Javier Vázquez Delgado recomienda: Marvel Omnibus. Estela Plateada de Dan Slott y Mike Allred
Edición original: Silver Surfer 1-14, 1-14 y material de All-New Marvel Now! Point One USA (Marvel Comics, 2014-2017) Edición nacional/España: Marvel Omnibus. Estela Plateada de Dan Slott y Mike Allred (Panini Cómics, 2022)
Guion: Dan Slott
Dibujo: Mike Allred
Entintado: Mike Allred
Color: Laura Allred
Traducción: Joan Josep Mussarra, Gonzalo Quesada.
Realización técnica: Forja Digital
Formato: Cartoné. 696 páginas. 60,00€
Un viaje radd-ical
«Lo siento, niños, quizás…no sepa hacer de dios»
No hace falta una presentación pero…………
Silver Surfer, o Estela Plateada, apareció por primera vez en Fantastic Four vol.1 #48. Jack Kirby en su genialidad, diseñó un personaje que de primeras era ciertamente extraño; un ser calvo montando en una tabla de surf. Todavía más sorprendente fue que ese personaje sería el Heraldo de Galactus, el Devorador de mundos, un ser que debía infundir temor. A primera vista parece ridículo, pero la idea funcionó convirtiéndose en una de las mejores historias de la época. Aunque se introdujo por primera vez en un número de Los Cuatro Fantásticos, Estela Plateada se ha convertido en uno de los grandes iconos de los cómics por propios méritos. Posteriormente, a finales de los años sesenta, Stan Lee escribió dieciocho números de The Silver Surfer antes de que se cancelara. A pesar de ser uno de los trabajos más atrevidos, creativos y originales de la época, se le achaca entre otros males el tono maduro de la serie.
En 1968, el clamor por el héroe trajo como resultado que Stan Lee dotase a Estela Plateada de su propia serie, con una historia de origen largamente retrasada y para sorpresa de Kirby, un nuevo artista, el elegante John Buscema. Stan Lee es un humanista agnóstico. Con la serie de Silver Surfer logró transmitir su concepción moral y religiosa. No olvidemos que “The Man” escribió la Patrulla-X como una alegoría de la igualdad y Amazing Spider-Man de la responsabilidad. Con Estela Plateada los mensajes que transmitió podemos llegar a decir que fueron su mayor homilía: conciencia ecológica, tolerancia, respeto por la dignidad humana. Norrin Radd se convirtió en el portavoz de los pensamientos y creencias de Stan Lee.
Como se reveló en el primer número de dicha serie, «The Origin of the Silver Surfer!», el origen de Estela Plateada es trágico, y será tratado en la obra que nos ocupa con efectos a lo largo de la misma. Un hombre llamado Norrin Radd, un astrónomo de un planeta llamado Zenn-La, se ofreció a Galactus que había venido a devorar su mundo natal a cambio de que su planeta fuese salvado junto con su amor Shalla-Bal. A causa de tal ofrecimiento nació Estela Plateada como heraldo del Devorador de mundos. Poderes cósmicos inigualables pero un enorme sacrificio; la labor de Estela Plateada sería condenar mundos para ser devorados por su amo. Norrin Radd se convierte en una figura trágica e insatisfecha puesto que debe sacrificar su vida en el paraíso de Zenn-La aceptando una oferta envenenada.
Stan Lee, que había visto el título como una salida para sus reflexiones sobre la conciencia estadounidense, y se había deleitado con la oportunidad de satisfacer su gusto por los discursos de Shakespeare, consiguió que los fans se cansaran puesto que antepuso dichos gustos frente al anhelo de acción. La serie estaba dirigida a una audiencia emocionalmente más madura y a veces eso no es manera de vender ciertos cómics. Silver Surfer vol. 1 finalmente fue cancelado después del número 18 por muchas razones. Algunos dicen que Lee no estaba seguro de dónde llevar al personaje, aunque parece ser que cada uno de los clavos de su ataúd fue que las entregas eran de tamaño doble incluyendo «Tales of the Watcher» como respaldo. Existe la convicción por un amplio sector de que Lee y Buscema, trataron a Estela Plateada como una figura mesiánica o una nueva versión de Cristo, si bien no es menos cierto que el guionista era agnóstico como he dicho. En definitiva, la voz de Stan Lee era y fue, Estela Plateada.
Lee regresó posteriormente al personaje de la mano de Jack Kirby en una novela gráfica en 1978 y nuevamente en 1988 con Parábola, una sorprendente colaboración con Moebius, con la que ganó el Premio Eisner a la mejor serie limitada. A lo largo de la década de 1970, Silver Surfer fue una estrella invitada habitual en numerosos números del cómic de los Cuatro Fantásticos y fue un miembro popular de los Defensores. Con la ayuda de los Cuatro Fantásticos, pudo escapar de la barrera que Galactus erigió en castigo por su “traición”.
Un largo período de barbecho en la década de 1980, inesperadamente llegó a su fin en 1987, con una nueva serie de Silver Surfer, siendo un éxito rotundo. El escritor Steve Englehart liberó inmediatamente a Norrin de su exilio renuente en la Tierra, dando a los fans lo que querían: explorar el universo. Estela Plateada quedó libre para vagar por el espacio, una vez más, algo que había anhelado durante mucho tiempo desde su confinamiento. Deseaba no volver nunca más a la Tierra, el hogar de su encarcelamiento (usemos esta palabra más acorde con lo que aconteció). Durante sus primeros años, esta segunda serie contó con todo tipo de alienígenas, los imperios Kree y Skrull en guerra, Galactus, e, inevitablemente, Shalla-Bal.
Una vez que se levantó la barrera, Norrin inmediatamente pensó en Zenn-La y su amor Shalla-Bal. El surfista regresó y descubrió que, después de romper su relación con Galactus, éste regresó a Zenn-La consumiendo su energía. Con la ayuda de Shalla-Bal y el Poder Cósmico que le había otorgado Mefisto, al intentar tentar a Estela Plateada, sus habitantes sobrevivieron. Norrin le propuso matrimonio, pero ella se negó. Sin un lugar al que realmente llamar hogar, Estela Plateada regresó al espacio.
La década de 1990 vinculó a Estela Plateada en la colección de estrellas cósmicas del nuevo escritor Jim Starlin, incluyendo al Capitán Marvel, Warlock, Pip the Troll y el villano Thanos. Durante el Guantelete del Infinito, nuestro protagonista se enfrentó a muchas pruebas que iban más allá de lo que es una lucha digamos física. Fue capaz de destruir los demonios de la culpa, la negación y la duda que albergó a lo largo de su vida. Pudo obtener el perdón y pudo perdonarse a sí mismo. La única excepción fueron los millones de seres vivos a los que trajo la muerte como el heraldo de Galactus. El Devorador de Mundos volvió a encender esa llama de dolor y Estela Plateada casi no pudo soportarlo. Los últimos años tal vez no fueron los mejores e incluyeron a Shalla Bal enamorándose del medio hermano de Norrin y una revelación poco convincente sobre Zenn-La. Después de diez años, el personaje finalmente se había quedado sin vapor y la cancelación del cómic se produjo en 1998, con el número #146.
No olvidemos que Estela Plateada puede navegar a través del espacio (gracias a «Ami»), las barreras dimensionales y el hiperespacio no son un límite para él. Si bien su naturaleza es cambiante, y constantemente supone una ida y venida respecto a sus creencias y deseos. En esa dicotomía, es capaz de ayudar y destruir a partes iguales; a la vez que se le ve como un salvador, también es un heraldo de la destrucción. A pesar de su poder casi ilimitado, Estela Plateada es muy parecido a los seres humanos. Esa naturaleza es lo que hace a Estela Plateada un personaje lleno de tribulaciones. Hay redención en cada una de las página que cuentan sus tribulaciones. Norrin Radd se ha lamentado siempre de sus fracasos y actos del pasado, intentando conseguir la paz interior. La interminable culpa de Norrin es una parte central de su personaje; no puede ser absuelto de sus pecados, o al menos, eso es lo que Estela Plateada piensa.
Dan Slott no olvida la esencia del personaje, pero no se enquista en ella, y convierte a Estela Plateada en un personaje que en cierta manera alcanza la redención de una manera fresca y sin coste emocional, teniendo ante él un nuevo aliciente para poder seguir con su vida: Dawn Greenwood.
¿Qué nos ofrece este este volumen Marvel Omnibus?
Octubre de 2012, Marvel decide cambiar el nombre de toda su línea de cómics bajo el lema «Marvel Now». Esta etapa duraría tres años hasta Secret Wars. Bajo la batuta de Axel Alonso se publicaron muchos cómics de gran calidad como el que aquí nos ocupa. La etapa del surfista que contiene este Omnibus comenzó en 2014 bajo Marvel Now y finalizó en 2017 como parte de All-New All-Different Marvel. Entre volúmenes existe un vínculo breve y relativamente independiente con Secret Wars. A pesar de ello los números que integran este volumen conforman una única, coherente y completa historia de la mano de Dan Slott, Mike Allred y Laura Allred.
Lo que encontramos entre viñetas es un relato que se aleja del tratamiento que hasta la fecha venía siendo llevado a cabo por otros guionistas. Sin perder la esencia de este cósmico personaje Dan Slott, amante de la ciencia ficción británica, nos cuenta una historia como si Estela Plateada fuera una especie de Doctor Who. Pero este aspecto no es lo que hace a esta etapa tan especial; para nada. El elemento definitorio de esta etapa memorable fue el interés amoroso del héroe cósmico, Dawn Greenwood. ¿Quién no se ha enamorado perdidamente de esta maravillosa mujer?
De hecho, tal es la importancia del personaje femenino que metafóricamente humaniza a Estela Plateada a un nivel nunca visto. Dawn es ese personaje que suele ser un recurso literario para abrir los ojos al lector. En este caso a través de Norrin comprobaremos como a veces el ser humano da por sentadas algunas de las maravillas del mundo, y en este caso del universo. Estela Plateada descubre su humanidad perdida por el transcurso del tiempo y de sus viajes por el inabarcable universo. Una metáfora de nuestro día a día donde nos perdemos en lo innecesario haciendo de nuestra vida un «recubrimiento plateado» que oculta nuestra verdadera esencia, nuestra humanidad, nuestros sentimientos.
No solo tenemos que destacar un tratamiento ejemplar de los dos protagonistas, sino que además estamos delante de un escaparate visualmente espectacular de planetas y razas que encontramos en cada aventura de Norrin y Dawn. Pero esta maravillosa galería de paisajes, a cuál más original, no viene acompañado de ese previo y consustancial aire de pedantería esistencialista. Muy al contrario, los mensajes son claros y además aderezados con toques cómicos. Estamos ante un Dan Slott en estado puro. Desde el primer número hasta el final de la colección vemos como Norrin evoluciona, y del puro estado de remordimiento y pesadumbre, por su condición de Heraldo de Galactus, pasa por una catarsis que lo conduce de la mano de Dawn al reconocimiento de su condición de héroe, individuo, amigo y amante. Tal es la maestría del guionista que tantas veces ha sido castigado por su paso por The Amazing Spider-Man que consigue incluso dotar de personalidad a la tabla cósmica de Estela, homenajeando a la alfombra de Aladdin de Disney. Mostrar las emociones de la tabla a través de un reflejo al modo de un «espejo mágico» de la persona que lo mira es brillante.
Y ahora llega la pregunta del millón de dólares: ¿esta serie sería lo mismo sin contar con Mike y Laura Allred? Es muy difícil de decir, pero sin desprestigiar el maravilloso trabajo de Dan Slott os aseguro que no sería lo mismo. El estilo de arte pop de Allred encaja maravillosamente con la historia y el tono dado por el guionista. No solo eso, sino que además el tratamiento de color de Laura es maravilloso y deja en nuestras retinas un fantástico despliegue de belleza y colorido.
Además de los abundantes y espectaculares pliegos de doble página, encontramos un diseño de personajes que desde luego es digno de la más ilustrada imaginación. La ventaja de ambos Allred es que su obra es atemporal y dará lo mismo que visitemos esta obra en 2023 que en 2033. Esta virtud potencia la obra de tal manera que pone en la mesa un trabajo que demuestra que estoy en lo cierto: sin los Allred esta obra no sería lo mismo.
Otro factor clave que afecta a la parte gráfica es la amplitud de emociones que el lector percibe como suyas al leer cada número. Tenemos ciencia ficción, tenemos ciencia, además de suspense, aventura y romance. El drama y la tragedia nos mantiene fieles al personaje, pero no lo lastran ni lo convierten en lo mismo de siempre. Dan Slott consigue con Estela Plateada mantenerse fiel a su esencia, pero consigue su propia ópera espacial. Para los detractores de guionista este tomo es una prueba de que Dan Slott está a la altura de los mejores escritores de cómics de estos casi últimos 25 años.
El Premio Eisner que ganaron Slott y Allred fue el Mejor Número Individual de 2016 por Never After, en la entrega número 11 del primero de sus dos volúmenes. Cuando lo leía me perdía en una espiral infinita que convergía y volvía a su inicio en una cíclica historia. Lo bonito de este maravilloso número es que lo leía y leía, hasta en tres ocasiones, para poder sacar ese jugo que se se obtiene cuando exprimes al cien por cien lo que es una obra maestra. Una tira de Mobius requiere girar el cómic, que a pesar de lo abultado del tomo se puede llevar a cabo ayudado de una mesa para poder viajar al mismo modo y manera que Estela Plateada y los supervivientes de cada uno de los planetas devorados por Galactus a causa de su labor como heraldo. Este número ejemplifica lo que encontraremos en la lectura de este tomo: un viaje cíclico donde ilusión y descubrimiento convergen en un continuo ir y venir de explosión sensitiva.
Lo mejor
• La historia que nos cuenta Dan Slott.
• Que se trata de una historia cerrada.
• Que esta historia nos toca en algún aspecto de nuestra vida personal: amor, trabajo, familia……
• Mike y Laura Allred
• El número de «Nunca jamás»
Lo peor
• Por poner un defecto, el peso del Omnibus.
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