz Erickson, Tom Taylor, Phillip Kennedy Johnson, Shawn Aldridge, Sean Lewis.
Dibujo: Clayton Henry, Nik Virella, Steve Pugh, Adriana Melo, Cian Tormey, Riccardo Federici, Daniele Di Nicuolo, John Timms.
Entintado: Cian Tormey, Raül Fernandez.
Color: Adriano Lucas, Gabe Eltaeb, Steve Buccellato, Ulises Arreola, Taki Soma, Hi-FI, Romulo Fajardo Jr.
Traducción: Francisco San Rafael Simó.
Formato: Grapa, 48-56 págs. A color. 3,75 – 4,75 €
Y el padre será el hijo y el hijo será el padre.
Hace unos meses nos hacíamos eco de los primeros números de la nueva serie de Superman capitaneada por Philip Kennedy Johnson. Aquellas primeras entregas nos dejaban en un punto en el que la serie se sentía que estaba despegando progresivamente. Más aún si nos centrábamos en el trabajo de Tom Taylor en la serie dedicada a Jon.
Ha pasado el tiempo y toca volver la vista a la serie y ver que nos ofrece tras seis meses.
Lo primero que hay que señalar es que Action Comics y Superman, las dos series encartadas en la grapa de ECC, vuelan por separado, pero intrínsecamente relacionadas, por narrar acontecimientos que ocurren de manera simultánea en dos lugares distintos del Universo DC. La sincronía que muestran añade robustez al conjunto y consolida la decisión de publicar las dos series de manera conjunta por parte de ECC.
Lo segundo es que también hay una serie de historias de complemento al final de cada entrega de Action Comics, que merecen una valoración por separado. Es por ello que les dedicamos este párrafo a fin de no dejarnos nada por el camino. Para estos números tenemos a dos protagonistas, el primero es Guardián, el justiciero de Metrópolis de traje azul y dorado, y defensor de los inocentes, que lidia con un caso en el que se ve inmerso en el mundo digital. Está trama viene de los anteriores números, escrita por Sean Lewis, y que aquí concluye, con no cierta decepción ya que no es una historia que sea especialmente lúcida o consiga explorar bien todo el potencial de un personaje que de partida tiene más debilidades que fortalezas. Un trabajo que se deja leer, que tiene un final muy deus ex machina y que se olvida con facilidad.
En cambio, en estos números empieza una nueva historia con J´onn J´onzz como protagonista que mezcla los aspectos duales del personaje a nivel de policía y superhéroe. Una trama en la que debe hacer frente a una serie de desapariciones de niños internautas que desaparecen tras navegar por una web de contenido cuestionable y que tiene a la policía también tras la pista del responsable de su creación. Una historia sencilla, eficaz, que en manos de su equipo artístico, Shaw Aldridge y Adriana Melo, se muestra a la altura de lo esperado de este tipo de trabajos que viven a la sombra del peso de la serie principal. Solo queda ver como concluye en las siguientes entregas.
Centrándonos ya en el trabajo de Taylor en Superman, se aprecia a la perfección como el guionista va casando con precisión los distintos elementos que ha ido sembrado a lo largo de las primeras entregas de la serie. Jon asume las labores de su padre en la Tierra, viendo como la responsabilidad que debe asumir resulta abrumadora en algunos momentos. Su relación con el líder de La Verdad se afianza, le da estabilidad emocional, al tiempo que lidia con los complejos planes del presidente de Gamorra.
La naturalidad, sencillez y delicada forma en la que Taylor trata los distintos aspectos emocionales de la historia es lo que hace a la serie tan interesante. Diálogos brillantes que van perfilando más a Jon como un ente diferente a su padre, con personalidad propia, alejándose de su sombra, son lo que mantiene toda la estructura en funcionamiento.
Taylor conjuga todos los elementos clásicos de un cómic de superhéroes, con el drama personal, el humor, la familia y las relaciones personales en un intenso relato que pone de manifiesto todo el potencial de Jon como persona y como Superman. No hay nada que no intente hacer, sin renunciar a la necesidad de ayudar, de cambiar las cosas. Y es en ese punto en el Taylor increpa a los lectores. Desde hace tiempo se está filtrando en el discurso narrativo de los cómics, el mensaje de la crisis climática en la que estamos inmersos. Hay obras que ya lo abordan de manera directa como herramienta para la concienciación, mientras que otras apuestan por poner a los personajes en ese punto en el que alcanzan la consciencia de que el mayor enemigo para la humanidad no es un Luthor multimillonario, sino las acciones de una sociedad no dispuesta a renunciar a nada. Y Taylor manifiesta a esa sociedad a través de la figura del citado Luthor, haciendo de su figura la representación de la peor cara de la humanidad.
Superman es una serie extraordinaria. Bien escrita, bien ambientada, con una trama con múltiples puntos de interés, que se ve beneficiada por la inclusión del anual de la serie en la que Taylor aprovecha el espacio extra para construir una de las mejores historias de los últimos años alrededor del Hombre de Acero. Puede que no este Clark Kent, pero su hijo es un más que digno sucesor al que cada vez cuesta menos ver en el rol de protector de la Tierra.
Donde hay que ponerle pero a la serie… en el apartado gráfico. El dibujante de la serie, John Timms, resulta irregular, con un acabado rígido, muy alejado de las necesidades de la historia, con viñetas de principiante, planos imposibles, que se ven superados por el trabajo de Taylor. La serie se ve beneficiada cuando aparecen los dibujantes de relleno, que son, sin duda alguna, mucho más eficaces de Timms. Es por ello que el trabajo de Cian Tromey, Clayton Henry, Daniele di Nicuolo y Steve Pugh se luce de manera desmesurada y es todo un alivio visual para le lector que ve como el conjunto mejora notablemente gracias a un mejor control anatómico y del tempo narrativo.
En Action Comics, Johnson, continúa desarrollando la trama de Mundo Guerra y pone la directa colocando a Superman en una situación astutamente interesante. Las cosas no pintan nada bien para el equipo conformado por Superman en su deseo de liberar de la tiranía a los múltiples esclavos de Mundo Guerra. Mensaje profundo sobre la libertad, sus implicaciones, su consecuencias y su necesidad. Johnson evita que la historia solo gire alrededor de Superman, sino que sabe pivotar sobre los personajes que lo acompañaron, OMAC, Acero, Midnighter, Apollo… dejando que tengan su propio espacio, sus motivaciones y lo que es muy importante, su propia gestión de la situación. Este rico escenario da profundidad a una trama que podría quedarse en un nuevo y simple enfrentamiento entre Superman y el nuevo Mongul. Este enfoque permite que cada personaje haga cosas por un imperativo interno, emocional y visceral, acorde con sus distintas personalidades. Que ocurra esto permite ver a la perfección que Johnson no estaba rellenando la historia, sino que la construía alrededor de todos y cada uno de ellos.
Johnson no está escribiendo Action Comics para que encaje en los cánones ya establecidos de la serie, sino que está logrando crear su propio espacio, innovando lo justo y necesario para alcanzar un nuevo estado narrativo dentro de la mitología de Superman. Y es que no es sencillo moverse con elegancia y buen hacer en una franquicia que acarrea a sus espaldas más de 80 años de rodaje en todo tipo de momentos culturales y creativos.
El trabajo del guionista se ve respaldado por los dibujantes David Márquez, Riccardo Federici y Miguel Mendonça, que aportan una potente puesta en escena, sin quedarse atrás en los momentos más emocionales de la historia. Su dibujo plasma a la perfección cada uno de los aspectos de lo que ocurre en la trama, con un detallado uso de la narrativa y la composición de página, para acelerar la historia o retener la acción lo necesario para que el lector pueda recrearse en los fondos detallados que posicionan en el todo que es Mundo Guerra.
La serie de Superman vive un momento dulce que merece ser disfrutado. Si no lo haces, tal vez este sea el momento para ello. Su concepción, desarrollo, dinámica y tono invitan a subirse a una de las etapas más sólidas de los últimos años.
Lo mejor
• EL tono general de las dos series.
• El desarrollo de los personajes.
Lo peor
• Demasiados dibujantes.
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