Javier Vázquez Delgado recomienda: Reseña DC USA – Batman: One Bad Day – The Penguin #1
Edición original: Batman: One Bad Day – The Penguin #1 USA (DC Comics, 2022)
Guion: John Ridley
Dibujo: Giuseppe Camuncoli
Entintado: Cam Smith
Color: Arif Prianto
Formato: 64 páginas. 7,99$
El Pingüino y el sueño americano
«No one’s called me Penguin in a long time»
En los ochenta Alan Moore tuvo una (muy) breve etapa en DC pero de una riqueza cualitativa que ha iluminado a algunos autores durante décadas. Su etapa en la Cosa del Pantano, Watchmen, V de Vendetta (sí, ya sé que la empezó en Inglaterra) y la reeditadísima Batman: Killing Joke han dado ideas que han durado hasta la actualidad.
La codicia y malas artes de DC hizo que el inglés dejara la editorial con la promesa de no querer volver a trabajar para los de Burbank, pero eso ya es otra historia.
Lo que queremos aquí y hoy es centrarnos en su influencia y en la de su especial para Batman, La broma asesina. Este cómic que se ha convertido en motivo de chiste por la cantidad ingente de reediciones de las que ha disfrutado, causó polémica por su final que suponía una humanización del Joker, posiblemente el villano más letal de Batman.
Moore basa la premisa en una filosofía humanista del tipo que todos los hombres nacemos buenos. Somos en esencia bondadosos. El anarquismo, ideología de la que dice Moore que define su ideario político, se basa en la bondad natural del ser humano y que es la sociedad la que lo envilece.
Esta es la idea inicial de la Broma Asesina. Jack Napier es buen tío, buena persona, incluso algo blando y pusilánime, simplemente se ve empujado por la presión que le rodea a buscar una solución rápida y desesperada. Esa solución pasa por cometer un crimen. Batman detiene la operación criminal y Napier cae en una cuba de productos químicos, lo que le convierte en el Joker.
Una mala decisión. Un mal día y puedes pasar de ser un tipo apocado a ser un psicópata criminal.
Esta idea es los especiales One Bad Day centrados en los villanos de Batman. Una mala decisión. Un error. Un mal día y te conviertes en un criminal terrorífico.
En este cómic tenemos una idea un poco diferente. Tenemos al Pingüíno arruinado sin redención, despreciado sin solución. Lo ha perdido todo, el dinero, el negocio y el respeto a manos de Umbrella Man.
La gracia de la historia está en ver como Cobblepot poco a poco recupera su imperio. Pasito a pasito. El ritmo al que camina un pingüino.
Oswald no tiene nada, nada de nada… excepto una bala… con esa bala obtendrá más balas y así poco a poco irá reconstruyendo una retorcida versión del sueño americano, una versión criminal.
John Ridley (12 años de esclavitud, Yo soy Batman o la Otra historia del Universo DC) sale de su zona de confort (por llamarlo de alguna manera bastante desafortunada, lo admito) en este cómic y no pasa por una historia de crítica social con tintes raciales. Vemos más bien una historia de redención, de construcción de la propia identidad, de éxito y fracaso. Todo en un ambiente criminal y mafioso.
Una delicia.
La historia está construida con un ritmo adecuado. Lento cuando debe y más acelerado cuando es necesario. El autor pone el énfasis en los personajes, los define muy bien con unos diálogos ajustados y unas acciones cargadas de sentido que nos permiten asomarnos a sus motivaciones. La historia avanza a pulsaciones, como si cada viñeta fuera un latido, cogiendo más velocidad cuando se intensifica la trama hasta un clímax vibrante que nos muestra al Pingüino en todo su esplendor.
El dibujo es del italiano Giuseppe Camuncoli. El autor destaca por una narrativa eficiente, una estructura de página que multiplica lo que nos quiere comunicar el guionista. Un dibujo perfeccionista, sin errores algo anguloso. El estilo recuerda a Andy Kubert en sus buenos momentos con tintas de Klaus Janson.
Camuncoli adapta el trazo a la trama. Ajustado y concreto en las escenas más contenidas, desatado y brutal en el momento de mayor violencia.
En definitiva se trata de una aproximación divertida, disfrutona y con profundidad a la psicología de uno de los mayores villanos de Batman, el siempre carismático y poliédrico Oswald Cobblepot.
Lo mejor
• La minuciosidad del guion de Ridley.
• EL dibujo de Camuncoli, efectivo y profesional.
Lo peor
• Siendo un muy buen cómic, le falta un punto para ser un gran cómic.
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