Javier Vázquez Delgado recomienda: Bermuda, de John Layman, Nick Bradshaw y Len O’Grady

Edición original: Bermuda 1-4 (IDW Publishing, 2022)
Edición nacional/España: Bermuda (Planeta Cómic, 2023)
Guion: John Layman
Dibujo: Nick Bradshaw
Color: Len O’Grady
Formato: Cartoné. 136 páginas. 16,95 €

UN TRIÁNGULO Y UNA BERMUDA

Todos hemos escuchado hablar del Triángulo de las Bermudas, una región del océano Atlántico donde aviones, barcos y viajeros desaparecen cada cierto tiempo de forma misteriosa. ¿Por qué desaparecen? ¿A dónde van a parar? Estas son las preguntas de las que parte la premisa de Bermuda, la nueva obra que cuenta con John Layman a los mandos del guion, Nick Bradshaw del dibujo y Len O’Grady del color. Publicada originalmente por IDW Publishing en 2022 para el mercado norteamericano, ahora llega a España de la mano de Planeta Cómic.

Lo que aquí se nos presenta es un tomo en tapa dura de 136 páginas que comprende los cuatro números norteamericanos de los que se compone Bermuda hasta el momento. Aunque cada una estas grapas constaba de 32 páginas cuando se publicó originalmente, solo unas 20 de esas 32 narran la historia en sí, consistiendo el resto en portada, contraportada, créditos y demás contenidos accesorios. Eso nos deja con un total de unas 80 páginas de historia, un número que puede antojarse algo elevado para el precio de 16,95 € por el que podemos encontrar a la venta el tomo.

Durante esas 80 páginas se nos presenta una historia de aventuras de tintes muy clásicos, tanto por su concepto como por su ejecución. En el lado del concepto, se nos presenta una isla misteriosa a la que van a parar todos los que se pierden en el Triángulo de las Bermudas. Esta isla, como no podría ser de otro modo, se encuentra repleta de elementos extraños: dinosaurios, alienígenas, piratas, monstruos… todo lo necesario para poder desarrollar una trama en la que se nota que Layman se lo está pasando como un niño que juega con sus juguetes.

Quien conecte con este sentimiento, el de un niño que simplemente se lo pasa bien jugando con sus juguetes, disfrutará del aluvión de conceptos constante que es la historia de Bermuda. Sin embargo, en mi experiencia personal no he disfrutado mucho esta lectura porque considero que quizás esa simpleza y ese disfrute inocente se llevan demasiado lejos, dejando por el camino cualquier resquicio de desarrollo u originalidad.

La historia de Bermuda comienza cuando el avión privado en el que viajan dos niños se topa con una tormenta y se estra contra la isla misteriosa que se explora a lo largo de este cómic. En la playa de esa isla, la más pequeña de los dos hermanos, Bobbi, es secuestrada por monstruos de un solo ojo que parecen una mezcla de seres humanos y peces. Por suerte, el hermano mayor, Andi, consigue escapar con la ayuda de Bermuda, una chica misteriosa (sí, es una chica que también se llama Bermuda) que acude en su ayuda y le da para el pelo a estas criaturas mientras escapan.

De este modo se establecen los tres personajes que en principio deberían tener más importancia en la obra: los dos hermanos, Bobbi y Andi, y la chica misteriosa, Bermuda. La obra se fundamenta en estos tres personajes además de en el factor de la aventura pura para desarrollarse, pues una aventura sin personajes que nos importen en ella puede resultar vacía e irrelevante. Sin embargo, aunque técnicamente estos personajes existan y vivan un viaje que los acaba cambiando, la ejecución de este proceso es tan vaga que parece prácticamente un espejismo.

Los dos ejemplos del fenómeno que acabo de encontrar se pueden observar claramente en la relación entre estos tres personajes. En primer lugar, el engranaje que mueve esta trama es el hecho de que Andi quiere encontrar a su hermana porque teme por su bienestar tras ver cómo la han secuestrado estas criaturas pez. Por mucho que el concepto de hermanos pueda despertar un cierto grado de empatía base entre los lectores, si se va a basar una trama entera en un hermano que intenta salvar al otro, resulta conveniente desarrollar un poco más esa relación, aunque sea un mínimo. Una escena bien aprovechada sería suficiente para alejarse de la sensación de que la hermana, más que un ser humano por el que sentir empatía, es un mero MacGuffin que cumple el propósito de poner la trama en movimiento y nada más.

Sin embargo, este asunto se vuelve quizá más grave con la relación entre Andi y Bermuda. Estamos ante uno de esos casos en los que los dos personajes empiezan cayéndose mal pero para el final de la historia acaban desarrollando una relación de amistad muy fuerte. En este caso concreto, además, se nos presenta a Andi como un personaje absolutamente cobarde que jamás se atrevería a hacer nada que supusiera un mínimo de riesgo. Conforme avanza la historia, gracias a lo que ha vivido y al intenso vínculo que ha desarrollado con Bermuda, esta actitud va cambiando y no solo lo vemos mostrar valentía, sino directamente un espíritu de temeridad absoluta.

Lo que suele ocurrir en historias que no disponen de mucho espacio para su desarrollo es que esta evolución de personaje no se narra de una forma muy fluida y da la impresión de que su personalidad simplemente cambia en varios momentos puntuales, más que de tratarse de un proceso progresivo. En el caso de Bermuda, ni siquiera se llega a ese punto, pues no encontramos básicamente ningún momento que justifique dichos cambios ni ningún momento que justifique que se ha desarrollado una amistad entre Andi y Bermuda. El resultado de todo esto es que, cuando estos dos personajes interactúan como si fueran amigos del alma y Andi muestra su evolución, el efecto sobre el lector es prácticamente nulo, si no directamente negativo.

En definitiva, Bermuda es un cómic que puede resultar relativamente entretenida pero que carece de cualquier clase de profundidad o desarrollo. Personalmente no la criticaría más allá de esto ni la tacharía de mala obra porque se trata de una obra creada desde la inocencia, las buenas intenciones y el ánimo de sus creadores de pasárselo bien. Sin embargo, cuando la estaba leyendo mi experiencia osciló entre la indiferencia y el levantamiento de ceje. Eso sí, aunque no puedo recomendarla, no me cabe duda de que hay lectores que podrían encontrar en su enfoque en la aventura más pura una propuesta encantadora y disfrutable.

Lo mejor

• Pura aventura.

Lo peor

• … Quizá demasiado pura. Carece de cualquier clase de profundidad o desarrollo.
• Su precio es bastante elevado para ofrecer solamente unas 80 páginas de cómic.
• El final promete una continuación que podría no llegar nunca.



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