Javier Vázquez Delgado recomienda: Universo Ultimate: segunda parte

Universo Ultimate segunda parte

Continuamos desde donde nos quedamos en la primera parte de nuestra revisión del Universo Ultimate. Debemos partir de la premisa de que Bendis y Millar fueron dos maneras muy distintas de enfocar la historia del Universo Ultimate. El de Cleveland quería modernizar los viejos arquetipos. Millar, por otro lado, quería hacer una crítica agresiva del género. Mientras Bendis buscó historias atemporales, el escocés sólo quería usar el medio para una mordaz crítica política.

La situación entre ambas tendencias fue muy claramente plasmada por el guionista de Ultimate Spiderman: “Estoy escribiendo sobre la esperanza y él está escribiendo sobre el nihilismo”. Millar había escrito historias violentas y provocativas en una serie llamada The Authority, pero había ido demasiado lejos y se fue de DC después de que se le dijo que sus ideas no iban ser plasmadas. ¿Qué iba a hacer el peculiar guionista con este universo totalmente libre del peso de años y años de historias?

Y entonces llegó la hora de los mutantes en el Universo Marvel. Tal y como ya mentamos en la entrega anterior consiguió el éxito no sin desfigurar a la Patrulla-X. A pesar de ello el objetivo se cumplió y la serie fue un éxito. Entonces Jemas y Quesada le pidieron que formara equipo con el artista superestrella Bryan Hitch. ¿Equipo para qué? Los boletos decían que casi seguro sería una serie de Los Vengadores, los grandes ausentes.

Hitch había sido un pilar básico en la etapa de Stormwatch y The Authority de Warren Ellis dejándonos boquiabiertos. ¿Cuál era el proyecto para el cual contaron con ambas estrellas? Los Vengadores fue la colección, pero en esta ocasión se iban a llamar de otra manera: The Ultimates.

Hitch se había ganado la reputación de dibujar cómics que parecían películas. Sus personajes eran figuras fotorrealistas y sus viñetas eran espectaculares secuencias de acción. Marvel apostó todo a esa carta: The Ultimates. Esta serie se convertiría en la más grande y espectacular del sello hasta el momento. «La idea de poder hacer una película de los Vengadores no estaba en el radar de nadie«, dijo Hitch. Así que eso hicieron: “Avengers: The Movie”. Realmente, en ese momento no fueron conscientes de la importancia de esa idea. Su filosofía traspasó incluso al cine, y el germen del actual Universo Marvel Cinematográfico estuvo aquí. Como dijo Joss Whedon, escritor y director de Los Vengadores y su secuela: “Tengo la sensación de que The Ultimates llevó a Marvel a la era moderna como ningún otro cómic hizo”. Tal es así que los integrantes de este universo son muy similares a lo que vimos en las dos primeras películas. A la inversa, y siendo una clara influencia cinematográfica, la versión Ultimate era Samuel L. Jackson. Finalmente, el cambió se trasladó a la versión del UMC e incluso a los cómics, dejando de lado a Nick Fury Sr., en una saga lamentable de las manos de Jason Aaron.

La obra hoy en día, habiendo pasado casi 20 años, fue un blockbuster de gran magnitud. Los que hoy defenestran a Millar compraron los números de esta serie como si no hubiese un mañana. Pese a quién pese, fue una obra que, sin ser maestra, convenció a los lectores nuevos y más veteranos. The Ultimates era todo en ese momento, era la obra de la que hablaban todos. Teníamos entre manos el guion de una película de acción.

Por otro lado, los Cuatro Fantásticos son un pilar dentro del Universo Marvel y no podían faltar en el Universo Ultimate. Ya unos seis años atrás habíamos tenido una muestra de lo que se podía hacer con esta gran familia en Fantastic Four: Heroes Reborn #1-6. Pero, como todo en la vida, a veces se acierta, y otras no. En el caso de Heroes Reborn Jim Lee con su banda al completo (Brandon Choi, Scott Williams, Joe Chiodo, Martin Jimenez y WildStorm FX) no consiguieron más que contar una historia actual de su origen, pero a marchas forzadas. El enfoque fue bueno, y desde luego sentaba muy bien una actualización de unos personajes que casan a las mil maravillas con tecnología actual e ideas absolutamente fuera de los límites de lo que conocemos. Pero sin embargo fue un proyecto fallido. El enfoque dado de «cuanto más grande, mejor» lastró una oportunidad de reinventar el equipo de una manera nueva y significativa.

A diferencia de su predecesor, Ultimate Fantastic Four, en concreto los doce primeros números, optó por una idea que no se había tenido en cuenta: la primera familia de Marvel iba a ser compuesta por unos adolescentes. De la mano de una verdadera mano de ases como Brian Michael Bendis, Mark Millar, Warren Ellis, Adam Kubert y Stuart Immonen entre otros, tuvimos un comienzo muy prometedor. Si podemos hacer una comparativa se optó por un grupo de héroes más acorde con la época, pero más que una familia eran un grupo de jóvenes que atrapados en el caos buscaban recuperar su antigua vida. Estos números, si nos puede servir de comparativa, son muy próximos a la condenada película Fant4stic Four de 2015. Una historia que explora el terror de la mutación corporal y del daño emocional y psicológico que causa en el equipo.

Millar dejó la línea Ultimate después de Ultimates 2, pero Quesada y Loeb optaron por tomar las técnicas sexualizadas, ultraviolentas y transgresoras de Millar y amplificarlas. Es decir que hicieron justamente lo que no deberían haber hecho. Loeb lanzó Ultimates 3 en 2007. Este fue el primer paso hacia el abismo. El comienzo de esta tercera etapa es un claro exponente de lo que nos iban a ofrecer: los Ultimates están viendo un video sexual de Iron Man y la Viuda Negra. No solo eso, no quedándose satisfechos, unas páginas más adelante, Pietro y Wanda se ven atrapados en una cita incestuosa, y solo unas pocas páginas después de eso, la Bruja Escarlata es brutalmente asesinada a plena luz del día. Lo peor de todo, pese al reclamo de tener a Joe Madureira a los lápices, es que toda esa sexualidad y violencia no llevaba a nada. Las ventas fueron buenas, pero las críticas fueron terribles.


Al final resultó que este nuevo volumen fue un prólogo de Ultimatum. Con este título se nos presentó en 2008 una miniserie que dañaría irremediablemente el universo Ultimate. No es una exageración. Cuando el artista David Finch fue contratado para dibujarlo, Marvel le dio una descripción muy simple de la misión de la historia. “Me dijeron que era una forma de matar básicamente a todos en el universo Ultimate”, dijo Finch.

Ya sabemos que el universo Ultimate comenzó como una alternativa a los cómics convencionales. Su enfoque iba orientado a historias alejadas de las intrincadas explicaciones que involucraban continuidad y tener el lastre de 400 números pendientes de leer. La violencia y la muerte también se trataron de manera realista, pero sin abusar. Desafortunadamente, ese compromiso con el realismo descarnado se volvió una caricatura y Ultimates 3 junto con el evento que generó, Ultimatum, casi enterraron a este universo.

No todo fue malo. El despropósito que fue Ultimatum despejó el camino para cambios importantes en el Universo 1610. Teníamos delante un gran fiasco, sin embargo, a grandes males grandes remedios. Un evento apocalíptico instigado por Magneto dejaba millones de muertos y los Estados Unidos destrozados. En lugar de ignorar el evento, incluso las terribles críticas, las mentes pensantes de la Casa de las ideas cogieron el toro por los cuernos aprovecharon el apocalipsis para contar historias únicas que resultaron ser una segunda vida del Universo Ultimate.

Para Spiderman que en general estuvo exento de las duras críticas del 1610, se convirtió en un faro de optimismo que inspiró al mundo que lo rodeaba. No solo consiguió ganarse a J. Jonah Jameson, sino que fue la inspiración de Miles Morales y, siguiendo la historia bellamente contada de la muerte de Ultimate Peter Parker, la contribución de Morales al multiverso Marvel se erige como uno de los legados más duraderos de 1610.

A partir de esta locura de miniserie o evento la línea Ultimate impulsó historias audaces e innovadoras. Debemos tener en cuenta que el autor de semejante destrucción había sido un mutante. Sumado a lo anterior parte de los integrantes fallecían como consecuencia de la destrucción orquestada por Magneto. Los mutantes eran puestos en la picota y lo temores de los que ya habían dirigido su odio hacia ellos aumentaban de tal forma que se encontraban en su peor momento. Además, quedaban sin liderazgo y prácticamente sin identidad propia. Gradualmente comenzaron de nuevo, y dentro de una utopía mutante iniciaron un camino que les llevó a un futuro más brillante con historias muy interesantes y alejadas de sus inicios con Millar.

Los mutantes tampoco fueron los únicos que se reconstruyeron, los Ultimates tuvieron muy buenos momentos con argumentos muy acordes a la terrible situación en la que había quedado el país. Con el país literalmente dividido por el desastre que había ocasionado la sed de venganza de Magneto y regiones enteras separadas, el Capitán América, Thor e Iron Man fueron los pilares para sostener un mundo que los necesitaba. En el camino, cada uno de ellos disfrutó de arcos argumentales no solo muy entretenidos sino que llegaban a ser conmovedores. Iron Man desarrollaba un tumor, el Capitán América se convirtió en presidente, Reed Richards se convirtió en un supervillano aún peor que Muerte, llegando a ser un personaje imprescindible en el futuro, no solo de esta Tierra, sino de la 616.

Es posible que gran parte de esto no hubiera sido posible si el peor de sus eventos no se hubiese llevado a cabo dejando un nuevo campo para la creación y soltando más amarras que las que inicialmente se habían soltado. Fue una oportunidad dignamente aprovechada.

Mark Bagley

Hablar de Mark Bagley es hablar de autor de cómic legendario, y uno de los valores más importantes con los que ha contando el trepamuros a lo largo de su historia. Nacido en 1957, fue un concurso de dibujo promocionado por la propia Marvel Comics, con Jim Shooter a la cabeza, lo que le valió su entrada en la editorial en 1983, convirtiéndose muy pronto en un ilustrador a tener muy en cuenta cuando en 1989 se convirtió en el dibujante principal de Los Nuevos Guerreros, grupo adolescente al que Bagley fue asignado junto con Fabian Nicieza a los guiones, y que había sido creado poco antes por Tom Defalco y Ron Frenz (creadores del grupo como tal, no de los personajes que lo integraban).

Pero quizás, la serie que más famoso le hizo, enmarcada en aquella debacle de los años noventa que muchas veces nos hace olvidar grandes obras que tuvieron lugar en la época, fue Thunderbolts, junto a Kurt Busiek, serie en la que Bagley fue su dibujante principal durante su largo y recordado primer volumen.

Además de ser recordado por dibujar a los ya mentados dos grandes grupos superheroicos, Bagley es uno de los cocreadores de Matanza, el simbionte de color rojo y alma psicópata habitado por Cletus Kasady que fue para Veneno lo que pocos años antes el simbionte negro había sido para Spiderman: Una versión oscura del personaje en el que se basaba. Aquel Abril de 1992 en el que David Michelinie y el propio Bagley presentaron a Veneno, fue uno de los momentos más recordados de la historia del cómic superheroico, y ello a pesar de lo manido del concepto de los simbiontes, que tan rápido se quemó y que resultó muy risible durante toda la década de los noventa.

Y, precisamente, hablando de simbiontes, llegamos a la gran aportación de Mark Bagley al Universo Ultimate, y es que, no sólo fue Bagley el dibujante principal de Ultimate Spiderman, si no que por si ello fuera poco, permaneció en la serie junto a su guionista, Brian Michael Bendis durante nada más y nada menos que 111 números, superando el record del centenar que Jack Kirby y Stan Lee establecieron hace décadas en Los Cuatro Fantásticos.

Pues bien, en aquella colección que nos presentó al Spiderman definitivo y que muy rápidamente se convirtió en el buque insignia de aquella Tierra 1610 tan «dosmilera», Mark Bagley rediseñó a Matanza para esta versión modernizada del Universo Marvel.

En esta ocasión, Matanza no era un simbionte nacido de Veneno, ni poseía a un psicópata asesino en serie como Cletus Kasady, si no que era el resultado de los experimentos de Curt Connors con la sangre de Peter Parker que creaban a un monstruo de color rojo y sin alma que rápidamente acababa con la vida de Gwen Stacy para cuarenta números después, absorber su esencia y recuerdos y de algún modo «resucitar» a la rubia amiga de Peter Parker.

Aquella presentación tuvo lugar en el número 61 de la colección, con feha de portada de Junio de 2004, siendo en su número 100 cuando Gwen Stacy regresara de entre los muertos gracias a la estabilización de aquella suerte de clon sin mente que era Matanza, no sin antes generar un importante caos en la comunidad superheroica.

Un concepto distinto, y un diseño ligeramente distinto, para un cómic distinto, que trataba de recrear conocidas historias del personaje, pero sin volver a contarlas en un entorno más contemporáneo, si no ofreciendo otro modo de ver al famoso villano que se alejara de los simbiontes, de Veneno y del espacio exterior como origen del que partir.

A Ultimate Matanza le volveríamos a ver más allá de aquel arco argumental del regreso de Gwen Stacy que arrancaba en el ya mentado número 100, y sería un par de años después, en la saga conocida como La Guerra de los Simbiontes en la que lo poco que quedaba de aquel extraño ser terminaba por morir en su número 128, pero dejando a la hija del Capitán Stacy con vida. Sin embargo, de todo ello ya hablaremos en futuras entregas de esta sección, y es que para aquel número 128, Stuart Immonen había tomado las rienda de la colección definitiva arácnida en la que Bagley ya no estaba desde el número 111 que marcó el final de su colaboración con Bendis para esta serie.

A Bagley seguimos viéndolo por nuestro querido Universo Marvel, pero ya fuera de la Tierra 1610. En la misma época, colaboró junto a Bendis para algunos números de Alias (aquellos en los que se narraba el pasado superheroico de Jessica Jones, escenas en las que no participaba Michael Gaydos), para unos cuantos de The Pulse (serie igualmente protagonizada por Jones) y más recientemente hemos podido verle en el arco Isla Veneno del Veneno de Donny Cates, y en la gran Spiderman: Toda Una Vida junto a Chip Zdarsky.

Sin embargo, si tuviera que elegir una escena para recordar la labor de Bagley en el Universo Ultimate, creo que ésta sería sin duda, esa presentación de Matanza en dicho Universo que convertía al monstruo violento y cercano al slasher que el propio Bagley y Michelinie concibieron para otra época, en un monstruo nacido para encarnar ese terror psicológico que tan de moda estaba en las películas adolescentes del género que triunfaban en aquellos primeros años del presente siglo. Para muestra, la imagen que podéis ver sobre estas líneas.

Warren Ellis

Warren Ellis escribió Ultimate Fantastic Four durante un año (# 7-18, agosto de 2004 – junio de 2005) y fue autor de la denominada “Trilogía Ultimate Galactus”. Esta trilogía estaba compuesta por Ultimate Nightmare # 1 -5, octubre de 2004 – febrero de 2005; Ultimate Secret #1-4, mayo-diciembre de 2005; y Ultimate Extinction #1-5, marzo-julio de 2006).

Aquí encontramos a un autor distinto, pero a la vez reconocible, al que habíamos visto en Stormwatch. Sin embargo, dentro del Universo Ultimate el autor se encontró muy cómodo sin las ataduras del universo convencional. La oportunidad que se le ofreció, le permitió revisar unos orígenes de personajes Marvel más inocentes por llamarlos de alguna manera. En esencia, el Universo Último fue concebido como un universo revisionista donde Ellis jugaba cómodo con juguetes que podía utilizar a su antojo y sin restricciones. Ellis escribió a los personajes como exploradores, en lugar de héroes. Los personajes se presentaron al lector que accedía novel como científicos más que como héroes. De hecho, jugó con con la ciencia ficción asociada con el título. Sabemos que en el universo Marvel tradicional así fue en sus orígenes, pero tras años y años de publicación se había difuminado un poco. Los Cuatro Fantásticos son imaginautas y desde luego la ciencia es algo intrínseco en ellos, aspecto que entendió perfectamente Warren Ellis.

En Ultimate Fantastic Four, Warren Ellis se hizo cargo de seguir el primer arco de la colección que revisionaba el origen de la famosa familia. La tarea de Ellis era esencialmente completar la historia del origen del equipo. Para este encargo el autor de The Planetary optó por plantear su argumento a través de historias interconectadas. El guionista británico introdujo nuevas versiones de Victor Von Doom y la Zona Negativa. Aquí, en este Universo Ultimate, la dimensión paralela quedaba vinculada al origen del grupo entrelazada con una historia coherente sobre el origen de un grupo de héroes pilar básico en la Tierra 616. El aderezo del autor natural de Essex fue dar un toque casi realista que se aproximaba y mucho a lo que años después veríamos con la versión de Josh Trank que tan malas críticas recibió. Luego llegaría Mark Millar e invirtió el tono de la serie por completo volviendo al puro espectáculo, frente a una construcción cuidadosa, lenta y lógica llevada a cabo por Warren Ellis. Las comparaciones son odiosas, pero para muestra un botón, y en Ultimate Fantastic Four tenemos un claro ejemplo de dos autores muy distintos.

La trilogía Ultimate Galactus de Ellis ofreció una visión muy realista de la historia original de Galactus. Podemos decir que fue la gran aportación del británico a este universo. En lugar de un enorme ser «Devorador de mundos», fue presentado como un enjambre tecnológico con una conciencia colectiva. Ni siquiera se llamaba «Galactus», sino “Gah Lak Tus”. Será esta entidad alienígena la razón por la que no observamos civilizaciones muy avanzadas en la Vía Láctea, a pesar de que las matemáticas sugieren que deberíamos hacerlo. Una versión comiquera de la paradoja de Fermi. Finalmente, la victoria de la Tierra se logra de manera más realista, a través de la ciencia.

Ultimate Daredevil & Elektra: ¿merece la pena?

El universo Ultimate presentó diferentes versiones de personajes familiares. Daredevil no oba a ser menos y aunque sin colección propia tuvimos la versión del universo 1610 del Diablo de la Cocina del Infierno y Elektra Natchios. Las diferencias en ambos personajes respecto de universo tradicional eran más difuminadas y no tan drásticas como habíamos visto en otros personajes. Dos miniseries fueron la aportación más importante para ambos personajes.

La primera de ellas de la mano de Greg Rucka. El tratamiento del afamado guionista parte del desarrollo de ambos personajes desde el ángulo del descubrimiento de lo que pueden ser, como vigilantes y como seres humanos. El arte de Salvador Larroca combina bien con la escritura de Rucka. Es capaz de presentar las emociones que el guionista intenta transmitir.

Como aspectos curiosos hay que decir que el diseño de Elektra se asemeja sospechosamente al que habíamos visto puesto a Jennifer Garner en la película de Mark Steven Johnson. A la mente me está viniendo que fue la primera toma de contacto de Jon Favreau con el universo Marvel. Cinco años después pondría su primera piedra de la actual catedral del Universo Marvel Cinematográfico. Como nota al margen, en realidad nunca vemos a Daredevil disfrazado aparte de en las portadas, lo cual es un poco extraño y ligeramente anticlimático. Esta primera miniserie sería todo lo contrario que la maravillosa obra maestra Daredevil: el hombre sin miedo. En la obra de Frank Miller, Matt Murdock no viste el traje original en toda la historia, pero no por ello tenemos entre manos un relato lento y aburrido como el que aquí nos ocupa.

El punto positivo e interesante de esta versión es que Rucka asegura una historia con consideraciones éticas. La historia llega a la conclusión de que, en algunos casos, la acción de los vigilantes es la única solución efectiva. La pregunta es hasta dónde llega esa acción.

La segunda de las miniseries, Ultimate Elektra: Devil’s Due, se ubica poco tiempo desde los eventos traumáticos de Ultimate Daredevil y Elektra. El escritor Mike Carey es ahora el que dirige el barco. Como en el caso de la historia anterior, el arte de Salvador Larroca es el que da cierta continuidad. Carey hace que tanto Elektra como Matt Murdock se conviertan en los personajes que todos conocemos desde hace años. Carey no arriesga y eso hace que la historia se vuelva anodina.

De hecho, hay muy pocas razones para que esta historia sea del universo Ultimate. Siguiendo los patrones fijados por Rucka vemos que poco se innova salvo por la participación de otro personaje que se introduce en este universo. Carey proporciona un final que nos da lo que queremos ver, pero de una manera ilógica y artificiosa.

En definitiva, una pena no haber aprovechado la posibilidad de dar una versión diferente de Daredevil y Murdock en el universo 1610, aunque quizá esto se deba a que ambos personajes eran lo suficientemente ricos en la tierra 616 como para forzar lo innecesario.

La colección

Hasta la fecha se han publicado por la editorial Salvat una cantidad de 23 entregas. Estamos a las puertas de llegar a la mitad del coleccionable. La buena marcha de esta colección supone que cada entrega se centre en arcos de las diversas colecciones, alternando con cada colección según iban publicándose en su momento.

Ya comentamos en su momento que era una colección de calidad, pero debemos confirmarlo con la puesta en marcha de la misma y lo avanzado de la misma. Buena edición, complementos y calidad en lo que a su presentación se refiere.

Esa escena que nos dejó impactados

Hulk hambriento, según Juanjo Carrascón

Cuando teníamos entre manos The Ultimates no éramos conscientes de que el que llevaba la batuta era ni más ni menos que un autor que ya nos dejó «torcidos» con su explícita violencia en The Authority. Claro, pensábamos que con Marvel esas cositas no se podían ver ni apreciar, salvo en casos como la línea Max.

Sin embargo, algunas perlas se nos habían ido soltando por el camino respecto a las versiones de estos vengadores tan «realistas». Costó mucho terminar esta etapa por diversas vicisitudes y en el Volumen 2 se cerró la aportación de este peculiar guionista.

Personalmente me gustó muchísimo, me gusta mucho y me gustará leer The Ultimates. Para mí es una gran aportación a este género dentro del producto que sabemos que se nos ofrece y ofreció, nada más. Lo que os puedo asegurar es que no puedo dejar de recordar lo mucho que me impactó esta página en concreto. Aquí Millar se desata y será copiado en otras ocasiones teniendo entre manos un episodio de canibalismo puro y duro. Ver este Hulk tan cercano al Mr. Hyde de La Liga de los Extraordinarios Caballeros no se si considerarlo una genialidad o una mera copia.

Matanza y Gwen, según Raúl Gutiérrez

Si algo nos dejó claro el Universo Ultimate casi desde su principio era, en primer lugar, que no todo tenía por qué ocurrir de la misma forma que en su contrapartida 616, y en segundo lugar, que muerto, significaba muerto (aunque el tiempo nos demostraría que esto no era así del todo, pero ya hablaremos de ello en otras entregas de este repaso a la Tierra 1610).

Por eso, cuando conocimos a aquella Gwen Stacy que lejos de ser una muchacha únicamente ideada para que Peter Parker la amara, sin ningún tipo de personalidad o idiosincrasia desarrollada, que tan solo supimos echar de menos cuando murió (claro ejemplo de la Mujer en el Frigorífico antes de que Linterna Verde popularizara dicha expresión), Brian Michael Bendis y Mark Bagley nos mostraron una Gwen problemática, que había ido de colegio en colegio, y que básicamente no permitía las injusticias de ningún tipo, llegando a enfrentarse a quien hiciera falta por sus inamovibles principios, y ello mientras lidiaba con un padre policía y una madre ausente.

Eso hizo que pronto aprendiéramos a amar al personaje por sí mismo, y no por su relación con Peter Parker, quien además, en aquel momento, salía con una MJ que, igualmente, tenía su propia personalidad al margen de Peter y en nada se parecía a la hija del Capitán Stacy.

Por ello, y porque su padre ya había fallecido llegando a vivir Gwen con los Parker,como fans consideramos que el guiño ya estaba hecho y que Gwen sobreviviría durante muchos números, llegando a la colección para quedarse.

Qué ilusos fuimos.


Gwen no solo sería asesinada, si no que su muerte nada tendría que ver con el clan de los Osborn, con suero Duende, ni sería épica en absoluto, si no fruto de un desagradable accidente que, en última instancia, era culpa de Peter, quien había permitido al Doctor Connor experimentar con su sangre, lo que daría lugar a este Matanza que en nada se parecía a Cletus Kasady.

Si a aquello le sumamos que, tiempo despues, Matanza volvería con la forma de la propia Gwen, lo que determinaría la «resurrección» de ésta a partir de aquel simbionte que nada tenía que ver con los Klyntar, con Veneno, o con Dramas Carcelarios, lo que Bendis y Bagley nos dejaron muy claro es que podían darse coincidencias entre la Tierra 1610 y la 616, muchas cosas podían parecerse, pero que nada tenía por qué resolverse como esperábamos, que la sensación de sorpresa estaba ahí, y que, ante todo, nada ocurría de forma sopresiva y sin un desarrollo previo.

Un cambio muy drástico respecto de los conceptos originales de Gwen Stacy y Matanza, que como lector tan solo puedo celebrar.



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