Javier Vázquez Delgado recomienda: Los maestros inquisidores. Obeyron/ Sasmaël
Edición original: Les maîtres Inquisiteurs 1. Obeyron y 2. Sasmaël (Soleil, 2015)
Edición nacional/España: Los maestros inquisidores. Vol. 1 Obeyron/ Sasmaël (Panini Cómics, 2022)
Guion: Nicolas Jarry y Olivier Peru, según el universo creado por Jean-Luc Istin
Dibujo: Paolo Deplano y Pierre-Denis Goux
Color: Digikore Studios
Traductor:: Laura Casanovas
Formato: Cartoné. 112 páginas. 27€
Arranque con altibajos.
«Nadie era lo suficiente bueno para ti.»
El éxito de la serie Elfos y sus diferentes spin-offs publicado en España por Yermo (Enanos, Magos, Orcos y Goblins) ha sido un pequeño hito en la industria del cómic francófona al conseguir que los aficionados al universo de fantasía épica ideado por Jean-Luc Istin que se conoce como Tierras de Arran pueden disfrutar de nuevas entregas de alguna de las cuatro series que están bastante interconectadas entre sí casi cada mes. Para conseguir esa cadencia tratando de conservar el estándar de calidad habitual del dibujo del mercado franco-belga las series se dividen en varios arcos argumentales creados por distintos equipos con Istin ejerciendo de jefe de guionistas y marcado el tomo general del desarrollo de la serie. Con este sistema casi han conseguido una periodicidad equiparable a la de las series estadounidenses de Marvel y DC. Además, también se trata de series muy enfocadas a la acción, pero al igual que pasa con gran parte de las series de superhéroes es una propuesta sobreexplotada y con una rotación de autores que termina por provocar que las series carezcan de alma y tiendan a contar historias que transitan por caminos muy trillados, más en un género tan copado por los tópicos como es la fantasía de inspiración tolkieniana. También se provoca que la personalidad de los dibujantes quede opacada para crear productos que son visualmente coherentes y con una cierta espectacularidad, pero también bastante planos visualmente y con los mismos recursos siempre repetidos. Pese a todo, la propuesta se puede considerar como un modelo de éxito editorial y económico, así que el guionista ha llevado el mismo modelo a otros géneros como la space-opera de Conquistas (Yermo) y también en otras sagas de fantasía como Los maestros inquisidores que es la que nos ocupa. Aunque en esta ocasión estamos ante una serie más oscura que se acerca más a la visión de la fantasía heroica de autores actuales como Abercrombie o Martin.
Como es habitual en estas series para su edición en España Yermo, esta primera entrega de Los maestros inquisidores agrupa dos álbumes de la serie en cada volumen, de manera que, si las ventas acompañan, la serie constara de nueve volúmenes que la recogerán en su totalidad, aunque hay que señalar que en Francia acaba de aparecen la primera entrega de Les maîtres Assassins, una serie que transcurre en el mismo universo realizada por parte del mismo equipo creativo. En este primer tomo, que cuenta con la calidad de edición habitual en la editorial, se agrupan los dos primeros álbumes de la serie aparecidos en Francia en 2015. Obeyron está guionizado por Olivier Peru y dibujado por Pierre-Denis Goux y, por su parte, Sasmäel cuenta con guion de Nicolas Jarry quedando el dibujo en manos de Paolo Deplano. Cuatro autores que ya son conocidos en nuestro país por sus participaciones en diferentes álbumes de Las tierras de Arran. Ambos álbumes nos cuentan una historia autoconclusiva protagonizada por uno de los maestros inquisidores que dan título a la serie y que nos permiten ir conociendo poco a poco tanto el mundo donde transcurren las historias como a la propia orden. Un grupo de magos-guerreros cada uno dotado con un poder propio que ejercen como fuerzas de orden y la justicia en Oscitania, un continente que geográficamente guarda un cierto parecido con Europa y que está en una paz relativa tras años de una cruenta guerra, pero en el que abundan todo tipo de crímenes y conspiraciones.
Ni el mundo ni las historias que vemos en esta primera entrega de Los maestros inquisidores son un derroche de originalidad, pero sí que nos ofrecen dos historias solventes, bien construidas y bastante diferentes entre sí, aunque unidas por una trama en la que juega un papel crucial la resolución de un misterio. Hay que aplaudir que son dos historias que no se limitan únicamente a presentarnos a los personajes y el mundo. En la primera vemos como Obeyron, el maestro inquisidor que da título al álbum investiga en Ares, la ciudad que sirve como sede a la orden, la identidad del responsable del ataque que sufrieron él y sus compañeros cuando iba de camino a una misión. Una historia de venganza contada en dos líneas temporales diferentes con un protagonista bastante más interesante que Sasmäel, el protagonista del segundo álbum. En su historia vemos como debe investigar un misterioso asesinato en el que está implicado otro maestro inquisidor. Una historia bastante más floja que la anterior en todos los sentidos, pero que nos permite empezar a vislumbrar que hay un elemento común en ambos casos que hará que los caminos de los dos protagonistas terminen por converger en un futuro.
Lo más destacado de ambas historias es el buen uso que se hace de la trama de misterio, dosificándolo para que el lector no pierda el interés, de manera que la presentación del mundo y los protagonistas se hagan de una forma natural y sin que resulte forzada. Pero como ya hemos dicho, aunque se trata de una premisa más original que en el caso de Elfos, los lectores habituales del género verán personajes y situaciones que les resultan comunes y una cierta falta de riesgo en los planteamientos. Veremos si es una tónica que continua en los próximos álbumes o los autores nos sorprenden.
Gráficamente nos encontramos con dos trabajos con estilos de corte realista muy similares, en los que brillan por encima de todo los diseños de los mundos y criaturas que vemos en sus páginas. Gracias a un guion más agradecido para el dibujante y una paleta de colores menos oscura el resultado en Obeyron es más logrado que en Sasmäel, donde el color da la impresión de tapar el dibujo en lugar de acompañarlo. Esas similitudes en el estilo también son aplicables a la narrativa y composición de página que, como es ya habitual en la BD más comercial, es demasiado plana y funcional, sin que ninguno de los dos dibujantes se atreva a tomar ningún riesgo.
En esta primera entrega de Los maestros inquisidores nos encontramos con dos historias entretenidas, solventes y bastante tópicas que, sin duda, gustaran a los aficionados menos exigentes a este tipo de historias, y que, tal vez, pueden ser el inicio de una buena serie, pero parece difícil que se convierta en una serie que sea recordada como un referente dentro del género. De hecho, en el propio catálogo de Yermo hay propuestas de fantasía mucho más estimulantes y con un toque más personal de los autores como Las cinco tierras, Wollodrïn o La catedral de las tormentas.
Lo mejor
• La forma en la que el guion juega con los elementos de misterio.
• Las posibilidades que alguno de los conceptos presentados.
Lo peor
• La impersonalidad que se respira en todas las páginas.
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