Javier Vázquez Delgado recomienda: Batman: Guerra de Sombras #1
Edición original: Shadow War: Alpha núm. 1, Batman núm. 122, Deathstroke Inc. núm. 8, Robin núm. 13 USA
Edición nacional/España: ECC Editorial
Guion:Joshua Williamson
Dibujo:: Howard Porter, Paolo Pantalena, Roger Cruz, Trevor Hairsine, Viktor Bogdanovic
Entintado:Daniel Henriques, Norm Rapmund
Color: Mike Spicer, Tomeu Morey, Rain Beredo, Rómulo Fajardo Jr., Luis Guerrero
Traducción:Felip Tobar Pastor
Formato:: Rústica, 128 págs. A color.
Precio:14,50 €
Muchas sombras en esta guerra
«Será un placer. Siempre he odiado a Slade.»
Batman: Guerra de Sombras es un nuevo evento para Batman que cruza las series escritas por su actual guionista (en nuestro país) Joshua Williamson: Robin, Deathsroke Inc y la propia Batman. Tres cómics basados en la acción superheroica que como no podía ser de otra forma entregan un tebeo pijamero de trama sencilla y efectista. El encargado de la próxima Crisis Oscura, no es el favorito de la parroquia DCíta precisamente, por lo que las expectativas ante este cómic son comedidas. ECC publica el crossover en dos tomos en rústica, sacando los números incluidos en el cruce de sus respectivas colecciones, cuya segunda entrega estará disponible en muy pocos días, cerrando esta Guerra de Sombras sin que afecte a las series regulares.
Ra´s Al Ghul quiere ser mejor, ha llegado el momento de apartar la villanía y dar un paso al frente por la humanidad. Compartir el secreto y poder de las fosas de Lázaro con el mundo es su aspiración. Una intención que choca con lo que conocemos del enemigo del murciélago, que sin embargo podría ser plausible de haberse erigido bien, interesante incluso, de aceptar el aficionado la catarsis como válida. La construcción pretérita se ha limitado a verlo como un abuelo hippie y condescendiente o acercarse a Talia en la serie Robin. Una atención al desarrollo de la idea muy deficiente, siendo escaso para conseguir el compromiso del lector con la historia. Resulta una mera premisa sobre la que basar el inicio del cómic, muy poco trabajada.
Este cruce tiene como base principal los acontecimientos narrados en Robin. Damian hace nuevos amigos en un torneo a muerte, con la madre de Ra´s Al Ghul involucrada, como buena abuela une a la familia como hacía tiempo que no lo estaba, aunque estas no sean exactamente sus intenciones. Hijos y héroes de villanos tienen incidencia en el combate marcial, alguno también la tendrá en este cómic donde la familia Al Ghul y la familia Deatshstroke chocan inevitablemente, en pugna por ser la más complicada del mundo, si Slade está mal, mejor no hablar de Respawn. La caracterización de ambos clanes, sobre todo de la del Hijo del Demonio es bastante cuestionable, heredada de la pésima mostrada en la serie del petirrojo, una que empezara ligera y entretenida, pero que su cuarta entrega lastra enormemente sus aciertos por vicios recurrentes tratados con muy poco tacto, tales como la retrocontinuidad o las caracterizaciones convenientes y contrarias a los personajes.
Batman también actúa en disposición de su hijo, todo el guion se retuerce convenientemente para la historia que necesita contarse. El murciélago siempre ha sido tosco y torpe en la relación con su vástago (en realidad en cualquier relación, sea de la índole que sea), pero aquí se esfuerza demasiado, Batman está al servicio de la trama y obtiene un protagonismo menor de lo esperado. Ante la proliferación de historias realizadas para su lucimiento expreso, se agradece. Damian Wayne se advierte como el personaje favorito del crossover, pero es un cómic bastante coral, con atención a sus principales protagonistas, rasgo derivado de estar incluidas sus propias cabeceras mensuales.
El cómic de complemento,Encuentros secretos, narra el primer enfrentamiento de Deathstroke y Batman, con el villano tratando de asesinar a Robin. Un mero recurso comercial (se publicitó en las solicitudes de DC Comics) sin brillo, de pocas páginas y que aporta muy poco a la historia editorial de los personajes. Realmente el primer encuentro entre personajes se produce en el Deathstroke the Terminator #6 (1992) por Marv Wolfman y Steve Erwin en un arco de cuatro capítulos titulado «City of Assassins», en aquella pelea ganó el Exterminador, para luego formar equipo con el de Gotham implicado en un caso de protección de testigos. Otro buen cómic donde se enfrentan (confrontarlos es frecuente desde entonces) es el Batman vs Deathstroke de Christopher Priest donde se aborda cierto concepto reciclado por Williamson en este cruce, cuyo tratamiento no acaba de ser el mejor.
Raptor al igual que en Robin aparece. Al igual que en Robin cuenta como mucho con cinco frases. Un personaje “nuevo” del Renacimiento de Nightwing tampoco contará con demasiados adeptos, por lo que su escaso desarrollo no implica negativamente al lector, pero los personajes de atrezzo son muy comunes en los guiones de Williamson, ocurre lo mismo en Frontera Infinita o Liga de la Justicia Encarnada. Un hábito que en un principio podía gustar, mostrar personajes del fondo editorial puede ser un plus para la lectura, pero no sacarles ningún partido reiteradamente convierte la práctica en efectista y tramposa. La creación más molona de Tynion IV en Batman, el antihéroe de capa blanca impoluta, aparece en la última página, dispuesto a contar con su cuota de protagonismo en el siguiente tomo, pero en este caso esperamos continuidad en las costumbres de Williamson.
En cuanto al dibujo, muchos son los artistas implicados, lógico al estar tres series comprometidas e incluir un especial. Viktor Bogdanovic dibuja Shadow War: Alpha entregando un buen trabajo, destaca la narrativa en el momento impactante del tebeo, resaltado por sus páginas. Es ayudado a las tintas en algunas páginas por Daniel Henriques y cuenta con el color de Mike Spicer. Howard Porter dibuja Batman #122 con su particular estilo presente en todo momento, narrando bien la acción y minucioso en los detalles de la página, resultando quizás algo más sucio y oscuro de lo que acostumbra coloreado por Tomeu Morey. Paolo Pantalena de trazo nervioso y aires noventeros dibuja Deathstroke Inc #8 con Rómulo Fajardo Jr. en la paleta de colores, un arte rígido y con rostros bastante mejorables. Trevor Hairsine con color de Rain Beredo se encarga de las pocas páginas de Encuentros Secretos, realizando una buena labor en la representación de los uniformes clásicos. Roger Cruz al dibujo, Norm Rapmund a las tintas y Luis Guerrero al color entregan Robin #13, de un marcado tono juvenil, con tendencia a imágenes cinéticas, renegando de los fondos a menudo. Un arte desigual y desconectado, donde solo parece tener cierta conexión en la suciedad de Hairsine y Porter (percepción diluida enseguida por la diferencia en su trazo) pero que resulta solvente y definitivamente apropiado a un cómic de acción.
La trama en sí puede resultar entretenida, tiene buen ritmo y no está del todo mal edificada. Siempre y cuando se obvien las caracterizaciones, adaptadas a la historia y al brillo de Robin, por lo que no es un cómic bien construido, solo convenientemente. Es tremendamente descarado en este aspecto, entrar a la premisa y al devenir sin suspicacias resulta fundamental para disfrutar de un tebeo común de acción superheroica.
Lo mejor
• Tiene buen ritmo.
Lo peor
• Malogra caracterizaciones.
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