Javier Vázquez Delgado recomienda: Carnaza Humana Nº 1, de Kuraishi Yuu, Mizutani Kengo y Inabe Kazu
Edición original: Shokuryou Jinrui Nº 1 JAP (Young Magazine Kaizokuban / Kōdansha, 2014 – 2021)
Edición nacional/España: Carnaza Humana Nº 1 (ECC Ediciones, 2022)
Guion: Kuraishi Yuu y Mizutani Kengo.
Dibujo: Inabe Kazu.
Entintado: Inabe Kazu.
Traducción: Gabriel Álvarez Martínez.
Realización técnica: Isaac Romana.
Formato: Rústica con sobrecubiertas. 192 páginas. 9,95€
Un relato de supervivencia trófica
«Entonces, dejo el futuro del planeta en tus manos.»
Los evidentes estragos del cambio climático. El descontrol capitalista que alienta el consumo y la especulación por encima de un reparto equitativo de recursos básicos. La encrucijada en la que nos hemos metido en nuestra relación con el entorno. La criminalización de conceptos como igualdad, diversidad y feminismo en la era de las redes sociales. El difícil equilibrio entre el respeto a los derechos de los animales y la manera en la que nos alimentamos. La reaparición de teorías conspirativas y creencias precientíficas con las que una parte de la población intenta simplificar los parámetros de una realidad sobre la que hemos perdido el control. Los tiempos actuales son realmente convulsos y, por desgracia, la altura del debate se suele limitar a gritar más alto que la persona anónima con la que estamos discutiendo en Twitter.
Por supuesto, las viñetas no han estado al margen de estas tensiones y muchos de los debates actuales presentes en la sociedad se han materializado y tomado formas de lo más diversas en ellas. Hay un tema en concreto porque el que se han interesado en los últimos años muchos mangakas, el relacionado con el consumo de carne y otros productos de origen animal y el impulso de estilos de vida como el veganismo. Esta es una cuestión muy presente en obras con un marcado viraje hacía el thriller y el terror a raíz del éxito de The Promised Neverland de SHIRAU Kaiu y DEMIZU Posuka. Una obra planteada como un thriller psicológico y de aventuras que abrió la veda sobre este tipo de temáticas al gran público, con una historia en la que los humanos están en constante peligro al haberse convertido en la presa y en un mero bien de consumo.
Pero hay más ejemplos sobre esta tendencia en obras como Parasyte, cuya reciente adaptación al anime incide en esta cuestión que apenas tenía importancia en la obra original de IWAAKI Hitoshi publicada entre finales de los años ochenta y mediados de los noventa en Japón. También podríamos citar Beastars de ITAGAKI Paru y El Incidente Darwin de UMEZAWA Shun, un par de títulos que abordan esta cuestión desde un punto de vista más reflexivo y filosófico, poniendo a sus personajes en todo momento contra las cuerdas en la defensa de sus propias ideas. La intención de todas estas historias es darle la vuelta a la tortilla y hacernos partícipes de una discusión llena de contradicciones e intereses contrapuestos. Pero ninguna de ellas es tan directa y brutal como la presente Carnaza Humana (Shokuryou Jinrui en el original japonés).
Este es el sugerente y llamativo título de una de las últimas publicaciones de ECC Ediciones que nos propone una sangrienta historia en la que los seres humanos se ven abocados a enfrentarse a una realidad que pone en cuestión su posición en la cadena trófica. Carnaza Humana parte de una idea original de MIZUTANI Kengo que además supone su debut en el mundo del manga. Le ayuda al guion en estas labores KURAISHI Yuu, autor del que Ivrea publica actualmente en nuestro país su «epopeya no-muerta» Fortress of Apocalypse. En la todavía corta carrera de Kuraishi destacan historias siempre ligadas al terror, el misterio y lo sobrenatural como Denjin N, Zetsubou Shuuraku y la propia Fortress of Apocalypse. Era pues una elección lógica por parte de Kōdansha la de situarlo como tutor de Mizutani en su primera incursión en este medio.
En Carnaza Humana, Kuraishi ha contado a su vez con INABE Kazu, dibujante con el que ya ha colaborado en proyectos anteriores, es este caso de Fortress of Apocalypse y Denjin N. La obra se empezó a serializar en 2014 en la revista digital Young Magazine Kaizokuban de Kōdansha llegando a su conclusión en 2021 después de ser recopilada en siete volúmenes. El éxito de esta propuesta ha propiciado una secuela a cargo del mismo equipo creativo. Bajo el título de Shokuryou Jinrui Re: Starving Re:velation se publica actualmente en Comic Days, la nueva plataforma digital para smartphones de la editorial. Por ahora, ECC Ediciones no ha comentado nada sobre la posible publicación de esta secuela, pero es de suponer que en algún u otro momento la veremos por nuestras librerías si Carnaza Humana responde bien a las ventas.
Entrando de lleno en Carnaza Humana nos encontramos con una historia ambientada en Japón, en un momento en el que la población está viviendo los estragos de una anormal subida de las temperaturas. El impacto a nivel social y político del cambio climático y de nuestra relación con el medio son temas que sobrevuelan este manga desde sus primeras páginas. Las reacciones a ello las vemos en Ie y Kazu, un par de amigos que han quedado para tomar algo mientras hablan de sus planes de futuro y comentan las catastróficas noticias que se suceden cada día en el mundo. Pero después de subir a un autobús, Ie y Kazu caen inconscientes y despiertan en un siniestro lugar donde los seres humanos son cebados, almacenados y despedazados con un misterioso objetivo. Desde ese momento, se verán inmersos en una pesadilla y una carrera por la supervivencia que también podría determinar el futuro de la humanidad.
Está claro que Mizutani y Kuraishi no pretenden ser sútiles en el abordaje de los temas que tratan en esta obra. El guion no juega la carta de la metáfora, plantea un símil muy visceral entre los medios de producción cárnicos y los horrores a los que deben hacer frente sus protagonistas. La violencia a la que son sometidos los personajes nos obliga a la fuerza a hacer el paralelismo entre ficción y realidad, sin dejar mucho más margen a la interpretación y la imaginación. La incertidumbre en este caso son el por qué y el quién; las dos preguntas que nos plantea la obra desde un principio y sobre las que iremos teniendo respuestas paulatinamente. Puede que el elemento sobrenatural cobre importancia en la trama demasiado pronto, restando la fuerza que nos transmiten esos primeros momentos en la escalofriante fábrica a la que llegan sus protagonistas y en la que son sometidos a las mismas prácticas que se aplicarían a cualquier animal en un matadero o centro de producción cárnico o avícola.
Las imágenes que Mizutani y Kuraishi idean y que Inabe traslada al papel son realmente perturbadoras y por sí solas nos adentran en un horror muy tangible al que esos comentandos elementos sobrenaturales van restando humanidad. En cierto sentido, la predisposición al gore más salvaje y a la escatología lidia en algún punto de la trama con el subgénero torture porn. En ese sentido, es fácil relacionar su argumento con propuestas cinematográficas como Hostel, Martyrs y Saw, en las a través de la sangre y el horror psicológico se explora la crudeza de lo cotidiano y las más bajas pasiones humanas. La diferencia es que estas propuestas nos hablan del individuo y Carnaza Humana apela más a los excesos que como comunidad cometemos contra la naturaleza y los seres vivos que la pueblan. Somos concientes del problema pero la solución escapa a nuestro control, lo mismo que los personajes de Carnaza Humana comprenden su difícil situación pero no pueden por más que luchar por su vida buscando la salida de esta «escape room trófica».
También está presente en esta obra el tema de la alienación del ser humano lo que la acerca en algunas ideas tratadas ampliamente en la literatura distópica. Al fin y al cabo, los personajes se ven inmresos en esta obra en una realidad en la que no aplican las reglas que ellos consideraban casi universales por el simple hecho de ser humanos. El contraste es realmente irónico y nos deja imágenes de individuos totalmente sometidos y entregados al macrabo rol que se les ha asignado mediante el uso generalizado de drogas. Esto también nos remite a algunos clásicos de cineastas como John Carpenter y David Cronenberg que también conocen bien los placeres de la carne. La historia nos presenta a varios personajes que luchan por no caer en esa trampa y por conseguir conectar entre ellos para escapar al horror que están viviendo. Un horror que a medida que avanza la trama es más desasosegante, complejo y político, con giros que entroncan con la actual paranoia y auge de las teorías de la conspiración en nuestras sociedades modernas. El mayor acierto de Carnaza Humana es que convierte al ser humano en la presa y al hacer eso los temas que trata cobran una mayor intensidad y virulencia.
Mizutani y Kuraishi imprimen a la serie un gran ritmo desde el guion, pero es Inabe el que lo hace posible con un dibujo ágil y rápido, a la vez que detallado y lleno de recursos en lo narrativo (al menos para lo que se destila en este tipo de trabajos). Los horrores orgánicos y la opresiva atmósfera de la obra son registrados por un dibujo que redobla el foco de interés en el mensaje que intenta transmitir la historia. Lo órganico se apropia de la tensión del relato, dejando más en evidencia la sombra de Cronenberg y la Nueva Carne en esta propuesta. Esto sumado a un dominio notable de la acción y a unos personajes apenas esbozados, pero a los que iremos conociendo en mayor profundidad a lo largo de la serie, hace de Carnaza Humana un entretenido descenso a los infiernos. No obstante, esto también hace que nos acostumbremos a la incomodidad que nos pudiese generar el planteamiento, y nos lleva a estar más pendientes de su intriga y misterio que de la metáfora apenas disimulada que intentan enhebrar sus autores. El elemento sobrenatural -como ya avanzábamos- se introduce rápido, restando virulencia al contexto e incluso tomando derroteros propios de la fantasía superheroica.
Carnaza Humana es otra de las series de nuevo cuño que nos ha planteado el cómic japonés en los últimos años y que bajo la forma de espectáculos de primera magnitud para el público ávido de emociones fuertes, esconden un halo de crítica social más o menos interesante a las miserias y problemas de la sociedades actuales. El balance entre entretenimento y mensaje siempre es difícil de equilibrar en la ficción, pero los autores de esta obra salen bien librados aunque quizás ya en el primer contacto se dejen entrever posibles desvíos en el camino que a la larga rompan dicho equilibrio. En cualquier caso, el terror y su papel en la ficción siempre ha sido un buen medidor para detectar los miedos y paranoias humanos en cada época histórica, por lo que un producto como este nos debería hacer pensar en la verdadera dimensión que pueden tener en un futuro -y las que ya están teniendo en el presente- cuestiones como el calentamiento global, las pautas insostenibles de consumo que nos marcan las grandes empresas y nuestra desequilibrada relación con el medio natural y los seres vivos del planeta con los que compartimos hábitat.
Lo mejor
• La fuerza que destila el planteamiento de partida.
• El hecho de utilizar el terror para hablar de cuestiones de mayor alcance.
• Las evidentes virtudes de su apartado gráfico.
Lo peor
• La metáfora que articula la obra carece de sutileza.
• Los personajes apenas están esbozados.
• La forma se acaba imponiendo demasiado al fondo.
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