Javier Vázquez Delgado recomienda: El lobo de mar, de Riff Reb´s
Edición original: Le loup des mers (Editions Soleil, 1 noviembre del 2012)
Edición nacional/España: El lobo de mar (Spaceman, 29 de enero del 2015)
Guion: Riff Reb´s, adaptando a Jack London
Dibujo: Riff Reb´s
Traducción: Lorenzo F. Díaz
Formato: Cartoné. 135 páginas. 22€
Lo salvaje contra lo humano y viceversa
«Si tan seguro estuviera de la existencia del más allá, ¿gritaría su cuerpo, como ahora: ¡Vivir!¡Vivir!¡Quiero vivir!?»
Es difícil medirse con una leyenda, con alguien que pese a que ya no está en boca de todos, quien se considera amante de la lectura es imposible que al menos no reconozca su nombre: Jack London. Medirse con un gigante nunca fue buena idea, pese a que de vez en cuando algún David consiga acertar con su onda, por lo general suele terminar más en una lucha infructuosa contra Moby Dick. Pero si algo podemos ver en las adaptaciones que realmente se ciñen a adaptar la obra, que quieren que los adeptos y los ajenos al original puedan redescubrir su amor; es que la colosal sombra autoral en forma tormentosa que se alza sobre ellos puede no ser una enemiga que les hunda la embarcación, sino una aliada que les lleve a puerto seguro. Veamos si en este caso Riff usa el viento a favor, pero antes descubramos algo más de él.
Riff Reb´s, de nombre real Dominique Duprez, es un dibujante y guionista francés nacido el 17 de diciembre de 1960 en Burdeau. Después de estudiar en Gobelins en París, asistió a la escuela Arts Déco durante poco más de dos años. Participó en el colectivo Neuvième Cauchemar en 1983, luego en la fundación del Atelier Asylum en 1984 junto a Arthur Qwak , Cromwell y Édith. Trabajaron durante casi un año y medio en la serie televisiva de animación Les Mondes engloutis.
En 1985 apareció Le Bal de la Sueur, su primer álbum, en colaboración con su amigo Cromwell y en 1990 crearía el personaje de Myrtil Fauvette. En 2009, su adaptación de una novela de Mac Orlan, A bordo de la Estrella Matutina, inauguró la colección Noctambule de Éditions Soleil y obtuvo un gran éxito. Sin embargo, sería por la otra adaptación que llevaría a cabo en esta serie, El lobo de Mar, en esta ocasión sobre el texto original de 1904 de Jack London y que hoy reseñamos, que Riff Reb’s ganó la primera edición del Prix de la BD Fnac en 2013. El último álbum hasta la fecha de este autor, con más de 20 a sus espaldas, no ha sido otro que el segundo volumen de la adaptación El vagabundo de las estrellas (Soleil, 2020), curiosamente también de Jack London.
¿El hombre es un lobo para el hombre?
En esta historia, ambientada a finales del siglo XIX, nos encontramos con Humphrey Van Weyden, un crítico literario, que termina por quedar varado en el mar debido al hundimiento de su barco. Su suerte parece mejorar cuando es rescatado por un barco, pero tras conocer al capitán Lobo Larsen, es consciente de que el hado de su fortuna no ha hecho más que empeorar.
En casos como éste es difícil hacer una verdadera distinción entre el autor original y el que adapta, pues es complicado separar las virtudes o los defectos de ambos. En este caso, pese a no ser la mejor novela de London, en mi opinión, tiene elementos que destacables pues ofrece al lector un enfrentamiento entre el instinto animal de Lobo Larsen y el instinto humano de Weyden, dejando las pulsiones primarias que puedan cebarse con las heredadas no hacía tanto tiempo de la ética y la razón.
Estos conceptos, tan complejos de llevar a cabo en una obra narrativa, Riff los comprendió a la perfección y los tomó como ejes vertebradores de su adaptación. Es cierto que el original es una delicia, pero también es muy descriptivo, y Reb´s supo perfectamente separar la paja literaria del grano narrativo. Debo de reconocer que me ha sorprendido que siendo como es la novela, el autor no haya usado muchísima voz en off, con didascalias que hacen de apoyo novelado, siempre contado en primera persona, claro.
Entrando en el tratamiento de los personajes, Riff hace algo muy inteligente, y es desarrollar en profundidad a un personaje tan poco favorecido en la original como lo era Lobo Larsen, para que su enfrentamiento con Weyden no fuera el de la mente contra el cuerpo. Pues mientras que en la novela esa batalla se ve generada a partir de la imponente pluma de London que sabe escoger la palabra precisa, Riff hace uso de la imagen para acercarnos a ese animal salvaje que ha leído y comprendido a los más sesudos literatos, así como a ese desdichado de mente ágil y brazo lacio que no se atreve a desafiarlo y al que poco a poco se irá acercando en fondo y forma inevitablemente.
Y es que en el dibujo el autor ofrece el aparataje necesario para que la descripción de London sea comprendida sin hacer uso de su texto, o al menos de la mayoría de él. Hay varios elementos visuales que usa Riff a su favor, como lo son el estilo de línea clara, mezclado con unos ambientes por lo general viciados, destacando la fuerza de los humos y vapores, dejando a Weyden como personaje frágil ante la hostilidad del mar. Otro sería sin duda el uso del color. En cada uno de los 17 capítulos nos encontramos con un color predominante, que pasa del amarillo apagado, el verde saturado, el rojo intenso, o el azul oscuro, entre muchos otros, y que sirven como de un acompañante ambiental que nos coloca como espectador en un lugar específico, casi en forma de hilo musical cambiante que guía al espectador por la historia. Y por último las splashpages dobles en blanco y negro con estilo de rayado que usa de forma catártica para culminar las diferentes etapas por las que pasa Weyden.
En conclusión, estamos ante una adaptación llevada acabo a la perfección, sabiendo transicionar el texto a la imagen para que el lector pueda ver el original reflejado en otro medio sin que sienta que carece de algo, e incluso pueda sacar una nueva experiencia.
Lo mejor
• El tratamiento del personaje de Lobo Larsen.
• El uso del color capitular.
• El final.
Lo peor
• No alcanza la profundidad de conceptos del original, por motivos evidentes.
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