Javier Vázquez Delgado recomienda: The Night Eaters 1, de Marjorie Liu y Sana Takeda

the night eaters

Edición original: The Night Eaters 01 USA (Abrams Books)
Edición nacional/España: The Night Eaters 01 (Devoradores de noches) La que devora la noche (Norma Editorial, 2022)
Guion: Marjorie Liu
Dibujo: Sana Takeda
Color: Sana Takeda
Traducción: Gema Moraleda
Realización técnica: Vanessa Cabrera y Juan Pacheco
Formato: Cartoné con sobrecubierta. 208 páginas. 26€

Devoradnos otra vez

Siempre es interesante ver cómo un equipo creativo capaz de realizar una obra inmensa se vuelve a unir para crear otra serie. Marjorie Liu y Sana Takeda hicieron Monstress y con ella arrasaron, llevándose hasta cinco premios Eisner en un mismo año. Ahora, en un parón de la famosa colección, se han lanzado con otro proyecto, The Night Eaters, en forma de trilogía de novelas gráficas que Norma Editorialha comenzado a publicar en España, y en una estupenda edición, por cierto.

Devoradores de Noches es una historia que se separa mucho de lo que las autoras han ofrecido en Monstress, en dibujo, en el tipo de diálogos en la historia, en su temática y un largo etcétera. Pero también tiene cosas en común, algo más que una trama ligada a la fantasía, que es la base sobre la que se sustentan las dos historias, a saber, la mezcla cultural y su desarrollo en las personas. En la anterior colección lo hacían utilizando el conflicto entre especies, razas y pueblos, con un claro sentido bélico destinado a reflejar las maldades de la guerra y sus consecuencias en la población civil, pero en este nuevo cómic su rumbo está más centrado en la familia, en el conflicto generacional entre padres inmigrantes, criados en otro país con una cultura totalmente diferente, e hijos, que han asimilado esos hábitos y tradiciones de su casa pero que se han desarrollado como personas en una sociedad totalmente diferente, absorbiendo y gustando de lo que les rodea. Sí, hay fantasía, que también es diferente por su enfoque, pero hay mucha realidad, especialmente en todo lo que atañe a los primeros capítulos.

Para realizar esto, precisamente los diferentes capítulos de los que consta The Night Eaters se parten en dos, unas pocas páginas al inicio donde se narra la vida de la madre en el Hong Kong de los años cincuenta y una mayoría dedicada a la familia al completo en la actualidad, centrándose en sus mellizos, Milly y Billy, que regentan su propio restaurante pasando una mala época, pues están sufriendo las consecuencias de la pandemia. Es cierto que, si comparamos ambas obras, las palabras “fantasía”, “conflicto” y “cultura” las podrían definir muy bien, pero en realidad no pueden ser más diferentes.

El dibujo de Sana Takeda altamente cercano al manga, que para algo es japonesa, aquí se ve mucho más libre, sencillo y de influencias mezcladas que la asemejan a obras de carácter más intimista de su país, a la vez que la acercan a una narrativa algo más americana. No faltan sus criaturas, en este caso con unas claras similitudes al terror japonés, que no hay que olvidar que The Night Eaters es una historia de terror, pero también tiene algo de costumbrismo, opuesto a su anterior trabajo, con el que demuestra que es una dibujante impresionante y capaz de moverse entre estilos muy diversos. Algo más minimalista que antes, mucho menos recargada, pero potenciando las expresiones faciales, lo cual va en total consonancia con el guion de Liu, demostrando lo que significa hacer un buen equipo. Eso sí, el coloreado es muy similar al de Monstress, definiendo así la esencia de la artista.

Y es que, puestos a establecer comparaciones, The Night Eaters guarda muchas similitudes con Red, la película que Disney/Pixar estrenaba el pasado año, solo que en vez de pandas rojos y boy bands tenemos asesinatos y casas encantadas. Lo que ambas reflejan muy bien es esa lucha de los hijos con una madre asiática rígida a la que le cuesta sonreír acompañada de un marido bonachón, cosa que también vemos en una de las mejores películas del año pasado, Todo a la vez en todas partes. Si unimos las tres tendremos tres perspectivas diferentes de tópicos familiares dados por el choque cultural, cosa que sin duda no deja de ser enriquecedor para el público.

Independientemente de todos estos parecidos razonables, The Night Eaters es una historia que juega muy bien sus cartas. No es la clásica historia de disputa familiar unida a terror fantasmal sino que sabe recorrer su propio camino. El inicio se sustenta en la cotidianidad del trabajo, de la vida familiar, de los intereses de cada uno y de sus discusiones. La madre es un personaje que consiguen definir muy bien con muy pocas palabras, reflejando una vida actual a la que ha llegado tras desgracias pasadas que no se conocen pero se intuyen. Precisamente ese juego con el imaginario del lector y su conocimiento les sirve para dar perspectivas interesantes, consiguiendo que el principio de The Night Eaters sea muy interpretable en función de la edad de quien lea la obra.

Es cierto que su desarrollo de los últimos números tira más de tópicos del terror, un avance lógico, aumentando el misterio hasta que todo explota. Por ahí nada fuera de lo normal, incluso hay momentos en los que bien podría parecer destinada para un público joven-adulto, si no fuera por el nivel de violencia y sangre de algunas páginas. Sin embargo no deja de ser curioso las pinceladas de humor, más basada en las acciones de los personajes que en los diálogos, que hacen que el tomo se mueva muy rápido entre la ira, el llanto, las risas y el miedo. Como la vida misma.

No se puede calificar The Night Eaters como una obra realmente original, en especial si lo comparamos con la riqueza imaginativa desplegada en Monstress, pero precisamente gana mucho por su sencillez y lo bien hilado que está en su desarrollo, con unos personajes con personalidad propia, distinguibles y que reflejan muy bien la realidad en la que vivimos.

Con todo ello, el tándem formado por Liu y Takeda ha logrado una obra que gustará a quienes sigan su otro trabajo, que tiene sus ideas en común con él, pero que se distancia mucho, logrando tener identidad propia.

Lo mejor

• El tratamiento de los personajes y el reflejo del conflicto generacional insertado en el marco de una familia.
• Su forma de abordar las diferencias culturales en familias de inmigrantes.
Sana Takeda y su capacidad para evolucionar manteniéndose única.

Lo peor

• Aunque no sea lo importante en este tomo, la trama general no deja de seguir el esquema clásico de las historias de terror, aún con el giro final.



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