Javier Vázquez Delgado recomienda: Escuadrón Suicida: ¡A por el Joker!

Edición original:Suicide Squad: Get Joker! Book One-Book Three USA
Edición nacional/España:ECC Ediciones
Guion:Brian Azzarello
Dibujo: Alex Maleev
Color:Matt Hollingsworth
Traducción:Felip Tobar Pastor
Formato: Cartoné (216×276 mm.), 144 págs. A color.
Precio:12,95 € por tomo.

¿Escuadrón Suicida o asesino?

«¿Crees que se creyó algo de eso? -¡A quién mierda le importa!»

Publicada la tercera y última entrega del Escuadrón Suicida: ¡A por el Joker! llega el momento de reseñar un cómic pensado para retroalimentar la esperada inercia positiva generada por la cinematográfica Escuadón Suicida de James Gunn. Retrasos en su país de origen de las sucesivas entregas propiciaron una publicación tardía por parte de ECC en nuestras tierras, publicadada la primera edición es de esperar el cómic en un tomo unitario, como ha ocurrido con la mayoría de títulos bajo el sello Black Label.

Escuadron Suicida

Para aquellos acostumbrados a leer Capucha Roja, el principio de este libro les resultará repetitivo. La enésima vez que Jason recuerda su origen y muerte. No está mal narrado por Azzarello, pero no aporta nada al seguidor habitual y tampoco está más inspirado que Lobdell en su mejor momento nostálgico, uno de los tantos que tuvo. Cierto es que el hastío puede venir motivado por cómics pretéritos, ya que es muy lógico comenzar el cómic recordando el drama del Robin resucitado en un tebeo donde va a dar caza al Joker. El mismo discurso explicativo leído muchas veces sobre el Escuadrón Suicida es repetido en cuanto Amanda Waller aparece. El Black Label es una puerta a nuevos lectores y estos trabajos suelen tener un mínimo de exposición de cara a los recién llegados (alguno habrá). No ocupa demasiadas páginas, se subsana rápido y nos deja ver un Jason sin anhelos aparentes de aceptación por parte de su mentor y a una Waller no tan altiva ni suspicaz, incluso parece menos dañina.

Una página (sin texto) de aburrimiento existencial después (un detalle de valor, aporta un plus a la narración al tiempo que cuenta sobre el personaje) y ya tenemos a Capucha Roja liderando un equipo formado por los desconocidos Pebbles (prácticamente Luke Cage), Yonder Man (se teletrasporta), Meow Meow (una joven necrótica) junto a los más conocidos, Silver Banshee (enemiga de Superman en un inicio, ligada a Supergirl en los New 52, cuenta con poderes de grito sónico, fuerza, vuelo… la más poderosa del equipo), la explosiva terrorista Plastique (nacida como enemiga de Firestrom, con pasado editorial en el Escuadrón), Wild Dog (el mecánico que lucha contra el crimen con careta de hockey) personaje del libro con mayor incontinencia verbal y Firefly (el original fue creado en los cincuenta, demencial pirómano), villana recurrente en los cómics de la editorial. Al distinguido grupo se le une la omnipresente Harley Quinn, mucho menos empoderada de lo que acostumbra escrita por Azzarello. Un Escuadrón Suicida más “oficial”, con personajes atractivos aparece, pero como si no lo hiciera, no tienen ni un mísero diálogo.

El cómic centra la atención en el grupo, sus conversaciones, sus desplazamientos o sus llegadas a una localización. El guion no tiene ninguna intención por apresurarse y lo apuesta todo al juego conversacional. Y es aquí donde fracasa (más allá de algún chiste de humor negro que puede funcionar) los diálogos resultan vacíos, ninguno de los personajes explora su personalidad, ni avanzan en la relación con sus compañeros, nunca se consigue una identidad de grupo, cada vacilada suena impostada y ninguno de los miembros resulta atractivo. Los integrantes de la Fuerza Especial X son tan malotes que fuman… en vaper. Más bien son modernos. ¿Por qué los insultos y exabruptos están censurados? Siendo Black Label no tiene mucho sentido. Al no ser la dinámica de grupo la mejor, y centrarse en ello, siempre estás esperando que pase algo, pero el ritmo es lento, la narración y los personajes planos, incidiendo sin cesar en esa dinámica tan poco lograda. Ningún personaje del libro es listo o inteligente (ni remotamente) no sospechan, adivinan, descubren o anticipan nada. No encuentras un destello de inventiva o creatividad, nada que te fascine por ejecución o propuesta, siendo además torpe con el misterio de la historia. Cuando se desencadena la acción resulta una sucesión de disparos y persecuciones, en cierto momento, la tormenta de balas se adueña del tebeo, la barbarie expuesta deja mal sabor de boca. No faltan ciertas incongruencias que no terminan de cuajar, siendo la principal

Aviso de Spoiler

¿Porqué no matan al Joker en la furgoneta? Podría ser para escapar, no tiene mucho sentido, pero vale, ¿y después? ¿Por qué no lo matan después?

Escuadron Suicida

Azzarello y Maleev homenajean a Kubrick, no es la primera vez que el guionista referencia clásicos del cine. Otro de sus vicios también está muy presente, ser duro y excesivo, cruel por momentos. No tiene por qué integrarlo en la historia, tan solo lo es, como si fuera un valor por sí mismo. Azzarello también se pone existencialista y sitúa al payaso recitando un monólogo triste y filosófico frente a la imparable marea, metáfora de la feroz constancia de la vida y la inhumanidad que la rodea. Inexplicablemente es seguido por el Escuadrón, que dispara contra las olas. El cómic no tiene ningún reparo en perder coherencia con tal de entregar este pasaje, de percibirse valioso, seguramente tampoco lo tendría el lector, pero resulta extraño, poco definido y malogra la caracterización de los personajes sin un propósito claro. El final, como todo el tebeo, es pretencioso y sobreestima (como siempre) al Joker. Aunque quizás resulte uno de los mayores aciertos del guion, las palabras del payaso inciden en el personaje de Jason en la editorial, prácticamente rompiendo la cuarta pared, además de entregar una conclusión abierta y de libre entendimiento.

Maleev tiene un buen diseño de personajes, todos se ajustan bien al filtro realista y urbano del dibujante de Daredevil. El diseño de página es directo y sencillo, ninguna composición resulta novedosa, pero son apropiadas al cómic, resaltando un trazo tan áspero como el guion. Sin embargo, no define fondos ni detalla viñetas, a pesar de no ser los puntos fuertes del artista, se atisba cierta desgana o falta de tiempo. En las escenas de acción se muestra algo estático, el continuo correr de los personajes no siempre está bien representado y no capta todo lo bien que se espera el movimiento. Curiosamente se muestra más inspirado en un producto más mainstream, El Incidente Leviatán, donde también se ocupa del color. En esta faceta le acompaña un erudito de la especialidad, Matt Hollingsworth, que resulta fundamental para la atmósfera del libro, sea la predominante noir del inicio o la opresiva deprimente que se adueña del cómic con el pasar de páginas. Tonos apagados, marrones, grises o pastel, son predominantes, utilizando muy pocos destellos luminosos, terminando de definir una Gotham y unos personajes a la perfección.

Escuadron Suicida

Escuadrón Suicida: ¡A por el Joker! resulta monótono y mal estructurado, con un guion que incide poco en los personajes y sus relaciones a pesar de centrar su atención en ello. Azzarello no acierta con la dinámica de grupo, ni termina de hacerlo con el tono, aderezado con alguna perorata filosófica. Maleev está inspirado en el diseño de personajes y en la elección de la sencilla narrativa que implementa, por el contrario se muestra rígido en escenas de acción y escaso en detalles. El color de Hollingsworth resulta fundamental para la conseguida ambientación del cómic.

Lo mejor

• El color de Hollingsworth.

Lo peor

• El guion.



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