Javier Vázquez Delgado recomienda: Soñé lo mismo otra vez, de SUMINO Yoru y KIRIHARA Izumi
Edición original: Mata, onaji yume o mite ita (Futabasha, 2017)
Edición nacional/España: Soñé lo mismo otra vez (ECC Ediciones, 2020)
Dibujo: HATSUYOSHIYA Issey
Guion: HARADA Shigemitsu
Traducción: Olinda Cordukes Salleras
Género: Historias de la vida
Formato: Rústica. 536 páginas. 19,95€
¿Qué es la felicidad? Un sustantivo
«La vida es como un flan…»
De las autoras de Quiero comerme tu páncreas, estas dos autoras tienen una fijación especial por los amantes de los libros, y en especial por los lectores de El Principito. Nacida de la novela ligera homónima se trata de una lectura amena y calmada que nos hará reflexionar sobre el tiempo y la felicidad.
En su anterior obra ya abrían con el principal giro de guión, diciendo el protagonista al lector que no había ido al entierro de su amiga. En este caso aunque esté un poco más escondido, se hace evidente a ojo de buen lector quiénes son todas las personajes amigas de la protagonista nada más llevar un capítulo leído. No es en esta sorpresa donde reside la virtud del guion de SUMINO Yoru, sino en saber llevanos página a página al desarrollo de un personaje como Nanoka.
Esta inteligente pequeña vive casi al margen de todos sus compañeros de clase por considerarlos seres simples y que no entienden su mundo. Fuera del colegio pasa los días con una gatita a la que rescató de unas terribles heridas, una adolescente solitaria como ella que el entorno la ha vuelto un alma en pena, una mujer vivaracha que ha dado unos volantazos en la vida de los que se arrepiente y la señora mayor que vive de los recuerdos. Es a través de estas tres personas (y algo hará la gata) que se mueve y supera su vida escolar anodina, llegando a entender a sus compañeros e incluso entablar una relación cercana con ellos.
Aviso de Spoiler
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Quizás la mayor sorpresa, en mi caso, haya sido con el personaje de Fulana, quien en lugar de entender su nombre como una forma despectiva lo había entendido como se denomina a una persona cualquiera, fulanita. No cambia mucho la comprensión de la obra hasta bien avanzada la misma pero por si alguien es como yo, corto como el café expresso. ¡Ahhh que vende ramas! ¡De ramera! Qué lento soy por diosss. Pido disculpas a la traductora Olinda que bien le costaría hacer estos juegos de palabras para pillarlos así de tarde.
Aunque sea un tomo único que recopila tres de la versión japonesa se hace una lectura liviana, Soñé lo mismo otra vez es apta para todo público y bolsillo. Reitero mi afición por los tomos únicos, y en este caso se agradece enormemente por condensar esta trama tan laxa, dejar un aspecto muy similar a la otra obra y por el precio que nos trae. Su dibujo no destaca en nada en particular, siendo muy plano en casi toda la obra. Algo que también sucedía en Quiero comerme tu páncreas y que centraba más el peso en los diálogos y en las páginas de mayor peso emotivo. Tampoco es que en esta obra las páginas de dibujo completo resalten demasiado y en mi opinión vayan a quedar más en la memoria las conversaciones entre la prota con sus amigas que el llegar a crear un vínculo con el pintor.
Las comparaciones son odiosas, pero comparado con su anterior obra esta me ha dejado bastante más frío. Era difícil superar los lagrimones que sacó su predecesora, tanto por ser esta más larga y diluir más la trama como por el contenido en sí. Tampoco creo que su intención fuese tanto el emocionar hasta el llanto, sino el de alentar y reflexionar sobre la vida presente y los deseos que uno mismo porta, siendo este un sentimiento más de dejarte con el culo roto que con el lagrimal inflamado.
Mi reflexión sobre la obra es que nos hace fijarnos en su protagonista, en su versión más joven y maleable. Alguien que ve constantemente su futuro, aunque sea en sueños, y en base a este deseo de quedarse con sus mejores aspectos futuros se modele y actúe en consecuencia a sus deseos. No en las versiones futuras que se estancan en sus arrepentimientos pasados, de los que evidentemente hay que aprender y no repetir, pero dando más peso al presente y futuro. Pues la vida es como una cama en invierno, cuesta entrar en ella pero una vez a gusto no hay quien te saque de ella.
Lo mejor
• Tiene una historia atrayente y muy bien hilada con un ritmo de lectura perfecto.
• Sus reflexiones, aunque manidas, son la base de una trama muy bien estructurada.
Lo peor
• El dibujo es plano y anodino, sus fondos no destacan en nada.
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