Javier Vázquez Delgado recomienda: Magazine DC España – enero 2023
INTRODUCCIÓN
Empezamos nuevo año y como suele ocurrir con enero nos enfrentamos a un mes anómalo en cuanto a novedades. Las navidades han pasado y se entra en un mes plenamente invernal, con las editoriales mirando al nuevo año con esperanzas renovadas, pero dejando a enero en una extraña tierra de nadie en lo que novedades se refiere.
Por todo ello en este Magazine DC no solo miramos lo que el mes de enero nos ofrece, sino que también aprovechamos varias de las secciones para mirar al 2022 y rescatar algunas cuestiones como cual es el personaje del año 2022, el autor o autora del año y analizar que ha dado de sí 2022 para DC/ECC.
Por tanto estamos ante un Magazine de enero anómalo, especial, distinto, que busca posicionarse entre el año saliente y el que acabamos de estrenar, ofreciendo un vistazo a lo más granado del mes y ofreceros otros sustanciosos textos.
Tenemos todo un clásico con mayúsculas, Question, el arranque del final del periplo de Tom Taylor en DCSOS, al tiempo que celebramos el 80 aniversario de Alfred, el fiel compañero y mayordomo de Bruce Wayne. Y eso sin dejar de lado que Joker, la serie regular del villano de Batman termina y nos parece un momento ideal para hablar algo de la serie que tuvo en 1975.
Y sin más palabrería os dejamos con el Magazine de enero esperando que lo disfrutéis. Feliz año para todes.
TITULARES
• Listado Novedades ECC
• Análisis DC 2022
• Autora del año
• Personaje del año
• Novedades DC
• Este mes debes saber
• Aniversarios
• Clásicos DC
• Recomendaciones DC
ANÁLISIS DC 2022
El año de 2022, a falta de comprobar en su inmensidad en nuestro país el primer paso dirigido por Crisis Oscura, arroja una valoración positiva con matices sobre el nivel de las obras.
Una gran tapada ha sido el Superman de PK Johnson, capaz de devolvernos ese espíritu de Exilio que echábamos en falta en el personaje, pero también de entregarnos, en compañía de Daniel Sampere algunas de las mejores páginas de amor en muchos años entre Lois y Clark, previo a su despedida por otros mundos. A pesar de su frescura, su amabilidad en la caracterización del héroe y bondad en el tratamiento de lo que es y debe ser, no ha encontrado el mismo público que la colección de Superman Hijo de Kal-El.
Superman y Authority, de Morrison y Mikel Janín puede haber sido sepultada por una historia más grande pretendida por la editorial, pero ha de ser recordada como un gran trabajo de sus autores. A medio camino hacia lo que el de Escocia había previsto, pero todavía con el poder de todas sus propuestas más superheroicas.
Tom Taylor se ha consolidado sin duda alguna como uno de los primeros espadas de la editorial, adentrándose en el canon con nuevas ideas oportunas y un infierno de polémicas absurdas rodeando cada número publicado. Un autor como él, capaz de convertir lo difícil y humano en algo tierno y simple, es necesario para DC Comics y en esta colección ha sabido estar a la altura de las circunstancias. Si bien, puede argumentarse que ha quedado superado por las expectativas y la novedad inicial, ha convencido con su propuesta, junto a John Timms. El dibujante, por su parte, ha sorprendido con su trabajo, supliendo muchas de sus carencias con un estilo visual muy atractivo.
Por el lado contrario, puede argumentarse que Dark Knights of Steel es el ejemplo menos celebrado de todas sus propuestas para historias alternativas en Marvel y DC. Si bien comienza con fuerza y tiene aspectos positivos, la cadencia mensual y el elevado número de episodios constitutivos de la serie ha terminado por agotar una aventura que, no nos engañemos, hemos visto antes y con mejor resultado.
Nightwing ha sorprendido a propios y extraños. Sin romper con la rueda, sin reinventar la historia, sin aires de grandeza. Bruno Redondo disfruta del éxito absoluto que venía mereciendo ya desde años, con un trabajo sobresaliente que condensa muchas de las mayores virtudes de trabajos previos, en compañía de Adriano Lucas. El capítulo independiente en movimiento, que gozó de edición a la altura por parte de ECC está destinado a perdurar en la compleja trayectoria editorial del personaje.
Y Supergirl, de Tom King y Bilquis Evely, aparte de ser una de las mejores obras del año, se lleva la palma por multitud de motivos. En primer lugar, por ser la consagración definitiva de una dibujante en alza, que venía reclamando su lugar en el mercado americano. Pero también por regresar al mejor lugar para King, las miniseries.
El extraordinario trazo y estilo en el dibujo, la ambigüedad moral que despierta y la complicada relación de personajes sustentan la calificación de la serie. Sin llegar a su nivel, también Superman/Batman Los Mejores del mundo nos ha robado el corazón, regresando a las esencias de ambos, con un guión funcional de Mark Waid y el sello absoluto de Dan Mora como dibujante.
Al otro lado del río, Black Label se ha constituido por primer año desde su inicio como el sello donde las obras tienen una calificación diferente, menos constreñida por los avatares del canon y sus complejidades a la hora de desplegar novedad formal. En el primer puesto, The Nice house on the lake, con nuestro Álvaro Martínez Bueno, ha llevado el horror a lugares muy complicados y aterradores, disfrutando de las capacidades infinitas que ofrece un escenario protagonista. James Tynion IV, como ocurre en sus trabajos para Image, se consolida como principal nombre del año.
También hemos gozado de otras historias como WW Historia y Aquaman Andrómeda, que nos han despertado emociones fuertes en la redacción. Marcan el camino para el futuro y nos recuerdan que DC es mucho más que un universo cohesionado (casi nunca ha conseguido serlo realmente) y que sabe ser distinto cuando se lo propone.
Con estas conclusiones y repaso despedimos el año y abrazamos el nuevo que, seguro, vendrá cargado de tebeos que nos hagan soñar como cuando éramos niños y alucinábamos con un cosmos de color y vida a través de las páginas de un cómic. Que nunca perdamos ese espíritu.
DC EN 2022
Nota: hay una encuesta incluida en esta entrada, por favor, visita el sitio para participar en la encuesta de esta entrada.En una de las regiones más frías de los Estados Unidos, Ohio, con una media de temperaturas de 17 grados, llegó al mundo Kelly Sue DeConnick el 15 de julio de 1970. Su infancia y adolescencia discurrió en diversas bases militares (su padre era militar) en las que tuvo acceso a los cómics gracias a su madre que le compraba ejemplares de la serie de Wonder Woman. El contacto con la cultura base, como ella misma lo define, la llevó a licenciarse en teatro en la universidad de Texas.
Los inicios de la escritora en los cómics fueron, en primera instancia, escribiendo textos para fotografías en revistas para adultos. Tras un tiempo dedicada a estas tareas comenzó a publicar sus propias historias en un foro para Warren Ellis. A partir de aquí se encargó de escribir entradas para catálogos de cómics en la web de Warren Ellis, artbomb.net. Pero como suele ocurrir en la vida, todo tiene un final y consiguió un trabajo para adaptar las traducciones de mangas para las editoriales Viz Media y Tokyopop. Su trabajo no era el de traducir, sino coordinar el trabajo del traductor para que la historia siguiera correctamente el hilo de la trama. Fue un trabajo en el que se mantuvo 7 años y durante el que llegó a adaptar más de 11.000 páginas de manga. Es por eso por lo que en muchas entrevistas ha manifestado que, si se le da bien escribir diálogos, hasta el punto de ser lo mejor de sus guiones, es porque practicó mucho.
Su primer trabajo como guionista de cómics, fue en una historia corta de cinco páginas publicada en 2004, en la serie CSI: Crime Scene Investigations – Dominos #05, aunque un año antes había ejercicio tareas de editora de la novela gráfica Killing Demons.
Entre 2006 y 2007 trabajó en Image en la serie 24Seven, compaginándolo con otros guiones para IDW, en la serie 30 Days of Bight: Eben & Stella. En 2008, también en Image, en Comic Book Tattoo Tales Inspired by Tori Amos.
Su primer trabajo para Marvel se materializó en 2010 en la miniserie Osborn, dibujada con Emma Rios (que se convertiría mas adelante en una de sus habituales dibujantes), guionizando ese mismo año varios cómics unitarios como Sif, con Rayn Stegman, Recue, con Andrea Mutti, Enter the Heoric Age, con Jamie McKelvie, Age of Heroes con Brad Walker, lo que la llevó a seguir colaborando con esta editorial en 2011 en varios números unitarios como Capitán América y los Vengadores Secretos con Greg Tocchini, Castle: Richard Castle´s Deadly Storm, con Brian Michael Bendis y Lan Medina.
En 2012 continuó trabajando para Marvel y fue ese mismo año en el que encaró el trabajo que estaba destinado a hacer de su nombre algo habitual en las conversaciones entre aficionados. Nos referimos a la Capitana Marvel.
DeConnick es una feminista muy activa y utiliza su posición en los cómics para promover el feminismo y sus ideas. Esto fue precisamente lo que hizo en la serie de Carol Danvers, realizando cambios que motivaron acusaciones de ser una feminista enojada y de usar al personaje para insertar su agenda feminista. DeConnick respondió a ello afirmando que cualquier oportunidad que tuviera de escribir personajes femeninos, los escribiría para ver mucho más de ellos. Recibió más criticas por su enfoque del personaje, antes incluso de que el primer número se llegara a publicar, pero con su conocimiento del ejército, su talento con el teclado y sus firmes convicciones logró aportar una dimensión extra a Danvers, como no se había visto antes. Acompañándola en este periplo con la Capitana contó con varios dibujantes, entre los que destaca la participación de Emma Ríos y David Lopez.
DeConnick trabaja con el objetivo, entre otros, de romper el tropo argumental de la damisela en apuros. No en vano propuso un nuevo añadido a la conocida prueba de Bechdel, en lo que se puede traducir como la prueba de la lampara sexy, que puede resumirse de la siguiente forma: Si se puede reemplazar a un personaje femenino de una historia por una lampara sexy y la historia sigue funcionando, es porque necesitas revisar la historia. Tienen que ser protagonistas, no dispositivos.
En 2013 comenzó en Image una nueva serie en la que de nuevo unió fuerzas con Emma Ríos, Bella Muerte, donde se combinan elementos de western y terror, con aspectos mitológicos y del folclore popular.
Motivada por todas las críticas que recibía por su excelente trabajo, creó en Image, la serie Bitch Planet (2014-2017). La idea era mostrar a esas feministas enojadas que decían que escribía de manera constante. La historia se centra en esas mujeres que por no seguir las leyes del patriarcado son encarceladas, siendo tatuadas como si fueran ganado, con el eslogan: no conforme.
En DC también ha realizado diversos trabajos, algunos al mismo tiempo que colaboraba con Marvel, como en 2011 en Supergirl, con ChrisCross, en los números 65-a 67, pero sus dos grandes trabajos en DC hay que ir a buscarlos en la serie de Aquaman (2018) entre los números #43 al 65. Se sintió tentada por el personaje por su posición de segundón dentro de la Liga de la Justicia, lo que le daba un punto de partida muy interesante para los intereses de la guionista, que supo aportar una idiosincrasia propia a su etapa y configurar un relato potente para Arthur Curry.
El otro trabajo en DC es el que nos ha llegado a lo largo de 2022 y que concluye este 2023, con la publicación, dentro del sello Black Label, de WW: Historia. Un trabajo que consta de tres volúmenes, cuyas dos primeras reseñas podéis leer aquí mismo, en el que se junta con el talento de tres dibujantes, Phil Jimenez, Gene Ha y Yanick Paquette, haciendo un profundo recorrido por la mitología que rodea las amazonas y a Wonder Woman en particular.
También se pueden encontrar trabajos suyos en la editorial Dark Horse, en la serie Ghost escritos durante 2012 y 2013.
En la actualidad residen en Porland con su marido, Matt Fraction, y sus dos hijos. Tienen su propia empresa, Milkfed Criminal Masterminds, Inc. y su web puede resultaros muy interesante: Kelly Sue DeConnick.
En este primer Magazine DC de 2023 hemos querido dedicar a Catwoman el honorífico título de personaje del año. Más que merecido por muchas razones, aunque las más objetivas han sido sus maravillosas series. Una nueva etapa con el imparable Ram V a la cabeza, ayudado por un Fernando Blanco descomunal que se ganó su propia edición especial en España. El ansiado final de la polémica, como no podía ser de otra manera, etapa de Tom King, Clay Mann y Liam Sharp con la pareja eterna. O con la dedicación de ese genio llamado Cliff Chiang en su Ciudad Solitaria, que nos hace perdonar sus no tantas carencias como guionista con un dibujo inalcanzable. Por no olvidar reediciones de clasicazos como esa etapa definitoria de Ed Brubaker, acompañado de sutiles maestros con Darwyn Cooke y Javier Pulido a la cabeza.
Pero también subjetivamente porque Catwoman es un personaje fascinante, y punto. Ha sido villana, femme fatale, ladrona, prostituta… heroína, dura como ella sola, mujer de negocios, imposible de comprar. Ha cambiado más veces de atuendo que Gata Sombra (bueno, casi) y unas cuantas de vida, como buen felino. Y pese a todo se ha mantenido de alguna manera fiel a sí misma.
Así que podríamos dedicarle un artículo objetivo en base a su recorrido editorial y vital, pero ya existe esa joya que le dedicó Víctor José Rodriguez por su 80 aniversario. O un sesudo análisis sobre su característica independencia como hizo nuestro Pablo Menendez. Pero permitiéndome la oportunidad (y el rollazo que ya me he marcado con Alfred en esta misma entrada) tiraré por lo subjetivo y os contaré lo que la gata implica para mí.
Mi descubrimiento del personaje se produjo en la inolvidable etapa de Mike W. Barr y Alan Davis del murciélago. En unas grapas de Zinco en las que, para colmo, también se colaba el Joker, Robin (Jason), el comisario Gordon… yo alucinaba pepinos, pero esa Catwoman insinuada a la vez grácil y musculada por Davis en una aventura absolutamente camp fue la que se llevó el premio de gracia. ¡¿Era la novia de Batman?! ¡Sabía su nombre! Y para colmo la aventura terminaba con ella en el lado contrario por culpa de una máquina infernal, que injusticia me pareció entonces.
Mi despiste y leyenda aumentaron con dos obras muy diferentes. Por un lado, llegó a mis manos el tomo de Las Mejores Historias de Batman Jamás Contadas, que incluía en su final La Autobiografía de Bruce Wayne. Era del Batman de Tierra 2, pero yo aún no conocía esas diferencias de Tierras o Crisis siquiera, y me impactó ver que Bruce y Selina se habían enamorado ¡casado! Y hasta había tenido una hija. Por otro, la inolvidable El Regreso del Caballero Oscuro de Miller, que obviamente me dejó de piedra por mil razones, pero una de ellas fue ver una Selina muy ajada por la edad, prostituta… y vestida de Wonder Woman, todo sea dicho.
Y entonces empiezo a coleccionar de verdad, adquiero números atrasados, y consigo leer Batman: Año Uno. Otra vez Miller pero esta vez menos desmedido y más quirúrgico. Ahora empiezo a entender por donde van los tiros y voy uniendo líneas imaginarias… Y ahí está Selina. Una mujer dura como la vida, una loca que se lanza a la calle con un traje de gato. Y me quedé aún más prendado.
Para colmo se estrena el Batman de Tim Burton y no tarda en llegar la segunda parte… para los jovencitos hormonados no tengo que comentar lo que supuso ver a Michelle Pfeiffer con aquel traje ajustado de cuero negro. Pero lo más importante es que, por muy simplón que fuera el guion, aquella anti-heroína demostraba en la película su rebeldía, su independencia, su carisma irresistible.
Sin embargo, durante mucho no la volví a ver. Al menos no hasta que los noventa comenzaban a asomar sus cartas más horteras y en mitad de La Caída del Murciélago me golpeó la Catwoman más sexualizada y superficial que podamos imaginar (si, no me echéis en cara el párrafo anterior, que no es lo mismo sexualmente atractiva que sexualizada). Duffy no era tan mala guionista, pero Jim Balent hacía daño a la vista y al corazón. Esa no era la gata que me había conquistado.
Tanto daño me hizo aquella época que finalmente dejé los cómics. Más que por aquel bajón en guiones y subidón visual vacío, fue por el avasallamiento de series inservibles que terminaron por despegarme de la afición. El caso es que se acabó.
Pero la vida sigue y el cariño por el medio es para siempre, menos mal. Y con el tiempo descubrí muchas cosas fascinantes. Por ejemplo, lo que Loeb y Sale habían hecho, gocé con esa joyita de viaje a Roma. Abrí los ojos y casi me explotó la mente con Gotham Central y me di cuenta que los comics de mi juventud habían madurado, y cómo. Finalmente caí en una serie insuperable llamada Catwoman por aquel mismo guionista increíble llamado Ed Brubaker. Aquello tenía alma, tenía personajes tridimensionales, y mostraba una Selina maravillosa, viva, preocupada por los suyos y transgresora como era menester.
Ya de nuevo subido al carro imparable del tebeo, esperaba con ilusión algún otro giro sorprendente con mi gata favorita, pero parecía que precisamente los Nuevos 52 no me lo iban a dar. Menos mal que finalmente Tom King recogería el testigo de aquella Tierra 2 de mis inicios y acercó la heroína al murciélago. Mi alegría y sintonía con aquel niño despistado fueron colmadas con un desarrollo de relación sutilmente orquestado. Con unas Azoteas de fábula, de película, de romance extraordinario. Y aunque otras series intentaron arreglarlo, su fiasco de boda aún se me retuerce en las entrañas.
Ahora de nuevo Catwoman goza de fama, de cariño por los autores y los lectores. Es un personaje con tantas facetas como años de historia. Cada uno puede quedarse con la suya. La mía está hecha de recuerdos.
ENCUESTA CATWOMAN
Nota: hay una encuesta incluida en esta entrada, por favor, visita el sitio para participar en la encuesta de esta entrada.RUMBO A CRISIS OSCURA
¿Por dónde empezamos el repaso al camino a Crisis Oscura? Podemos comenzar la travesía recordando el final de Doomsday Clock donde se vaticinan 10 años de eventos en DC. Aventurar una década de eventos es ambicioso y muy probablemente irreal, pero hacerlo con el siguiente no suena descabellado; esta Crisis Oscura, Johns la denominaba Crisis de las 5G. La salida de Dan Didio, indudablemente cambió o adaptó los planes. Entrar en concretar cómo mutó el proyecto supone teorizar o confiar en distintas filtraciones o elucubraciones, sin presenciar aquellas reuniones tan solo podemos observar que varios de los protagonistas de Dark Crisis serán los personajes denominados 5G, presentados tras la finalización de Death Metal. Después de la victoria definitiva contra el Batman que Ríe la editorial pausa las colecciones para publicar los especiales de Estado Futuro, iniciativa que presenta a estos nuevos personajes (o a alguno ya conocido) adoptando el papel de los principales, en un futuro próximo y probable. Comienza aquí el devenir editorial de Yara Flor y Jace Fox, o los primeros pasos de Jon Kent y Jackson Hyde como Superman y Aquaman. Estos, Nightwing y Black Adam (buscando sinergias con la película) se atisban protagonistas de la Crisis escrita por Williamson. Así llegan los personajes, pero, ¿cómo se fragua la Crisis? ¿Qué debes leer? Frontera Infinita, Liga de la Justicia Encarnada y La muerte de la Liga de la Justicia. Cada cómic conduce al siguiente, pudiendo considerar el más importante el referido a la desaparición de la JL. Si prefieres empezar por este Rumbo a Crisis o por el primer capítulo, Crisis oscura en Tierras Infinitas #1, te contamos todo lo que debes saber para entrar al evento sin problemas, atención spoilers.
Ya lo hemos advertido, pero por si acaso lo repetimos, spoilers de todo el camino a Crisis Oscura. En vistas del inminente estreno del crossover del año repasaremos los tebeos y sucesos importantes para llegar al cómic sabiéndolo todo.
El primero de ellos es Frontera Infinita. Publicado en cuatro tomos rústica, el número #0 es un mero catálogo editorial de lo que está por venir tras Estado Futuro, de cara al cruce no es importante. Los siguientes nos dejan ver un multiverso muy ajetreado, el regreso de muchos héroes de la editorial (aunque sea fugazmente) y la primera aparición del que parece será el gran villano de la saga, Pariah. El que fuera héroe en Crisis en Tierras Infinitas regresa como enemigo. No es el primero, Superboy Prime o Alexander Luthor Jr, engrosan el listado, DC tiene una costumbre muy fea dilapidando héroes de los abuelos para convertirlos en villanos para los nietos. Barry Allen, el velocista principal desde el New 52, deja la colección regular en manos de Wally West. Pariah teletransporta al Flash de la Edad de Plata a su propio mundo feliz, denominado Tierra Flash.
El rumbo a Crisis Oscura prosigue con Liga de la Justicia Encarnada, la liga de la Justicia formada por héroes del multiverso liderada por Calvin Harris (el Superman presidente de T-23). Darkseid está asolando el multiverso y esta formación se enfrenta al señor de Apokolips. A pesar de ser un cómic palomitero, con detalles pasados de rosca, resulta un buen preámbulo. Nos muestra a la Gran Oscuridad apoderándose de los villanos y doblegando su voluntad, a la JLI (Justice League Incarnate, no te emociones) tratando de convencer a Barry de su regreso, sin éxito, y a Pariah dejando claro que los héroes (por lo menos estos) no tienen nada que hacer contra esta temible amenaza.
Llega La muerte de la Liga de la Justicia (Justice League #75). El fracaso de la JLI conduce a una llamada de socorro a la Liga que todos conocemos, que fracasa espectacularmente acabando todos muertos. La Gran Oscuridad, con Pariah a la cabeza, resulta del todo imparable. Así nos emplazan a la última parada antes del primer número, este Rumbo a Crisis Oscuras que ECC publica este mismo mes. Un vistazo a los nuevos héroes y sidekicks crecidos y ya independientes de la editorial asumiendo (de forma bastante sorprendente por el optimismo exhibido) la muerte de la Liga de la Justicia. El cómic promete arrojar algo de luz a la situación de Pariah, justo antes de que dé comienzo el evento del año, emplazando este cómic directamente al Crisis Oscura en Tierras Infinitas #1. Un trayecto necesario, ha colocado a los jóvenes héroes en disposición de enfrentar el conflicto como principales sacando a la LJ de la ecuación y ha mostrado la confección del ejercito de la oscuridad y su poder de destrucción con las primeras batallas. Joshua Williamson es el guionista de un evento que acarrea críticas tibias (en el mejor de los casos) con el patrio Daniel Sampere exhibiendo su magnífico trazo.
DCSOS – LA GUERRA DE LOS DIOSES NO MUERTOS
ECC trae a España la primera entrega de DCSOS: La Guerra de los Dioses No Muertos, tercera parte de la trilogía DC zombi del guionista Tom Taylor (Injustice, Nightwing, Hellblazer: Ascenso y Caída) y el dibujante Trevor Hairsine (Patrulla-X: Génesis Mortal, Ultimate Galactus Trilogy).
Si en las dos primeras partes de la saga (DCSOS y DCSOS: Planeta Muerto, dos de los mayores superventas de la actual DC) y en varios spin-offs (DCSOS: Inmortales y DCSOS: Esperanza en el Fin del Mundo), Taylor y Hairsine nos mostraban la caída del mundo en la oscuridad y su posterior recuperación, en esta entrega prometen resolver enigmas que llevaban flotando en el ambiente desde que se desencadenó el holocausto de no muertos.
Uno de los aspectos que convierte esta epopeya terrorífica en un asunto más que interesante es su perfecta integración en el Universo DC contemporáneo. Casi puede leerse como si del capítulo final de DC se tratase.
Taylor logró esto (que parece fácil, pero no lo es) indicando que el origen de la plaga se encuentra en la famosa Ecuación de la Anti-Vida de Darkseid. Si lo pensamos con detenimiento, esto tiene todo el sentido del mundo.
Pues bien, en La Guerra de los Dioses No Muertos la historia vuelve al origen desarrollando como la plaga afecta a los Nuevos Dioses de Nueva Génesis y Apokolips.
Por aquí también se dejarán caer entidades cósmicas de gran poder como los Guardianes de Oa y cierto diablillo de la quinta dimensión con ganas de liarla parda.
Tom Taylor es uno de los guionistas más sólidos de la pasada década y la actual, y se encuentra en plena forma. La Guerra de los Dioses No Muertos promete ser el capítulo final de la saga que le dio fortuna y gloria.
No nos lo creemos mucho. Habrá más secuelas, sobre todo teniendo en cuenta (spoilers) que el Universo DC Zombi ha pasado a formar parte del Multiverso gracias a Dark Crisis; pero de momento la emoción descarnada marca de la casa Tom Taylor está garantizada. Así que preparaos para un viaje que no olvidaréis fácilmente.
JOKER
La serie en solitario de Joker ha terminado en España. Una colección a la que le dicaremos en breve espacio en la web, pero su conclusión nos ha motivado a centrar la atención en el personaje y en su otra serie en solitario. Una serie que vio la luz en 1975 tras un año 1974 muy difícil para DC. La serie actual, escrita por James Tynion IV, nada tiene que ver con la que se publicó en 1975 en cuanto al tono y enfoque de la serie, pues Joker no es el mismo personaje tras 45 años de evolución editorial.
En 1974 la inflación empezó a ser especialmente sangrante en USA y los costes aumentaban sin cesar. La escasez en combustible, energía y materias primas, entre ellas el papel, desangró a DC. Para hacer frente a esta situación la editorial redujo sus títulos en un 25% y empezaron a unificar series con especiales de 100 páginas en las que, por ejemplo, se publicaron todas las series de secundarios de Superman, ahorrándose tener que imprimir tres títulos individuales. Fue el año de Omac, el de Los Perdedores y Espectro.
En 1975 generó nuevos temblores en DC. La editorial se vio obligada a tener que subir de nuevo el precio de sus comics y reducir el número de páginas de estos. Y tras un año de publicaciones drásticamente reducidas, Infantino (que en 1971 fue nombrado como nuevo editor jefe que tuvo que lidiar con la inflación y una nueva caída de las ventas, lo que precisó tener que subir los precios de los comics de 15 a 25 centavos) dio un giro en la política de empresa y presentó dieciséis nuevos títulos, con el objetivo de aumentar la producción para aumentar la competitividad. Fruto de todas esas ideas aparece una especialmente llamativa, la de dar serie propia a un villano, al mejor y más despiadado villano de Batman, un loco homicida de cara pintada y risa burlona conocido como Joker.
Así, en mayo de 1975, se lanzó el primer número de la serie de Joker en la que Dennis O´Neil y el dibujante Irv Novick se las ingeniaron para dar forma a una serie que solo aguantó nueve números. El villano apareció por primera vez en el Batman #01 de 1940 en el que no solo hacia acto de presencia este singular villano, sino que también apareció Catwoman, todo un hito editorial y un clásico eterno dentro de la historia del Cruzado Enmascarado, que de la mano de Bill Finger y con dibujo de Bob Kane, sentaría las bases del cambio de rumbo que iba a experimentar Batman a partir de aquel momento.
35 años después de aquel número el villano por excelencia de Batman lograba tener cabecera propia gracias a toda una conjunción de factores, entre el que se encontraba el que había que lanzar series y más series, siendo viable hasta una dedicada a este villano.
Si hablamos en términos de popularidad Joker ya era, en 1975, el villano más importante de Batman. Su aspecto resultaba interesante, con una personalidad arrebatadora, hipnótica, como encarnación del mal, lo que lo convertía en un personaje impredecible y con una enorme adaptabilidad para poder contar con él en casi cualquier situación. Dos años antes se lanzó la historia, que para muchos es considerada como la historia definitiva de Joker, titulada “Las cinco venganzas de Joker”, escrita por Dennis O´Neil en Batman #251, con dibujo de Neal Adams.
En esa historia el estatus del villano cambió por completo, pudiendo considerarse uno de los puntos de inflexión (el otro es la historia de Englehart en Detective Comics #475-476, titulada El pez sonriente) dónde la imagen de Joker se oscureció al ser descrito como un siniestro criminal con instintos asesinos despiadados. Por lo tanto, no era de extrañar que, desde la cúpula de DC, ansiosa de encontrar excusas para lanzar nuevas colecciones, Joker se colara en las conversaciones. Y esto es algo que chocaba directamente con el tono y enfoque que tendría la serie regular de Joker en solitario. Joker es sin duda un villano que se apropia de los temas que angustian a cada sociedad en cada época, adaptándose para ser un reflejo de esos miedos y por tanto su serie en solitario es una rara avis del enfoque que estaba filtrándose poco a poco en sus apariciones en Batman y Detective Comics.
Si nos centramos en la serie, su lectura enseguida deja claro cuales son los problemas a los que se enfrenta una colección en la que su protagonista es Joker. El villano se mueve a través de historias dónde la dinámica es muy clara, se escapa, actúa y vuelve a ser arrestado para ingresar de nuevo en el sanatorio mental. Es decir, es una serie en la que Joker no puede hacer lo único para lo que fue creado, enfrentarse a Batman, puesto que el Caballero Oscuro no aparece en ninguno de sus números, porque si Joker es el protagonista absoluto el protagonista está obligado a “ganar” al final de la historia y si gana en un enfrentamiento contra Batman… simplemente se acabaron los comics de Batman.
Con eso en mente, más la premisa de que no podían representar al Joker violento y macabro que había empezado a perfilarse dos años antes, lo que queda es un Joker distorsionado con el que poco se puede hacer más allá de enfrentarlo a otros villanos y demostrar porqué es el más grande de todos ellos. Si hubiera que buscarle una comparación se podría decir que Joker es la versión villana de Brave and the Bold, en la que Joker se enfrenta a otro villano a lo largo de 20 páginas.
Tras nueve entregas la serie se canceló, pero entre las páginas de dicho número se anunciaba que el guionista Martin Pasko estaba escribiendo una historia en la que Joker se enfrentaría a la mismísima Liga de la Justica de América, para el décimo número de la colección. Número que no fue publicado en su momento y que aparentemente se llegó a perder en las oficinas de DC Comics, hasta que fue publicado el 14 de agosto de este mismo año, en el Bronze Age Omnibus de DC y más recientemente de forma independiente este mismo mes de octubre de 2019.
Por la serie pasaron autores tan relevantes como Elliot S. Maggin (Action Comics, Shazam, Superman), Dennis O´Neil (Batman, Detective Comics, Question) y Martin Pasko (Superman, Action Comics, Liga de la Justicia) a los guiones, con dibujantes de la talla de Ernie Chan (House of Secrets, Weird War Tales, Batman), José Luis García López (Deadman, Atari Force, Batman) e Irv Novick (Batman, The Brave and the Bold, The Flash) y entintadores del calibre de Dick Giordano, Vince Coletta o el propio García López.
Una serie atípica, una opción imposible, con un resultado final desigual que fue publicado por Novaro (lo que hace que casi se pueda decir que es una obra inédita en nuestro país), con un Joker poco reconocible respecto a lo que se podía leer en Detective Comics o en Batman, fruto de una serie de particularidades editoriales y que ha pasado a la historia por ser la primera serie de cómic de un villano en solitario. Y es que como no podía ser de otra forma, Joker siempre sorprende, para bien o para mal, pero ahí quedan estos diez números que vienen a demostrar la plasticidad de un personaje que lleva entre nosotros más 80 años.
Hoy en día la figura de Joker se ha adaptado a los nuevos tiempos y desde aquellos lejanos años 70, se le ha podido ver en la gran pantalla en varias ocasiones. La primera en 1966 (Cesar Romero), la segunda en 1989 (Jack Nicholson), la tercera en 2008 (Heath Ledger), la cuarta en 2014 y 2021 (Jared Leto), la quinta en 2019 (Joaquin Phoenix) y la sexta en 2022 (Barry Keoghan). Un Joker para cada momento, en el que su figura ha ido cambiando desde el criminal bromista al despiadado ser deshumanizado agente del caos, pasando por un enfermo mental, un desfigurado, un mafioso desquiciado…
En los cómics el personaje manifiesta las mismas mutaciones con enfoques variados, en función del autor encargado de escribirlo, sin perder ese toque sinestro e inquietante que parece haberse instaurado de manera inamovible desde hace tiempo. Joker define a Batman y Batman define a Joker. El villano que fascina, el villano que asusta, el villano que nunca muere.
ESTE MES CUMPLEN AÑOS…
KARL KESEL (7 de enero de 1957. Cumple 65 años)
Kesel es toda una leyenda dentro del medio. Guionista y entintador, ha desarrollado su trabajo en Marvel, Image, pero es en DC donde encontramos su principal producción. Y fue en esta editorial en la que logró trabajar en primera instancia, entintando el New Talent Showcase #04 de 1984, que lo llevó de lleno a ser el entintador de la serie de Tales of Legion os Superheroes.
Sus tintas lucen en obras tan relevantes como Historia del Universo DC, Legend y Superman, ambas sobre los lápices de John Byrne. En 1988 se encargó, con la que era ya su mujer, Barbara Kesel, de guionizar la miniserie de Halcón y paloma, con dibujo de Rob Liefeld donde se relanzaba a los personajes tras los acontecimientos de Crisis.
Kesel y el dibujante Tom Grummett crearon en 1993, durante el arco el Reinado de los Superhombres, al personaje de Kon-El, alias Superboy, el clon de Superman, durante la estancia de Kesel en los guiones de Adventures of Superman. Fueron también los encargados de lanzar la serie regular de Superboy en 1994. En 1996 junto con el dibujante Stuart Inmmonen, se encargó del vento denominado Noche Final.
Colaboró en es especial de la boda de Lois y Clark y escribió la miniserie de diez entregas, Batman y Superman: World´s Finest en 1999. Ya en el 2000, junto a Terry Dodson, lazó la serie regular dedicada a Harley Quinn.
Para el sello Gorilla creó, junto a Tom Grummett, el cómic Section Zero en el año 2000 y fue durante los años posteriores cuando su trabajo hay que encontrarlo en Marvel Cómics, con colaboraciones esporádicas en series como Daredevil o los 4 Fantásticos.
GEOFF JOHNS (25 d eenero de 1973. Cumple 50 años)
Si hay que decir un nombre de un autor de DC Comics que pueda definir a la editorial en lo que va de siglo XXI, ese es el de Johns. Empezó trabajando como asistente del director de cine, Richard Donner, siendo su primer trabajo para los cómics la miniserie Stars and S.T.R.I.P.E (1999) en el que presentó al personaje de Stargirl. Y aunque realizó un par de breves trabajos en Marvel (Visión y Vengadores) el grueso de su producción está focalizado en DC.
Antes de encarar dos de sus más recordados trabajos, sustituyó a James Robinson en la serie regular de la JSA, coguionizándola junto a David S. Goyer. Ese mismo año tomaría las riendas de la serie de Flash y en 2003 la de una nueva encarnación de los Jóvenes Titanes y una serie regular de Hawkman. En 2005 fue en responsable de la vuelta de Hal Jordan como Green Lantern (nadie olvida lo que le pasó al personaje tras los acontecimientos que llevaron a la destrucción de Coast City). Y también en 2005 se encargó de escribir Crisis Infinita, el que para muchos es uno de los mejores eventos de la editorial junto con las Crisis originales de 1985. En 2006 volvió a hacer equipo con Donner para hacerse cargo de Action Comics y en 2007 se encargó de poner en circulación una nueva serie de Booster Gold con su creador, pero esta vez en labores de dibujante, Dan Jurgens, para dar el salto a una nueva etapa en la JSA con Dale Eaglesham.
Fue en 2009 cuando trajo de vuelta a Barry Allen, muerto en 1985, en la miniserie Flash Renacimiento. Y mientras estaba al frente de revitalizar la franquicia de Green Lantern lanzó varios eventos como la Noche más oscura y el Día más brillante, que aprovechaba para poner orden en la continuidad del Universo DC, recuperar personajes, etc.
En 2012 fue nombrado director creativo de DC Entertaiment lo que lo vinculó a proyectos audiovisuales tanto en el cine como en la televisión. En 2011 escribió Flashpoint, punto de partida de los Nuevos 52, siendo el escritor de las series de Aquaman, la Liga de la Justicia, Green lantern y Shazam.
Por las manos de Johns han pasado mil y un personajes, desde la Legión de superhéroes, Batman, los Titanes, los Lanterns, la JSA, la Liga… y ha afrontado proyectos de enorme calado, como El Reloj del Juicio Final, los Tres Jokers, ambos derivados de su especial Renacimiento, escrito tras el periplo de los Nuevos 52 y que venía a poner orden, de nuevo, en el Universo DC. En la actualidad se le puede leer en la reciente nueva serie de la JSA.
FRANK MILLER (27 de enero de 1957. Cumple 66 años)
Hablar de Frank Miller es hablar de una leyenda del cómic USA. Guionista, dibujante y cineasta, ha sabido exprimir lo mejor de un medio para retorcerlo de tal forma que su nombre forme parte de la historia del noveno arte de ese país.
Algunos de sus mejores trabajos están tanto en Marvel (Daredevil-Elektra) como en DC, siendo esta última en al que ha firmado algunos de sus trabajos más transgresores e influyentes de su carrera. A principios de los años ochenta fue tentado por Jenette Kahn para realizar un trabajo en DC con total libertad creativa en lo narrativo y en lo visual, Fruto de aquel acuerdo, nació Ronin, un cómic editado en papel de mejor calidad, en el que el color jugaba un factor determinante y con el que Miller experimentó tanto en el dibujo, con fuerte influencia europea y japonesa, como en guion que exprimió todas las posibilidades técnicas de impresión de aquellos días.
Tras su realización volvió a Marvel, pero el destino le tenía guardado volver a DC para firmar dos nuevos trabajos con el Hombre Murciélago como protagonista. Fue en 1986 cuando se publicó el primer número de una miniserie de cuatro entregas, titulada, el Regreso del caballero Oscuro, en el que Miller colocó a Batman en un futuro indeterminado, retirado, que se ve forzado a volver a enfundarse el traje en una Gotham dominada por el crimen. Un futuro controlado por la televisión que dejaría imágenes icónicas para la posteridad. Obra que ha revisitado en dos ocasiones más, extendiendo el microcosmos ideado en 1986, para lo cual llegó a contar con la ayuda a los guiones de Brian Azzarello y de Andy Kubert a los lápices.
Su siguiente trabajo, también en DC, y de nuevo con Batman, sería el de dotar al personaje de un nuevo y remasterizado origen tras los acontecimientos de Crisis. Fruto de ello, dentro de su serie regular, se publicó el arco conocido como Año Uno, con dibujo de un genial David Mazzuchelli, tocando todas las cuerdas de la serie negra.
Entre 2005 y 2008 realizo, con dibujo de Jim Lee, All Star Batman, una controvertida visión del Caballero Oscuro con resultados más que contradictorios entre los aficionados. Ya en 2017, junto a John Romita Jr. se encargó de escribir la serie limitada, para el sello de DC Black Label, Superman: Año Uno.
DENYS COWAN (30 de enero de 1961- Cumple 62 años)
Denys Cowan empezó en el mundo del cómic a la muy temprana edad de quince años. El primer trabajo de Cowan llegó cuando aún cursaba estudios en la High School of Art and Design de Nueva York, como ayudante de Rich Buckler. Tras aquella etapa, Cowan, pasó a ser ayudante de dibujantes como Ron Wilson, Arvell Jones y Keith Pollard, todos ellos artistas afroamericanos, como el propio Cowan, con quienes compartía estudio.
Los comienzos de Cowan distan mucho de ser glamurosos, pero finalmente llegó el día en el que pudo ilustrar una historia completa y fue para Marvel, en la serie Caballero Luna, cuando su dibujante era nada más y nada menos que Bill Sienkiewicz. Tras tomarse un año para replantearse la vida, Andy Helfer redescubrió a Cowan en un momento de su vida particularmente sensible y necesitado de trabajo, aceptando proyectos especiales y muy concretos hasta que le llegó su oportunidad en una serie regular, un número completo de Vigilante. Esta serie podría se considerada su punto de inflexión, pues realizó en la misma media docena de números, luego un par de episodios de V, dos de Teen Titans Spotlight (con Starfire y de nuevo la temática del Apartheid de fondo), para recalar en Batman y la que iba a convertirse en la serie que podría su nombre en la boca de cientos de aficionados al noveno arte, Question. Por sus manos también han pasasdo personajes como Lobo, Green Arrow, Acero y Batman, en la famosa historia Justicia Ciega.
En 1993 Cowan cofundó Milestone Media que puso en marcha toda una línea de cómics, dentro de DC, con personajes afroamericanos, con autores afroamericanos. Allí vieron la luz series como Hardware, Icon, Xombi, Static Shock, Blood Sindicate…
GRANT MORRISON (31 de enero de 1960. Cumple 63 años)
Hablar de Grant Morrison (o de grantmorrison, según le autore se define a sí misme desde que declaró su naturaleza no binaria) es hablar de posmodernismo, de metaficción, pero también de posestructuralismo. Dado a usar una narrativa no lineal y contracultural comenzó a trabajar en Reino Unido en series de la revista 2000 AD, como Zenith en 1987, que propiciaría su llegada a los Estados Unidos en lo que se conoce como la invasión británica.
El grueso de su producción hay que ir a buscarlo a DC, con obras en otras editoriales independientes y Marvel (New X-Men, Los 4 Fantásticos 1234, Marvel Boy…), siendo en la editorial de Burbank donde fascinó a los lectores de finales de los años 80 con trabajos tan relevantes como Asilo Arkham, Animal Man, Los Invisibles, Mata a tu novio, La Patrulla Condenada, Flex Mentallo, All Star Superman, Green Lantern, JLA, Batman, Multiverso, los Siete Soldados de la Victoria, We3, El Asco…
Le autore tiene ciertos tropos como marca de la casa que hacen de sus obras un foco de polarización de los aficionados, por lo que sus trabajos no pasan desapercibidos. También ha escrito obras de teatro, libros, guiones de cine y de videojuegos. Sin duda un autore distinto en sus múltiples facetas.
ESTE MES ES EL ANIVERSARIO DE… ALFRED PENNYWORTH
ALFRED PENNYWORTH – 80 ANIVERSARIO
Sorpresa, sorpresa, nuestro más querido mayordomo cumple la friolera de 80 añazos. Ya quisieran algunos mitos marvelitas llegar a tan insigne cifra para un secundario, aunque sea uno tan ilustre. Leal sirviente, enfermero, cocinero, colega, padre y padrastro, abuelo extra, jardinero, actor, chofer y hasta exmarine británico, ahí llevas. Repasemos con gusto la historia de semejante pluriempleado.
Alfred Beagle, que no Pennyworth, nació de la mano del guionista Don Cameron y el original Bob Kane a los lápices en Batman #16 (1943), pero las malas lenguas sugieren que tuvo un origen extratebeístico. Dado que estaba a punto de estrenarse la primera serie televisiva de Batman donde aparecería tal personaje, lo adaptaron rápidamente para que saliera antes en el cómic que en ésta, guionizada por Victor McLeod, Leslie Swabacker y Harry Frasery (que serían entonces los verdaderos creadores) y estrenada ese mismo año.
De hecho, aunque Kane lo dibujó algo rellenito y barbilampiño, fue la imagen de la serie conocida por todos, delgado y con bigotito, la que triunfó y terminó también adaptándose a las viñetas. Pero estamos en la Edad de Oro de los cómics, tales diferencias se explican en un solo número por un retiro de salud. Sin embargo, el cambio de apellido no se realizaría hasta 1969 (Batman #216, gracias a Frank Robbins e Irv Novick) y, desde entonces, se establece que el Alfred de Tierra 2 es Beagle (bautismo oficial por el mismo Cameron en Detective Comics #96, 1945, por cierto) y el de Tierra 1 en adelante, Pennyworth.
Pero atención que, si muchas veces hemos tenido líos para saber lo que se considera pre y post crisis, para personajes como Batman y su troupe EL LÍO viene con tierra uno y tierra dos. Me explico lo más rápido y simple que pueda; fue algo después del famoso Flash de dos mundos (The Flash #123, 1961) que se estableció que los héroes del universo DC de la Edad de Oro vivían en una tierra paralela, denominada Tierra 2, mientras que los actuales (en aquel momento) en Tierra 1. Eso estaba genial para los que dejaron de publicarse y surgieron con nuevas versiones en la Edad de Plata, como Flash o Green Lantern, pero para los que habían continuado publicándose sin interrupción como Batman o Superman, hay distintas teorías para averiguar cuales historias pertenecen a una tierra u otra. En el caso de Batman depende de quien salga (Batmito es de Tierra 2), del emblema del pecho (el murciélago negro sólo es 2 y con óvalo amarillo 1) y hasta de quién la haya escrito o dibujado (Adams y O’Neil se consideran Tierra 1 sin ningún género de dudas).
Todo esto para decir que, aunque la primera vez que se usó el apellido por el que todos conocemos al mayordomo fue en los 60, su primera aparición oficial de Tierra 1 se considera el Batman #92, 1955, de Bill Finger y Sheldon Moldoff. Ni idea del porqué ya que, para colmo, es una historia en la que aparece Ace, el Bat-sabueso, que debería ser un personaje de Tierra 2. Nunca te acostarás, sin conocer una discontinuidad más.
Pero volvamos a ese Batman 16 que no tiene desperdicio, además de que el dibujo de Kane es sorprendentemente atractivo y con recursos, todo sea dicho. Ahí ya se indicaba que Alfred era británico y actor, dos más que aceptados cánones. Peeero por petición de su padre, Jarvis (me suena otro mayordomo con ese nombre…), en su lecho de muerte, se presentó en la mansión Wayne para ejercer al servicio de la familia. Y, lo más importante, con Bruce adulto y con su pupilo Grayson ya rodando por ahí. Por suerte, en el mismo número, terminaría descubriendo las identidades secretas de sus nuevos amos por error, lo que le llevaría a sacarlos de un aprieto. Esto se retconearía a posteriori (Batman #110, 1957, de Dave Wood y Dick Sprang) como que acudía a una llamada de auxilio y sorprendía a la pareja herida, los curaba, y se establecía como el ayudante oficial del dúo dinámico. Una dualidad de descubrimientos que haría las delicias de Tom King, imaginad, “me salvaste por una casualidad”, “no, te salvé porque me llamaste” …
Bromas aparte, el pobre Alfred era al principio un recurso más bien cómico. Se metía en líos de los que había que sacarle (uno memorable con Catwoman, Batman #22, en la que esta lo, ejem, engatusa) o resolvía entuertos (¡ayudó a capturar incluso a Tweedledum y Tweedledee!, Batman #18), pero siempre por equivocación. Cabe destacar que su creciente popularidad (aupada por la serie de TV) le permitiría protagonizar sus propias historias cortas en casi todos los números que van desde Batman #22 hasta el #36, aunque siempre con ese tono socarrón.
En la Edad de Plata (o en Tierra 1, según se mire), sí que destacaría como el ayudante perfecto esperable de un hombre polivalente. Empezando por un pasado más sugerente que incluía su participación en la inteligencia militar y hasta amores perdidos durante la Segunda Guerra Mundial. Todo contado retroactivamente en una epopeya maravillosa durante Detective Comics #501-2, por Gerry Conway y Don Newton (y sendas portadacas de Jim Aparo) en 1981, donde también se le descubre una hija de su relación con Mlle. Marie, Julia. El resto es similar y se establece la llamada de auxilio como manera en que Alfred descubre el secreto del bat-duo (Untold Legend of the Batman #2, 1980, obra de Len Wein y Jim Aparo).
Durante esta época Alfred ha sido superhéroe (Batman #127), supervillano (The Outsider, como se descubrió en Detective Comics #356), ha estado muerto (la friolera de 2 años, desde Detective Comics #328 de 1964 hasta el mencionado #356 del 1966), se le descubrió un hermano y una sobrina (Batman #216), se ha mudado (al ático de la Fundación Wayne, en Batman #217), ha intentado liar a su hija con Bruce (Batman #383) y ha sido secuestrado, envenenado, apaleado… eso sí, también ha ayudado a Batman a resolver más de un caso y de manera contundente.
En todo caso, el que verdaderamente rompe la pana es el Alfred post-Crisis (aparecido por primera vez oficialmente, por cierto, en Batman #401, 1986, de Barbara Kesel y Trevor von Eeden). Y no por tener un origen aún más molón (se le añadió más detalle durante Detective Comics #806-7, 2005, por obra y arte de David Lapham), ya que se mantiene parecido, sino porque llega a la mansión Wayne cuando Bruce más le necesita, en su niñez. De hecho, hasta los 14 años, época en que se ocupó del desgraciado joven junto con la Dra. Leslie Thompkins llegando a mantener una breve relación (esto se ha contado en muchas ocasiones y números 0, pero sin duda mi favorita es esa maravilla que es el Detective Comics #574, de Mike W. Barr, Alan Davis y Paul Neary en 1987). Este hecho trascendental ha sido desde entonces mantenido porque supone la aceptación del personaje como padre substituto del futuro hombre murciélago, una responsabilidad que ha llevado con pasión, cariño y dignidad.
Esto implica también que Alfred tuvo que aceptar y ayudar a Bruce a asumir el manto del murciélago. Algo que se entrevé por primera vez en la irrepetible Año Uno de Frank Miller y David Mazzucchelli (Batman #404-7, 1987), pero que luego muchos autores han aprovechado para adentrarse en la interesante personalidad de nuestro protagonista de hoy. El pobre padrastro se mueve siempre entre los remordimientos de haber dejado a su protegido convertirse en esa autodestructiva figura y el orgullo por el héroe que todos admiran y necesitan.
Y por tanto también significa que Alfred ha resultado una figura crucial para los nuevos pupilos de la casa. No sé exactamente si como un abuelo, pero desde luego un ser querido y familiar necesario ante las carencias emocionales de Bruce. Empezando por Dick, algo que quedaría posteriormente muy bien retratado en Batman: Año Tres (gracias a Marv Wolfman y Pat Broderick en Batman #436-9, 1989).
Siguiendo por su labor como yayo de Jason y triste velador de su desgracia. Por cierto, que durante esa época con Jim Starlin a los guiones, es para el que escribe una en las que mejor se retrata el papel como hombre polivalente del mayordomo, a la vez que el Alfred de Jim Aparo es creo mi favorito.
De nuevo se ocuparía de aupar al nuevo elegido para el papel, Tim (como se vio en la saga Un Lugar Solitario Para Morir), y acompañarlo dentro de lo posible. Remarco esto último porque poco pudo ayudar al muchacho durante los eventos de La Caída del Murciélago que vendrían poco después. Tanto se vio forzada la relación con su amo, que Alfred renunció a su puesto al ver a Bruce autoengañarse sin remedio (en Batman: Legends of the Dark Knight #60, 1994, por Dennis O’Neil y Eduardo Barreto). Un año nada menos, hasta que Dick lo convenció para volver.
Y por último, durante la maravillosa etapa de Grant Morrison, también se encargó del verdadero primogénito de Bruce, Damian. Además de sufrir palizones, perder a su hijo adoptivo, ayudar a pasar el manto del murciélago, desmentir su paternidad, recobrar a su hijo adoptivo, acompañar a Bruce a volverse una empresa internacional y perder a su nieto adoptivo.
Parece que los Nuevos 52 deberían haber traído por tanto algo de paz al incansable sirviente, pero nada más lejos de la realidad (¿o si? Jejeje). Nueva patada a la continuidad y nueva aparición oficial “por vez primera”, en Detective Comics Vol 2 #1, 2011, por el infumable Tony S. Daniel. Pocos cambios nos encontramos salvo que, en este caso y debido al Tribunal de los Búhos inventado por Scott Snyder y Greg Capullo, Jarvis Pennyworth intentó alejar a su hijo de su ineludible puesto, en vez de forzarlo a éste.
En los últimos tiempos, Alfred no ha sido simplemente apaleado como es costumbre, sino que también ha sufrido la toxina del espantapájaros, ha sido jokerizado, le han cortado una mano, ha visto a Bruce libre de Batman y… ha muerto. Si, es triste que tengamos que celebrar este cumple sin el homenajeado. En la etapa en la que precisamente más se han explorado los lazos paternofiliales que unen a Alfred y Bruce, Tom King mediante, nos hemos quedado sin nuestro protagonista a manos de Bane (y órdenes de Thomas Wayne). Violento hecho que ocurrió en Batman Vol 3 #77, 2019, del mencionado King y un inalcanzable Mikel Janín, aunque todo apunta a que le tendremos pronto de vuelta.
Volverá, sin duda, porque es un personaje plenamente integrado en el Universo DC, que incluso ha escapado de las viñetas (como vimos quizá desde su propio origen) y nos ha regalado interpretaciones maravillosas. Desde el inolvidable Alan Napier que lo interpretó en la serie de televisión de los años sesenta. El inamovible Michael Gough que se mantuvo en hasta 5 películas entre Burton y Shumacher. Michael Caine interpretó emotivamente al personaje en la trilogía del Caballero Oscuro. Y en los últimos tiempos se han unido a la caracterización pesos pesados como Jeremy Irons y Andy Serkis.
Amén de sus incontables apariciones en series de animación y, oh sorpresa, hasta una serie televisiva propia que sigue en antena; Bruno Heller y Danny Cannon nos regalaron la serie Pennyworth, con Jack Bannon como el intrépido Alfred durante su súbitamente ajetreadísima juventud.
Yo creo que no me dejo nada y probablemente me deje de todo, porque eso tienen los personajes tan apreciados por la afición. Traspasan fronteras y se nos meten en el subconsciente como compañeros reales, capaces de emocionarnos y querer saber más de ellos. Dando el contrapunto perfecto de los supuestos protagonistas del medio. Alfred Pennyworth es, por méritos propios y ajenos, nuestro eterno y más querido mayordomo. Y aunque a él probablemente le incomoda dejarse organizar una fiesta, gritemos todos con fuerza: ¡Feliz cumpleaños, abuelete!
QUESTION
Esta historia comienza en 1987, aunque en realidad empezara mucho antes, en 1946, año en el que el Marvels of Science #01 se publicó ben la editorial Charlton Comics. Pero también empezó en 1988 cuando la serie fue editada por primera vez en España, de la mano de Ediciones Zinco, dónde se apostó fuerte por hacer llegar a los lectores de aquellos días una serie que se alejaba mucho de lo que puede ser entendido como un cómic de superhéroes. Una serie que quedó inconclusa en esta editorial, pues aunque se anunciaba su continuación en el correo de la última entrega, esta nunca llegó a materializarse. Se editó en formato grapa y cada número de Zinco recogía en su interior un número USA completo. Se presentó como una miniserie de seis números, algo normal dada la tipología de la serie, por lo que Zinco prefería ser prudente y si las ventas acompañaban extender la duración de esta. Cuando la serie alcanzó el número cinco, en el correo, se anunció que su duración se duplicaba hasta alcanzar los 12 números y que podría convertirse en regular si las ventas continuaban siendo tan buenas.
El primer número no pudo aparecer con la portada correspondiente al primer número USA, los materiales enviados por DC no estaban en buenas condiciones y tuvieron que recurrir al uso de la del número 15. Saavedra en el correo del segundo número lo explicaba y se comprometía a publicarla más adelante como poster en el interior del cómic, algo que acabaría por ocurrir en el número cinco de la serie regular, en al que además se narra una de las mejores historias de la serie.
Y después de Zinco le llegó el turo a Planeta, que la editó en formato reducido 15 años de la salía al mercado del número 36 de la edición de Zinco. Planeta sí editó el material de Question Quaterly, que no era sino un título trimestral, que gozó de cinco entregas, dónde O´Neil continuaba la historia de Sage desplazado a la selva brasileña. Así mismo en el último de la colección Clásicos DC de Planeta dedicado al personaje, se añadieron dos historias que se publicarían más tarde de los cinco especiales Quaterly. La primera es un relato breve incluido en Showcase 95 #03 (1995), dibujado por Rick Burchett y un segundo que es un especial titulado Question Returns (1997) ilustrado por Eduardo Barreto. La deuda estaba saldada.
Y ha ido este año 2022 cuando Question ha regresado a las tiendas en una nueva edición de la mano de ECC, en el que se edita todo el material del personaje de esta etapa. Han pasado otros 15 años desde que Planeta la editó y es ahora cuando recibe una edición que manifiesta abiertamente el tipo de obra que es, su carácter de etapa mítica. Y motivados por ello hablamos un poco de este personaje tan particular del Universo DC.
Escribir sobre Question es escribir sobre Mr. A y a su vez es escribir sobre Steve Ditko, pues se trata de algo indivisible puesto que sin la existencia de Ditko no tendríamos a Mr. A y sin Mr. A no tendríamos a Question. Puede sonar a tontería, pero no lo es, ya que en infinidad de casos los creadores de comics saltan de una editorial a otra, crean personajes de los más variopintos, para luego dar el salto a otra empresa en la que continúan creando sin que en realidad dichas creaciones estén relacionadas. El propio Steve Ditko es un ejemplo de ello si se detiene uno a analizar sus dos grandes creaciones para Marvel, Spiderman y el Dr. Extraño. Dos personajes que se engloban bajo un mismo paraguas, pero que no pueden ser más distintos entre si, tanto en forma como en fondo. En cambio, con Question, Mr. A y Ditko hay una profunda unión mental que trasciende a lo emocional y a lo filosófico, haciendo especialmente interesante la historia que hay detrás de la creación de ambos personajes y su propio creador.
Mr. A resulta una figura fundamental para poder entender la presencia de Question en Charlton ya que, sin esos primeros pasos, muy radicales, y ese fracaso editorial, Question no hubiera existido tal y como lo conocemos. Steve Ditko estuvo involucrado de forma directa o indirecta en la creación de algunos de los personajes más relevantes y reconocidos del género superheroico. A los ya mencionados Spiderman, Dr. Extraño, se les une el propio Blue Beetle (Ted Kord), el Capitán Atom, Creeper, Halcón y Paloma, Shade el hombre cambiante, a los que es necesario añadir cientos de historias de terror para varias editoriales, así como trabajos de orientación filosófica en compañías independientes, siendo sus máximos representantes los mencionados, Mr.A y Question.
Buscar el principio de Question obliga a tener que hablar de otra serie de Charlton, pues las primeras historias de Vic Sage no discurrieron en una serie regular propia, sino como complemento dentro del primer número de Blue Beetle, la serie protagonizada por Ted Kord.
Sus apariciones se reducían a siete páginas por número, aunque si hubo un intento por concederle serie propia que quedó reducido a un solo número en la serie Mysterious Suspense #01 (1968), dónde se recopilaron las historias de complemento, para acabar en el especial Charlton Bullseye #05 (1978).
Question generó reacciones muy intensas entre los lectores, sobre todo una en la que el héroe dejaba que el villano fuera engullido por las aguas sin hacer nada por evitarlo. Las cartas de los lectores no tardaron en llegar, llenando de quejas las oficinas de Charlton. El héroe no puede permitir que el villano muera de esa forma. Los superhéroes no actúan así, deben ser capaces de enfrentarse a lo imposible y hacer que sea posible evitar cualquier situación.
Con los personajes de Charlton integrados en el Universo DC tras Crisis, era necesario hacer algo con ellos y fueron varios los que lograron tener serie en solitario. Blue Beetle, Capitán Atom, Pacificador (que gozo de una miniserie de la mano de Kupperberg), Question se postuló como otro de esos personajes que bien merecía tener una nueva oportunidad editorial. Y dicha oportunidad se materializó en la cabeza de Mike Gold que se puso a trabajar y perfiló un concepto detrás del personaje y se lo enseño a O´Neil (que estaba centrado en labores de editor de las serie de Batman, pero que andaba buscando una serie que lo motivara para volver a ponerse detrás de un teclado)que se entusiasmó ante la idea de una identidad dual sin alter-ego. Las posibilidades eran muchas y el solo era cuestión de ponerlas todas en orden. Ambos recopilaron las 64 páginas publicadas de Question en Charlton de la mítica biblioteca DC, las fotocopiaron, y se las llevaron para estudiarlas minuciosamente.
Dar forma a Question planteaba una serie de retos ya que era necesario poder continuar con la tradición iniciada por Ditko y pronto se centraron en dar a la serie un enfoque más filosófico, fuerte, dirigido a unos lectores más adultos, haciendo que la motivación de Question sea su afán por descubrir, poseído por una malsana curiosidad, algo que permitía mantenerlo alejado de otras motivaciones como las de Superman (las meras circunstancias debido a sus poderes) o de Batman (motivado por la venganza). La caracterización o más bien la moderna caracterización del personaje pasaba por definir a Vic Sage y para ello tanto Gold como O´Neil se centraron en su actitud enérgica. No es un tipo amable, no es simpático, no cae bien, no es hablador, es huraño, hosco, incluso tiene un lado oscuro que provoca rechazo a quienes le rodean. Un ser humano muy alejado de los convencionalismos sociales.
El título de la colección, el nombre del protagonista y la temática es un todo en el que O´Neil vuelca un sinfín de cuestiones que van desde las filosóficas, las políticas, las sociales, las morales y las personales alrededor de los personajes, muy alejados de la perfección que uno espera de los héroes de cómic. El reto era el buscar posibles respuestas a esas cuestiones, pero muchas no pueden ser respondidas y O´Neil, considerando a los lectores muy capaces de sacar sus propias conclusiones, no duda en dejar muchas de ellas sin respuesta, ni en el número en el que se plantean, ni en los siguientes, dejando un hueco para que sea el aficionado el que encuentre la respuesta que considere más adecuada. Y es que Question es una serie de personajes, de evolución e incluso involución.
Para poder dibujar una serie con el firme propósito de generar rechazo al lector era necesario disponer de un artista capaz de plasmar ese rechazo de manera gráfica. Y el destino jugó sus cartas para que ocurriera lo inesperado.
Dibujante que en primera instancia fue seleccionado por Gold y cuyo nombre es el de un viejo conocido para los aficionados, el gran Ernie Colon. Colon destacaba por ser un artista muy capaz de plasmar los combates cuerpo a cuerpo, algo fundamental para Question, por lo que Gold le propuso a Colon encargarse de la serie. El interés del dibujante fue grande, pero antes era necesario que acabara otros encargos en los que estaba inmerso, como la miniserie de Cosmic Boy y el proyecto de ilustración informatizada con Mike Saenz (el creador del primer cómic informático, Shatter). El tiempo pasaba y Colon no solo no parecía estar disponible, sino que llegó a confirmar que abandonaba el proyecto por encontrarse muy sobrecargado de trabajo.
Mike Gold es uno de los editores más inteligentes de la industria y durante aquel tiempo de himpas ya había reparado en una joven promesa del medio, cuyos trabajos en Vigilante y en el Titans Spotlight, dedicado a Starfire en Sudáfrica, le habían llamado poderosamente la atención. Por aquellos días Denys Cowan, pues este era el nombre del dibujante, acababa de terminar de dibujar una historia de Batman escrita por Max Allan Collins y estaba más que disponible. Hablar de Cowan y su dibujo es complicado. Su estilo no es del gusto de todos, por su trazo recto, abrupto incluso, con líneas gruesas y estridentes, con una fuerza innegable que llena la página a medio camino de ser un dibujo pictórico y un conjunto de rayas sin conexión alguna. Cowan no posee el estilo de dibujo necesario para hacer de un cómic un super ventas, puesto que su trabajo es justamente lo contrario a lo que un dibujante estrella puede aportar a un cómic. Y, sin embargo, su talento era perfecto para Question.
Si Cowan se inspiró en Ditko para rediseñar al nuevo Question (se leyó todo previo del personaje), O´Neil mira al mundo real para emprender un proceso de renacimiento que lo aleja de las motivaciones iniciales de su creador, así como de su ideología, para convertirlo en algo mucho maleable, dúctil, con el que poder ir construyendo una macro historia de 36 números, troceada en interesantísimas historias, con la que traer de vuelta a Question.
Hablar de la sinopsis, la trama o la historia de Question es complicado por la propia estructura a la que O´Neil somete a la obra. Mientras que apenas hay números que continúen de un mes a otro, donde abundan los números auto conclusivos, si hay un fondo, un hilo común que cose las 36 entregas de tal forma que acaban por ser un todo monolítico, ideal para una reedición en integral que realizó ECC mediante mecenazgo y que ahora llega a las tiendas en un formato distinto, pero igualmente atractivo.
La iniciativa de ECC de ofrecer la obra a través de un mecenazgo venia ya avalada de dos experiencias previas con material de Kamandi y de la Legión de Superhéroes. Ambos materiales previos llegaron a la cantidad marcada para que su edición se llevará a cabo, pero lo que pasó con Question fue algo increíble. En solo unos días se llegó al cupo y se alcanzó un record de recaudación (record que ha sido superado hace nada por los Titanes Pre Crisis de Wolfman y Perez). Question iba a publicarse de nuevo en nuestro país y quedaba patente que el personaje y la etapa despertaban el interés de los lectores. Este mes, para todos aquellos que no participaron en este mecenazgo (por las razones que cada uno considere pertinentes), llega su oportunidad de hacerse con este material.
Pero hablemos un poco de la historia que nos cuenta Question.
La historia se centra en Hub City y su caída, a través de las experiencias de sus protagonistas. O´Neil eleva el discurso número a número, con entregas dedicadas a tratar todo tipo de problemas, violencia, corrupción, robos, corporativismo, xenofobia, acoso sexual, política… y si bien todos resultan intensos, el resultado final de algunos resulta ligeramente superficial para un lector actual que nota como no se llega todo lo lejos que se podría llegar. Un mal menor, sin duda, que queda perfectamente solventado por el impacto global de la obra sobre el lector.
Question no puede decirse que sea un cómic especialmente innovador en lo visual y narrativo. Cowan opta por la simpleza y jugar con las sombras, lo que potencia mucho su estilo abrupto. Las composiciones de página siguen patrones muy claros y en numerosas ocasiones se ven influenciadas por la clásica retícula de nueve viñetas usada por Ditko en las primeras historias del personaje en Charlton. O´Neil sabe sacarle partido a esta distribución y la aprovecha para imprimir fuerza y dinamismo a la trama. Question es un mensaje de honor y responsabilidad, un mensaje en el que no hay héroe y existe un camino que no lleva a ninguna parte y sin embargo lo cambia todo para los protagonistas. Una obra que merece varias lecturas para su disfrute, por mucho que implique tener que andar por las oscuras y peligrosas de Hub City.
(D y T): Mitch Gerard
Llega a España el primer número de la iniciativa One Bad Day. Estirando del hilo de la barba de Alan Moore, One Bad Day se trata de una série de números especiales basados en villanos de Batman a los que se les aplica una de la premisas que el celebre guionista de Watchmen aplicó en la multieditada La Broma Asesina. La premisa es que los villanos se volvieron malvados por un mal día, un hecho puntual, la gota que colmó el vaso, la tostada que cayó por el lado de la mermelada… lo que sea.
Seamos sinceros, no es bien bien así, en la mayoría de historías hay una lenta y gradual construcción de la villanía que nos llevará a lo inevitable, pero los tebeos ponen el enfásis en el punto irreversible, el que lo cambió todo.
El primer especial está dedicado a el Acertijo, villano de moda por la película The Batman.
Vale, ahora diréis que la obra de Matt Reeves queda lejana pero en el momento en el que se publicó en USA tenía sentido por la proximidad con el estreno.
Cada obra cuenta con un equipo de autores de nombre resultón. Pocos más lustrosos que este primer tandem en el que colaboran nada maás y nada menos que Tom King y Mitch Gerads. Ambos de sobras conocidos como dueto en el Sheriff de Babilonia, Mr Milagro y Strange Adventures.
El resto de especiales nos traeran al Pingüino, Catwoman, Dos Caras, Mr Frio, Bane, Tamaki, Javier Rodríguez, Tom Taylor, Willow G. Wilson, Joshua Williamson, Riddley, Camuncoli, Matteo Scalera, etcétera, etcétera.
Se trata pues, de una serie de obras de incuestionable interés que justifican un hype de calidad.
¿Se cumplirán las expectativas?
Pues habrá de todo, como siempre. Por lo publicado en Estados Unidos, podemos decir que estos cómics están muy bien (apenas vamos por la mitad) Hay cierta asimetría pero todos, por ahora, son muy disfrutables.
Este primer especial es el mejor de los que se han publicado. King está comedido en sus fuegos artificiales. Se contiene y da rienda suelta a la pesonalidad enferma del villano, pero Mitch Gerads…aix … Mitch Gerads está magnífico. Su trazo realista y la textura que suele imprimir en sus obras llega a tal nivel que nos hace pensar que estamos ante su prime, su mejor obra. La frialdad y crudeza de las escenas multiplica la sensación psicopática de Nygma. Las secuencias y la narración nos ponen los pelos de punta por la crueldad objetiva, la tranquilidad asesina del villano. Gerads ha dejado atrás cierta rigidez a causa de sus refenrecias de documentación, llegando al punto óptimo de realismo y soltura.
Da la sensación de que ambos autores se conocen tan bien, se complementan de forma tan excelente que minimizando las ganas de epatar de King los resultados mejoran exponencialmente. Y ya eran buenos.
Estamos ante un cómic excelente. InQuestionablemente la mejor novedad de ECC este inicio de año. Esperemos que no sufra la indiferencia de los lectores por el hartazgo que supone otra iniciativa vinculada a Batman y sus enemigos. Y esperemos también la salida del resto de especiales… que bonito sería tenerlos al final en un mismo tomo de lujo. Bien editado podríamos estar ante una série que será recordada por décadas.
Si queréis tener un buen día, no lo dejéis pasar.
(D): Tom Grindberg.
Hoy debo confesar que la tarea de recomendar lecturas es para mí un desafío. Soy poco amigo de dar consejos en ciertos ámbitos donde los gustos, al igual que la zona donde la espalda pierde su casto nombre, son tan personales como intransferibles. Así pues, espero que sepan perdonar el comodín de las nostalgia y acepten la recomendación de uno de los tebeos por los que tengo más cariño: Batman: la novia del Demonio.
Descubrí esta novela gráfica hace más de treinta años, en una visita a la única librería especializada de la que tenía conocimiento. Era junio de 1992 y tocaba una escapada, para despejar la mente durante el periodo de exámenes del segundo año de carrera. Hojeé el tomo y me lo llevé a casa, donde lo releí innumerables veces. Batman se enfrentaba a Ra’s al Ghul, el oponente de la primera grapa del murciélago que había leído, seis años antes. Eran los tiempos de Zinco y aquel número suelto presentaba una aventura completa -en la que el caballero nocturno se enfrentaba a un fanático de los zepelines- y la continuación de otra en la que Batman y Robin se enfrentaban a la Cabeza del Demonio. Eran días en los que seguir una colección regular era cosa harto complicada, así que aquella historia quedó en suspenso… y ahí sigue, pero me fascinó aquel oponente que trataba a su adversario como un igual en inteligencia y se refería siempre a él como el Detective. Así, Ra’s se convirtió para mí en el oponente definitivo del señor de la noche, por delante del Joker y demás galería de enemigos más o menos desquiciados.
La historia es una continuación de otra novela gráfica que solamente conocía por la portada, El hijo del demonio. Aquella obra había visto la luz a rebufo del estreno de la primera película dirigida por Tim Burton. Llegaba la Batmanía, en un momento en el que DC llevaba un par de años en la cresta de la ola creativa. Tardaría varios años en hacerme con aquella primera parte, gracias a una visita al rastro dominical de la ciudad vecina, pero me estoy yendo por las ramas. El caso es que La novia del demonio trajo para mí la oportunidad de ver un enfrentamiento completo entre Batman y la Cabeza del Demonio. Un duelo de fuerza, pero también de intelectos, en los que los planes habituales de Ra’s al Ghul -la purificación a través del genocidio- tienen también un paralelo en el deseo de perpetuar su estirpe. Quiere un heredero que continúe su labor, ya que Talia no es del todo confiable y el Detective ha rehusado seguirle. Su determinada fijación por las metas marcadas hace que el conflicto sea inevitable, pero, al contrario que otros populares adversarios de Batman, Ra’s es capaz de mostrarse magnánimo, de inspirar amor y de ganarse el respeto de su mayor enemigo.
En resumidas cuentas, se trata de una historia que puede disfrutarse de forma separada o como parte del díptico novelesco que el guionista Mike W. Barr dedicó a Batman y Ra’s. Llama la atención el dibujo de un Tom Grindberg que, como otros antes que él, se dejó llevar por el estilo de Neal Adams, antes de evolucionar, pocos años después, a un dibujo más cercano al de Mike Mignola. Acción, aventura, misterio y un Batman principalmente detectivesco.
Y LA ENCUESTA FINAL…
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