Javier Vázquez Delgado recomienda: Ninjak, de Jeff Parker y Javier Pulido
Edición original: Ninjak (2021) 1-4 USA (Valiant Entertainment)
Edición nacional/España: Ninjak (Moztros, 2022)
Por: Jeff Parker y Javier Pulido
Últimas páginas con dibujo de: Beni Lobel
>Últimas páginas con color de: Andrew Dalhouse
Traducción: Rodrigo Diaz
Realización técnica: Juan Pablo Morse y Germán D’Agostino
Formato: Tapa dura. 96 páginas. 15,99€
La historia
Ninjak siempre es bienvenido. Colin King se ha convertido por derecho propio en uno de los personajes más importantes de Valiant, y eso que no fue de los primeros en tener colección. Ni antes ni ahora, por lo que merece la pena hacer un pequeño repaso con la llegada de este nuevo tomo. Este personaje fue creado en 1993 por Mark Moretti y Joe Quesada, tardando un tiempo en tener su serie propia pero siendo objeto de apariciones en las de los otros personajes de la editorial. A pesar de ser muy atractivo para el público en la década de los noventa, cuando Valiant volvió a renacer en 2012, partiendo de cero, la historia se repetía y Ninjak era un secundario en diferentes series (X-O Manowar o Unity), pero tenía que llegar y fue Matt Kindt el encargado de su serie regular, de veintisiete números, publicada al completo en España y con unos dibujantes de primera línea. Quizás su arranque no fue tan espectacular, pero a partir del tercer tomo aquello subía como la espuma. Tras un buen cruce con Shadowman llamado Rapture, Kindt dejaba la serie en manos de Christos Gage, también con unos cuantos dibujantes muy interesantes e indagando en el pasado del programa Ninja y las acciones de Colin King como agente del MI-6.
De ahí en adelante una gran nada, hasta ahora. Moztros acaba de publicar la última miniserie de cuatro números en un solo tomo, una colección publicada el pasado 2021 y de la que ya se ha anunciado una continuación, que saldrá el año que viene. No exenta de polémica, por cierto, pero vayamos paso a paso.
El tomo
Partamos de la base de que se trata de un trabajo muy personal, de esos en los que los autores se involucran como un todo hasta el punto de que en las grapas originales usaban un «Jeff Parker y Javier Pulido, words and art», aunque en los créditos del tomo no se ha respetado. La cuestión es que se trata de un trabajo muy atrevido, mucho más de lo que estamos acostumbrados en el mundo de los superhéroes e incluso en Valiant, y es así por su apartado gráfico.
La historia está muy bien, próxima a la acción y al espionaje en un tono más clásico que las anteriores colecciones de Ninjak. Más cercano a James Bond tanto en el tono como en los villanos, menos magia y menos ciencia-ficción aunque siempre presente, pero ni rastro de temática superheroica (que tampoco es que Valiant se prodigue mucho por esos lares) y sigue asombrando que nueve años después de su reinicio (esta serie es del año pasado) sigan logrando hacer relatos que se pueden leer de forma autónoma, aunque hay una clara continuación con respecto a la anterior colección esto se debe más al estatus de Ninjak que a la trama en sí. Colin King ya no es del MI-6, es un agente libre, donde lo había dejado Christos Gage. Pero la vida no es tan sencilla y, mientras está de misión en Turquía, Neville, su antiguo jefe, sufre un ataque que tiene como consecuencia revelar a su enemigo la identidad de todos los agentes infiltrados. Será tarea de Ninjak sobrevivir, salvar a los que pueda y derrotar a los villanos. Vamos, una trama muy sencilla pero también muy efectiva, pues asegura misterio y adrenalina al estilo del citado personaje de Ian Fleming o de, por ejemplo, Misión Imposible.
Pero efectivamente, es su dibujo lo que más llama la atención. Para el influyente artista cuyas manos han dibujado personajes como Spiderman, Robin o Batgirl y series que pasaron a la historia (Blanco Humano es un claro ejemplo), esto no parece un encargo más que cumplir, su involucración en todo el proceso es total y, sobre todo, su sello personal está presente en cada viñeta. Ha participado en la rotulación original, junto a Dave Sharpe, metiendo pequeños dibujos en los cuadros de narración, que a un nivel visual resultan un experimento apasionante, o llegando a jugar con las letras de las onomatopeyas como recurso. Y el color es también obra suya, algo no muy habitual en el autor y con el que sale triunfante gracias a tonos fuertes, con mucho contraste entre ellos, que le dan un mayor dinamismo al cómic y lo hacen más llamativo si cabe.
Si hay algo por lo que destaca Pulido es por su narrativa, aquí impecable como siempre, muy minimalista en los diseños y con una capacidad asombrosa para dotar las viñetas de movimiento. Pero concretamente aquí lo que enamora es el diseño de las páginas, los juegos con las viñetas son constantes llegando a tener algunas sencillamente asombrosas como las alucinaciones de Ninjak o la parte de la avioneta. No hay dos páginas iguales y se nota un esfuerzo imaginativo que se agradece profundamente como lector y ya solo por eso merece la pena este tomo, pero la verdad es que es una historia en la que todo empasta a la perfección… hasta que llegamos al cuarto número.
La polémica
Hemos hablado de ello en diversas ocasiones dentro de la sección de Valiant pero viene bien recordarlo. En octubre del año pasado salía a la venta el cuarto y último número de esta serie y nos encontrábamos que en parte de él, quince páginas, ya no estaban dibujadas por Javier Pulido, sino por Beni Lobel, autor del que no vamos a hablar mal, pues no dibuja mal, pero las comparaciones con el estilo del dibujante español son odiosas. Se trata de un dibujo normal, para el que el que escribe estas líneas digamos que la palabra “normal” es lo peor que se puede decir de un artista. No hay chispa, no hay innovación, no hay sentimiento, solo un vagón que va por su raíl cuesta abajo impulsado por la inercia del guion.
Pero lo que sí hay es personas que entienden el cómic como un mero entretenimiento rápido y se quejaban de que “este no era su Ninjak” como si Ninjak fuese suyo. Esto no es lo peor, por desgracia gente con falta de empatía y con falta de respeto existe y, por desgracia también, son los que más gritan. Vale, eso son cosas de la vida, pero ¿por qué las editoriales y productoras se molestan en hacerles caso? Eso es lo realmente vergonzoso y poco profesional. Patético ya en grandes empresas que pervierten franquicias como Star Wars y su insípido y repetitivo episodio siete, pero hacer esto en Ninjak es demostrar muy poco compromiso con el medio. Lo siento Valiant, Ninjak puede “molar mucho” y a un servidor incluso demasiado, pero no es nadie importante, y menos como para hacer maniobras tan insultantes como esta. Al final se va a dar más voz al fanfic que a los propios artistas, y eso nos va a llevar por caminos nada buenos. Si una empresa de arte se quiere tomar en serio a sí misma nunca debería dar peso a esta nueva inquisición que en vez de sustituir el fanatismo religioso por el conocimiento lo han hecho por la nostalgia, llorando por volver a su infancia.
El dilema
¿Comprar o no comprar? Últimamente estamos viendo, gracias a las Redes Sociales (que no solo hay gente gritando y llorando), autores que no están siendo pagados, que les llega el dinero con retraso y un largo etcétera. Y con ello siempre surge la duda, como lectores que queremos apoyar al artista debemos comprar estos productos o no. La respuesta es sencilla, pues la dan los propios autores: comprar les beneficia incluso cuando la empresa se porta mal con ellos. Este caso es un poco más extraño pues el problema son quince páginas de noventa y seis. Además no estamos en Estados Unidos, Valiant ya ha cobrado por esto (y Javier Pulido esperemos que también). Además el autor canario entregó ese cuarto número y lo podéis leer aquí en su blog, donde veréis cómo se ha imitado lo que él había hecho, pero sin su gracia personal. Si estuviéramos en Estados Unidos instaría desde aquí a no comprar la cuarta grapa, yo lo haría, y hubiera estado bien que Moztros publicara el número de Javier Pulido y no ese final, aunque esto es probable que no pudieran hacerlo por contrato. Mi conclusión es que merece la pena este tomo de Ninjak, que se disfruta mucho del trabajo gráfico del autor y que hay que quejarse para que las editoriales originales no hagan guarradas como esta, respeten a sus autores, respeten la libertad creativa y no hagan caso a los que lloran por volver a su infancia.
Lo mejor
• El apartado gráfico.
• Los autores consiguen pillar el tono perfecto para llevar a Ninjak a las historias de acción y espías más clásicas.
Lo peor
• El vergonzoso cambio de dibujante de las últimas páginas.
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