Javier Vázquez Delgado recomienda: Heroes Return. El Invencible Iron Man 1: Mirando adelante

Edición original: Iron Man 1-14, Captain America 8, Quicksilver 10, The Avengers 7, Iron Man / Captain America Annual 1998 y Fantastic Four 15 USA (Marvel Comics, 1998-1999)
Edición nacional/España: Heroes Return. El Invencible Iron Man 1: Mirando adelante (Panini Cómics, 2020)
Guion: Kurt Busiek, Mark Waid, John Ostrander, Joe Edkin, Chris Claremont
Dibujo: Sean Chen, Patrick Zircher, Andy Kubert, Derec Aucoin, Salvador Larroca
Entintado: Troy Hubbs, Jon Holdredge, Jesse Delperdang, Rich Faber, Al Vey, Lary Stucker, Randy Emberlin, Larry Mahlstedt, Bud LaRosa, Art Thibert, Eric Cannon, Sean Parsons, Al Milgrom
Color: Liquid!, Steve Oliff, Jason Wright, Digital Chameleon, Joe Rosas, Tom Smith.
Formato: Tapa dura. 512 páginas. 45,00€

Tony Stark y el regreso del Iron Man original

«Si queréis venir a por el Sr. Stark (…) tendréis que hacerlo por encima del cadaver de Iron Man»

Los aficionados clásicos de Marvel que escucharon por primera vez que la nueva iniciativa de la Casa de las Ideas para relanzar sus personajes al cine iba a dar comienzo con una película de Iron Man, imagino que reaccionarían con una mezcla de sospecha, incredulidad y falta de confianza. Porque Iron Man no era, hasta 2008, un primer espada en Marvel y eran pocos los cómics del cabeza de lata catalogados como imprescindibles. La salud de la colección de Iron Man en la primera década del siglo XXI, sin ser boyante, al menos sí permanecía estable dentro de los vaivenes de la industria -el vol. 3 finalizó en 2004 para dar paso al vol. 4 lanzado con la, esta vez sí, famosísima saga «Extremis» de Warren Ellis y Adi Granov-.

Pero centrándonos en el tomo que hoy reseñamos, los años 90 no fueron generosos con Tony Stark. Quien conozca la historia de Marvel en la infausta década noventera, ya conoce los radicales cambios que sufrieron muchos de los héroes de la casa, protagonizando en la mayoría de los casos cómics infames. Y aún así, había un lugar especial en este infierno para Iron Man.

En 1995, y tras una sólida etapa al frente de Los Vengadores, Bob Harras presentaba una saga llamada a cambiar para siempre el destino de los Héroes más Poderosos de la Tierra: «La Encrucijada». Ayudado por el pésimo escritor Terry Kavanagh y el dibujante Mike Deodato Jr., «La Encrucijada» se convirtió en la historia que todos los fans del personaje prefieren olvidar. Por resumir, Tony Stark se revelaba como un agente doble de Kang ¡desde la primera vez que se cruzaron en los años 60! Iron Man siempre había sido un espía de sus propios compañeros y en la saga se convertía también en un asesino a sangre fría. «La Encrucijada» -entretenida al menos, no lo niego- era imposible de entender si no leías Vengadores, Iron Man, Fuerza de Choque y Máquina de Guerra; y aún así, el tremendo lío de viajeros temporales y paradojas, además de retconeos gratuitos o la Avispa convirtiéndose en un ser mutante/alado, hacían que el conjunto se convirtiera en algo realmente indigesto para los fans. El giro final incluía traer del pasado a un joven Tony Stark de tan solo 19 años para ayudar a los héroes a derrotar a Kang. Al final, el “viejo” Stark moría para dejar su puesto al “joven” (quiero pensar que a un chavalín llamado Brian Michael Bendis le gustó esta historia y buscó inspiración para sus All-New X-Men). Afortunadamente para todos, el joven Stark “moriría” en la gran batalla contra Onslaught y la nueva serie de Iron Man dentro de Heroes Reborn retomaba al clásico Tony Stark, el mismo que se presenta en este Heroes Return. El Invencible Iron Man 1: Mirando adelante.

Tras el experimento dirigido por Jim Lee y Rob Liefeld, Marvel retomaba a sus personajes clásicos y apostaba por un “back-to-the-basics” que incluía enfoques marcadamente clásicos para las series relanzadas con un nuevo #1. En el caso de Iron Man, pocos en la industria se sintieron sorprendidos al conocer que el guionista de la colección sería Kurt Busiek. El ascenso de Busiek en Marvel había sido meteórico desde el éxito de Marvels y podríamos decir que los 90 fueron la “década Busiek”, imponiendo un estilo que, aunque fue arrasado por la Marvel de Quesada con el cambio de siglos, nos dejó cómics extraordinarios como los primeros años de Astro City o Thunderbolts. Sin embargo, el propio Busiek reconocía que Iron Man era el cómic Marvel que siempre había querido escribir, declarándose fan irredento no solo de la archiconocida etapa -aunque más bien son dos etapas y no una- de Bob Layton y David Micheleine sino también de lo realizado por Archie Goodwin con el personaje. Cuando John Byrne abandonó la serie 1991, Busiek presentó una propuesta para la serie, nada menos que con Alex Ross, que fue ignorada por la editorial (“el editor ni siquiera se la leyó). No es extraño, sabiendo todo esto, que en el momento que se anunció el regreso de Iron Man al universo Marvel tradicional, el guionista no tuviera reparo alguno en llamar repetidamente a la oficina de Tom Brevoort para insistirle en que le pusiera al frente de la serie del cabeza de lata.

El Iron Man de Busiek es de nuevo el multimillonario playboy que todos recordamos pero con un tono más serio y circunspecto, alejado del cínico “chico malo” de la versión de Robert Downey Jr. vista en el cine. La armadura es una responsabilidad para este Tony, no una extensión de su ego. El guionista vuelve a un tropo muy conocido para el personaje, haciéndole crear una nueva empresa que le permita un nuevo comienzo. En este caso, además, una empresa en la que los beneficios irán a parar a obras y causas sociales. Los guiones de Busiek encajan en el molde de aventuras palomiteras con un toque de thriller de espías, con rivales corporativos en la sombra y un toque de melodrama.

El guionista es conocido por su pasión por la continuidad y eso queda reflejado en el regreso de personajes como Madame Máscara y el Mandarín pero sorprende el esfuerzo en crear nuevos antagonistas (la mayoría de ellos, por no decir todos, bastante intrascendentes) como el escuadrón de la muerte del primer número, Tizón o el Mercader de Armas. El entorno del héroe recupera a sus clásicos secundarios como Pepper Potts, Happy Hogan o Jim Rhodes, en dinámicas que enriquecen la lectura. Como novedad, Busiek introduce un nuevo interés amoroso para Tony, la joven Rumiko Fujikawa, lejos del arquetipo de dama en apuros.
Considerada una de las mejores etapas de Iron Man, es difícil negar la excelente caracterización que realiza Busiek, tanto del protagonista como de los secundarios de la serie (atención a su Capitán América en el muy reivindicable Anual que se incluye en el tomo). Aunque hay mucha acción, el ritmo se siente pausado debido a la gran cantidad de cuadros de texto que el escritor incluye, un hándicap sin duda para lectores más jóvenes.

Pero el éxito del relanzamiento tenía otro responsable, el dibujante Sean Chen. Chen, captado por Marvel precisamente por su talento a la hora de dibujar armaduras en X-O Manowar, hace suyo un diseño de Alex Ross para plasmar un excelente Iron Man, con el toque justo de detalles “barrocos” pero que mantiene las líneas digamos clásicas de lo que había sido tradicionalmente la armadura de Iron Man. Chen era un autor todavía depurando su estilo (su mejor trabajo en Marvel considero que lo entregaría en Lobezno un par de años después) y a veces su storytelling flaquea como en los dos números en la isla volcánica donde por momentos se hace confuso situar a los personajes en el entorno. Además, el dinamismo de sus escenas de acción choca aún más frente a la representación demasiado angular de las caras humanas, sintiendo por momentos que estamos viendo el dibujo de obreros y campesinos en un friso en mármol situado en una ciudad de la antigua Unión Soviética.

Lo menos interesante, para mí, los dos cross-overs que “interrumpen” la historia. Al menos con Vive como un Kree… o muere, Busiek desarrolla muy acertadamente el problema de alcoholismo de Carol Danvers. El cruce con Los 4 Fantásticos apenas sirve para disfrutar del trabajo de Salvador Larroca.

La edición de Panini, como en el resto de esta línea que recupera en tapa dura el inicio de Heroes Return, es un tanto excesiva para mi gusto. El aumento de tamaño no está realmente justificado y dificulta (además de por el peso) la lectura. Además, los extras añadidos son bastante escasos aunque se entiende que esto no es un Omnigold.

Lo mejor:
Lo peor:

Arroba Panini

Lo mejor

• La caracterización que realiza Busiek. Impecable

Lo peor

• Los cross-overs



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