Javier Vázquez Delgado recomienda: Los ejércitos del conquistador, de Jean-Claude Gal, Jean-Pierre Dionnet y Picaret
Edición original: Epopées Fantastiques FRA (Les Humanoids Associes, 2021)
Edición nacional/España: Los ejércitos del conquistador (Cartem Cómics, 2022)
Guion: Jean-Pierre Dionnet y Picaret
Dibujo: Jean-Claude Gal
Color: Dan Brown y Digikore Studios
Traducción: José E. Martínez
Revisión de textos: Elena Hernández y Marta Molina
Rotulado y maquetación: Antonio de Diego
Formato: Cartoné. 188 páginas. 34,95€
Espada y brujería con sabor añejo.
«En aquel tiempo los ejércitos del conquistador partieron para invadir el mundo… Nadie sabía quiénes eran, ni de donde venían, solamente que un día aparecieron allí. Unas veces eran detenidos y otras, incluso retrocedían, pero siempre volvían a aparecer.»
En 1977 en el primer número de la mítica revista Totem, además de trabajos de titanes incontestables del cómic como Hugo Pratt, Moebius, Arturo del Castillo o Guipo Crepax también aparecía una historia corta titulada Las armadas del conquistador que había sido publicada originalmente en la revista Metal Hurlant. Se trataba del primer episodio de la serie Los ejércitos del conquistador guionizada por Jean-Pierre Dionnet (Paris, 1947), uno de los fundadores de la citada revista que había revolucionado el cómic francés, y dibujada en un impactante blanco y negro por Jean-Claude Gal (Digne, 1942-1994) conocido sobre todo por su posterior colaboración con Alejandro Jodorowsky en la serie Diosamante. A principios de los ochenta pudimos leer esas historias cortas que ya habían sido publicadas dentro de las páginas de Totem recopiladas en un álbum publicado por Eurocómic dentro de su Colección negra, en la que algo después también apareció el álbum La venganza de Arn, una serie que, aparentemente, transcurre en el mismo mundo. Sin embargo, nunca pudimos leer El triunfo de Arn, la segunda parte que cerraba la historia del protagonista, en la que los problemas de tiempo de Dionnet hicieron que pidiese ayuda en los guiones a Philippe Picaret (1947) conocido por su Polonuis realizado junto a Jacques Tardi. Por suerte, desde hace unas pocas semanas podemos leer el final del periplo de Arn gracias a que Cartem Cómics ha publicado Los ejércitos del conquistador. Epopeyas fantásticas, el volumen integral que recoge los tres álbumes siguiendo la estela de la edición francesa realizada por Les Humanoids Associes hace unos años que fue coloreada para la ocasión por Dan Brown con bastante buen gusto, pero sin evitar que se perdiera parte de la espectacularidad del dibujo original.
El integral tiene dos partes muy claramente diferencias en lo argumental y en lo estructural. Por un lado, tenemos las historias cortas que componían el primer álbum en las que Dionnet y Gal en lugar de optar por contarnos las épicas batallas protagonizadas por un ejército inmenso que está embarcado en la conquista del mundo conocido deciden relatarnos algunas historias más pequeñas y triviales protagonizadas por diversos soldados en los momentos de impasse que viven entre las conquistas. Esas historias nos permiten visitar lugares como burdeles, cárceles, puertos, desiertos y ruinas donde descubren que las amenazas para sus vidas no se encuentran únicamente en los campos de batalla. En los mismos escenarios transcurre la historia de Arn, en la que encontramos toda la carga épica que no teníamos en esta primera parte. Un personaje que, desde los tópicos más trillados del género y con evidentes reminiscencias del Conan de Howard y de los mundos y personajes creados por Moorcock, protagoniza una vibrante historia de venganza que nos permite descubrir el particular mundo salido de los lápices e imaginación de Gal.
Algunas de las historias cortas son las que mejor escritas están del integral y consiguen que no nos sintamos frente una lectura que no aporta nada al género ya que, por momentos, nos consigue sorprender gracias la habilidad de los autores para relatar tramas muy bien medias en las que se entremezclan distintos tipos de relatos en los que hay toques de terror, humor y misterio y nos permite ir descubriendo un mundo fascinante y evocador lleno de lugares de atmósferas inquietantes y tenebrosas.
Como ya hemos dicho, la historia de Arn es excesivamente deudora del tipo de historias de espada y bujería que se hacían en la época, aunque al contrario que les sucede a muchas de las que se crearon en esos años ha envejecido razonablemente bien y no vemos ninguno de esos momentos de vergüenza ajena que eran habituales en las historias de barbaros llenos de un machismo bastante rancio. Ese buen envejecer es en parte gracias la capacidad de Dionnet para dejar que la historia la cuenten los dibujos y no caer en ese defecto común que es sobreexplicar lo que ya nos deja ver Gal en las viñetas, pero también gracias a unos personajes que, aunque muy ligados a los arquetipos del género como la figura del maestro-guía o el niño predestinado a la grandeza, tienen algunos matices más grises que hacen que vayan un poco más allá de lo obvio. Sin embargo, el grueso de la historia resulta bastante previsible para los lectores habituales del género que hayan leído historias de venganza con anterioridad.
Si estas obras son recordadas hoy en día, sin duda, es por el trabajo que realizo Gal, especialmente en la creación grafica tanto de los diferentes e imponentes escenarios en los que transcurre cada una de las historias como en su capacidad para hacer que todos los ropajes, armas e impedimenta de los personajes sean verosímiles como si fueran parte real de una civilización que existió, pero también consigue que nos hagan evocar los mundos de espada y brujería más fascinantes. Además de esa exquisita atención al detalle y grandiosidad de los escenarios, también hay que destacar el aspecto narrativo que permite ver toda la grandeza ese mundo y unas composiciones de páginas espectaculares en la que priman los planos amplios y arriesgados en forma de páginas dobles con viñetas incrustadas que nos dirigen por la página de modo que la lectura no resulte confusa y podamos detenernos a contemplar los detalles. Una capacidad de arriesgar en la composición de página habitual en las obras publicadas en Metal Hurlant que, por desgracia, actualmente se ha perdido en la BD más comercial que se ha vuelto excesivamente clásica. La parte más negativa de la obra es el innecesario coloreado que, pese a estar bastante conseguido tratando de crear un acabado similar a los que vemos en los trabajos de Corben una más que evidente influencia de Gal en estas obras, tapa en parte las espectaculares tintas del autor que eran una absoluta maravilla.
La edición de Cartem Cómics tiene la calidad habitual en sus obras, aunque habría que preguntarse los motivos por los que han optado por editar la versión en color en lugar de la que hay en blanco y negro y también porque no han incluido La Catedral, otra historia protagonizada por Arn. Como extras el volumen tiene un fantástico prólogo firmado por Dionnet en que nos habla de su relación con Gal y de la génesis de la obra y unas breves biografías de los autores en las que hay alguna errata bastante llamativa.
Los ejércitos del conquistador es una obra que tiene gran parte de las características habituales de las historias de su época, pero que envejecido bastante bien de manera que la disfrutaran lo amantes del género y los del dibujo de un Jean Claude Gal que brilla con luz propia pese al coloreado.
Lo mejor
• Algunas de las historias cortas.
• El espectacular mundo que diseña Gal.
• Lo bien que ha envejecido la historia pese a estar construida con muchos de los tropos del género.
Lo peor
• Lo innecesario del coloreado.
Ver Fuente
Comentarios
Publicar un comentario