Javier Vázquez Delgado recomienda: Casanova Vol. 1: Luxuria, de Matt Fraction y Gabriel Bá
Edición original: Casanova: Luxuria USA (Image Comics)
Edición nacional/España: Casanova Vol. 1: Luxuria (Norma Editorial, 2022)
Guion: Matt Fraction
Dibujo: Gabriel Bá y Fabio Moon
Color: Cris Peter
Traducción: Raúl Sastre
Realización técnica: Vanessa Cabrera y Juan Pacheco
Formato: Tapa dura. 216 páginas. 26€
Todo un espía
«Adoro mi trabajo pero… no deja de ser un trabajo»
En ocasiones ocurre. En ocasiones una obra conocida de autores a los que hemos leído y visto en muchas historias no llega a España o queda a medias. Lo cierto es que la publicación de Casanova en Estados Unidos no ha sido precisamente muy regular, lo cual no ayuda a su visibilidad fuera de su país.
Casanova comenzó su andadura en Image Cómic allá por 2006, una época en la que el cómic independiente aún no había explotado y sus autores estaban lejos del reconocimiento actual. El guionista Matt Fraction apenas llevaba un año en Marvel y le quedaría otro para asombrar co-escribiendo (junto a Ed Brubaker) El Inmortal Puño de Hierro, mientras que el dibujante Gabriel Bá, aunque sí llevaba unos años y había publicado material en Brasil y en Estados Unidos (participando con autores de primera línea) le faltaría también un año para dar el primer paso a la grandeza con la multi-premiada The Umbrella Academy (el segundo paso sería el estreno de la serie de Netflix que lo elevaría aún más). Por si fuera poco, Casanova no salió a la venta en un formato habitual, sus grapas eran de dieciséis páginas (y su precio más bajo), de las cuales Bá realizaría siete, tomando el relevo su hermano gemelo Fabio Moon, con un estilo similar y el mismo espíritu, durante otros siete números.
Quizás no fuera el momento, quizás otros proyectos les llevaban demasiado tiempo o quizás la serie era algo atrevida para el mercado de la época, la cuestión es que Casanova paró durante tres años para regresar en el fallido sello Icon de Marvel, lo que llevó a que se publicase en España el primer tomo, recopilando los siete números de Bá y Fraction, de la mano de Panini, los cuales la dejaron ahí colgada. En la casa de las ideas recopilaron estos catorce números en dos series limitadas de cuatro grapas cada una bajo los títulos de Luxuria y Gula, para luego sacar una tercera, Avaritia. Tres años después, tras la caída de Icon, los autores regresaron a Image Comics (como hicieran sus compañeros Mark Millar, Ed Brubaker…) donde realizaron un cuarto volumen, Acedia, y comenzaban esta edición en tapa dura, con numerosos extras que nos ha traído Norma Editorial con la intención, esta vez sí, de poder disfrutarla al completo.
De esta manera, el tomo de Luxuria repite lo que ya estaba publicado en España, que serían los siete primeros números de Image Comics, en una edición bastante buena. Tenemos todos los añadidos que se incluían en los números estadounidenses, el proceso de coloreado, rotulado y creación de las portadas, así como las originales incluidas al final del tomo, utilizando un índice para separar los capítulos, o entrevistas a Fraction donde cuenta además sus influencias a la hora de crear Casanova, poniendo énfasis en las llegadas del mundo del cómic como American Flagg o Las aventuras de Luther Arkwright, y es que esta obra es un canto de amor al medio. No pecaremos de llamarla “edición de lujo” pero sí que se acerca al estilo de tomo integral por su cuidado formato, solo que más pequeño. No hay ni la más mínima pega a esta nueva edición, más allá de que no sale precisamente barata (tampoco es inalcanzable y menos si tenemos en cuenta el desgraciado devenir de precios actuales).
A todo esto hay que añadir que Casanova no es precisamente una obra fácil de digerir. Quien espere encontrarse con un Fraction al estilo Marvel probablemente saldrá decepcionado pues aquí se aleja bastante del estilo mainstream. Es cierto que a día de hoy tenemos otras obras como Noviembre o Sex Criminals que ya nos hacen ver la diferencia entre el Fraction de los superhéroes y el de los trabajos de creación propia, pero aquí encontramos a un autor menos maduro, quizás con alguna carencia narrativa que ha pulido con los años y una imaginación desbordante. Eso sí, la compañía de un artista tan personal y con tanta fuerza como Gabriel Bá eleva considerablemente el nivel de este cómic.
Los locos diseños de Bá, sus perspectivas o esa capacidad para cambiar la disposición de las viñetas en las páginas hacen del brasileño un autor especial, de los que se nota que disfrutan con su trabajo y contagian ese regocijo al lector. Un estilo muy identificable que llega a aportar un grado más de extravagancia a la historia, haciendo que un guion que ya viene con mucha personalidad se convierta en un cómic único. Tampoco es algo que extrañe, Bá haría lo mismo con la ahora famosa The Umbrella Academy. La maestría con la que maneja tres tiempos en una misma historia, alternando las páginas, en el tercer capítulo, “La misión de Yerba Muerta”, puede dejar a más de uno sin palabras.
En el último capítulo toma ya el relevo Moon, el cual sigue mucho la estela de su hermano en cuanto a diseño y estilo, lo cual es agradable porque sigue manteniendo ese tono que hace la serie única a la vez que deja su impronta. Moon usa personajes algo más estilizados, mete más matices en las caras que potencian un estilo algo más realista que el de Bá pero sigue con la esencia a la vez que se nota una fuerte personalidad en su trazo. El hecho de que todo esté coloreado por la misma artista, Cris Peter, sin duda ayuda a conseguir esta homogeneización. Más si cabe pues el gusto de Peter para la obra es excelente, con una paleta que logra una ambientación magnífica sin estropear el énfasis de los autores en el negro pero potenciando algunos elementos de esos que hacen que esta obra sea toda una locura digna de disfrutar.
Lo cierto es que si nos quedamos con la parte más básica de la trama principal se puede decir que Casanova es una historia de espías y agentes secretos bastante clásica, con mucha intriga familiar. Se alimenta de todos los tópicos del género y le añade una clara influencia de la literatura pulp. Casanova es un agente libre que no tiene problemas para encararse con la organización IMPERIO, que representa la justicia, para conseguir sus objetivos, ni aunque dicha organización esté dirigida por su padre. Pero no todo es tan sencillo, Casanova será arrastrado a un universo paralelo en el que era un agente fiel a IMPERIO y ahora ejercerá de agente infiltrado, estando de parte de sus enemigos, la organización RESTOS… o puede que no. La verdad es que los autores crean un personaje muy magnético que aún estando escrita en primera persona consigue ser muy enigmático y nunca se sabe por dónde va a salir, siendo uno de sus puntos fuertes esos giros impensables que la hacen impredecible.
Tenemos bases secretas, islas perdidas, fiestas de la alta sociedad, tramas de dominio mundial, pero aún con todos los tópicos del género de espías que la alimentan, Casanova es una obra altamente imaginativa en todos sus aspectos. Literatura, música o moda son temas insertados en la serie, mientras que la ciencia-ficción la llena de detalles que la hacen diferente, desde cabezas flotantes hasta casinos voladores o prostitutas robot. También hay un poco de parodia y un poco de crítica a algunas de las manías habituales de las que adolecen las historias del género pero sobre todo es una obra adictiva, cada pequeña historia engancha por su acción mientras que lo que de verdad nos pega a la serie es su argumento. Fraction hace gala de una verborrea maravillosa, aunque en algún que otro momento puede resultar repetitiva, lo cual no deja de ser un problema en guionistas noveles cuando se encuentran con dibujantes tan impresionantes como Bá. Puede que esto, sus locuras y el estilo de Bá, tan alejado de las modas superheroicas, haga que Casanova no sea una obra para cualquiera, gustos a parte, es de esas que requieren un pequeño esfuerzo de atención por parte del público. Eso sí, es un esfuerzo que tiene su recompensa.
Lo mejor
• El dibujo de Bá.
• El magnetismo de Casanova.
• La riqueza de su mundo.
Lo peor
• Algunos textos pueden llegar a ser un poco repetitivos o sobreexplicativos.
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