Javier Vázquez Delgado recomienda: Question vol 1: Zen y Violencia

Question: Zen y Violencia

Edición original: The Question núms. 1-13 USA
Edición nacional/España: ECC Ediciones
Guion:Dennis O’Neil
Dibujo:Denys Cowan
Color:Tatjana Wood
Traducción: Jaime Valero Martínez
Formato: Cartoné, 376 págs. A color.
Precio:38,50 €

Como un torrente de violencia justificada

«Charles Victor Szasz tiene exactamente 25 horas y 15 minutos de vida»

The Question es una obra maestra del cómic.

Y dicho esto, permitidme que no hable de polémicas de edición, quedémonos con lo importante, y es que este clásico indiscutible vuelva a estar disponible para todos los aficionados. Y que tampoco explique los prolegómenos y la intrahistoria, porque para eso mi amigo Gustavo Higuero le dio un repaso de lujo. Lo que haré será nada más (y nada menos) que reseñar este primer tomo que llega a las tiendas gracias a ECC, el cual abarca los 13 primeros números de la mítica colección.

Números que se abren con los tempos de un maestro y el talento de un novato que aprovechó su oportunidad con creces. Las primeras páginas que encontrará el lector primerizo, o aquel que conocía la historia pero hacía mucho que no la degustaba, son para darse un trago y saborearlo.

Dennis O’Neil demuestra unas tablas que darían para construir 50 barcos, mientras que Denys Cowan se rinde al detalle, a la experimentación y a la magia. Sumemos al equipo artístico a esa bestia del entintado que es Rick Magyar y la delicadeza del color proporcionada por Tatjana Wood. Editada por adivinad quién, cómo no, Mike Gold, en aquellos tiempos en que el editor de una serie la mimaba desde su origen.

Victor Mitchum

Quizá os pueda parecer exagerado, potencialmente obnubilado por mis recuerdos ochenteros como en no pocas ocasiones me ha pasado. Nada más lejos de la realidad pues, aunque algún número pasó por mis manos en aquella recurrente adolescencia, no es sino hasta hace muy poco que pude leer la serie completa. Y lo dicho, salvo la inevitable subjetividad del que escribe, la obra merece todos los calificativos anteriores y los que me quedan.

La experiencia referida de O’Neil se refleja en el cariño por el escenario, una Hub City trabajada hasta el fondo. Desde localizaciones, equipos deportivos, media, ambiente y hasta chistes malos sobre los “hubies”, los vilipendiados habitantes de la ciudad. Y por supuesto se nota al extraordinario guionista en el elenco. Si ya hizo suya la ciudad inventada por el creador del personaje central, en el caso de los secundarios saca de la nada una serie de almas en pena que nos generarán conflictivos sentimientos desde el principio.

Bailamos?

Esa es la clave de esta serie. No se trata de demostrar que es imposible mantener esa separación de blanco y negro anhelada por Dikto, si no que todo es negro… y solamente nos podemos agarrar a algunos grises que se mantienen duramente a flote. Como Myra Connelly, la flamante reportera llena de oscuros secretos que mantiene un fino hilo de dignidad. Como Aristóteles Rodor, el compañero infatigable que esconde un pasado terrible, como Izzy O’Toole, policía corrupto que trata de salir del abismo…

Como Victor Szasz, el supuesto héroe que ha de morir para entender que las cosas no se cambian sólo con violencia y soberbia. Volvamos así a ese número de debut con final de infarto pese a estar anunciado desde la primera página, con una trama de corrupción, periodismo, juego sucio y violencia. Un número uno de libro en el que Cowan se deja la piel en la composición (la escena final con Lady Shiva es ya historia del cómic), las expresiones, la narración, las sombras, el clima y si, de nuevo y ya van tres, la violencia.

Una violencia que ya no nos abandona a lo largo de todo el tomo pese a los esfuerzos de un reinventado Richard Dragon (al fin y al cabo, O’Neil fue su creador). Especialmente hasta el cuarto número, donde se resuelve la trama que se arrastraba desde el primero, relacionada con ese demonio encarnado llamado Jeremiah Hatch. Y que tiene como epílogo o colofón un número cinco para enmarcar, en el que el guionista demuestra que le ha cogido el pulso a la serie y se regodea antes de seguir. Historias pequeñas y humanas que se entrecruzan para demostrar las consecuencias del camino en el que se ha embarcado Question.

Si has leído este número, aguanta el escalofrío

A partir de ahí disfrutamos de historias auto-conclusivas que sirven para seguir explorando la ciudad y sus personajes, algunos de los cuales nos darán alguna sorpresa en el futuro. Mientras que del 9 al 11 nos embarcamos en una pequeña saga relacionada con ese cada vez más interesante Sr Rodor. Lo más importante es que nos lleva a un nuevo emplazamiento destinado al misticismo del Universo DC, Santa Prisca. Efectivamente, creada para la ocasión por O’Neil, no es mal homenaje que terminara siendo tan importante para Batman.

Bienvenidos a Santa Prisca

Por último, un nuevo episodio auto-conclusivo con tórrido encuentro y, para añadir a la lista de decisiones cuestionables, ECC nos deja una pequeña trama de dos números cortada a la mitad para cerrar el tomo. Quizá es para asegurar la compra del siguiente, siendo fiel al espíritu de las grapas, pero puedo aseguraros que, si os hacéis con este primer volumen, estáis atrapados hasta el final.

¿He hablado de las portadas? Absolutamente impresionantes, sumad el talento y gusto de Cowan con el genio de Bill Sienkiewicz. No tengo nada más que añadir.

Pues eso

Si tienes estómago para mirar cara a cara a la maldad. Si puedes soportar la injusticia y el mal sabor de boca. Si no tienes miedo a la miseria del ser humano. Si te gustan las historias bien contadas y los personajes atrayentes, más duros y grises que el cemento. Si la violencia no te asquea, cuando es justificada… adéntrate en The Question.

Lo mejor

• Todo.

Lo peor

• Si no te apetece deprimirte, busca otra cosa.



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