Javier Vázquez Delgado recomienda: Más allá de Flashpoint

Edición original: Flashpoint Beyond #0-4 USA (DC Comics, 2022)
Edición nacional/España: Más Allá de Flashpoint (Panini Cómics, 2021)
Guion: Geof Johns, Jeremy Adams, Tim Sheridan
Dibujo: Eduardo Risso, Xermanico, Mikel Janin
Entintado: Xermanico, Mikel Janin
Color: Romulo Fajardo Jr. y Jordie Bellaire
Traducción: Uriel López
Realización técnica: Estudio Fénix
Formato: Rústica. 272 páginas. 9,95€

En 2011 pasaron muchas cosas en el Universo DC. Pasó Flashpoint. Un soberbio Barry Allen, carcomido por la muerte de su madre, caía rendido ante sus deseos y viajaba al pasado para evitar tan trágica perdida. Aquello no acabó bien y generó todo un desbarajuste temporal que derivó en los Nuevos 52. Mientras en DC tenían un nuevo mundo en el que amazonas y atlantes estaban en guerra y Thomas Wayne era Batman, entre otro sinfín de sutiles, pero determinantes, cambios respecto a la realidad conocida por todos, que se ha resistido a morir.

Y desde 2011 no han dejado de sentirse, de una forma u otra, las consecuencias de aquel egoísta viaje en el tiempo por parte de Barry. Hay incluso quién dice que Barry podría ser considerado el mayor villano del Universo DC, solo por generar semejante fractura temporal con el objetivo de satisfacer sus propios anhelos personales. Eso da para un debate interesante, ¿verdad? Y es que Flashpoint no solo a golpeado en las viñetas, sino también tiene su versión en la pequeña pantalla y en junio llegará a los cines la ambiciosa cinta de Flash, en la que veremos que pasa cuando Barry opta por seguir sus instintos.

Y hubo obras que se apoyaron en aquel evento de 2011, como La Chapa, el especial Renacimiento, incluso se podría decir que El Reloj del Juico Final entraría en esta categoría. Y es que hay cosas que se resisten a morir… eso ya lo hemos dicho antes.

Y es por eso por lo que en 2022 se tomó la decisión de hacer una secuela, de traer de vuelta al Batman más ambiguo, uno con el que poder contar esas historias que no pueden ser contadas por el Batman encarnado por Bruce. Un Batman más implacable, sin piedad, dispuesto a cruzar todas las líneas posibles con tal de llevar a cabo sus planes. Estos dos enfoques de Batman dejan espacio para otro nuevo debate y despierta la imaginación el enfrentarlos desde un punto de vista ideológico, sobre todo si se comparan dentro de los trabajos realizados por Geoff Johns.

Y es que es Johns, en un primer momento, porque luego son otros los delegados a desarrollar las ideas que Johns propone, el encargado de regresar a ese mundo desbastado, al borde de la destrucción absoluta y que ahora, desde Zona Negativa, nos hacemos eco de ello ahora que la miniserie ya ha concluido.

Y todo empieza con la búsqueda del asesino de Barry Allen, muerto en la tierra de Thomas Wayne. Y no hace falta más para poner la rueda a girar en un primer número que resulta exigente, que precisa de atención en la lectura para no perder detalle, y aun así uno no puede sino seguir pensando que hay asuntos que donde se ha perdido. Es un inicio denso, y como bien dice nuestro compañero Román, digno de los entomólogos de la continuidad. Hay espacio para varias lecturas, invertir tiempo en buscar las referencias y mapear bien todo lo que Johns pone sobre la mesa. Y se podría decir mucho más, pero hay tanto riesgo de entrar en spoilers que es necesario dejarlo aquí, en la superficie de un cómic que habla de metaverso, de omniverso, de multiverso, hipertiempo, en un todo dividido entre espacio y tiempo… que añade una nueva dimensión a las siglas de DC.

Los responsables en tomar el testigo de todo este tablero de juego que Johns construye son Jeremy Adams y Tim Sheridan, que actúan como pequeños adolescentes a los que se les entrega un tablero de ajedrez a tres jugadas de jaque mate, pero al que no saben acceder con garantías porque no saben jugar al ajedrez. Conocen las reglas, pero no saben explotarlas al máximo. Y aún así al final logran llegar a buen puerto.

Ellos optan por seguir un camino mucho más pautado, sin dobleces, sin forzar tanto al lector, apostando fuerte por la caracterización de Thomas Wayne, mientras se ven atraídos por la prosa excesiva de los textos de apoyo que acaban por lastrar la experiencia fluida de lectura. Lo que se gana en sencillez, se pierde en disfrute por esta razón. No tienen esa natural manea de contar todo como lo hace Johns, que hace que lo difícil parezca fácil.

Sin embargo, hay que aplaudir todo ese tiempo y desarrollo que hay alrededor de la figura de algunos personajes que aparecen en la obra. Digna es la mención del Pingüino, como sirviente de Thomas, el desarrollo del conflicto global que hay entre amazonas y atlantes, cuyo desenlace es muy interesante, así como el juego constante que hay entre lo sabido por el equipo comandando por Rip Hunter y todo aquello que está pasando, sin saber si puede pasar o no. Un juego en cuatro dimensiones que los dos guionistas aprovechan con elegancia, pero sin demostrar la maestría de Johns en estos lares.

Flashpoint

Para aportar fondo a este trabajo hay varios dibujantes implicados. El primero en hacer acto de presencia en Eduardo Risso, que sorprende por verlo dibujar algo tan superheroico, alejado de los bajos fondos y las organizaciones criminales, pero que atrapa por lo bien que se desenvuelve al saber sacar partido a la propuesta con su característico dibujo económico en líneas y detalles, capaz de expresar mucho con lo mínimo. A fin de cuentas, no es la primera vez que dibuja a este Batman, ya que se encargó de dibujar un especial en 2011 con guion de Brian Azzarello, el Mundo de Flashpoint.

Para continuar el trabajo están dos de los mejores dibujantes patrios que hay en la actualidad, Xermánico y Mikel Janin. El primero como dibujante de la historia principal y Janin como respaldo a la hora de ilustrar otros momentos temporales de la trama. Xermánico es ya un dibujante muy conocido por los aficionados al Universo DC y su trabajo destaca por su detallismo, su tendencia al realismo, mostrando una solidez narrativa muy orgánica y fluida, que no desaprovecha nunca para deslumbrar con una composición de página sublime.

Janin, que tiene menos espacio para lucir su talento, no se queda atrás y fiel su línea fina, transmite la intensidad de los momentos de drama de los interludios de los que se encarga. Y es un trabajo que nos hace esperar, con más ganas, la llegada de su JSA a nuestro país.

Más Allá de Flashpoint es un cómic para debatir, para comentar, para buscarle las cosquillas, para mirar entre las grietas de la continuidad, de los conceptos que se exponen. Es una obra que puede gustar o no, pero que no deja indiferente, de lectura fluida, de probada solvencia, al que se llega con el objetivo claro de encontrar una obra adscrita al género más pijamero y se acaba en lo más alto, con la sensación de haber estado en una montaña rusa, de haber vivido un experiencia intensa, breve, pero intensa, que se va a poder recordar en el tiempo, porque no es una obra pensada para acabar siendo intrascendente, sino que atesora un propósito que logra alcanzar con éxito. Recomendada para conocedores de los rincones del Universo DC.

Aviso para navegantes: Hay cierto descontrol en lo que aquí se ve respecto a lo que ya se sabe o no de Crisis Oscura, ya que en la propia DC no hubo mucho mimo a la hora de coordinarlo todo. Tal vez se podría haber solucionado aquí publicando algo más tarde esta miniserie para sincronizarla mejor con Crisis Oscura… pero hay que bailar con lo que hay, Más allá de Flashpoint.



Ver Fuente

Comentarios

Entradas populares