Javier Vázquez Delgado recomienda: Ice Cream Man 3, de W. Maxwell Prince y Martín Morazzo
Edición original: Ice Cream Man #9-12 USA (Image Comics)
Edición nacional/España: Moztros, 2022
Guion: W. Maxwell Prince
Dibujo: Martín Morazzo
Color: Chris O’Halloran
Traducción: Matías Mir
MAquetación y diseño: Marina León, Germán D’Agostino
Formato: Cartoné. 128 páginas, color. 18€
Sabores atemporales
Qué gran sorpresa ha resultado ser la serie del heladero. En una época en la que las antologías no están precisamente en primera línea, una serie como esta ya se agradece aunque solo sea por cambiar de tercio. Pero es que el trabajo que sus autores están haciendo con Ice Cream Man es digno de los mejores elogios. Empecemos con que no es una antología al uso por dos motivos importantes, el primero que está completamente realizada por W. Maxwell Prince y Martín Morazzo, cuando la mayoría de ellas alternan autores con historias cortas, pero además tenemos esa figura del heladero siempre involucrado de alguna forma con lo que va ocurriendo, en ocasiones como narrador, otras como un simple observador pero algunas veces como un actor más, eso sí, sin grandes revelaciones. Esa aparente, y en ocasiones engañosa, continuidad es el segundo punto diferenciador.
Prince consigue hacer historias variadas y Morazzo aporta su mal rollo visual, pero juntos llegan a hacer experimentos narrativos muy interesantes. A un primer tomo que servía de presentación le siguió uno segundo, y mejor, en el que las cuatro historias presentadas nos llevaban a nuevos niveles de terror, asombrando por la diferencia entre unas y otras. También con el aliciente de meter un poquito más de la historia del heladero y del que parece su rival, el vaquero vestido de negro. Pero apenas eran unas pocas páginas las que unían las vidas de estos dos extraños seres, dejando claro que de alguna forma el tercer tomo seguiría esta línea, pues recopila los números nueve al doce de una serie que en Estados Unidos ha superado la treintena de grapas. Eso es lo bueno de Ice Cream Man, que no te da lo que esperas y nos encontramos un tercer tomo donde tres de las cuatro historias están protagonizadas por estos seres, pero lo hacen de tal manera que tenemos más incógnitas que respuestas. Empezando porque no rompe para nada el formato ni la estructura de la serie, son cuatro historias sueltas, autoconclusivas e independientes y siguiendo porque su intención parece seguir dejándonos desconcertados, cosa que, como no podía ser de otra manera, consiguen.
Solo el tercer capítulo es como los ocho anteriores, a saber, una víctima encerrada en un mundo de pesadilla y el heladero rondando. Esta vez con una crítica bastante directa a la “telerrealidad” en sus muchos formatos. Sencilla y efectiva por su terror que se mueve entre lo psicológico y lo retorcido, cosa que a Morazzo se le da muy bien y con el añadido de esa narrativa suya con la que siempre sabe aprovechar la temática del número para jugar con las páginas, esta vez en forma de pantallas de televisión.
Pero vamos al meollo de la cuestión. ¿Cómo tratan las otras tres historias al vaquero y al heladero? ¿Qué nos cuenta? Pues mucho y nada, depende cómo se mire. Evidentemente los detalles los deberá descubrir quien se acerque al tomo, aquí no entraremos en ellos, pero digamos que utilizan escenarios que se mueven desde el terror espacial hasta el western de tintes bíblicos, con una parada en México, dejando migas muy atractivas, abriendo el melón del conflicto pero sin nada concreto, de forma que interesa más ver el futuro de estos seres más por su enfrentamiento que por saber qué son. Ahí es donde los autores dan un paso más en su genialidad, posando la importancia en temas más humanos de esta especie de monstruosos… lo que sean.
EL tema es que, independientemente de que ellos sean protagonistas o parte muy importante de la trama, son capítulos que siguen rebuscando en el género del terror para ofrecer esa variedad que les caracteriza y con el mismo punto de calidad que cualquiera de los anteriores. Eso sí, con más arañas que nunca, lo que a su vez enlaza con el principio.
Ice Cream Man da un salto adelante y sigue recorriendo, con paso firme, el camino para convertirse en una de las series más importantes del momento. Desde Moztros se han apresurado a sacar estos tres tomos que llevan, en apenas seis meses y debido a que en su país de origen ya va por el octavo, mientras que desde aquí somos varios los que esperamos que el cuarto no tarde mucho. Eso lo dice todo.
Lo mejor
• Ver como conjugan las historias autoconclusivas con el avance en la historia del heladero.
• Morazzo, su estilo peculiar y su forma de jugar con las páginas.
Lo peor
• Es una obra de terror a la que le gusta jugar con el lector. Vale, sí, eso es bueno, pero quizás no es para todos los públicos.
Ver Fuente
Comentarios
Publicar un comentario