Javier Vázquez Delgado recomienda: The Wild Storm volumen 1 (de 2)
Edición original: The Wild Storm núms. 1-12 USA
Edición nacional/España: ECC Ediciones
Guion:Warren Ellis
Dibujo:Jon Davis-Hunt
Color:Ivan Plascencia, Steve Buccellato y John Kalisz
Traducción:Guillermo Ruiz Carreras
Formato: Rústica, 336 págs. A color.
Precio:35,50 €
QUE LLUEVA FUEGO DEL CIELO
«¡muérete ya, cabrón gigante!»
Esta es ya la segunda reseña (o incluso tercera) de una obra que ha tenido muchas versiones ¿Merece pues esta nueva edición de The Wild Storm otro acercamiento? ¡Y tanto que sí! Parece mentira que un cómic tan actual, incisivo, cuidado, entretenido y visualmente atractivo no haya tenido más repercusión.
En parte puede deberse a ese intricado pasado al que me refería con las “versiones”. Si queréis saber más del tema os dejo con este excelente artículo de la casa. Pero os resumo con que Wildstorm era un sello, dentro de la Image de los 90, comandado por Jim Lee, el cual dio lugar a horteradas fantásticas como WildC.A.T.s, Stormwatch y compañía. Lo compró DC y siguió generando obras de gran impacto aunque mayor madurez. En un momento dado se intentó integrar a sus personajes al Universo DC (y ahí sigue la cosa) con pocos casos de éxito. Finalmente, ésta serie debía ser el origen de un nuevo universo Wildstorm sin ataduras de continuidad o universos superheroicos, pero todo quedó en agua de borrajas.
Por un lado, el dibujante de la serie que debía ser la continuación de la que reseñamos, Ramon Villalobos, entró en una depresión y anunció un inevitable retraso que se fue haciendo bola hasta la cancelación. Por otro, el guionista a cargo de todo este renacimiento, Warren Ellis, se vio envuelto en escándalos de abuso de poder que, aunque se resolvieron de manera mucho más civilizada que otras liebres afortunadamente levantadas por el movimiento #MeToo, hundieron totalmente su carrera en DC comics.
Pero tranquilos que tan convulso pasado no debiera ser motivo suficiente para su relativo desconocimiento, ya que The Wild Storm es autocontenida y totalmente independiente de su origen editorial y truncado futuro. De hecho, si se lee sin tener ninguna idea de los personajes se disfruta igualmente, aunque es innegable el morbillo que produce ver los cambios introducidos por los autores en semejante producto (en origen) noventero. Ya que, como bien dijo hace poco nuestro compañero Jose Maria Vicente; “El estilo y los excesos de los 90 nunca fueron el problema. Más bien lo fue la falta de talento.”
¡Y qué talento! Nada menos que un espectacular Ellis en plena forma y un Jon Davis-Hunt del que te terminas enamorando. Ellis ya había dirigido el destino de estos héroes independientes en algunas de sus más aclamadas etapas, por lo que no podía ser mejor elección. Además de que se informó a conciencia de cómo habían evolucionado todos los conceptos “ultramodernos” que se paseaban por las páginas de las series originales, lo que supuso una verdadera actualización de este universo. Pero, como siempre, lo mejor es su absorbente construcción de tramas y sus diálogos más afilados que las armas de sus protagonistas (la comparación no se queda corta si le echáis un ojo a determinadas escenas de acción).
Davis-Hunt por su parte es otra acertadísima decisión (buen trabajo de la editora de la serie Marie Javins, por cierto, la actual editora jefe de DC comics). Su trazo más europeo y anti-superheroico le sientan como un guante a la trama más de thriller que de acción planteada por el guionista. Es cierto que tiene tendencia a dibujar todos los rostros algo parecidos (un defecto tristemente compartido por muchos de sus compañeros de profesión) pero lo combina con un estilo visual único. Especialmente por la atención que pone a escenarios, diseños arquitecturales, ciudades y vestimenta, dando una gran sensación de autenticidad. Pero también por su elaborada y espectacular coreografía de la violencia.
Mención aparte merecen también los coloristas, entre Ivan Plascencia a la cabeza, Steve Buccellato y John Kalisz. Con una gama de colores grises y tenues que siguen el juego a la serie mientras que también ayudan a destacar los elementos inesperados o enfatizar los momentos que lo merecen. Además de los usuales cambios de registro cuando se rememora el pasado de los protagonistas, que son tratados con una bienvenida suavidad.
Todos juntos generan un producto que es un auténtico pasote. Es de esas series que, aunque quieres leer rápidamente por la emoción que generan, te obliga a detenerte y leer cada diálogo y analizar cada dibujo para exprimirle hasta la última gota de información. Un tapiz de personajes, organizaciones, sucesos y tramas tejido con dedicación y que termina mostrando un patrón espectacular.
Bueno, para ver ese tapiz completado habrá que esperar al segundo tomo, porque en estos doce números aún seguimos descubriendo motivos de la composición final. Ellis se toma las cosas con calma aunque, como ya hemos comentado, no significa que sean calmadas. Prepara todas las piezas en el tablero y las pone a rodar con una excusa accidental que pone patas arriba a los distintos actores. Y a partir de ahí nos deja ir descubriendo o solamente entrever de que va todo esto.
Organizaciones secretas que controlan la tierra y el espacio bajo las sombras, extraterrestres ocultos a los simples humanos, humanos no tan simples, experimentos genéticos, magia, tecnología punta… todos son factores cuyo orden sí que puede llegar a alterar el producto. Y todos son mezclados por lideres ineptos, líderes pérfidos, agentes torpes y expertos asesinos, espías de última generación y viejos lobos del negocio, estrellas pop, inmortales, castas que cambian su destino, científicos e investigadores de lo desconocido.
Sinceramente, The Wild Storm me pilló por casualidad y ya no me dejó. Repasarla para la reseña ha sido igual o mejor que la primera vez. Que todas las versiones, historia y polémica no os cieguen, porque no podéis dejar pasar este comic. La nueva edición de ECC es tan completa como la precedente, con portadas originales y alternativas, con comentarios del guionista y diseños del dibujante, y para colmo con una portada mucho más atractiva y elegante que la anterior.
Warren Ellis en estado puro con sus juguetes favoritos, no hace falta decir más.
Lo mejor
• Una trama absorbente.
• El dibujo es perfecto para la obra.
Lo peor
• Que no sea más conocida.
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