Javier Vázquez Delgado recomienda: El puerto prohibido, de Teresa Radice y Stefano Turconi
Edición original: Il Porto Proibito ITA ( Bao Publishing, 2016)
Edición nacional/España: El puerto prohibido (Nuevo Nueve, 2022)
Guion: Teresa Radice
Dibujo: Stefano Turconi
Traducción: Luis Vigil García e Inés Sánchez Mesonero
Rotulación: Fito y El Torres
Corrección: Inés Sánchez Mesonero y Ulises Ponce
Formato: Cartoné. 307 páginas. 30€
Antes de zarpar.
» Lo llaman el puerto prohibido; aparece y desaparece entre la niebla, pero parece que no todos pueden verlo. «
Hasta el año 2015 la pareja artística formada por los italianos Teresa Radice (1975) y Stefano Turconi (1974) estaba considerada como una de las más destacadas del cómic infantil y juvenil del mercado italiano gracias a series Pippo Reporter o Lila Trotamundos que les habían permitido forjarse un nombre en ese ámbito. Sin embargo, pese al éxito que cosechaban con este tipo de obras ambos querían contar otro tipo de historias para otro tipo de público. En particular, había una historia que hacía varios años que rondaba por la cabeza de Radice, era una trama de aventuras marítimas deudora de los grandes clásicos del género que encerraba una preciosa historia de amor en la que se podían saborear los versos de los poetas ingleses románticos. Así que ambos se pusieron manos a la obra con el objetivo de dar vida a El puerto prohibido. Un trabajo que llego a las librerías italianas en 2015 suponiendo un antes y después en la carrera de la pareja, ya que se convirtió en todo un éxito de público y crítica obteniendo galardones tan prestigiosos como el Gran Guinigi del festival Lucca Comics 2015 a la mejor novela gráfica o el Premio Attilio Micheluzzi a la Mejor Obra de 2015 y que les abrió de par en par la opción de crear historias destinadas a un público adulto en total libertad lo que fue el germen de otros trabajo posteriores como No te canses de caminar (Dibbuks), La tierra, el cielo, los cuervos (Nuevo Nueve), además de comenzar la serie Las chicas del Pillar, en la que retoman algunos de los personajes secundarios que aparecen en El puerto prohibido de la que Nuevo Nueve ha publicado dos volúmenes que agrupan los cuatro números aparecidos hasta ahora en Italia. Aunque ya se había publicada hace unos años en España este primer trabajo vuelve a estar en nuestras librerías gracias a la nueva edición de Nuevo Nueve que es de mayor tamaño que la anterior que nos permite disfrutar del extraordinario trabajo de Turconi y Radice, además también incluye una buena cantidad de suculentos extras.
La historia nos transporta al verano de 1807 en la costa de Siam donde el primer oficial que ejerce como capitán del barco inglés Explorer tras la desaparición del comandante rescata a un joven naufrago llamado Abel que solamente recuerda su nombre. Tras enrolarse en el barco regresan a Inglaterra, en concreto, a la ciudad costera de Plymouth, donde Abel encuentra alojamiento en la posada regentada por las tres hijas del capitán desaparecido del barco. Allí, además de con las tres chicas que parecen íntimamente ligadas al misterio sobre su identidad, acaba relacionándose con Rebecca, una prostituta amante de la literatura que trabaja en el Pillar to post, un burdel frecuentado por oficiales de la marina. Ella le ayudara a tratar de despejar las incógnitas sobre su pasado y una misteriosa leyenda que cuentan los marineros locales que parece ligada al destino de ambos. En el proceso Abel también acabara conociendo a Nathan, el veterano capitán de un barco mercante que tiene una relación sentimental con Rebecca.
La pareja italiana construye una obra en cuatro actos de carácter realista, aunque con un elemento fantástico, en la que van entremezclando con la precisión de un alquimista elementos propios de historias de aventuras navales, las de búsquedas de tesoros, las de misterios o las historias de amor mantenido un perfecto equilibrio que no se resiente pese a que el principal misterio de la trama se resuelve al finalizar el segundo acto. Un suceso que, lejos de empobrecer la historia, la enriquece y revitaliza dejando que las historias más humanas tomen todo el protagonismo junto con la búsqueda de redención que emprende Abel. Unas tramas que avanza de manera pausada con un manejo esplendido de los ritmos narrativos y un tono clásico que recuerda a las grandes historias que los autores han querido homenajear ya que vemos ecos de obras como La isla del Tesoro de Robert Louis Stevenson, las novelas románticas de autoras como las hermanas Bronte o las de Jane Austen. Pero no son los únicos homenajes que dotan a la obra de un delicioso aroma clásico, ya que gracias a la pasión de Rebecca por la literatura y la poesía en las páginas de El puerto prohibido se cuelan de manera natural y perfectamente integrados en la trama poemas de Lord Byron, Samuel Taylor Coleridge, William Wordsworth o Shakespeare. Lo mismo que sucede con varias canciones marineras de la época o diversos pasajes extraídos de la Biblia. Lo que acaba dotando a la obra de un marcado tomo poético, no solo por esos extractos, también la manera de contar la historia tanto en sus textos y diálogos como en su apartado gráfico repleto de belleza y lirismo.
La misma mezcolanza de géneros que vemos en la obra también se produce con los personajes que son muy distinto unos de otros permitiéndonos conocer el crisol que eran los puertos de la época, donde habitan gentes de todas las clases sociales. Aunque se puede considerar a Abel como el personaje principal, el protagonismo e interés de la obra va saltando a otros como Rebecca, Nathan o las hijas del capitán. Todos tienen un enorme peso en la trama y vemos cómo van evolucionado con el paso del tiempo y construyendo unas relaciones personales entre ellos en las que vemos que las apariencias nunca son lo que parecen en un primer momento y todos tienen secretos que marcan su forma de proceder. Con el paso de las páginas vamos descubriendo sus vivencias, su pasado y sus secretos de manera que la historia se torna cada vez más coral y se termina por conformar gracias a las pequeñas historias que viven cada uno de ellos convirtiéndose en el motor principal de una trama en la que vemos viajes exteriores o interiores que nos hablan de la redención, el destino, el honor, las segundas oportunidades, las separaciones y la manera de encarar el futuro para seguir adelante tras una perdida. Además de los personajes que hemos mencionado hay otros de carácter mucho más secundario que son sumamente interesantes que gozan de más protagonismo en Las chicas del Pillar como sucede con Jasser Allali, el segundo de a bordo del barco de Nathan.
Gráficamente Turconi brilla a gran nivel con una obra en la que podemos ver su estilo deudor de sus trabajos para las revistas de Disney que hemos podido ver en sus obras posteriores, aunque en esta ocasión tomo la opción de no entintar su obra de manera que en muchas ocasiones tenemos la impresión de estar ante una obra simplemente abocetada. Pero nada más lejos de la realidad, ya que el trabajo es fabuloso en todos los aspectos con un enorme nivel de detalle en todo lo relativo a la los barcos que parecer completamente reales. Igualmente, brillante resultan tanto el aspecto puramente narrativo, que es tan legible como clásico, como la capacidad de los personajes para reflejar la desbordante fuerza de sus emociones. De hecho, ese acabado similar al abocetado del que hablamos dota a la obra una capa de irrealidad y poesía ideal para la historia que nos están contando.
Con El puerto prohibido Teresa Radice y Stefano Turconi firmaron uno de los mejores cómics que hemos podido leer en los últimos años que mezcla a la perfección la diversión de las mejores historias de aventuras marítimas con la delicadeza y emoción de las grandes epopeyas de amor clásicas y un sutil toque de misterio y fantasía que termina de convertir la obra en algo perfectamente equilibrado.
¡Uno no elige si entrar en el puerto, es el puerto el que te escoge a ti!
Lo mejor
• La humanidad y emoción que desprende la historia.
• La manera en la que la obra consigue recordarnos a las obras literarias de la época en la transcurre, pero despojándola de las partes que peor han envejecido.
• La escena de la batalla naval del primer acto.
Lo peor
• La visión de la vida en el burdel está algo romantizada.
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