Javier Vázquez Delgado recomienda: Magazine DC España – abril de 2023

INTRODUCCIÓN

Antes de dar paso a la introducción a este Magazine de abril nos vemos tristemente obligados a sacar el crespón por el fallecimiento de Joe Giella (94), entintador mítico que nos dejó el mes pasado. Nació en Nueva York en 1928 y brilló gracias a su labor de entintador dentro de la industria. Comenzó a trabajar en la editorial Fiction House, para dar el salto a DC Comics y Marvel en la década de los años 50. Ha trabajado con personajes tan importantes como Batman, Green Lantern y Flash en DC y Spiderman en Marvel. En 2016 recibió el premio Inkpot, mismo año en el que se retiró del tablero de dibujo. Su arte lo hace eterno. Descanse en paz, maestro.

Para este mes el Magazine se centra en dos aspectos muy concretos. El primero es en la novedad de Calle Peligro, el nuevo trabajo de Jorge Fornés y Tom King que permite poner de nuevo bajo los focos a numerosos personajes del Universo DC que hacía tiempo que estaban metidos en el baúl de los descartes. Un trabajo que además potenciamos en la sección de Este mes debes saber… hablando brevemente de estos personajes y del espíritu que hay detrás de esta serie.

Por otro lado, miramos a las series de terror de DC y su tradición con algunos míticos títulos de los que han surgido personajes icónicos de la editorial. Una mirada al pasado a través de estos clásicos.

Y no podemos cerrar esta introducción sin antes decir que entre las recomendaciones del mes tenemos una muy especial, la que nos hace el compañero Diego García, que nos invita a descubrir el trabajo de Chaykin con los Blackhawks.
Abril se despierta con la celebración de Comic Barcelona y las novedades de DC no descansan, como bien vais a poder descubrir en esta entrega tan especial.

TITULARES

    Listado Novedades ECC
    Autora del mes
    Personaje del mes
    Novedades DC
    Este mes debes saber
    Aniversarios
    Libros
    Clásicos DC
    Recomendaciones DC

    ECC

    Mariko Tamaki (Toronto, 1975) es una escritora canadiense de cómics y novelas. Estudió Filología Inglesa en la Universidad McGill (1994).

    Su debut como escritora lo realizó con la novela Cover Me (2000), una historia que trata sobre un adolescente que se enfrenta a la depresión. El libro se estructura a partir de una narración en flashbacks.

    En 2008 publica Skim, donde podemos ver como una adolescente se enamora de su profesora. Se trata de una novela gráfica ilustrada por su prima Jillian Tamaki.

    El mismo año se publica su segunda novela gráfica, Emiko Superstar con el ilustrador Steve Rolson. Trata de una mujer atrapada en su vida en los suburbios.

    En 2014, Mariko y Jillian vuelven a colaborar en el primer gran hito de la escritora. Se trata de la novela gráfica Aquel verano, publicada en España por La Cúpula. Se trata de una muy recomendable historia sobre dos amigas adolescentes y cómo les afecta el gran drama de esa época de la vida, hacerse mayor.

    Al cabo de dos años, la guionista dio el gran salto al empezar a trabajar para Marvel y DC Comics. Trabajando con Hulka y Supergirl (Supergirl: Being Super), respectivamente.

    Esta primera colaboración dio paso a nuevos trabajos en las grandes editoriales de superheroes. Por lo que en noviembre de 2019, Tamaki regresó a Marvel para una miniserie de cuatro partes llamada Spider-Man & Venom: Double Trouble.

    Colaboró con la dibujante Rosemary Valero-O’Connell para crear Laura Dean me ha vuelto a dejar (2019). Se trata de otro de sus picos. Un tebeo que trata sobre la toxicidad de las relaciones personales y de sus efectos en otras esferas de la vida.

    En DC ofreció uno de sus mejores trabajos con la novela gráfica para adolescentes Harley Quinn: Cristales Rotos. Posiblemente el mejor cómic basado en el célebre personaje, con el permiso de Paul Dini. Lo que es indudable es la profundidad y humanidad con la que Tamaki escribió a HQ.

    Posteriormente volvió a colaborar con Marvel con Thor y Loki: Doble problema.

    Regresó a DC Comics para encargarse de la interesante etapa de Detective Comics con Dan Mora. Tomaron las riendas de la colección que le da nombre a la editorial en el número 1034.

    Siendo Tamaki la primera mujer en guionizar esa legendaria cabecera. Tuvieron que pasar más de mil números… sorpresón.

    En 2021 sacó la novela gráfica de drama superheroico adolescente No soy Starfire mezclando, otra vez, los dos géneros que había compatibilizado hasta entonces.

    Tamaki ha sido nominada y ha ganado varios premios por su trabajo, incluyendo el Premio Eisner, el Premio Ignatz y el Premio Michael L. Printz.

    Se trata de una escritora muy talentosa y versátil que ha trabajado en una variedad de proyectos creativos. Además además de cómics y novelas, ha escrito obras de teatro y ensayos. Ha actuado como actriz de performances.

    Tamaki tiene una especial sensibilidad para retratar personajes adolescentes femeninos, una de las carencias más acuciantes del género. Tiene además la capacidad de conectar con aspectos determinantes para las nuevas generaciones, además de la capacidad de mostrar personajes femeninos completos y profundos.

    Ha sido un gran hallazgo para el género de superheroes, mezclando su estilo independiente y alternativo con los personajes más mainstream.

    Volvamos la vista atrás, hasta el año 1965, momento en el que el guionista Bob Haney (con la siempre excelente Ramona Fradon), viendo el éxito de sus dos extrañas y peculiares creaciones anteriores, la Patrulla Condenada y los Metal Men, y bajo el empuje editorial de George Kashdan, crearon a Metamorpho. Este nuevo héroe debutó en enero de 1965 en el The Brave and the Bold #57, como un reflejo distorsionado de lo que todo héroe debía encarnar. Haney consciente del valor de ser diferente no se reprime y deja salir de su fértil mente a Rex Mason, un explorador y aventurero que ve como su vida se ve trastocada por la acción del Orbe de Ra, un objeto mágico que le dota de poderes, al mismo tiempo que le produce severas deformaciones corporales. Una historia trágica que fue elegantemente ilustrada por Ramona Fradon, que regresó brevemente de su baja maternal, para ilustrar las primeras entregas de este atípico personaje. Y es que Metamorpho gozó de las mieles del éxito en sus inicios, ya que no tardó en saltar de la serie que lo vio nacer a un título propio entre los años 1965 y 1968, conformado por 17 entregas, en la que se produjera la primera de sus muertes al ser ejecutado, tras ser acusado injustamente por asesinato, a morir mediante un baño con hidrogeno líquido. El personaje sería devuelto a la vida por Urania Blackwell, Element Girl en el último número de la serie regular.

    Metamorpho fue siempre contracorriente, llegando incluso a rechazar formar parte de la Liga de la Justicia (fue el segundo en hacer tal cosa tras su aparición en los números 42 y 44 de la serie original de la JLA), para mantener siempre un perfil bajo de popularidad entre los aficionados.

    Su vida editorial a partir de ese momento está llena de apasionantes vaivenes.

    Pero veamos cuales son los poderes de Rex Mason, porque también un aspecto muy importante del perfil del personaje al ser tan definitorios.

    La principal habilidad de Metamorpho es la de poder transformar su cuerpo en cualquiera de los elementos químicos de la tabla periódica, estando limitado en sus primeras apariciones a elementos existentes en el cuerpo humano. Además, puede asumir diferentes estados, es decir, puede convertir su cuerpo en gas, en liquido o en sólido, en función de las necesidades del momento, llegando incluso a moldearlo y crear combinaciones de elementos con los que generar moléculas mucho más complejas. La resistencia física de Rex es muy alta, pero puede incrementarse modificando su composición para ser de acero o de mercurio, haciendo uso de las particularidades que definen a esa aleación o a ese metal, por ejemplo. No está nada mal y las posibilidades que abre son muy grandes.

    Su aspecto físico, su relación tormentosa con Simon Stagg y su hija, Shappire, con la que acabaría teniendo un hijo, hacen de Rex un personaje complejo, lleno de matices, cargado de miedos y culpas, impregnado de una profunda y oscura aura trágica.

    Haney y Fradon regresarían a su creación en 1974 en el 1st Issue Special #03, pues ambos consideraban que aún tenían cosas que contar de una de las creaciones de la que más orgullosos se sentían.

    Mientras el personaje volvía a caer en un estado comatoso, de alguna forma se las apañaba para ir apareciendo en series contenedor como World Finest Comics y no es hasta 1983 en el que se le coloca en primera fila, en el foco mediático, cuando se convierte en miembro fundador de los Outsiders, bajo el mando Batman en el The Brave and the Bold #200. La serie escrita por Mike W. Barr y dibujada en sus inicios por el gran Jim Aparo (que cedería los lápices a otro gran artista, Alan Davis), es en la que Metamorpho se va desarrollando como personaje más allá del trabajo previo realizado por sus creadores. Su popularidad lo llevaría a morir durante los sucesos relatados en Millennium (sería la segunda de sus muertes) para volver a la vida (durante Invasión) y formar parte de la Liga de la Justica de Europa, donde protagonizaría algunos de los mejores números de la serie, además de lucir uno de sus mejores aspectos gracias al trabajo de Bart Sears en la serie.

    Y llegamos a 1993, año clave para Rex Mason que ve como desde DC se da luz verde a su primera miniserie, de cuatro números, como protagonista absoluto, escrita por Mark Waid (Kingdom Come) y dibujada por Graham Nolan (Batman), resulta algo confusa en lo que a continuidad se refiere porque no es fácil saber cuándo están ocurriendo la historias que Waid construye alrededor del personaje. No muestra amnesia, como si lo hace en la JLE, por lo que podría ser antes de su muerte en Millenium, pero tampoco se puede asegurar al ser la miniserie posterior editorialmente a la publicación del último número de la JLE, por lo que se podría también pensar que es ahí donde tiene sentido colocarla. Sin embargo, el estado de los brazos de Java, dañados en los números 10-11 de la JLE por el hijo de Shappire y Rex, no aparecen en la miniserie. Un caos del que poco más se puede decir.

    Tocaba morir de nuevo. Y así ocurrió cuando salvó a sus compañeros de la Liga, Nuklon, Obsidian y Icemaiden de morir en la reentrada a la Tierra tras la destrucción de la base lunar a manos del Hyperclan. Todos sobrevivieron, pero Mason no logró sobrevivir a la tensión y el calor generado y de nuevo los lectores tuvieron que despedir a Rex Mason del Universo DC.

    Pero la muerte no era algo que fuera a dejar fuera de juego mucho tiempo a Rex, que regresó cuando su hijo Joey, deseó que regresara, no que estuviera vivo, gracias a Id. Pero su regreso fue anómalo y no tendríamos de nuevo a Rex entre nosotros hasta que Shappire lo expuso de nuevo a los efectos el Orbe de Ra.

    Le llegó de nuevo una oportunidad de aparecer en la nueva serie de los Outsiders, de 2003, escrita por Judd Winick, con dibujos de Tom Raney, en la que al llegar a su séptima entrega Rex les explicaba que el Metamorpho que había estado con ellos desde el principio era en realidad era un pedazo suyo que había crecido hasta alcanzar consciencia propia. Y es entonces cuando el retoño de Rex asume el nombre de guerra Shift. Aquella encarnación duro 50 entregas, siendo cancelada en 2007, para tomar el relevo una nueva serie regular con el título de Batman y los Outsiders durante 14 entregas para volver a ser solo Outsiders en la entrega 15 y posteriores, con guiones de Chuck Dixon y dibujo del español Julián Lopez, que son los encargados de volver a matar la personaje en la explosión orquestada por Thalia. Lo de la muerte de Metamorpho es ya una dinámica que comienza a generar chistes entre los aficionados, porque parece ser siempre carne de cañón para caer en acto de servicio.

    En 2007, además, de la mano de Dan Jurgens, Mike Norton y Kevin Nowlan (como portadista), se publicó una nueva miniserie con el sugerente título de Metamorpho: Year One, en la que el guionista y dibujante, se encargaba de dar alguna pincelas nuevas al origen del personaje.

    Y llegan los Nuevos 52 para desvelar que no, que no estaba muerto, que de nuevo y es que ya ni se molestaron en montar una historia decente, sí que sobrevivió al proteger a sus compañeros con su cuerpo, para ya dejarlo en el limbo tras no ser seleccionado para formar parte de la Liga de la Justicia Internacional. Fue en Renacimiento cuando el personaje regresó de lleno y gracias al trabajo de Lemire e Ivan Reis, gozó de presencia en la serie The Terrifics.

    Y de nuevo a baúl de los personajes perdidos… con la publicación de Calle Peligro, regresa de nuevo al escenario editorial y solo queda descubrir cuál será su papel en la historia de Tom King y Jorge Fornés. Solo queda decir que toda la serie original, así como las miniseries dedicadas a su persona es material inédito en nuestro país.

    ENCUESTA METAMORFO

    Nota: hay una encuesta incluida en esta entrada, por favor, visita el sitio para participar en la encuesta de esta entrada.

    BATMAN UN MAL DÍA – MR. FRÍO

    Mr Frío es uno de los villanos más WTF de Batman. No por nada, pero estamos siempre con la turra sobre que Batman es un héroe realista, que se mueve bien en ambientes urbanos y noir. Mr Frío en cambio es una mezcla entre el Capitán Haddock de Objetivo: La Luna y el Hombre de Hielo da la Patrulla X.

    No en vano su presencia en los primeros números de Gotham Central (la serie más urbana y realista del “universo” Batman) era un soplo de aire… ejem… fresco. Era algo brillante y luminoso y nos daba la sensación de estar viendo casi un fenómeno extrasensorial. Así de anti-realista era y es Mr Frío.

    Además, a pesar de ser reconocible por los fans y uno de los villanos que ha aparecido en una, por llamarlo de alguna manera, película de Batman, y en la serie de televisión de los sesenta interpretada por el mítico Tuco (Eli Wallach), no podemos decir que sea uno de los enemigos más importantes del Cruzado de la Capa.

    Tengo la sensación (y estoy convencido que aparecerán comentarios en contra de lo que diré) que si nunca más saliera en un tebeo, apenas nos daríamos cuenta.

    No pasa nada… o sí, pasan el tiempo, la moda y las tendencias… Mr Frío no da miedo en la era del calentamiento global.

    Pero el hecho de que participe en este evento sobre los malos días que nos pueden convertir en psicópatas enaltece al hombre con dos Frigopies.

    ¿Qué nos vamos a encontrar? Un guion eficaz de Gerry Duggan. Y no es poco. Una historia que recorre alguno de los tópicos del personaje como ese drama por un amor truncado y ese lucha contranatura para recuperar a su amada.

    Lo dicho, buen trabajo del guionista de Salvajes Vengadores.

    Sin embargo, su compañero de fatigas en este trabajo hace un auténtico despliegue de calidad. Matteo Scalera, célebre por la epopeya de ciencia ficción Ciencia Oscura, ofrece un desempeño soberbio.

    Quien conozca al autor sabrá que es un dibujiante que no deja indiferente con su estilo bello, dinámica pero sencillo. Un dibujo maduro y poderoso que te arrebata la capacidad de valorar objetivamente el cómic que estés leyendo.

    A quien no conozca a Scalera solo podemos rnvidiar su suerte de poder disfrutar del dulce impacto que supone descubrir su arte por primera vez.

    Se trata en definitiva de un cómic… refrescante.

    WONDER WOMAN HISTORIA #03

    Llega el final de la trilogía de las Amazonas, de la obra más ambiciosa sobre el universo de Wonder Woman.

    La verdad es que, en un principio, aún maravillado por el arte de Giménez, desconfiaba de que la obra mantuviera el impresionante nivel hasta el último número. Pero ha merecido la pena con creces.

    La exploración de los mitos que se llevó al cabo en el primer número y se mantuvo en el segundo ha terminado atrapándonos en una dolorosa historia sobre el abuso, el empoderamiento, la dignidad, la piedad… y el destino.

    Cierto que Gene Ha no estuvo a la altura de detallismo (precisamente su punto fuerte en obras como Top Ten) pero su experimentación formal no dejó a nadie indiferente. Tratando de mantener las apariciones de los dioses en el mundo terrenal en un aura de imposibilidad o jugando con las composiciones de página dando una pátina de historicidad.

    Y ya lo del tercer número con Nicola Scott es simplemente de traca. Aunque peca de un continuismo respecto al artista del primer volumen sin llegar a su entrega, algunas apariciones, especialmente las de Zeus, y el fragor de la dura batalla son irreprochables.

    Pero la reina absoluta es Kelly Sue DeConnick, que ha sabido extraer lo mejor de los mitos y reforzarlos, hacer realista algo fantástico (para mí, lo más sorprendente de esta épica), y turbarnos con el dolor de la mujer en un mundo de fuertes amazonas.

    Inspirado por esa reivindicación, me puse a revisar otro mito. La primera miniserie de Wonder Woman, realizada nada más y nada menos que por la mítica autora underground Trina Robbins, acompañada además de un peso pesado como Kurt Busiek reforzándola a los guiones. Pero es que, atención, resulta ser ¡la primera obra de WW dibujada por una mujer!

    The Legend of Wonder Woman (1986), sin embargo, no es en absoluto lo que esperaba, aunque no cabe duda de que es una auténtica bizarrada la cual merece la pena contaros.

    Robbins, al contrario que en sus protestatarias obras de un feminismo contundente (cuidadín, que, aparte de sus muchas y necesarias publicaciones, fue la primera que obvió públicamente el machismo en la obra de Crumb), demuestra un absoluto amor por la primera época del personaje y nos ofrece una obra de los años 50 en plenos 80.

    De hecho, pese a ser tan posterior, se la considera la última historia Golden Age de la amazona (o de la Tierra Cuarenta, un cajón de sastre de inconsistencias de Tierra Dos, es decir, que es casi lo mismo). El propio editor, Alan Gold, se divierte, entre los correos recibidos al tercer número, sembrando incertidumbre entre los acérrimos fans que muestran dudas al respecto. Por cierto, no sé si será que seleccionaron bien las misivas, pero prácticamente todos los seguidores parecen encantadísimos con semejante revival.

    Pero es que claro, según confiesa la artista en un texto del segundo número titulado “La leyenda de la leyenda de Wonder Woman”, ella era una de esas acérrimas fans. Es más, en esos mismos textos que acompañan aquellos ajados números admite sin tapujos que ella es la que lanza aquellas alocadas ideas a un pobre Busiek que compone la historia como puede.

    El compadreo entre ambos es tal que, por ejemplo, el escritor es el creador de un insoportable personaje en la historia, pero fuente de chascarrillos añejos, llamado Suzie. Pues Robbins la hace suya, dibujándola como una niña tan pizpireta como inaguantable, pero no para de tener una sensación de preexistencia de ésta. Finalmente encuentró una antigua foto de una niñita exactamente igual… ¡es ella misma de pequeña!

    De hecho, la artista adapta su estilo al del artista original de Wondy, Harry G. Peter, haciendo un pleno de nostalgia. Tarea aparentemente fácil, dado el estilo algo naif de la autora (en sus propias obras juega con ese contraste entre dibujo pueril y guion reivindicativo), pero que se convierte en una obsesión meticulosa, pues adapta el encuadre de viñetas de la época, los globos de texto, las perspectivas y hasta los fondos.

    Confesa amante de la fantasía de aquellos maravillosos años, recoge conceptos del propio William Moulton Marston para ofrecernos junto al guionista una trama tan alocada como entretenida. Como el mundo atómico, aquí convertido en galaxia y gobernado por otro personaje de finales de los 40 prácticamente olvidado, Atomia. O la esfera mágica, de la que se sirve Hipólita para observar el mundo exterior en cualquier época.

    De hecho, esta es la clave de la importancia de esta serie para la continuidad. Pues la historia principal transcurre en el pasado, pero es observada por Hipólita en el convulso presente de las Crisis en Tierras Infinitas. Las amazonas se encuentran en plena desbandada tras la desaparición de Wonder Woman, a la cual comienzan a olvidar como si nunca hubiera existido.

    En el último número, Afrodita explica a Hipólita que está usando su poder para mantener Isla Paraíso pese a la desaparición del universo. La madre de Diana, en vez de vivir para siempre sin el recuerdo de su hija, prefiere que su reino cese de existir en esa realidad, y tanto ella como las amazonas terminan convertidas en estrellas.

    Pronto serían recreadas por un artista imparable que había cogido las riendas de su mito, como ya se anunciaba en los correos de esta Leyenda de Wonder Woman. George Pérez, con su reinterpretación de la superheroína por excelencia del universo DC, haría historia. Historia de las Amazonas.

    YO SOY STARFIRE

    Strafire es un personaje creado por Marv Wolfman y George Perez en DC Comics Present #26 de 1982. Su afiliación en la Tierra, pues proviene del plantea Tamaran, hay que ir a buscarla en el grupo de los Nuevos Titanes, al que se unió tras escapar de la Ciudadela, al ser entregada por su padre como ofrenda de paz con esta raza invasora. Tras cinco años de cautiverio logró escapar y llegar a la Tierra en la que gracias a que Raven estaba reuniendo de nuevo a los Titanes para combatir la llegada de su padre, Trigón, acabó formando parte de l grupo en una de las alienaciones más importantes de su historia.

    Strafire es muy poderosa y tras su apariencia de mujer ingenia, se esconde una personalidad guerrera, fuerte, dura, independiente, que pronto se ganó el favor del público con historias de fuerte calado social, como se pudo leer en su aventura en Sudáfrica, así como su evolución en la serie de los Titanes.

    DC dentro de sus propuestas existe una serie de novelas gráficas escritas y dibujadas por autoras y autores de primer nivel (todos ellos han sido best seller en el New York Times), fuera de toda continuidad, fuera de los especiales Otros Mundos, donde dar espacio a desarrollar historias apoyadas por la presencia de alguno de los grandes personajes de DC, como Mera, Wonder Woman, Canario Negro, Catwoman. Y es dentro de este tipo de propuesta en la que se engloba Starfire.

    No es la primera vez que la escritora, Mariko Tamaki, asumen el reto de hacer una historia enfocada a un publico más juvenil. Ya sorprendió a muchos con su trabajo en Cristales Rotos, donde tomó las riendas de Harley Quinn y construyó un potente relato sobre el crecimiento y la tolerancia, el descubrimiento, la lucha, el dolor, la angustia, así como de la amistad y el desengaño.

    En Starfire, Mariko Tamaki y la artista Yoshi Yoshitani, nos relatan una historia sobre Mandy, la hija de la superfamosa superheroína Starfire. Mandy, de 17 años, hija de Starfire, no es como su madre. Starfire es preciosa, alta, brillante y una heroína. Y Mandy no es una superheroína brillante. Mandy no tiene poderes. Es una niña que se tiñe el pelo de negro y odia a todo el mundo menos a su mejor amigo, Lincoln.
    Es sobre este caldo de cultivo sobre el que la escritora levanta su relato haciendo foco en todo eso que los demás dicen y creen que debemos hacer, pero, sobre todo, sobre saber de dónde viene y adónde vas, con el trasfondo de la maternidad como eje conductor.

    Tamaki no tiende a dejarse llevar por lo interés del género en el que se ve inmersa. Su trabajo siempre encuentra una línea de flotabilidad para buscar el espacio necesario para lanzar reflexiones a su público objetivo y en el caso de este trabajo, mucho más marcado. La adolescencia en proceso de transformación que implica cambios físicos y mentales, en los que se desata una tormenta cerebral que puede llevar a naufragar a un individuo en el duro paso a la madurez. Tamaki lo sabe y trabaja con eso para construir este relato de amor, de entrega, de sacrificio, de descubrimiento y de revelación, como ejercicio catártico para superar una de las fases más complejas y determinantes de nuestra vida.

    QUIEN ES QUIEN EN CALLE PELIGRO

    En Calle Peligro el bueno de Tom King no se limita a mirar al pasado de la editorial, sino que hace foco en una cabecera muy concreta a la hora de rescatar a muchos de los personajes que van a poder ir viéndose en esta maxiserie de 12 entregas. La mítica cabecera a la que nos referimos es 1st Issue Special, cuya naturaleza podría asemejarse a la conocida serie Showcase, pero con algunos matices que la diferenciaban. Su andadura editorial fue muy corta pues solo duró un año en los quioscos y su objetivo era simular el primer número de una nueva serie en la que se rescataba a algún viejo personaje de DC olvidado o se presentaba a uno totalmente nuevo. Era la forma de tener una serie en la que todas sus entregas fueran un primer número, que eran los que más vendían según Carmine Infantino, lo que motivo la feliz idea de poner en marcha esta serie a ver si se podían solventar algunos de los múltiples problemas que arrastraba DC desde hacía unos años. Pero ojo, no era una serie de pruebas con la que determinar la viabilidad de una nueva serie regular por ser imposible, por los tiempos con los que se conocían las ventas y la planificación necesaria para poner la serie en marcha. Aunque si hubo una excepción cuando hablemos de los personajes que aparecieron en sus páginas, Warlord.

    La relación de personajes que aparecieron en sus páginas y que hacen acto de presencia en Calle Peligro son, Atlas, en la primera entrega, Metamorpho en la tercera(en el personaje del mes nombramos este trabajo), Dingbats of Danger Street en la sexta, Creeper en la séptima, Warlord en la octava, un nuevo Starman en la décimo segunda. Pero estos son algunos de los que más os pueden sonar, sin embargo, hay más, como los que se pudieron ver en el segundo número, el Green Team o Lady Cop que se dejó ver en la cuarta entrega.

    Una serie en la que estuvieron implicados autores de la talla de Gerry Conway, Joe Simon, Jack Kirby, Walter Simonson, Bob Haney, Ramona Fradon, Steve Ditko y Denny O´Neil, entre otros. 13 números que quedaron como una anécdota editorial y que hoy sirven de inspiración, casi 50 años más tarde, para sorprender a los lectores de hoy.

    STARMAN

    Lo primero que hay que decir de este personaje es que no estamos hablando de Ted Knight, héroe de 1951, portador de la Vara Cósmica, miembro de la JSA, ni del vilano de mismo nombre visto en Detective Comics #268. No, este Starman es una nueva encarnación, creado por Gerry Conway y Mike Vosburg, que responde al nombre de Mikaal Tomas, un extraterrestre venido a la Tierra con el objetivo de conquistarla, pero que cambió bando y decidió quedarse como su defensor. Fue importante por ser el primer personaje bisexual de DC, de la mano de Jamen Robinson (que también lo usó como miembro de la JSA en 2008) en su trabajo en Starman durante la década de los años 90. Personaje de enorme poderes cósmicos y aspecto alienígena por tener la piel azul, del que apenas hay más interacciones editoriales pues acabó eclipsado por las siguientes encarnaciones de Starman.

    LADY COP

    Liza Warner, oficial de policía, fue creada por Robert Kanigher y John Rosenberger. Su génesis narra como tuvo que ver, escondida debajo de la cama, a un asesino calzando botas vaqueras, matando a sus dos compañeros de piso, dejando tras de sí una carta con el as de picas. Liza ingresó en la academia de policía, motivada por este traumático acontecimiento, con la idea de capturar al asesino. Esta es toda su carrera editorial, pero si que se la pudo volver a ver en The New All Atom #6 y #12 como jefa de policía de la ciudad de Ivy Town.

    GREEN TEAM

    Se trata de un grupo de aventureros adolescentes de clase alta, creados por Joe Simon, cuya primera denominación fue la de Boys Millionaries. Hubo un intento de dotar al grupo de serie propia, pero los planes iniciales se quedaron perdidos en las oficinas de DC debido a la famosa DC Implosión. Planes que llegaron a materializarse en dos números dibujados que serían publicados en Canceled Comics Cavalcade de 1978. Fue en 1990 cuando los lectores volvieron a saber de este grupo en Animal Man #25, para desaparecer de nuevo siete años, momento en el que aparecieron en una sola página de Adventures of Superman #579 escrito por Karl Kesel. Su última aparición hay que buscarla en los Nuevos 52 de 2013, por Art Baltazar, pero su andadura sería de nuevo corta, pues tras 8 entregas se canceló su serie subtitulada Teen Trillionaries.

    DINGBATS

    Este peculiar grupo fue creado por Jack Kirby en septiembre de 1975, con planes para ser una serie regular. Sin embargo, el proyecto no llegó a los quioscos y por tanto vio la luz dentro de la iniciativa 1st Issue Special. Esta pandilla de jóvenes callejeros se dejó ver de nuevo en el ya citado Adventures of Superman #579, obra de Karl Kesel, en un número que homenajeó algunas las creaciones de Kirby en DC, como la Newsboy Legion y al citado Green Team.

    En 2018, de la mano de Scott Snyder, se pudo ver al miembro de la banda, Krunch, como integrante de los Investigadores de los Desconocido en la miniserie surgida tras los eventos de Metal.

    WARLORD

    Mike Grell, admirador confeso de la obra de Hal Foster, el Príncipe Valiente, creó Warlord con ello en mente añadiendo al coctel sus propias obsesiones, como la arqueología, las civilizaciones perdidas y la espada y brujería. La historia comenzó cuando un piloto, Travis Morgan, se estrelló en el Polo Norte y acaba perdido. Para sobrevivir encontró una cueva, que no era sino el acceso a la tierra de Skartaris, un lugar de densos bosques, poblado por criaturas fantásticas y civilizaciones de todo tipo, donde la magia, la espada y la aventura hicieron de Travis el protector de ese reino hundido en el hielo.

    Warlord es un caso anómalo dentro de la iniciativa 1st Issue Special ya que su número 8, en el que aparecía Warlord, se puso a la venta en noviembre de 1975, mientras que propia serie regular llegaba a los quioscos en febrero de 1976. Esto indica que en las oficinas de DC ya estaba claro que el personaje iba a gozar de serie propia, pasara lo que pasara en su número de debut de unos meses antes.

    La serie fue longeva, pues alcanzó los 133 números, hasta 1988, con Mike Grell a bordo en la doble tarea de escribirla y dibujarla durante seis años. El personaje ha gozado de otros tres intentos por no perderse en el limbo editorial. El primero de ellos fue una miniserie escrita por el propio Grell en 1992 con dibujos de Dameon Willich. En 2006 en el encargado de escribir su nueva miniserie fue Bruce Jones y gozó del dibujo de Bart Sears, y sirvió para reiniciar al personaje, dejando muchos aspectos plantados sin resolver de la historia. El tercer y último intento hasta la fecha, se produjo en 2009, cuando el personaje cumplió 35 años, con Grell de nuevo a bordo y dibujos de Joe Prado, en una andadura editorial que quedó reducida a 16 entregas.

    A modo de curiosidad en Flashpoint el personaje de Warlord apareció como un pirata al que hace frente al ataque de su competidor, Datdhstroke.

    ATLAS

    Creación de Jack Kirby para la serie que abre este texto y cuya vida editorial como personaje se reduce a esa única aparición, hasta que James Robinson lo trajo de vuelta en Superman #678, para presentarlo como un héroe que se mueve al filo de la villanía, pero que siempre acaba decantándose por la segunda. Y desde entonces nunca más se supo de su existencia. Un concepto que en su ADN esconde cierto potencial y que siempre sirve como ejemplo para abrir el debate sobre si existen los personajes malo o es la fala de ideas las que de verdad arrastran estas creaciones a perderse ene limbo editorial.

    CREEPER

    Creado por Steve Ditko y Don Segall, es un periodista de Gotham City encargado de conducir un programa de entrevistas que, gracias al trabajo del Dr. Yalz, se puede transformar en el metahumano Creeper. Su primera aparición se produjo en el Showcase #73 de 1968 dónde se definía que el personaje adquiría la identidad de Creeper pero su aspecto era todo atrezo para intimidar a sus enemigos. Tuvo serie propia de corta duración escrita por Denny O´Neil, con Ditko involucrado en el primer número, titulada Beware the Creeper, en la que acabó muriendo. Sin embargo, eso no impidió que el personaje hiciera apariciones esporádicas en numerosas series sin mucha repercusión mediática.

    En 1987 se definió su origen y poderes, debido a que el dispositivo que activaba el cambio no solo le dotaba del aspecto de piel amarilla y melena vede, con una capa roja de pelo, sino que también alteraba la química de su cerebro, haciendo que su comportamiento fuera errático y salvaje. Eso hizo que, desde 1997, Jark Ryder, nombre del protagonista, y Creeper, fueran tratados como dos personalidades distintas atrapadas en un solo cuerpo.

    En 2003, dentro del sello Vertigo, se lanzó una serie que recuperaba el título de su primera incursión editorial en solitario, para mostrar una versión muy alejada del concepto inicial, en el que todo giraba alrededor de dos hermanas gemelas que vivían en el Paris de 1920 y su relación con una mujer disfrazada como Creeper.

    Tras Crisis Infinita el Universo DC sufrió algunas restructuraciones de continuidad y Jack Ryder fue reintroducido en la misma en el DC: Brave New World de 2006, escrita por Steven Niles y dibujo de Justiniano.

    En 2008 de la mano de Keith Giffen, en la miniserie Reing in Hell, el personaje volvería retocarse para decir que en realidad Jack Ryder estaba poseído por una entidad demoniaca, Creeper, que levantó mucha controversia por los numerosos errores de continuidad que desataba, lo que motivó que este trabajo sea ignorado por los autores que han trabajado con el personaje tal y como ocurrió con la llegada de los Nuevos 52 en 2011.

    Sin embargo, en Renacimiento, Creeper volvió a ser retocado para regresar a sus orígenes iniciales de una transformación activada por la experimentación científica y dejando de lado cualquier tipo de posesión demoniaca.

    EFÉMERIDES Y CUMPLEAÑOS…

    JAMES ROBINSON (1 de abril de 1963 – Cumple 60 años)
    Nacido en Inglaterra, debutó en el año 1989 con la novela gráfica London´s Dark que destacó por su crudeza y su experimentación. Durante los primeros años de la década de los noventa realizó trabajos en la editorial Dark Horse adaptando la franquicia de Terminator, para en 1993 dar el salto a DC y escribir la serie limitada de La Edad Dorada en la que realizó un sentido homenaje a toda aquella época.

    Entre los años 1994 y 1995 estuvo al frente de la serie de Wildstorm, WildC.A.T.S y creó la serie Leave It to Chance con el dibujante Paul Smith entre los años 1996 y 2002. Sin embargo, si hubiera que colocar a Robinson en un sitio especial dentro de su producción, la serie que encierra al mejor Robinson es Starman, con el dibujante Tony Harris, que revitalizó al personaje en 1994. Fue también durante este trabajo que realizó historias para la serie Leyendas de Batman, en el arco titulado Vigilante.

    Fue el encargado, en 1999, con David S. Goyer, de poner en marcha la nueva serie de la JSA, que abandonó a la quinta entrega dejando a Geoff Johns a bordo.

    Los años 2000 fueron prolíficos para el guionista que se dedicó a escribir Superman, la miniserie JLA: Cry for Justice, así como la maxiserie de Shade, el personaje visto en las páginas de Starman. En los Nuevos 52 se encargó de la seire Tierra 2 donde de nuevo trabajaba con los personajes de la JSA.

    Tuvo varias experiencias en el cine, escribiendo varios guiones, siendo uno de los más reconocibles el que elaboró para adaptar el material de la Liga de los Hombres Extraordinarios. También ha escrito y ha producido la serie de TV, Stargirl. También se pueden encontrar trabajos muy interesantes en Marvel, como Cable, Capitán América y los 4 Fantásticos.

    Un escritor detallista, con interés por la historia pasada de los personajes, con un delicado gusto por construir sus trabajos sobre la historia y evolucionar a partir de ahí.

    GIL KANE (Nació el 16 de abril de 1926 – Hubiera cumplido 103 años – Murió en enero de 2000)
    Nació en Letonia, con el nombre de Eli Katz y llegó a los Estados Unidos en 1929. Durante su formación académica cursó en la Escuela de Arte Industrial de Manhattan, pero no llegó a completar sus estudios al ver la oportunidad de trabajar en la MLJ Comics, que más tarde cambiaría de nombre por Archie Comics. Tenía 16 años. Fue un primer trabajo efímero, pues fue despedido tres semanas más tarde. Pronto estuvo de nuevo ocupado pues fichó por la agencia de Jack Binder, donde empezó a dibujar ya profesionalmente, aunque su arte no es que gustara mucho. El destino jugó con los dados de manera inescrutable y la MLJ volvió a requerir sus servicios, esta vez en otro departamento y con aumento de sueldo, encargándose de Inspector Bentley of Scotland Yard en Pep Comics, para luego llegar a realizar un número completo en The Shield and Dusty. Sin embargo, su primer trabajo acreditado hay que ir a buscarlo en Scarlet Avenger de Carl Hubbell, dónde se encargó de las tintas en 1941. Fue la primera vez que firmó con el nombre de Gil Kane.

    En 1944 realizó uno de sus primeros trabajos en la futura Marvel Comics, en la serie Young Allies #11, para de ahí convertirse en el ayudante invisible de Jack Kirby en DC Comics en la historia de Sandman en el Adventure Comics #91. Ese mismo año fue reclutado y no regresaría a los Estados Unidos hasta 19 meses más tarde.

    En 1947 el editor Sheldon Mayer lo contrató para de nuevo colaborar Adventure Comics y Sensation Comics. Fue en 1949 cuando su carrera cambió por completo al entrar en su vida la figura de Julius Schwartz, editor de National Comics, la futura DC, donde comenzó su carrera como dibujante en series como All Star Western y The Adventures of Rex the wonder dog.

    Kane formó parte de la generación de dibujantes que cambiaron al medio con la llegada de la Edad de Plata. A finales de los años 50 fue el encargado del rediseño del personaje de la Edad de Oro, Green Lantern, presentando al mundo a Hal Jordan en el Showcase #22. Su labor no se limitó a su creación visual, sino también se encargó de dibujar los primeros 75 números de su serie regular, escrita por John Broome. Ambos crearon a personajes tan relevantes como Carol Ferris y su transformación en Zafiro Estelar, crearon al villano Mano Negra y en 1968 presentaron al mundo a Guy Gardner.

    Kane también fue cocreador de la nueva versión de Atom, con Gardner Fox. Se encargó de dibujar a los Teen Titans, Plastic man, y a finales de los años 60 estuvo involucrado en las series de Halcón y Paloma, y con Marv Wolfman fue el encargado de dotar de un origen al personaje de Wonder Girl en el Teen Titans #22 en 1969.

    En Marvel, trabajó bajo seudónimo en Hulk, presentando al villano la Abominación, y tras encargarse de algunas series en otras editoriales, como Tower Comics, regresó a Marvel para ser le dibujante regular de la serie The Amazing Spiderman. En Marvel dejó su impronta cocreando a Iron Fist, renovó a Adam Warlock y al Capitán Marvel de la mano de Roy Thomas.

    En los años 80 sus lápices se pueden encontrar en Action Comics, y volvió a encargarse de dibujar a Atom en la serie The Sword of Atom y entre 1989 y 1990 fue el encargado de dibujar la adaptación al cómic de la ópera de Wagner, El Anillo del Nibelungo.

    Tras esto su trabajo se distribuyó entre varias editoriales americanas, Toops Comics, adaptado la película de Parque Jurásico, Malibu Comics, donde creó al personaje de Edge, Awesome Entertainment, donde trabajó con Alan Moore en Kid Thunder, con trabajos esporádicos en DC en las series de Batman y Superman. Su último trabajo completo fue en 1998 en Awesome, donde dibujo el guion de Alan Moore para Judgment Day Aftermath #01. A partir de ese momento sus aportaciones se fueron espaciando más y su arte quedó relegado a historias cortas en DC, Dark Horse, etc.

    Un dibujante mítico, cuya labor cambio al medio, de estilo reconocible, fluido, dinámico e innovador que dejó tras de sí un legado artístico incomparable.

    JOHN OSTRANDER (20 de abril de 1949 – Cumple 74 años)

    Ostrander estudió teología para ser sacerdote, pero el destino le tenia guardado un camino bien distinto y acabó siendo escritor, además de agnóstico declarado. Empezó trabajando de actor en el teatro para en 1983 empezar en el oficio de guionista de cómics para la editorial First Comics, donde con Timothy Truman cocreó el personaje de Grimjack. Su llegada de DC no fue a través de series menores, sino a lo grande, pues fue el encargado de guionizar, junto con Len Wein, el evento Legends, que venía a sentar las bases del nuevo Universo DC post Crisis.

    Fue en 1987 cuando se hizo cargo de la nueva serie regular del Escuadrón Suicida, con el dibujante Luke McDonnell, realizando un trabajo sólido con los villanos del Universo DC. Su talento se puso también al servicio de Firestorm, Espectro, Detective Marciano, Manhunter, Deadshot, Catwoman, Capitán Atom y lanzó la serie Hawkworld con su amigo Thimothy Truman. Durante mucho tiempo, hasta 1997, que un cáncer de mama acabó con su vida, trabajó juntamente con su mujer, Kim Yale.

    En DC fue el encargado de convertir a Barbara Gordon, postrada en una silla de ruedas, en la brillante Oráculo, enlace de superhéroes y genio de la informática y la información. Así mismo es el responsable, junto con Tom Mandrake, de presentar a un nuevo Mr. Terrific en las páginas del número 54 de la serie de Espectro, el ahora conocido Michael Holt.

    Ha trabajado también para editoriales como Marvel, Eclipse Comics y Dark Horse e Image. En la actualidad sufre de glaucoma

    MORT WEISINGER (Nació el 25 de abril de 1915 – Hubiera cumplido 108 años – Murió en mayo de 1978)
    Fue un periodista, escritor y editor que se forjó en los fuegos de la ciencia ficción desde que la descubriera a la edad de 13 años en la revista Amazing Stories. Lector voraz de todo lo que tuviera que ver con la ciencia ficción y particularmente Buck Rogers de Philip Francis Nolan, The Moth de H. G. Wells y Skylark of Space de Edward Elmer Smith. Una afición que le llevaría a ponerse en contacto con otros aficionados e incluso formar parte de un club, Scienceers, donde el azar o el destino, según se quiera pensar, hace que conozca a Julius Schwartz, con el que crearía, ayudado por Allen Glasser y Forrest J. Ackerman, un fanzine de ciencia ficción, denominado The Time Traveler.

    Este sería el primer paso que lo llevaría a trabajar en National, ya que en 1934 creó, junto a Schwartz, la primera agencia especializada en los géneros de ciencia ficción, fantasía y horror, captando como primeros clientes a Otto Binder (1911-1974) y Edmond Moore Hamilton (1904-1977) y con el tiempo representarían a escritores tan ilustres como H.P. Lovecraft o Ray Bradbury.

    En marzo de 1941, Weisinger, dejó Standard Magazine y se mudó a National como editor de Superman y Batman. Su fama dentro de la editorial se forjó a golpe de martillo siendo criticado por su actitud autoritaria, severa, controladora y su mano dura con sus guionistas y dibujantes, pero sin duda alguna lo que más molestaba de su forma de ser era la manera en la que era capaz de sofocar la creatividad a la hora de imponer el camino que debían tener las historias. Bajo su mandato de hierro se incorporaron numerosos conceptos a Superman, como Supergirl, Krypto, la Fortaleza de la Soledad, Kandor, la Legión de Superhéroes, las kryptonitas y la Zona Fantasma. Weisinger exprimía al máximo a sus artistas y trabajando él de sol a sol, aún sacaba tiempo para poder ayudar en la creación de nuevos personajes, como Green Arrow, Johnny Quick y Aquaman (aunque como se ha podido a determinar su contribución fue muy limitada siendo Paul Norris el máximo responsable de su creación), entre otros.

    ESTE MES ES EL ANIVERSARIO DE… FIRESTORM

    FIRESTORM – 45 ANIVERSARIO

    Este mes hemos recurrido a una extraña cifra de 45 años (para este viejuno redactor no tan rara, snif) como motivo de celebración del aniversario de un héroe también ciertamente peculiar; Firestorm, el hombre nuclear.

    Sus muchas peculiaridades han cambiado a lo largo de los años, siendo la principal el origen de su poder basado en la energía nuclear. También la doble personalidad, al formarse a través de una matriz, ha sobrevivido a la mayoría de sus encarnaciones (de hecho, a parte del pelo llameante, es de las primeras ideas que tuvo Gerry Conway mientras creaba al personaje). Y la más divertida también ha desaparecido a veces, la transmutación de la materia. No nos quedemos sin nombrar su pertenencia intermitente a la Liga de la Justicia.

    ¿Pero de dónde sale este superhéroe tan poderoso como eclético? Pues también de un experimento. Su primera serie, Firestorm, obra de Conway y Al Milgrom (Marzo de 1978) sólo sobrevivió 6 números antes de la tristemente famosa implosión de DC comics. Por los 40 años del personaje, le dedicamos un artículo a esta primera serie que bien merece un vistazo. Pero quedémonos al menos con ese explosivo (guiño, guiño) origen que fusiona al díscolo Ronny Raymond y al venerable profesor Martin Stein en nuestro homenajeado superhombre.

    Al menos, la cancelación supuso su inclusión en la Liga de la Justicia de América (desde el número 179 hasta el famoso segundo anual donde se reformaba el grupo), idea del guionista (también a cargo de la serie grupal) para mantener vivo este personaje que con tanto cariño habían creado. Aún tuvo que sobrevivir como complemento de The Flash entre los números 289 al 304, aunque Conway estuvo acompañado de dibujantes de la talla de George Pérez o Jim Starlin, entre otros.

    Pero por fin, en Junio de 1982, nace The Fury of Firestorm, the Nuclear Man, a los mandos del mismo guionista pero con Pat Broderick al dibujo. Por cierto, vaya lío con el nombre de la serie, porque “oficialmente” se llama The Fury of Firestorm hasta el 65, donde cambia a Firestorm: the Nuclear Man, para quedarse solamente en Firestorm en el 93. Pero en portada es el título largo hasta el 50, donde cambia a sólo nombre con la coletilla, y efectivamente en el 93 se queda sólo en el nombre con logo diferente.

    En todo caso, el que no cambia hasta el 54 es Conway, entregando una serie que, aunque bastante convencional, aprovecharía esa dualidad entre alter-egos para darle un toque atrayente. Broderick si que lo dejaría en el 17 para dejarnos disfrutar con el arte de Rafael Canayan, pero desgraciadamente éste nos dejaría en el 43, para ser substituido definitivamente (salvo en el 50 especial) por Joe Brozowski, que a partir del 45 se haría con la serie. En los intermedios, siempre estuvo atento George Tuska.

    Durante esa etapa, se asientan la mayoría de secundarios (muchos de ellos con inicial repetida, por cierto, como Cliff Carmichael, Doreen Day, Jefferson Jackson…), se crea a la versión femenina Flamebird y tambien se inventan toda una galería de villanos para el recuerdo (Salvo Killer Frost, Multiplex y Hiena, la gran mayoría: SlipKnot, Plastique, Byte, Breathtaker, Heezel, Typhoon, Flambeau, Bug, Silver Sahde, Bazooka Joan…). Dato importante porque muchos de ellos los usaría luego Ostrander como miembros de su Escuadrón Suicida. Es además el tiempo durante el cual la serie se cruzaría con Crisis en Tierras Infinitas (41-42), en las que tuvo un papel bastante relevante, y, en sus últimos compases, con Legends (55-56).

    De hecho, es durante el segundo crossover cuando pasa a manos de John Ostrander, que se quedaría hasta el final de la misma. Lástima que sin embargo Brozowski no se marcharía hasta el 78, pero a partir del 87 por fin Tom Mandrake ofrece un recital de grandeza difícilmente igualable. El nuevo guionista le da un giro a la colección hacia la madurez y sí que crea de todo menos una serie convencional. Hace algo más de un año, repasamos su etapa al mando del cabeza llameante.

    En este punto es cuando empieza el sufrimiento del personaje fuera de su propia serie. En Extreme Justice #3, de Dan Vado y Marc Campos, conocemos que Raymond sufre leucemia. Por suerte Stein, que estaba vagando por el espacio como elemental del fuego, vuelve para salvarle (EJ #5). Se une a la JLA de Joe Kelly en el #69, pero no encuentra su sitio y es durante esta época que ocurre la desgracia. Durante la Crisis de Identidad de Brad Meltzer y Rags Morales (en el quinto número para ser exactos), Ronny muere de manera inesperada, aunque heroica, a manos del Ladrón Sombra.

    Su energía encuentra entonces un nuevo avatar, el adolescente afroamericano Jason Rusch, y nueva serie, Firestorm (Julio de 2004) de Dan Jolley y ChrisCross. Es una etapa que crea y aprovecha muchos conceptos interesantes, pero quizá la prematura muerte del anterior alter-ego no terminó de dejar crecer al nuevo alter-ego. Interaccionó bastante con el Universo DC del momento e incluso jugó a compartir la matriz con muchos otros, entre ellos de nuevo Stein, Lorraine Reilly (Firehawk) y un Ronny traído de entre los muertos.

    Pero el que sacaría verdaderamente del otro mundo a Raymond sería La Noche Más Oscura de Geoff Johns e Ivan Reis. Aunque en El Día Más Brillante del mismo Johns y Peter Tomasi la resurrección sería definitiva, en el medio cometió atrocidades como matar a la novia de Rusch, lo que marcarían a ambos. Hasta la forzosa reconciliación para vencer a una tercera fuerza escondida en la matriz Firestorm, el verdadero avatar oscuro nacido durante la precedente saga Lantern, DeathStorm. Aún se liaría más parda en los últimos coletazos del brillante día, pero algo aún más importante iba a suceder.

    El Universo DC vuelve a reiniciarse durante Flashpoint, y tenemos nueva serie, Fury of Firestorm: The Nuclear Men (Noviembre 2011), a cargo de Ethan Van Sciver, Gail Simone y Yildiray Cinar. Ahora Firestorm, o Fury, es fruto de la unión del alocado Raymond y el cerebrito Rusch gracias a la ciencia de Stein. En esta encarnación ha vuelto estar involucrado con la Liga, participando en Trinity War, Forever Evil y hasta Doomsday Clock, donde ha tenido un papel tan destacado como controvertido.

    Aún sin serie propia (salvo la mini Legends of Tomorrow, donde volvió a contar con Conway, su creador) también ha aparecido por todos los eventos habidos y por haber como Drowned Earth, Leviathan, Dark Nights: Death Metal… y, cómo no, Dark Crisis, donde nos ahorraremos detalles de su participación para no meteros spoilers a los lectores patrios, pero más aún le veremos cambiar durante Lazarus Planet.

    Parece pues que, a falta de una serie que le haga justicia, al menos El Hombre Nuclear sigue en forma a mitad de sus 40. Esperemos que el próximo aniversario lo celebremos con grapas en nuestras manos y brindemos por esa fogosa cabeza.

    LIBRO MILLER / EISNER

    Este mes nos salimos un poco del jardín DCeíta y comentamos el libro «Eisner Miller». Se trata de un libro que presenta una recopilación de entrevistas realizadas por Charles Brownstein a dos leyendas del cómic estadounidense: Will Eisner y Frank Miller. El libro es una larga conversación (en realidad son varias) entre dos de los más grandes creadores de cómic, y ofrece una perspectiva única sobre sus vidas, su obra y su influencia en el medio.

    Las entrevistas se realizan de forma muy amena y fluida, y los autores abordan temas tan diversos como su proceso creativo, sus inspiraciones, las influencias que han recibido, sus técnicas de dibujo y guión, su relación con la industria del cómic y los desafíos a los que se han enfrentado a lo largo de sus carreras.

    En algún momento parece que hay cierto pique y sobretodo perspectivas muy diferentes sobre la concepción de lo que es ser un autor. Eisner, hijo de la Depresión, veía a los dibujantes y guionistas de su “época” como meros currantes, personas que no veían su obra como algo artístico, sino como un trabajo. Miller sin embargo muestra un orgullo por su desempeño, por su concepción como artista, que ejemplifica un cambio generacional determinante en lo que ahora consideramos un autor.

    También dan cerita de la buena a las editoriales y se detienen en comentar la creación de Superman, su origen influencia y la relación contractual de sus creadores.

    Además de las entrevistas, el libro también incluye algunas ilustraciones y bocetos de los dos autores, lo que añade un toque visual muy interesante a la obra.

    En general, «Eisner Miller» es un libro muy disfrutable para cualquier amante del cómic americano y para aquellos que quieran conocer más sobre la obra y la influencia de los autores.

    Es una obra entretenida, informativa y llena de anécdotas interesantes. Se lee en un suspiro e ideal para aprender sobre el medio.

    SERIES DE TERROR CLÁSICAS EN DC COMICS

    En el reciente podcast sobre Vertigo (que podéis escuchar aquí) indicamos de forma escueta que Black Label es (o pretender ser) la evolución natural del sello comandado por Karen Berger. Sin embargo, se nos olvidó mencionar la serie más Vertigo de Black Label: The Nice House on the Lake, cuyo final llega este mes a España de la mano de ECC.

    Aunque la serie de James Tynion IV y Álvaro Martínez Bueno sucede en un mundo autónomo, lo cierto es que encaja perfectamente en el catálogo de DC, una editorial conocida (además de por los superhéroes, claro) por publicar excelentes cómics de terror.

    Para conocer en profundidad la época dorada del terror en DC podéis leer este artículo antes de seguir este magazine.

    Aunque las primeras historias terroríficas marca DC tienen su origen en los cincuenta, no fue hasta la llegada de Joe Orlando al puesto de editor (en 1968) que tanto House of Mistery como The House of Secrets alcanzaron una personalidad distintiva, una personalidad “proto-Vertigo”.

    House of Mistery y House of Secrets tendrían en nómina a grandes autores como Neal Adams, Joe Kubert, Bernie Wrighston, Sergio Aragonés, Len Wein, Mike Kaluta, Gerry Conway, entre otros. Casi nada. En paralelo, Carmine Infantino y Alex Toth convertirían a las tres brujas de Macbeth en las anfitrionas de The Witching Hour (1969). Cynthia, Mildred y Mordred jugarían un papel fundamental en The Sandman, así como los anfitriones de House of Mistery y House of Secrets: Caín y Abel. Pero si de incorporaciones al universo Vertigo hablamos, no podemos obviar House of Secrets #92 (julio de 1971).

    En la historia titulada Swamp Thing, Len Wein y Bernie Wrighston presentaron a Alex Olsen, un hombre convertido en un monstruo pantanoso a principios del siglo XX. La historia tuvo tanto éxito que Wein y Wrighston reutilizaron el mismo concepto para crear a Alec Holland, el Swampy que todos conocemos y amamos y que gozó durante dieciocho números de una colección propia.

    Tras la DC Implosion (1978), House of Secrets y The Witching Hour se fusionaron en The Unexpected. Joe Orlando abandonó su puesto de editor y fue sustituido por una joven profesional que respondía al nombre de Karen Berger. En 1984, Len Wein se puso en contacto con Alan Moore con el objetivo de que este se encargara de Swampy. El resto es historia. En este breve espacio, me gustaría escribir algunas notas sobre aspectos que se quedaron fuera del artículo enlazado más arriba.

    En primer lugar, una antología de terror que descubrí gracias a mi compañero Enrique Doblas, considerada por muchos el último eslabón de la cadena que llevaría a Vertigo. Wasteland #1 (1987), abre fuego con una maravilla de relato (Foo Goo) sobre la adicción, el riesgo y la adicción al riesgo, escrito por John Ostrander y Del Close y dibujado por David Lloyd.

    Sigue una historia de ciencia ficción satírica dibujada por William Messner-Loebs y una especie de relato humorístico ilustrado por Don Simpson. Ostrander y Close escribieron estas dos historias, así como la plana mayor de relatos en los números siguientes, secundados por dibujantes como David Lloyd, George Freeman, Timothy Truman o el mismísimo Joe Orlando.

    En segundo lugar, la continuidad de la obsesión con el poder de las imágenes, esbozada ya en los sesenta. Una obsesión que aparece en los lugares más insospechados. Por ejemplo, en la historia El Enemigo de Krisna (Wasteland #17, abril de 1989), una adaptación del Bhagavad-gita dibujada por Bill Wray. Una pequeña joya olvidada.

    Cuando su campeón Arjuna está a punto de morir, Krisna se presenta ante él. Arjuna “ha luchado como un tigre, sentido como un amante y establecido un reino justo”, de modo que Krisna le ofrece sentarse a su lado en el paraíso. Después de superar, o bien vidas incontables como amigo de Krisna, o bien diez vidas como enemigo de Krisna. Deseoso de estar en el paraíso, Arjuna elige lo segundo. Por desgracia para él, tras cientos de existencias torturadas descubre que nunca podrá ser un “enemigo de Krisna”, al haber elegido ese camino, en realidad, por amor. La triste conclusión: un solo error de juicio puede condenar para siempre al más justo de los hombres.

    Y entonces llega lo mejor, la última página de la historia, donde descubrimos que Arjuna se ha reencarnado sin parar, hasta acabar en una especie de manicomio. Y en la última viñeta, Arjuna ve por el rabillo del ojo algo horrible, espantoso, horripilante: Krisna en su aspecto de “ángel de la muerte”, listo para llevarse a Arjuna hasta su próxima vida.

    Este aspecto de Krisna, según enseña el hinduismo, no puede ser contemplado por ojos humanos. No tengo claro que sea este el motivo por el que Ostrander, Close y Wray eligen no mostrar a Krisna, dejar su presencia fuera de cuadro; pero encontramos esa apelación a lo numinoso en La foto final de Aaron Philips y El hombre con rayos-X en los ojos.

    Los antologías terroríficas de DC en los sesenta presentaban referencias muy evidentes: la tradición gótica que va desde Poe hasta La Dimensión Desconocida, pasando por Lovecraft y el gótico americano. Pero en veinte años las cosas habían cambiado mucho, y nuevas generaciones de creadores había dejado su impronta en el celuloide y en las páginas de los tebeos: Romero, Carpenter, Cronenberg, Hopper, Crumb. De hecho, la antología se cierra (en el #18, de mayo de 1989) con un truco muy propio de Wes Craven. En Las aventuras de Del y John (dibujo de Don Simpson), los dos guionistas se enfrentan a todas sus creaciones de estas dieciocho entregas, incluida la seta mortífera de Foo Goo.

    En tercer lugar, otra anfitriona que también paso al Universo DC tradicional. Charity (después recuperada por James Robinson en Starman) fue presentada en Forbidden Tales of Dark Mansion #7 (1972) en una historia titulada, sí, lo habéis adivinado, El ojo del observador. Mike Kaluta se encargó se diseñar a la hermosa hechicera, mientras que Robert Kanigher escribió la historia dibujada por Howard Chaykin.

    Entre los guionistas de esta antología podemos mencionar al propio Robert Kanigher (encontraréis una semblanza biográfica de este genial guionista aquí), a Joe Orlando, a Gerry Conway, Jack Oleck o Michael Fleisher. Entre los artistas, Alfredo Alcalá, Alex Nino, el incombustible Sergio Aragonés o el mismísimo Gil Kane.

    Sirva esta breve semblanza (así como los artículos enlazados) como el proverbial grano en el granero que ayude a que estos relatos puedan ser por fin publicados en España. El respetable no se merece menos. Mientras tanto, recordad: la monstruosidad es solo un punto de vista…¡y por lo que más queráis, no os quedéis dormidos!

    DESTACADO DEL MES
    CALLE PELIGRO
    (G): Tom King.
    (D): Jorge Fornes.

    Allá por 2018, cuando Mr.Milagro salió en España, muchos pensamos que Tom King (qué venía de escribir El Sheriff de Babilonia y La Visión, nada menos) había tocado techo.

    Con Strange Adventures y Rorschach publicándose a la vez, volvimos a pensarlo. Con Supergirl, The Human Target y Gotham City: Year One, parecía evidente que la cosa que no podía mejorar mucho más. Calle Peligro es la serie más ambiciosa y compleja del ex – agente de la CIA. ¿Nos atreveremos a pensar que es el cénit de la carrera de Tom King?

    En esencia, en Calle Peligro Tom King hace lo que Tom King hace mejor: Mystic River con superhéroes. Con la particularidad de que los protagonistas son una panda de personajes semidesconocidos o totalmente olvidados: Lady Cop, Creeper, Warlord, Manhunter, The Green Team, entre otros.

    Y cuando digo “otros”, lo digo de verdad. Mas que una serie coral, este cómic es un mosaico compuesto por teselas de muy diversa procedencia.

    Escribir guiones con muchos personajes es como hacer malabares. Cuantas más pelotas añades a la ecuación, más interesante es el espectáculo y más posibilidades tienes de hacer el ridículo. Pues bien. A King no solo no se le caen las bolas al suelo, si no que consigue perfilar un retrato psicológico coherente y apasionante de cada uno de sus personajes. En ese sentido, Calle Peligro es el más Watchmen de todos los Watchmen que King ha venido escribiendo en los últimos años.

    La belleza del mosaico está en manos de Jorge Fornés, un narrador brillante, excepcional. En realidad, todos los adjetivos se quedan cortos frente al arte del dibujante barcelonés, quien ya había trabajado con King en Rorschach y en las mejores historias de Batman de la pasada década.

    El heredero de David Mazzucchelli, añade a su considerable arsenal de recursos artísticos una habilidad nueva en su repertorio: la versatilidad. Desde los barrios degradados que patrulla Lady Cop a los fastuosos mundos de los Nuevos Dioses, Fornés no deja asombrar. Y lo mejor. Se nota que se lo está pasando muy bien ilustrando esta obra maestra.

    DESTACADO DE… DIEGO GARCÍA ROUCO
    BLACKHAWK
    (G): Howard Chaykin
    (D): Howard Chaykin, Richard Ory, Steve Oliff, Ken Bruzena

    El escuadrón Blackhawk nació en 1941, en plena Segunda Guerra Mundial, en las páginas de Military Comics, un cómic-book publicado por Quality. En el apartado creativo de la serie se encontraba el estudio de Will Eisner, en concreto la serie fue ideada por Chuck Cuidera con ayuda de Bob Powell y del propio Eisner, aunque su implicación en este proyecto fue mucho menor y nunca llego a acercarse a las cotas de la calidad de Spirit o Contrato con Dios, obras que marcaron un antes y un después en el cómic estadounidense. Se trataba de una serie que nos contaba las aventuras de un escuadrón de aviadores plurinacionales que luchaban contra el nazismo durante la contienda, aunque el éxito de la serie provoco que sus aventuras se prolongaran varios años después. Tras la comprar de los personajes de la editorial por DC pasaron a formar parte de su universo, aunque sin llegar nunca a alcanzar los niveles de popularidad de sus primeros años de vida.

    Así que en los años ochenta se trataba de un concepto con el que DC no sabía que hacer tras el reinicio post-Crisis que los había integrado en su universo compartido. Algo similar les había sucedido con La Sombra, el personaje pulp ideado por Walter B. Gibson, del que en aquellos momentos tenían los derechos y del que en 1986 Howard Chaykin había conseguido modernizar y trasladar al presente en Sangre y justicia, una extraordinaria miniserie sin que en el proceso se perdiera la esencia pulp del personaje. Así que tras el enorme éxito le encargaron que hiciera lo mismo con los BlackHawk.

    En los años ochenta Chaykin estaba en uno de sus mejores momentos creativos como se podía atestiguar con la ya mencionada serie de La Sombra y otros proyectos de carácter independiente como las injustamente olvidadas American Flagg o Time². Obras en las que se incluía una marcada critica a la política norteamericana, en particular a la de Ronald Reagan. Algo que también encontramos en su trabaja en BlackHawk, en el que conto con dos de sus colaboradores habituales, Steve Oliff en el color y a Ken Bruzenak en el rotulado y las onomatopeyas, que siempre han formado parte integral de sus trabajos. Además de con Richard Ory como ayudante en los dibujos.

    A diferencia de lo que hizo con La Sombra, Chaykin no traslada las aventuras de los Blackhawk a los años ochenta, ya que se desarrolla entre los años cuarenta en un mundo casi ucrónico donde la paranoia anticomunista ha provocado que los Estados Unidos no entraran en la Segunda Guerra Mundial. Además, tampoco hay ninguna mención a los superhéroes de la compañía, de manera que estamos ante una historia totalmente independiente y que también se aleja de las historias de aventura bélicas de aviación habituales de la serie para proponernos una trama de espionaje y traiciones. Unos cambios que generaron bastante polémica en la época, sobre por la visión tan poco edificante del protagonista que es deconstruido totalmente para asemejarlo a los que acostumbran a protagonizar las historias de autor. Héroes con una fachada impecable, pero que están llenos de aristas que esconden una visión irónica y con bastante mala baba del arquetipo de héroe clásico del pulp y cine.

    Una historia de moral ambigua con una estructura narrativa compleja, protagonizada por un héroe que tras luchar por sus ideales toda su vida ya no sabe quiénes son los buenos y los malos que nos recuerda lo increíblemente buenos que son mejores trabajos de Chaykin cuando dispone de total libertad, pese a todos su defectos y obsesiones Ojalá en breve podamos disfrutar de una reedición de una obra lleva años sin editarse.

    Y LA ENCUESTA FINAL…

    Toca opinar sobre un tema que nunca logrará reconciliar a los aficionados.

    Nota: hay una encuesta incluida en esta entrada, por favor, visita el sitio para participar en la encuesta de esta entrada.

    Nos vemos en 30 días.



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