Javier Vázquez Delgado recomienda: Incal final, de Alejandro Jodorowsky, José Ladrönn y Moebius
Edición original: Après l’Incal 1 Le nouveau rêve, Final Incal 1 Les quatre John Difool, Final Incal 2 Louz de Garra y Final Incal 3 Gorgo-Le-Sale FRA (Les Humanoïdes Associés, 2000 – 2014)
Edición nacional/España: Incal Final (Reservoir Books, 2022)
Guion: Alejandro Jodorowsky
Dibujo: José Ladrönn y Moebius
Color: José Ladrönn, Tatto Caballero y Fred Beltran
Traducción: Carlos Mayor
Formato: Cartoné. 288 páginas. 29,90€
Jodorowsky en estado puro.
«Tengo… que… acordarme…»
Tras su infructuosa colaboración en la faraónica y fracasada adaptación cinematográfica de la novela de Frank Hebert Dune, Alejandro Jodorowsky (1929) y Moebius, seudónimo de Jean Giraud (1938 – 2012), idearon una serie en cómic para la revista Metal Hurlant en la que se daban cita algunas de las ideas y diseños que ambos habían querido plasmar en la pantalla grande, pero que la cancelación del proyecto dejo en el aire. El resultado fue El Incal, una serie de seis álbumes publicados entre 1981 y 1988 que cambio la concepción de la ciencia-ficción y de la que el simpar Tristan Cardona realizo una fabulosa reseña que podéis leer aquí. La serie sirvió para confirmar a Moebius como uno de los mayores talentos que ha dado el medio, si es que todavía había alguien que lo dudaba, y supuso la entrada por todo lo alto del chileno en el mercado francófono como guionista. En esa space-opera distópica protagonizada por el singular y hedonistas detective de clase R John Difool nos presentaron un fascinante universo en el que tenían cabida las ciudades mastodónticas e inhumanas que el dibujante ya nos había retratado en The Long Tomorrow junto con otros escenarios de ciencia ficción que había dibujado en obras como Arzack o El garaje hermético que se mezclaban con algunas de las obsesiones personales del guionista chileno que ha dejado ver hasta la extenuación en sus trabajos posteriores como el misticismo, el renacimiento a través de la reconstrucción física y espiritual de los protagonistas, el gusto por la violencia extrema, las relaciones paternofiliales complejas y un largo etcétera.
El enorme éxito de la serie provoco que el guionista comenzara a expandir el universo, conocido como Jodoverso con el tiempo, con series derivadas en las que se exploraban algunos de los personajes y elementos presentados en la serie original como La casta de los metabarones (Reservoir), Castaka (Norma), Megalex (Norma) o Los tecnopadres (Norma). Pese a que algunas contienen momentos notables ninguna se acerca al excelso nivel de la obra primigenia dejando de manifiesto la importancia que tuvo la presencia de Moebius en todos los aspectos atenuando algunos de los vicios del chileno que en esas series posteriores se acentúan enormemente, además de tener una enorme cantidad de contradicciones e incoherencias entre lo que relata cada una de ellas. De ese afán por capitalizar el éxito de la primera serie tampoco se libró John Difool. De hecho, la primera serie que la continua es Antes de El Incal (Reservoir) que Jodorowsky creo junto al dibujante Zoran Janjetov en 1989 y que durante seis entregas exploraba sus aventuras de juventud presentando algún personaje nuevo que tendrían una importancia capital en la tercera parte prevista de El Incal, que continuaba directamente la serie principal. Un proyecto que llevaba por título Después del Incal en el que se volvían a reunir a los autores originales de la serie. En 2000 se publico un primer álbum titulado El nuevo sueño que iba a ser el comienzo de una nueva serie. Sin embargo, los problemas de salud del dibujante añadidos las desavenencias entre ambos autores por algunas de las decisiones del guionista que convertían a la serie original en un sueño de Difool provocaron que la serie no tuviera continuidad y quedara abandonada para siempre. O eso parecía. Pero en 2008 vio la luz Los cuatro John Difool, un álbum que volvía a contar los mismos sucesos que en El nuevo sueño aunque introduciendo algunos cambios y que daba el pistoletazo de salida a Incal Final, la nueva versión de Después del Incal que pone el punto final a las desventuras de Difool. El encargado de dibujar tanto ese álbum como los otro dos (Luz de Garra y Gorgo el sucio) que finalmente formaron esta tercera entrega de la serie es el mexicano José Lädronn (1967), que años después volverá a colaborar con el guionista chileno en Los hijos del Topo (Reservoir), serie que continua su mítica película.
El volumen integral que acaba de recopilar Reservoir contiene los tres álbumes que forma Final Incal y el único publicado de Después del Incal. Se trata de una edición muy similar a las que ha realizado tanto de El Incal como de Antes del Incal, aunque en esta ocasión no han incluido ningún extra.
Una de las grandes virtudes de El Incal es que su trama tiene una estructura circular, en la que principio y final se funden, algo que dificulta en exceso continuar la serie de manera que tenga sentido puesto que la obra había quedado completamente cerrada. Ese final obliga a que esa continuación tenga que hacer juegos de malabares con la historia original para dotarla de una lógica que justifique su continuación. La primera solución para ese problema que se le ocurrió al guionista chileno en Después de Incal fue hacer que todo lo había pasado en El Incal fuera un sueño de Difool. Como ya hemos mencionado, este inicio de la serie quedó inconcluso, de manera que estamos ante un álbum que podríamos considerar fallido, ya que además nos encontramos con un Moebius que está muy lejos de sus mejores momentos y firma uno de sus peores trabajos como dibujante. Lo más interesante de este álbum es poder ver la diferente manera en que él y Lädronn narran las mismas escenas puesto que gran parte de los eventos del álbum se repite en la primera entrega de Final Incal.
La idea de hacer que todo fuera un sueño, un despropósito de dimensiones colosales, se corrigió en Final Incal haciendo que lo relatado en ese álbum se produjera en un universo alternativo, de manera que no quedara en el limbo conectándolo con la saga. Aunque se trata de una idea mejor pensada, el problema de esa nueva intentona es la falta de originalidad de la que adolece toda la trama, ya que los protagonistas se enfrentan a una lucha entre lo artificial y lo natural. Es decir, entre el bien y el mal. Por desgracia, se trata de lo mismo que ya había contado en la serie original con el glorioso arte de Moebius, pero de manera más delirante, confusa y atropellada. Algo a lo que ya nos tiene acostumbrado el chileno, que muchas veces nos deja la sensación de perderse por el camino y nos saber nunca cómo poner fin a sus propias historias. Lo que también sucede en esta ocasión con un final muy precipitado, pero en su descargo hay que señalar que su idea original era que esta última parte de la serie estuviera formada por tres historias de seis álbumes de duración cada una, algo que no pudo ser por diversos motivos quedando reducido todo a tres álbumes. Aunque no todo es malo ya que la serie nos sigue dejando retazos de un universo imaginativo, fascinante y lleno de posibilidades. Además, tenemos la oportunidad de conocer el final de la historia de amor entre Difool y Luz de Garra que comenzó en Antes del Incal. La serie también tiene su dosis de mesianismo, misticismo, renacimientos, aventuras espaciales, conspiraciones políticas y ese sentido del humor tan transgresor y bizarro que ya vimos en la serie original. Esas son algunas de las características que vemos en todos los guiones firmados por Jodorowsky y que le han llevado a tener una legión de seguidores que a buen seguro disfrutaran con este trabajo, pese que no está entre lo mejor de su producción.
Lo más brillante del integral es el trabajo de Lädronn que demuestra una enorme pericia a la hora de reflejar el universo de El Incal. Quienes le conozcan por sus trabajos en el mercado estadounidense no se van a encontrar con el estilo deudor de Jack Kirby que le hizo popular por esos lares, ya que para esta serie ha empleado un estilo que bebe de los dos grandes dibujantes del universo pensado por el guionista chileno: Moebius y Juan Giménez. Dos titanes del lápiz con estilos muy diferentes, pero unidos por haber sabido sacar lo mejor de los guiones del chileno y revolucionar la forma de retratar la ciencia ficción. De esta manera, Ladrönn nos deleita con unas páginas espectaculares en las que se pueden ver sus influencias, pero en las que con el paso de las páginas va aflorando un estilo propio. Sin embargo, pese a su magnífico trabajo, la obra no consigue transmitir esa sensación de grandiosidad y ese derroche de imaginación que consiguió Moebius con El Incal.
Final Incal es una historia que nos vuelve a llevar de nuevo al universo creado por Jodorowsky y Moebius, pero con una historia mucho menos inspirada que El Incal y que nos deja con la sensación de estar ante algo ya leído con anterioridad. Lo más destacada es el enorme trabajo de Lädronn.
Lo mejor
• La posibilidad de poder ver la diferente manera en que interpretan las mismas escenas Moebius y Lädronn.
• Algunas de las ideas de Jodorowsky siguen siendo fascinantes.
Lo peor
• La sensación de estar ante una obra demasiado similar a El Incal que aporta muy pocos elementos novedades con respecto a la serie original.
• El final resulta bastante precipitado.
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