Javier Vázquez Delgado recomienda: Crossover 2, de Donny Cates y Geoff Shaw
Edición original: Crossover 7-13 USA (Image Comics)
Edición nacional/España: Crossover 2 (Panini Cómics, 2022)
Guion: Donny Cates, Chip Zdarsky, Brian Michael Bendis y Robert Kirkman
Dibujo: Geoff Shaw, Phil Hester y Michael Avon Oeming
Entintado: Ande Parks y Klaus Janson
Color: Dee Cunniffe
Traducción: Alberto Díaz
Realización técnica: Gaizka Medrano
Formato: Cartoné. 176 páginas. 23€
¡Morid malditos guionistas!
A principios de este año Panini nos traía el primer tomo de Crossover, una de las series estrella de la Image actual, respaldada no solo por sus fuertes ventas sino también por las buenas críticas. Pero ¿puede ir esto más allá de un primer tomo? Es hora de enfrentarse a la continuación y el resultado de la contienda es sorprendente.
Crossover parte de una buena idea, la de traer a los superhéroes (villanos y demás personajes) a nuestro mundo. No es una idea original, hay precendentes de seres ficticios invadiendo la realidad como para parar un tren, incluso de superhéroes, mismamente no hace mucho del 1985 de Mark Millar y Tommy Lee Edwards por poner un ejemplo, pero Crossover sí que resultaba fresco en cierta medida por los personajes que usaba, llegados del cómic independiente teníamos apariciones de grandes personajes de creación propia venidos de distintas editoriales y de forma que nunca nos hubiéramos imaginado poder ver. Pero lo cierto es que Crossover tenía una historia detrás, una historia de amor, odio, desengaños y liberación que era lo que realmente enganchaba del cómic, y siempre con un intento de reflexión por parte de los autores hacia lo que es la creatividad y el proceso creativo. Sin olvidar la acción y el humor que le daban esa ligereza agradable. Sin olvidar tampoco que Crossover habla sobre los cómics.
No es fácil que algo así continúe de una forma igualmente fresca, a saber, lo habitual es peleas más grandes y un final en el que la pareja salva al mundo, sí, todo eso que ya conocemos. Pues no, los planes de Donny Cates y Geoff Saw van por otros lados, que llegan a ser mucho más interesantes que lo que esta serie planteaba en su primer tomo. Y es que, siento repetirme, pero Crossover habla sobre los cómics. Y lo hace en diversos sentidos, quizás el más importante aquí sea la creatividad y la relación entre la obra y el autor.
Tarea difícil hablar de esta parte sin spoilers así que no lo hagamos ¿Vale? Vamos a centrarnos en qué hace y no qué pasa. Lo primero que tenemos es a Chip Zdarsky contando una historia de él y su alter ego en Sex Criminals, con un momento “cucharita” insuperable y el dibujo de un Phil Hester que se hace con la historia desde el primer momento. No será el único, pues Hester también acompaña al pobre de Robert Kirkman hablando sobre cómo le va la vida al pobre de Robert Kirkman. Y sí, Michael Avon Oeming crea una magnífica escena en la que Brian Michael Bendis se ríe de sí mismo, y su famosa forma de escribir, en un interrogatorio en una sala de cierto color… seguro que más de uno sabe lo que esto significa. La cuestión es que los autores se toman esta intriga con humor, pero también con sinceridad.
Pero lo importante es lo que cuentan Cates y Shaw. El amor por el medio, el humor y también la autocrítica está presente, muy presente, en este tomo, alzándose como una historia que, si bien sigue siendo ligera y con sus puntos de acción, aquí se vuelve mucho más personal. Y lo hace más a base de convertir a autores en personajes que a usar rupturas de la cuarta pared, aunque bien se podría ver todo este tomo como una ruptura en sí misma.
Reivindicaciones y alegatos están ocultos en pequeñas escenas de apariencia humorística, pero con un trasfondo bastante dramático. Y es que en este segundo tomo tiene todo eso, mezclado con un thriller de acción más que con una historia superheroica al uso, alejándose un poquito del anterior, sin obviar su historia pero cambiando tanto el tono como el foco de la misma.
Quizás esto parezca un poco críptico pero lo cierto es que Crossover es una serie que se disfruta mucho y que llega a sorprender. Tiene buenos giros, es ágil, Shaw demuestra ser un dibujante de tono clásico pero con un estilazo tremendo y Cates sabe perfectamente lo que hace, incluido engañar a compañeros de profesión para que escriban estas cosas. Ni que decir que Hester y Oeming son dos autorazos que saben manejar sus partes a las mil maravillas. Con este segundo tomo nos ponemos a la altura de la edición USA y desde aquí no podemos hacer más que mordernos las uñas.
La edición de Panini es bastante buena, como ocurría en el anterior número, pero es cierto que Crossover es uno de esos cómics en los que se ve necesario un texto final. No tanto una introducción al uso que nos anime a la lectura, algo que siempre está bien, sino más un apunte en las últimas páginas que ayude al lector a conocer la historia de los diferentes personajes (incluyendo a los autores que hacen las veces de personajes) que aparecen en ella. Eso sí, lo que no es necesario es cubrir la cuota con una introducción de Brian Michael Bendis en la que directamente destripa lo que ocurre después, ya que pertenece a un artículo lanzado en su newsletter cuando salía a la venta la parte que él escribió. Es decir, ese texto debería ir tras el capítulo tres y no abriendo el cómic. Esperemos que Panini empiece a tener más cuidado con estas cosas, que no es la primera.
• Reseña del primer tomo de Crossover
Lo mejor
• La vuelta que le han dado a la historia y su reflexión sobre la creatividad es para quitarse el sobrero…
• … todo ello sin dejar de lado el humor y la diversión…
• … pero aportando una nueva dimensión dramática y sincera.
Lo peor
• Los spoilers del artículo que Panini ha puesto como introducción y la falta de artículos informativos al final.
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