Javier Vázquez Delgado recomienda: ¡Vamos al karaoke!, de WAYAMA Yama
Edición original: Karaoke iko! (Enterbrain, 2019)
Edición nacional/España: ¡Vamos al karaoke! (ECC Ediciones, 2023)
Guion: WAYAMA Yama
Dibujo: WAYAMA Yama
Traducción: Yasuko Tojo
Formato: Rústica con sobrecubiertas. 162 páginas
Precio: 9,95€
Cuando a la Yakuza le da por cantar
«Durante toda la actuación no pude evitar sentir que alguien me observaba».
WAYAMA Yama es una autora que, pese a no tener muchas obras publicadas, ha entrado con fuerza en el mercado del cómic japonés. Sus historias, con un humor absurdo muy característico, han conseguido llamar la atención del público y la crítica gracias a sus peculiaridades: tanto sus relatos cortos como su último título en salir a la luz, Hoshi en un mundo de chicas, han sido nominados y galardonados con algunos de los premios más destacados de la industria del manga.
En el caso del mercado español, ha sido ECC Ediciones la editorial que ha decidido apostar por Wayama y su peculiar forma de ver el mundo y plasmarlo en viñetas: tras publicar las aventuras y desventuras del profesor Hoshi en un instituto femenino, le ha llegado el turno al tomo único ¡Vamos al karaoke!, obra serializada en la revista Comic Beam de la editorial Enterbrain en la que encontramos esos rasgos que hacen a WAYAMA Yama una autora bastante particular.
Satomi Oka tiene una pasión: cantar. De hecho, es el presidente de la coral de su instituto por sus muchas cualidades. Sin embargo, jamás habría pensado que su afición lo llevaría a entrar en contacto con la mafia japonesa… Porque un día, durante un concurso de corales, siente que alguien lo observa. Y ese alguien resulta ser Kyôji Narita, un yakuza que necesita desesperadamente la ayuda de Satomi: su jefe adora el karaoke y cuatro veces al año organiza un concurso en el que sus subordinados deben participar. No obstante, no se trata de una competición cualquiera: el perdedor es tatuado por el propio kumichô, a quien no se le da especialmente bien y que, además de hacer unos dibujos horrendos, causa un terrible dolor a sus víctimas. Por eso Kyôji necesita mejorar sus habilidades de canto… y Satomi es la clave.
Como ya hemos visto en su última obra, Hoshi en un mundo de chicas, WAYAMA Yama tiene una gran habilidad para proponerle al lector situaciones alocadas y divertidas que nunca se sabe por dónde van a ir o cómo van a terminar. Y eso mismo es lo que sucede en ¡Vamos al karaoke!: desde luego, el hecho de que un estudiante y un yakuza entablen amistad —y una que, en ocasiones, puede resultar hasta entrañable— a través del karaoke es inusual, cuando menos. Entre ese punto de partida y los diferentes episodios con los que va sorprendiéndonos a lo largo de este tomo único, la autora consigue dar forma a una historia particular, con bastante humor, que nos hace reír debido a lo absurdas que resultan determinadas situaciones —de entrada, el terrible castigo que el kumichô de la Yakuza inflige a los suyos si pierden el concurso—.
Además de estos recursos, Wayama utiliza con acierto las diferencias que existen entre sus protagonistas y el mundo del que viene cada uno de ellos, tan distintos. La autora acentúa dicho abismo y lo aprovecha para generar humor. Y es que el pobre Satomi, un estudiante modélico y tímido, entra de lleno en el oscuro mundo de la mafia japonesa, en el que no sabe bien cómo desenvolverse —aunque, si tiene que intentarlo, lo hace como buenamente puede—. Asimismo, el chico y Kyôji tienen personalidades opuestas: este es extrovertido y burlón —a veces, de hecho, sus bromas resultan un tanto extremas para el pobre Satomi—, mientras que el primero es un estudiante normal y corriente, tranquilo y serio. WAYAMA Yama juega con los opuestos, un recurso que suele funcionar bastante bien para generar interés y entretener, y desde luego lo consigue.
Eso sí, ¡Vamos al karaoke!, como ocurre en el caso de muchos tomos únicos, podría haber dado más de sí en determinados aspectos. Tal vez habría estado bien tener más contexto sobre los personajes o sobre ciertas situaciones que se dan a lo largo de la trama para que el argumento fuera más redondo. Por otra parte, en ocasiones, WAYAMA Yama utiliza referencias muy propias de la cultura japonesa y, aunque la mayoría de las veces están explicadas en una nota a pie de página, es posible que no conecten con todos los lectores y que el sentido de algunos chistes se diluya y no genere tanto impacto.
En lo que respecta al dibujo, ¡Vamos al karaoke! tiene un estilo realista, apropiado para la historia que se nos cuenta, que ayuda a que el lector se meta de lleno en el ambiente de un karaoke y de la vida cotidiana japonesa. Aunque en Hoshi en un mundo de chicas se nota la evolución de WAYAMA Yama en este sentido, los trazos de este tomo único ya apuntan maneras y destacan, sobre todo, por las expresiones de los personajes, exageradas en ciertas ocasiones, lo que contribuye a reforzar el humor del manga.
En ¡Vamos al karaoke! encontramos las claves que caracterizan a WAYAMA Yama como autora y que desarrolla aún más en Hoshi en un mundo de chicas. Los lectores a quienes les haya gustado esta obra encontrarán en este tomo una historia divertida y entretenida para disfrutar de un buen rato de lectura. Por otra parte, y pese a sus puntos flacos, puede ser una puerta de entrada al mundo de esta mangaka para quienes no la hayan leído nunca y sientan interés.
Lo mejor
• El humor absurdo de WAYAMA Yama, una autora que genera situaciones muy divertidas.
• Los dos protagonistas, que resultan interesantes por sus contrastes y la relación de amistad que se establece entre ellos, tan curiosa.
Lo peor
• En algunas partes la historia tal vez necesite un poco más de desarrollo.
• Puede que los lectores no conozcan algunas de las referencias utilizadas por la autora.
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