Javier Vázquez Delgado recomienda: Viñetas & Fotogramas: Sergio Leone
No es la primera vez, ni será la última, que en esta Santa Casa creamos una sección que trate de fusionar el séptimo y el noveno arte. Zona Negativa es lugar de encuentro para todos los amantes del mundo de las viñetas, pero nuestra cabecera ya advierte que no solo del cómic vive nuestra web. Así pues, el cine forma parte de esas galaxias cercanas a las que hacemos referencia. Raro es el mes que en la multitud de publicaciones que llegan a librerías, no tengamos alguna historieta relacionada con el celuloide. Recientemente hablábamos de Fatty. El primer rey de Hollywood mientras que nuestros amigos de Desfiladero Ediciones han sacado de manera, casi consecutiva, tres cómics ligados al cine en su recién estrenada colección Claqueta: Lugosi. Ascenso y caída del Drácula de Hollywood, Chaplin en América y Sergio Leone. Precisamente, de este último nos hacemos eco en este artículo para inaugurar esta nueva división. Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, tenemos la excusa perfecta para, a modo de presentación, sacar el bisturí y diseccionar la figura del cineasta italiano. La idea, si os gusta, es repetir en ocasiones venideras.
«De vez en cuando, la gente quiere ser tratada como adultos. El hecho de que un hombre lleve sombrero y monte a caballo no necesariamente significa que sea imbécil.» Sergio Leone
Nacido en Roma, Sergio Leone creció en un ambiente cinematográfico. Hijo de la actriz Bice Valerian y del realizador de cine mudo Vicenzo Leone (AKA Roberto Roberti), quien en 1913 rodó el primer western italiano. Estudió derecho antes de convertirse en ayudante de dirección de prestigiosos cineastas tanto transalpinos como estadounidenses. Tuvo la oportunidad de asistir al cineasta neorrealista Vittorio De Sica en Ladrón de bicicletas, cinta en la que también interpretó, brevemente, el papel de cura. Otra de las muescas en su filmografía que le sirvió para coger tablas detrás de las cámaras tuvo lugar en el rodaje de la mítica carrera de cuadrigas de Ben-Hur (William Wyler, 1959).
Por enfermedad de Mario Bonnard, con quien trabajó regularmente como ayudante, finalizó el rodaje de Los últimos días de Pompeya (1959), nueva versión de la obra de Bulwer Lytton y dirige la segunda unidad de Sodoma y Gomorra (1962), de Robert Aldrich. Sin embargo, su debut como realizador no fue otro que con el peplum El Coloso de Rodas (1961). Gracias al éxito de la trilogía del dólar, popularizó el concepto del spaguetti-western así como su propio nombre. Leone tomó un género moribundo para reinventarlo y darle su particular toque final.
Leone, que no hablaba inglés, y Clint Eastwood, que tampoco hablaba italiano, se comunicaban por medio de Benito Stefanelli, especialista en escenas de acción. Muy pocos cineastas pueden decir que han definido sus propios géneros, sin embargo, Leone se convirtió en el indiscutible del Spaggetti western. Los desérticos parajes de Almería hacían las veces del Old West americano y el violento realismo destruía los mitos de los cowboys que se habían visto en la gran pantalla hasta entonces. El 30 de abril 1989 Sergio Leone moría a los 60 años víctima de un infarto de miocardio.
Por un puñado de dólares (1964)
«¡Oye, tú! ¿Es que has dormido vestido?»
«No quería ensuciarte las sábanas.»
Protagonizada por un joven Clint Eastwood interpretando a un antihéroe impasible y anónimo que se aprovechaba de la rivalidad de dos bandas rivales en una población fronteriza. La innovadora cinta, rodada con un presupuesto mínimo, mostró al mundo un cineasta visionario con un ojo asombroso para la composición. Los cortes discordantes, las largas tomas estáticas, los primerísimos primeros planos (dejando ver en pantalla poco más que la expresión de los ojos) o el humor negro serían una constante en su filmografía. Basada en Cosecha Roja, de Dashiell Hammett, Carlo Goldoni y, sobre todo, Yojimbo. De hecho, Akira Kurosawa resultó vencedor en el juicio al considerar que no habían pagado los derechos de autor por utilizar la trama de su película como base.
LA MUERTE TENÍA UN PRECIO (1965)
«Las preguntas nunca son indiscretas, las respuestas sí lo son a veces.»
Segunda colaboración de Eastwood, Leone y Ennio Morricone (este último componiendo bandas sonoras para el recuerdo). Producción realizada con bastante más dinero que la anterior en la cual Leone contó con la ayuda de Luciano Vincezoni en la escritura del guion. La trama nos presentaba a dos cazarrecompensas (el propio Eastwood y Lee Van Cleef) que deciden unir fuerzas para atrapar al mismo hombre, si bien tienen motivaciones muy diferentes. Per qualche dollaro in più fue el título en su versión original que hacía referencia a Per un pugno di dollari (Por un puñado de dólares). Leone volvió a destacar con una magistral planificación.
El bueno, el feo y el malo (1966)
«¿Sabes que tu cara se parece a la de uno que vale 200 dólares?»
«Sí, pero tú no te pareces al que los va a cobrar.»
Superproducción de larga duración en la que Leone desarrolló su peculiar estilo basado en su habilidad para jugar con el tiempo narrativo, violentar el western y, finalmente, hacerlo desaparecer como género. Leone confirmó su reputación como leyenda cinematográfica. A los viejos conocidos Eastwood, Van Cleef o Morricone se les unió para la ocasión un excepcional Eli Wallach. La cinta está ambientada en la guerra civil norteamericana, en la cual tres cazarrecompensas rivalizan entre ellos buscando un tesoro. La tensión de la música compuesta por Morricone (combinando instrumentación extravagante y guitarras eléctricas) ambientó el duelo final a tres bandas. Mientras que el crítico de cine Carlos Boyero tildó a la peli de “celebérrima estupidez” Quentin Tarantino afirmó que El bueno, el feo y el malo es la cinta mejor dirigida de todos los tiempos.
Hasta que llegó su hora (1968)
«Es lo primero que he aprendido trabajando contigo: escuchar como si no viera y mirar como si no oyese.»
«Pues aprende a vivir también como si no existieras.»
Decía Leone que los americanos siempre habían mostrado el Oeste en términos extremadamente románticos, con caballos que acuden al silbido de su amo. Hasta que llegó su hora fue el inicio de una nueva trilogía que funcionaba a modo de reflejo de los tres periodos que forjaron América. Interpretada por Claudia Cardinale, Henry Fonda, Jason Robards y Charles Bronson, con un metraje larguísimo, la cinta, lenta y barroca, es una auténtica obra maestra. Guionizado por Bernardo Bertolucci, Dario Argento y el propio Leone, este western contó con un presupuesto de cinco millones de dólares.
¡AGÁCHATE MALDITO! (1971)
«La revolución no es una cena social, un evento literario, un dibujo o un bordado. No puede hacerse con elegancia y cortesía. La revolución es un acto de violencia.»
Aventura ambientada en los días de la revolución mexicana de Pancho Villa y Emiliano Zapata, la película estuvo protagonizada por Rod Steiger y James Coburn. Ambos interpretaron a una pareja de bandidos que, tratando de robar un banco, dinamitan una previsión. La explosión libera a los presos revolucionarios, por lo que se convierten en héroes del país. Sin embargo, las tropas del gobierno, lideradas por el Coronel Gutierrez, comienzan a perseguirles. Leone, sustituyendo a Sam Peckinpah que se cayó en el último momento, recuperó el enfoque camp de sus westerns anteriores.
ÉRASE UNA VEZ EN AMÉRICA (1984)
“¿Qué has hecho los últimos treinta años?»
«Levantarme temprano.”
Ambientada en el Lower East Side neoyorquino esta obra maestra del cine de gangsters se centra en los miembros de una banda judía desde que se conocen siendo unos críos a comienzos de la década de los veinte hasta finales de los sesenta. Una historia de amistad, violencia y traiciones que se vio originalmente mutilada en su montaje por su excesivo metraje. Robert De Niro, James Woods, Elizabeth McGovern, Joe Pesci, Burt Young, Danny Aiello y Jennifer Connelly dan vida a los personajes principales de una película que no tiene nada que envidiar a El Padrino, de Coppola. La mafia al ritmo de Morricone. Como vino siendo habitual en la carrera de Leone, la fuerza de las imágenes por encima de los diálogos. La melodía de Yesterday, el fumadero de opio, los remordimientos del pasado… Érase una vez en América es un filme violento, pero también melancólico y cargado de nostalgia. A pesar de que no fue un éxito en su momento, el tiempo la ha puesto en su sitio. El broche de oro a una carrera con pocas películas, pero que hicieron historia.
Edición original: Sergio Leone FRA (Glénat, 2019)
Edición nacional/España: Sergio Leone (Desfiladero Ediciones, 2022)
Guion: Noël Simsolo
Dibujo: Philan
Traducción: Carla Fonte Sánchez
Formato: Cartoné. 184 páginas. 29,90€
Érase una vez Sergio Leone.
«Convertiré mi sueño de película en la película de mis sueños.»
Noël Simsolo (1944), el guionista francés de esta novela gráfica, conoció a Sergio Leone cuando le entrevisto para un libro centrado en su trayectoria como cineasta, lo que provocó que con el paso de los años forjaran una amistad duradera. Además de su prolongadísima trayectoria ligada al mundo cinematográfico en la que ha ejercido como actor, guionista, director, critico e historiador, también tiene una destacada carrera como novelista y guionista de cómics. Aunque en España, antes de la aparición de esta obra, solo habíamos podido leer Doctor Radar (Spaceman Books) dibujada por Frédéric Bézian. Sin embargo, su trayectoria en el mercado francobelga esta jalonada de obras históricas y de biografías en cómic de figuras del cine tan relevantes como Alfred Hitchcock, François Truffaut, Jean Gabin u Orson Welles. Así que se antojaba como una magnifica elección para hacer lo propio con la de Leone para la que conto con los dibujos de Philan (1967), un dibujante de estilo realista con una carrera relativamente más breve por el momento.
A través de una entrevista que le realiza un periodista en el rodaje en España de La muerte tenía un precio en 1956 vamos conociendo algunos episodios de la vida del director italiano que marcaron profundamente en su trayectoria profesional y personal, aunque esta parte de su vida no está tan tratada optando los autores por centrarse sobre todo en su labor creativa. Pero la obra sí que nos permite conocer cómo fue su vida durante su infancia y las penurias que tuvieron que pasar por la oposición de su padre, uno de los primeros directores de cine italianos, a la dictadura fascista de Mussolini. Con posterioridad la obra nos va relatando como va dando sus primeros pasos en el mundo del cine y algunas de las dificultades que tuvo que afrontar a lo largo de sus proyectos, en los que siempre quiso que prevaleciera su visión creativa y que sus obras se exhibieran de la manera en la que él las concibió, algo que, por desgracia, no ocurrió en varias ocasiones. Aunque esa entrevista sirve como punto de arranque la obra también nos narra los sucesos posteriores a esa fecha abarcando su vida por completo.
Estamos ante una obra que refleja muy bien la pasión de Leone por crear y que nos cuenta diversas anécdotas en las que se refleja esa pasión y también múltiples curiosidades de su vida y obra. Sin embargo, a la obra le falta un armazón más sólido que dote de unidad a todos esos fragmentos de manera que la lectura sea más natural y fluida, algo que el director italiano siempre supo hacer en sus películas, aunque también estaban compuestas de relatos del pasado como en Érase una vez América. Se echa en falta algo más de atrevimiento de los autores para tratar de trasladar al cómic alguna de las técnicas narrativas que podemos ver sus películas con las que revoluciono la forma de entender el western, ojalá que esta obra hubiera tratado de hacer algo similar con el cómic biográfico. Pero pese a todo no podemos considerarlo un mal cómic, simplemente peca de ser muy timorato.
Philan hace un gran trabajo a la hora de representar de manera que sean reconocibles las diferentes figuras famosas que se dan cita a lo largo de las páginas de la obra. Además, también incluye varios guiños para los fans de las películas, pero cae en la misma falta de riesgo a la hora de trasladar la historia a imágenes ya que en ningún momento consigue que la obra refleja la maestría como narrador de Leone, ya que opta por usar los recursos narrativos habituales del BD más comercial. Queda la duda de si esas decisiones, tanto en la estructura del relato como en la parte gráfica, fueron impuestas por la editorial, ya que no conviene olvidar que esta obra es parte de la colección 9 ½ centrada en figuras cinematográficas de Glénat, o si por el contrario fueron una decisión de los autores.
En conclusión, estamos ante una obra que cualquier fan del cine y, en particular, de Sergio Leone disfrutará enormemente y que, sin duda, tras concluir su lectura se le despertaran las ganas de volver a ver sus fantásticas películas, algo que siempre es un placer. Pero es un trabajo que como cómic tiene algunos problemas y en el que se echa en falta la ambición de crear una obra que tenga un valor por sí misma transcendiendo la biografía del director italiano para que pueda despertar el interés para cualquier lector, esté interesado o no, en su trayectoria cinematográfica.
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