Javier Vázquez Delgado recomienda: Moths, de J. Michael Straczynski y Mike Choi

Edición original: Moths 1-6 USA (AWA Studios, 2021)
Guion: J. Michael Straczynksi
Dibujo y Color: Mike Choi
Rotulación: Sal Cipriano
Formato: Rústica. 144 páginas. $9,99

La intensidad del amor

Cada decisión que toma un dibujante, pequeña o grande, puede cambiar una historia y el impacto que esta tiene en el lector. Si un dibujante trabaja con un guion redactado por otra persona, como suele suceder en el cómic americano, solo una muy buena comunicación con el guionista, o una gran capacidad para interpretar guiones, puede garantizar que el dibujo sea adecué plenamente a la historia que está narrando. Pero ni siquiera eso puede garantizar que un dibujante tome siempre las decisiones apropiadas.

Ambientada en el universo de The Resistance, Moths narra la historia de Emily Kai, una joven que adquiere superpoderes a un grave precio: en el momento en que los active, su vida se acortará a seis meses. Pero si en esos seis meses se pudiera cambiar el mundo para bien y vivir intensamente, quizás En resumen, nada de tensiones geopolíticas, gobiernos autoritarios o conspiraciones; para esta serie el arquitecto del universo de AWA Studios, J. Michael Straczynski se propuso contar una historia más personal sobre el poder del idealismo y lo bella que es la vida. Hacía falta un dibujante que supiera hacerle justicia a una historia tan meditativa y pausada.

En teoría, la elección de Mike Choi para dibujar Moths era acertada. Tras unos primeros pasos en Top Cow, el dibujante irrumpió en Marvel como uno de los fichajes estrella de Axel Alonso, el mandamás de AWA Studios, para luego marcharse a industrias mejor remuneradas. Su lealtad a Alonso y su admiración por la obra de J. Michael Straczynski propiciaron su regreso a los cómics tras una década de ausencia. Su estilo de corte semi-realista, que combina técnicas tradicionales con efectos digitales, congeniaba con el guion que había preparado el creador de Babylon 5. Pero el dibujante decidió que para Moths su estilo debía mutar a un realismo extremo.

Las páginas enlazadas en esta reseña dan buena muestra de los catastróficos resultados que tuvo la decisión de Choi. Su uso tan intensivo de fotografías de actores y paisajes y de efectos digitales para lograr un dibujo realista arruina el resultado final. Moths no parece un cómic, sino un collage de fotogramas de Los Sims, un proyecto de estudiantes de Photoshop y modelado 3D, porque el dibujo resulta excesivamente estático y carente de vida, además de feo estéticamente. Sus personajes dan miedo, parecen malas copias de una fotografía de proveedores como Shutterstock, y sus fondos no casan con el estilo de dibujo de los personajes ni son agradables a la vista. No hablemos ya de la extraña técnica digital que el dibujante aplica sobre muchas viñetas, haciéndolas tan borrosas que durante toda la lectura me estaba preguntando si estaban empañadas mis gafas.

Lo más triste es que, como decía, el dibujo de la serie es fruto de una decisión creativa, no de falta de habilidad. Choi da suficientes muestras de haber entendido el guion de Straczysnki. En cada página sabe exactamente qué debe mostrar al lector, qué detalles importan en cada viñeta, ya sea una sonrisa perezosa que denote remordimientos o un bonito atardecer que enfatice una sensación de nostalgia. Toda emotividad y emoción se ve sepultada por capas de Photoshop y pinceles digitales que el dibujante no necesitaba.

En varias viñetas de flashback y en su carta a los lectores, Choi demuestra que sabe dibujar y pintar sin abusar del ordenador. Fijémonos en la expresividad de los flashbacks, a pesar de tener un estilo más sencillo.

O comparemos estas dos imágenes del proceso de dibujo que el autor comparte con los lectores.

A la izquierda tenemos una splash page a medio terminar; a la derecha, la misma splash page después de haber realizado fondos y aplicado efectos digitales. La página a medio terminar es más agradable, más impactante, más energética que lo que Choi entregó a su editor. Las herramientas digitales rematan el dibujo de una forma que nunca antes había visto. ¿Es este el mayor acto de autosabotaje por parte de un dibujante que he presenciado como redactor? Posiblemente.

Me pregunto por qué AWA no le pidió a Choi que cambiase su estilo de dibujo por uno menos rígido y digital. Imaginémonos que lo hubiera hecho: seguramente estaríamos hablando de un cómic sensacional. Moths tiene uno de los mejores guiones de Straczysnki, a quien el universo AWA parece haberle dado la inspiración que echaba de menos tanto años, y Choi podría haber hecho maravillas con él.

Quien esté familiarizado con la obra de Straczynski se habrá dado cuenta de que el guionista es un hombre muy romántico e idealista. Sus héroes suelen entregarse a causas justas y/o tienen un código ético que rara vez rompen excepto cuando es imprescindible para hacer el bien. Muchas de sus historias ensalzan la importancia de luchar por un sueño, de la generosidad y la compasión, de hacer el bien. Pues bien, en Moths el escritor se nos muestra más romántico e idealista que nunca.

Podría decirse que la serie es, en cierto modo, el manifiesto personal de Straczynski. Todas las ideas y convicciones que ha expresado a lo largo de su carrera son reafirmadas en ella. Emily Kai habla y actúa como Peter Parker apoyando a sus alumnos (qué grandes años de Amazing Spider-Man) o como el Capitán América defendiendo su noción de la justicia. No es quizás una forma muy realista de retratar a una veinteañera, pero da igual. La historia de Emily consigue cautivar debido a la enorme fe del escritor en sus ideales y su tan acertado su retrato de las brechas sociales en una sociedad políticamente polarizada. ¿Pueden el idealismo y el amor tender puentes en una sociedad fracturada por crisis económicas y pandemias? ¿Pueden el idealismo y el amor contrarrestar la deriva autoritaria de los últimos años? ¿Pueden, en definitiva, el idealismo y el amor cambiar el mundo? Para Straczynski, cómo no, la respuesta es un rotundo sí. Y puede que más de uno de vosotros llegue a creer en ello durante la lectura… si habéis sido capaces de aguantar los nefastos acabados digitales de Choi, que privan a la historia de casi todo impacto.

Que a pesar de tan nefasto acabado digital leyese con mucho interés las peripecias de Emily Kai habla muy bien del guion de Straczynski y de lo mucho que se merecía un mejor dibujo. Choi podría haber hecho de esta serie un imprescindible, pero una decisión suya, una muy mala que tendría que haberse replanteado, generó el resultado opuesto. Pocas veces puede ver uno tanto potencial y talento desperdiciado. ¿Cómo hubiera sido esta reseña si el dibujante no se hubiese dejado seducir por los cantos de las sirenas del realismo? Prefiero no pensar en ello, no vaya a ser que se acreciente la sensación de decepción que me estuvo acompañando al leer la serie.

Lo mejor

• Un guion redondo que aborda con inteligencia temas universales y cuestiones de actualidad
• No requiere haber leído The Resistance

Lo peor

• Los acabados de Choi.



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