Javier Vázquez Delgado recomienda: Entrevista a Harriet, Alex Macho y Garluk

Introducción

Teníamos una cuenta pendiente con Harriet, Garluk y Alex Macho desde la presentación de Vergüenza y Olvido. Tras su fantástico trabajo en aquella obra, nos quedamos con muchísimas ganas de entrevistarles. Por suerte, esta santísima trinidad volvió a juntarse para llevar a cabo Feroz, un estupendo thriller ambientado en Siberia que nos encantó. Aprovechando su visita a la capital bizkaina, decidimos quitarnos la espinita que teníamos bien clavada. La cita tuvo lugar en una cafetería cercana a la librería Joker de Bilbao, donde presentarían su último trabajo un rato después. Tras una ronda rápida, dedicatorias mediante, la entrevista fue mutando en una especie de mesa redonda que incluso contó con la aparición estelar de Koldo Azpitarte. Hablamos de los cómics realizados por estos tres artistas, sí, pero también del mercado francófono, de problemas editoriales, sobre sostenibilidad, color, narrativa y un montón de cosas más. Una entrevista que vale su peso en oro y que os invitamos a que degustéis.

Entrevista a Harriet, Alex Macho y Garluk

El mercado francobelga ha cambiado mucho y ahora hay muchos editores, pero algunos no pagan grandes anticipos así que hay que buscar bien con quien lo haces porque con lo que pagan, un dibujante no puede dedicarse en exclusividad.

ZONA NEGATIVA (ZN): Harriet, ¿Has notado muchos cambios desde tu vuelta al mercado francófono desde los años ochenta ?

HARRIET (HA): Se ve mucho cambio en lo que se paga y en lo que se vende. Creo que ahora se venden más cómics que entonces, pero hay muchos más autores, muchos más títulos y evidentemente se vende menos de cada uno. Esa es la realidad. En los ochenta estaban las revistas y eso era muy importante porque te pagaban por las páginas que aparecían en las revistas y luego cuando la historia salía en álbum cobrabas desde el primer álbum. Ahora lo que hay es un anticipo sobre la venta de los álbumes. Hasta que ese anticipo no se consiga recuperar a base de vender álbumes no vuelves a cobrar nada más. Antes el anticipo era el pago por la aparición de las páginas en las revistas y luego con la aparición del álbum cobrabas por cada uno que se vendía. Así que cobrabas proporcionalmente el doble que ahora teniendo en cuenta que ahora las ventas son muy inferiores.

ZN: Las tiradas ahora son más pequeñas.

HA: Y se vende bastante menos, Ahora 5000 ejemplares es un éxito y en aquella época si vendías esos ejemplares ibas a la calle. Del que menos vendí en los ochenta fue Simón Besaluce y vendía 15.000, ahora eso sería la hostia. De La marca de la bruja vendimos 70.000 de cada ejemplar.

GARLUK (GA): Ahora los superventas se mueven en esas cifras. Quitando los clásicos como Blake & Mortimer o Astérix.

HA: En Glénat eso es un superventas, Caravaggio de Manara ha vendido cincuenta y pico mil. Aunque los mangas de éxito se van sobre los 400.000.

ZN: ¿Fue fácil volver a conseguir que las editoriales se interesarán de nuevo por tus proyectos?

HA: Si y no. Con los editores que conocía personalmente tuve un acceso más rápido. Decidí volver porque desde Glénat habían decidido reeditar Sudor de sol en un integral. Así que contacto conmigo para decírmelo un editor al que no conocía personalmente pero que había sido editor de Juan Giménez en Humanoids. Sí que conocía al propio Jacques Glénat. Sobre todo, conocía a los jefes de las editoriales, porque antes editoriales más pequeñas y accesibles que ahora.

ZN: ¿Cómo descubres a Alex y a Garluk?

HA: Con Garluk había trabajado en un cortometraje en el que estaba haciendo decorados y a Alex me lo presentó un guionista amigo de aquí de Bilbao. Hablamos de cómic y empezamos a hacer pruebas con un par de guiones con ambos como posibles dibujantes, pero no aceptaron ninguna de las dos.

GA: Hicimos la misma prueba los dos, así que el problema era el guion. (Risas)

HA: Exactamente. Luego fuimos a Angouleme con tres proyectos, bueno con dos y uno sin casi hacer. Uno era un thriller titulado Elcano 13, otro llamado Lagrimas de Luna, que era una continuación de Sudor de sol que había preparado Alex, y el tercero del que no nos había dado tiempo a preparar casi nada era Vergüenza y olvido. Si tenía el dossier visual con fotos, pero sin dibujos. Hablando con Glénat nos dijeron que ya tenían bastantes comics similares a los dos proyectos que teníamos bien preparados, así que les hablamos de la idea de Vergüenza y olvido y ese sí que les interesó.

ZN: ¿Cómo está siendo la colaboración con ellos? ¿Diferente a la que tenías con los dibujantes de tu anterior etapa?

HA: Similar. Lo que pasa es que con los autores con los que colaboré en mi anterior etapa tenía diferentes formas de trabajar porque intentaba adaptar el guion a sus particularidades. Intentaba que el guion sirviera para que ellos se luciesen lo más posible, si había cosas que no dibujaban bien no las incluía y potenciaba las parte en las que más podían brillar, aunque siempre teniendo en cuanta que la historia funcionase bien. Por ejemplo, con José Manuel Mata, dibujante de Sudor de sol, tenía una línea muy clara así que le quedaban muy bien las viñetas panorámicas por lo que que procuraba que hubiera muchas. Luis Astrain, dibujante de Simón Besaluze, trabajaba muy bien las figuras humanas, aunque le faltaba conseguir que las imágenes tuvieran esa profundidad, así que le daba otro tipo de atmósferas en escenas de interior y dejaba que las escenas de espacios abiertos las resolviera con el color. Con Daniel Redondo que era un hibrido entre los dos no me tenía que preocupar tanto.

ZN: Alex y Garluk, ¿vosotros conocíais esos cómics de Harriet?

ALEX MACHO (AM): Sí. La marca de la bruja y el resto son cómics muy reconocidos. Aunque cuando entre en contacto con él tampoco estaba muy metido en el mundo del cómic. Había hecho un par de ellos por encargo, pero me dedicaba a la ilustración y a la animación, así que estaba un poco desenchufado.

ZN: ¿Cómo surge la historia de Vergüenza y olvido?

HA: La historia era el final de la serie Simón Besaluze que transcurre en Filipinas donde se empieza a ver la sublevación y quería finalizarla con la perdida de Filipinas, pero se quedó interrumpida y tenía pendiente contar esa historia. En principio pensaba sacar a Simón Besaluze como personaje secundario, pero decidí centrarla en esos dos hermanos para recuperar la parte de Baler y sobre todo mostrar también lo que pasaba en el exterior porque todo lo que se ha contado sobre Filipinas se centra en los de Baler. Así podía mostrar el contraste, porque a los que estuvieron en Baler se les ha considerado siempre como unos héroes que además llegaron a casa mucho antes que los demás, que quedaron prisioneros y vivieron situaciones terribles, y aquí lo cuento todo. La idea era que fuera una serie de tres álbumes, pero nos la recortaron a dos y tuvimos que cortar un montón. No solamente cortar, sino que para evitar cortar tuvimos que condensarlo todo mucho, haciendo páginas con muchas viñetas para intentar contar lo máximo posible en menos espacio.
Al principio los hermanos iban a ser campesinos, porque a las guerras siempre iban los pobres, pero luego se me ocurrió darles el toque distinto y convertirlos en mineros, para poder mostrar que dentro de los pobres también los había menos pobres.

ZN: Acabáis de repetir colaboración en Feroz, ¿Cómo surge ese proyecto?

HA: Por necesidad como todo. (Risas). Habíamos acabado Vergüenza y olvido y teníamos previsto otro proyecto que en principio les gustaba, pero en el último momento nos dijeron que no.

ZN: ¿Hablamos de La red comete, el grupo de la resistencia francés en la Segunda Guerra Mundial?

HA: Sí. Durante más de un año nos estuvieron diciendo que les interesaba y cuando en el último momento nos dicen que no, nos quedamos con el culo al aire. Intentamos reaccionar rápido y les propusimos una precuela de Vergüenza y olvido sobre la historia de la guerra de Conchinchina en la que participaron más españoles que franceses, aunque luego el territorio paso a dominio francés. Salían de nuevo algunos personajes como el padre de los protagonistas o Feliza.

AM: De hecho, pensábamos en dos protagonistas femeninas para la historia.

HA: Sí. También les propusimos una secuela con la presencia de los estadounidenses en las Filipinas, con una historia de un cabo afroamericano que estaba harto de su propio ejército y se pasó a los filipinos. Pero ninguna les gustó. Luego le propusimos un western similar a Dragones de Frontera. Nada. Yo estaba buscando qué hacer rápido, alerta a ver qué se me ocurría porque nos dijeron que querían algo poco conocido o no conocido. Algo que es muy fácil de pedir, pero muy difícil de conseguir.
Una tarde que estaba viendo el making-off de un documental superespectacular de la BBC vi cómo se preparaban para poder grabar a un tigre siberiano y había un plano muy parecido al que se ve en Feroz en el que iban en un coche hacia el lugar donde iban a montar la caseta de grabación y el cámara iba explicando para que valía cada cosa, sacó una bengala y dijo: “Y esto es para que no me coma el tigre”. Eso fue la chispa, un tigre atacando a un naturalista. ¿Habrá pasado? Paré de ver el documental y me puse a buscar ataques de tigres siberianos. Encontré tres diferentes en distintas épocas. En uno de ellos el tigre atacó a una pickup, saltó y se llevó a uno de los pasajeros y otro en el que mató a un cazador que le hirió y luego fue a matar a más gente. Con eso empecé a construir la historia. Ese mismo día prepare un dossier de una página con la frase inicial “Cuando la naturaleza se enfurece, nadie está a salvo” y una foto de un tigre, otra de una taiga y se lo mande al editor. Y me dijeron que les gustaba. Pero todavía no había nada y tocaba trabajar en la historia e investigar sobre el tema. En el proceso encontré cosas que están en el álbum como la vinculación con las mafias rusas y chinas, cómo se habían cargado a algún periodista que investigaba el tráfico de madera, cómo se había hecho un reportaje sobre el problema que implicaba a Wallmarkt, etc…

Tú lo que quieres es que me coma el tigre

ZN: ¿Pensado ya en Alex y Garluk?

HA: Por supuesto, era un proyecto para ellos.

ZN: ¿Tenías ya claro que iba a ser en dos álbumes u os lo indican desde la editorial?

HA: En principio iba a ser un one-shot, porque quería una historia llena de tensión y es un fastidio para el lector tener que esperar un año para ver qué pasa. Pero ellos preferían dos álbumes y tuve que hacer un medio cierre a mitad de historia, pero te dejara con toda intriga.

GA: Pero queda mucho mejor con más páginas con todo mejor desarrollado y en España ha aparecido en un solo volumen.

HA: A mí alguna parte de la historia me pide más páginas todavía. Pero eran dos álbumes de 54 páginas y había que adaptarlo. Aun así, costo un montón tirar para adelante el proyecto. Nos hicieron hacer muchas pruebas y tres páginas como sí no hubieran visto el dibujo de Vergüenza y olvido. Algo que me empieza a cansar.

ZN: Da la sensación de que os enfrentáis a una constante revalida.

HA: Constante.

ZN: En muchas de tus obras has abordado temas históricos, ¿los prefieres?

HA: No, en los ochenta tenía obras históricas, pero también Jon y Mirka que es una obra de ciencia-ficción con toque ecologista y con Berzosa hice un thriller y otra serie rollo Arsene Lupin protagonizada por un ladrón de guante blanco en la belle epoque de San Sebastián. También hice Gentuza que era una serie de kinkis estilo El pico que es lo que se llevaba en la época… A mí el género que más me gusta para leer es el western y también el thriller. Y sobre todo lo que he hecho han sido thrillers con ambientación histórica como La marca de la bruja.

ZN: Alguna de esas obras que han mencionado no se ha reeditado, ¿hay alguna posibilidad de reeditarlas dentro de tu editorial?

HA: Con Simón Besaluze lo que ocurre es que los derechos todavía los tiene Glénat, los puedo recuperar, lo que pasa es que la forma de recuperarlos es mandarles una citación judicial y como estamos publicando con ellos ahora no lo he hecho porque lo podrían interpretar como una acción hostil. Pero lo podría hacer porque la ley de propiedad intelectual francesa hace que cuando tú firmas un contrato ellos tienen los derechos para siempre, y cuando digo para siempre es hasta dentro de setenta años después de tu muerte cuando pasa a ser de dominio público. La única forma de recuperarlos es que la obra no esté a disposición del público, entonces tú la puedes reclamar y aun así el editor tiene seis meses para ponerlo a disposición del público. Si no lo hace, los recuperas tú. Con estas obras antiguas se puede hacer porque las hicimos cuando no había archivos digitales y poner una reedición en marcha cuesta mucho y no lo pueden hacer, por eso recuperé La marca de la bruja. Ahora ya se quedan los derechos para siempre porque no tienen ningún problema en poner a disposición del público las obras de manera digital de manera que cumplen con la ley.

ZN: En Feroz hacéis una denuncia explícita de la mafia maderera existente como consecuencia de los gobiernos rusos y chinos. Nos ha llamado la atención un dato que rebeláis y que es escalofriante: cada año se elimina el doble de masa forestal que en Sudamérica. ¿La ferocidad del tigre a la que hace referencia el título es la respuesta de la naturaleza a las tropelías cometidas por nuestra especie?

HA: Yo lo planteé de esa manera, como una metáfora, y además es una metáfora total, es decir, cuando hay inundaciones y demás catástrofes no atacan a los ricos, quienes más las sufren son los pobres. En cambio, en el cómic el tigre no tiene piedad ni con los ecologistas ni con nadie. Es la naturaleza que responde contra el ser humano.

ZN: ¿Cuánto tiempo te puede llevar documentarte para un proyecto como Feroz?

HA: El primer argumento suelen ser dos o tres días, luego el desarrollo suelen ser dos o tres meses. Pero son los tiempos que te marca el mercado, porque con ese esbozo del guion se le presenta al editor de turno, si le gusta ese proyecto luego tiene que ser aprobado por el comité de editores que se reúne una vez al mes. Así que va pasando el tiempo y para cuando te dicen que sí de verdad igual han pasado cinco o seis meses. En ese tiempo yo estoy leyendo y documentándome sobre el tema. Así que las historias van madurando y surgiendo nuevas ideas que sustituyen a otras. Para cuando empiezan a dibujar suelo tener ya las primeras veinte o treinta paginas cerradas para ir con margen.

ZN: ¿Tienes alguno proyecto con el que lleves mucho tiempo y no consigues sacar?

HA: No. Me fastidia mucho no haber podido hacer con Alex el de La red Comete, que por una causa u otra se ha ido retrasando. Ahora tengo editor para él, pero no tengo dibujante. El mercado francobelga ha cambiado mucho y ahora hay muchos editores, pero algunos no pagan grandes anticipos así que hay que buscar bien con quien lo haces porque con lo que pagan, un dibujante no puede dedicarse en exclusividad. Mi caso es diferente porque ya estoy jubilado y lo hago, sobre todo, por placer, aunque no renuncio a la pasta, pero los dibujantes tienen que vivir de su trabajo.

ZN: Alex, ¿dibujas las páginas en el orden en el que están en la historia?

AM: Siempre. Yo necesito un orden.

HA: Iván Gil, en cambio, es caótico. Hace tres viñetas a lápiz de una página, se aburre y pasa a la otra… En una se le olvida el escudo de un indio…

GA: Luego llegan las fechas de entrega y te da veinte de golpe. (Risas) Y en alguna falta alguna cosa, pero eso es normal en digital.

AM: Si, pero te pasa por saltar de una a otra. Por eso el orden es importante para que no haya problemas de racord.

ZN: Alex, ¿Cuánta documentación visual sobre tigres has consultado?

AM: Alguna vez lo hemos comentado, para mí la mejor forma para dibujar bien animales está más basada en ver imágenes en movimiento que te permiten captar la esencia del animal que vas a dibujar, que usar fotos. En este caso hay imágenes del tigre, pero son siempre o muy rápidas o el animal está perdido entre las hojas de los árboles o la nieve, eso es lo que he intentado captar, que se le vea, pero no se le vea. Que asuste, que salga de la nada. Esa sensación de amenaza es lo que he querido representar en lugar de representarlo físicamente perfecto.

ZN: Incluso ese aire de amenaza se ve en la portada, que es más la idea del tigre que el tigre per se.

AM: Sí, quería captar el alma del animal.

ZN: ¿Teníais claro que tenía que ser una obra trepidante con un ritmo que no da respiro al lector?

HA: Sí, pero si te fijas bien en el inicio, a diferencia de Dragones de Frontera y Vergüenza y Olvido que empiezan ya muy rápido con acción, aquí eso no sucede. Vergüenza y olvido era algo similar a lo que había hecho en los años ochenta, aunque más serio y menos disfrazado de historia de aventuras. Y en Dragones de frontera empieza ya con una persecución y es una historia más de acción. En Feroz quería que el ritmo fuera subiendo desde la primera parte de la historia, que no es solo una presentación, ya que es cuando se siembra todo lo que sucede después. Era algo que había que hacer, pero de una forma natural de manera que no se vea para que no pasara como cuando ves una película en la que hay un primer plano de un cuchillo, ya sabes que alguien lo va a acabar cogiendo. No quería hacerlo de esa manera tan torpe, quería mostrarlas dentro de un contexto normal en el que van pasando cosas que luego vuelven para el momento en el que la acción se dispara. Me daba mucho miedo que hubiera demasiada acción y por eso hay como pequeñas pausas en las que la historia vuelve a otros personajes para frenarla.

ZN: Hay un gran elenco de personajes en la obra, ¿estaban todos desde el principio? ¿fue difícil manejarlos a todos y darle a cada uno su importancia?

HA: Hay un personaje que tenía una trama más larga que no he podido desarrollar por falta de páginas. El desarrollo de algunos de estos personajes va surgiendo por tonterías, como un chiste sobre Sergei que hizo Garluk durante una comida juntos del que salió todo su contexto y que sirve para humanizarle en lugar de ser una simple caricatura de un malo mafioso. Es algo que pasa habitualmente, cuando yo he trabajado con un equipo de guionistas se suele hacer un brainstorming en el que se tiene que decir todo lo que se ocurra, aunque parezca la mayor tontería o estupidez, porque de ella puede surgir la mejor idea.

ZN: Una de las cosas que más nos han gustado del cómic es la capacidad para sorprender al lector y sacarle de lo previsible.

HA: Tenía claro que la historia no podía ser previsible y que había que descolocar al lector para que preste más atención a la historia. Además, a mí me gusta reflejar en los guiones esas sorpresas que yo me encuentro cuando estoy haciendo el trabajo de documentación de la historia. El lector adora las sorpresas argumentales y los giros finales que no se espera. Si está todo visto desde el principio y sabes cómo va a acabar no tiene gracia. Intento no ser previsible con los guiones, aunque no siempre se consigue.

ZN: ¿Trabajáis con un guion cerrado en cuanto a la historia o está expuesto a cambios?

HA: Por respeto a estos señores, yo intento que esté cerrado cuando ellos empiezan a trabajar con él, porque cualquier cambio posterior significa volver a dibujar y eso es darles más trabajo. Intento ir con suficiente antelación para cambiar cualquier cosa antes de que la hayan dibujado. Hemos cambiado alguna cosa en storyboard que, creíamos, no acababa de funcionar. En cambio, la acción procuro que no sufra cambios una vez dibujada porque hay que respetar el trabajo de los dibujantes. Un guion casi siempre está vivo, los diálogos los cambio hasta casi el final. Modifico como cosas que se decían, pero ya se ven en el dibujo o frases que me quedan muy peliculeras y que acorto, que es algo que le jode a Ekaitz (Garluk) porque se reduce el bocadillo y tiene rellenar de color el espacio. (Risas)

GA: Eso suele ser además el último día de entrega.

HA: Si cuando ya le están metiendo presión desde la editorial. (Risas) Él prefiere que meta más texto para tener que colorear menos.

ZN: Nos encontramos con una historia que se desarrolla en un entorno hostil e inhóspito, ¿cuál fue el mayor reto al que os enfrentasteis para plasmarlo?

AM: Lo más difícil fue a la hora de representar el blanco de la nieve, que no quede vacío. Fue la parte más complicada. Sobre todo, a la hora de pensar en cómo jugar con las luces, con los blancos y negros. Aunque lo negros en realidad no son negros. Había que jugar con eso para poder sacarle chicha a cada viñeta. Y luego jugar un poquito también con los personajes para que transmitan esa sensación de frio y de mal rollo y miedo. Y pensando también en el color que iba a ser algo muy complicado.

GA: En mi caso lo mismo, salir un poco del blanco y el negro y darles más matices.

ZN: ¿El color lo empiezas a pensar desde el storyboard?

GA: Normalmente espero a que esté acabado. Alex me pasa una iluminación y uso unas imágenes de referencia que me sirven para ver qué tonalidades puedo meter. Y dependiendo de la iluminación, voy viendo escena por escena. Con el story lo que hago es leer la historia y empezar a buscar referencias.

Koldo Azpitarte, guionista, crítico, amigo y antiguo colaborador de ZN, que hace un rato se ha unido a la charla y que es el encargado de la presentación que se hará de Feroz en la librería Joker posteriormente, se lanza a hacer una pregunta.

KOLDO AZPITARTE (KA): En las primeras páginas de Feroz da la impresión de que hubieseis trabajado en una gama de grises más apagados con negros menos potentes, ¿era algo buscado?

AM: Es algo buscado, queríamos que tuviera un tomo de luz apagada.

HA: Habíamos visto muchos documentales sobre la zona y veíamos que a cualquier hora del día había una luz mortecina y apagada, con sombras muy largas. Así que le pedíamos a Garluk que lo tratara de reflejar.

GA: El problema es que si trabajas en digital con colores excesivamente apagados, al imprimirlo es posible que se apaguen todavía más y no quede bien. Hasta que no llega a la edición final, no sabes del todo como va a quedar.

HA: Y también depende de quién lo imprima porque hemos visto cada cosa…

Koldo Azpitarte entrevista a Harriet, Garluk y Alex Macho en la presentación de Feroz de la librería Joker, en Bilbao.

ZN: ¿Sobre ese proceso de impresión tenéis algún tipo de control? ¿Os enseñan muestras?

HA: Tenemos el que podemos tener. En Francia ninguno. Y en la edición de aquí soy yo el editor y aun así tuvimos que devolver la segunda edición de Vergüenza y olvido y hemos obligado a que se vuelva a imprimir porque había quedado con los negros aplastados.

GA: Estás jugando con matices milimétricos y de repente te llega una impresión con los colores emplastados y ves que es inviable. Ninguna impresión te va a quedar exactamente igual que como lo habías ideado, pero hay que mantener un nivel.

HA: Con la edición de Feroz queríamos ir a ver la puesta en marcha de la impresión para ver cómo quedaba y que no hubiera problemas, pero el día que comenzaba no podíamos ir ninguno. Aun así, el impresor nos mandó un video de cómo iba y vimos que estaba quedando perfecto y nos quedamos tranquilos. En Francia podemos pedir los cromalínes, pero tampoco te da mucha fiabilidad.

GA: Yo estoy ahora trabajando con Soleil y me manda un cromalíne de las cinco primeras páginas para que vea cómo está quedando y vea si voy bien o mal. Pero con Glénat solo lo hacen si se lo pides, además nos fiamos mucho de ellos porque imprimen muy bien.

ZN: En los últimos meses se han publicado Algas Verdes, El mundo sin fin o La cuenta atrás, cómics que de una forma u otra abordan la problemática medioambiental, como bien hace Feroz. Sin embargo, el propio medio se sustenta en el papel y hay una oferta cada vez más inabarcable. ¿Estamos destinados al formato digital?

HA: Aunque en la edición no está el sello, he pedido que el papel con el que se imprime Feroz proviene de bosques sostenibles, porque hasta ponerme con la documentación de esta historia no descubrí que incluso uno de los sellos que se usa de este tipo tenía acusaciones de corrupción.
Confiarlo todo al digital también presenta problemas porque las materias primas son también finitas, y por ejemplo no hay litio suficiente para poder sustituir el parque automovilístico mundial. Además del enorme costo medioambiental que tiene su producción. La única solución real pasa por bajar todo el consumo.

ZN: Ahora que ya han pasado unos cuantos años (y pandemia) de por medio, ¿cómo valoráis los resultados conseguidos con Vergüenza y olvido?

HA: Se sigue vendiendo y a nosotros nos sigue gustando. Es una obra que refleja perfectamente lo que queríamos hacer y viéndola ahora se puede ver el enorme salto de calidad que han dado Alex y Garluk en Feroz.

ZN: Sin duda.

HA: Ambos siguen una evolución artística enorme. Y en cuanto al guion yo sigo haciendo más o menos lo mismo de siempre. A veces aciertas más y otras menos, pero la forma de trabajarlos es la misma.

ZN: Dentro de una línea muy clásica tus guiones siempre han sido muy modernos y de actualidad.

HA: Yo sigo siendo curioso, me gusta leer de todo. La curiosidad es lo mejor que puedes tener, ya que te lleva a descubrir cosas que quieres compartir y yo lo hago a través de los guiones. A la hora de escribirlos yo conozco muy bien la estructura de un guion porque a lo largo de mi carrera he estudiado mucho, sobre todo, tras mi paso por el audiovisual, aunque al principio con La marca de la bruja y demás los hacia más por pura intuición. Ahora soy consciente del uso de las herramientas del guion y puedo detectar por qué algo no funciona en una historia. Ahora soy más técnico, pero sigo buscando el sorprender con cosas que no se hayan visto, tanto en puesta en escena como en temáticas. Dragones de frontera es un buen ejemplo ya que descubrí a ese cuerpo del ejército en la sala de espera de un oculista.

ZN: Aunque hay mucha gente que compara a Feroz con una película, narrativamente es puro cómic. Algo que va en contra de una corriente en el cómic que va dejando de lado parte imprescindibles del lenguaje del medio convirtiéndose en casi storyboards de una película.

AM: De hecho, yo he hecho storyboards y no tienen nada que ver con el lenguaje del cómic, aunque puedan tener elementos comunes, la narrativa de un cómic no tiene que ver con la de una película. El guion de una película se interpreta de una manera diferente al de un cómic.

HA: Sobre todo se diferencia en el planteamiento de la página. Por ejemplo, en el guion de Feroz hay un momento de prisa y urgencia que está muy reforzada por la forma de narrarlo de Alex con viñetas en forma diagonal que consiguen generar mucha más tensión que si hubiera empleado otras más rectas.

En el cómic hay una serie de cosas que también se usan en el cine como la verticalidad que da la sensación de agresividad, algo que se nota mucho en el cómic estadounidense en el que hay muchas viñetas de este tipo para darle dinamismo. En el cine esa verticalidad se traslada a los decorados, en los thrillers hay muchas líneas verticales, en puertas, etc.. que contrastan con las líneas horizontales que da más sensación de calma. Hergé usaba muchas viñetas horizontales para dar pausa a sus historias.

AM: De todas formas, el cómic y el cine tienen caminos muy paralelos, con recursos intercambiables que quedan bien. En películas como Los odiosos ocho tienes imágenes que perfectamente pueden pasar por viñetas.

GA: Cada vez se emplean más recursos del cómic.

HA: Eso también es muy deudor del cine de los años setenta.

ZN: Ese problema de dejar de lado parte del lenguaje del cómic al que nos referíamos está más presente en el cómic estadounidense. Por otro lado, lo que si tienen vuestros trabajos es una narrativa que se aleja de la habitual en el mercado francófono que es excesivamente clásica.

AM: Bueno, eso está cambiando y los editores ahora mismo están buscando un cambio, sin olvidarse de lo que caracteriza a ese tipo de mercado. Se están buscando autores que puedan ir por ese lado.

GA: También hay mucho lector mayor que demanda ese tipo de historias más clásicas y en cuanto te sales de esa línea, pierdes ese mercado. Los editores lo saben y por eso lo siguen manteniendo, pero están intentando buscar sangre fresca. En las presentaciones allí de Vergüenza y olvido la media era de cincuenta años para arriba, aunque venia algún que otro joven despistado. Con Feroz ya baja un poquito, pero sigue siendo mayor.

ZN: ¿Habéis notado entre una obra y otra que el público y los editores reciben mejor vuestro trabajo?

AM: Sí.

HA: Tanto Alex como Garluk han pegado un salto muy grande entre ambos trabajos. Mucho más grande de lo que es habitual entre dos obras. Tanto en calidad como en seguidores. Su consideración ha subido mucho en muy poco tiempo.

GA: En Instagram y en eso, no. (Risas). Es verdad que te tantea bastante gente.

ZN: El salto a nivel de narrativa, dibujo y color que han dado es bestial.

HA: En esta ocasión han tenido más espacio para darse más importancia. En Vergüenza y olvido tuvimos el problema de que estaba pensada para ser tres álbumes y tuvimos que hacerla en solo dos. Tuve que prescindir de dos grandes secuencias muy espectaculares, pero me costó mucho prescindir de otras partes ya que pensaba que sin ellas no se iba a entender la historia. Así que hubo que meter viñetas de más y las páginas se van recargando. En cambio, en Feroz está todo mucho más suelto. Hay muchas viñetas por página porque Alex lo decide. En el guion hay menos.

AM: Es que me gusta complicarme. (Risas)

HA: Yo escribo el guion con cada página como una unidad narrativa y trato de contar lo que va a pasar en esa página con el menor número de viñetas posible. Es decir, con este número de viñetas creo que la historia se entiende, con menos no. Luego se lo traslado a Alex y él decide si hay que añadir más viñetas. Yo procuro que tengan sobre las seis o siete viñetas para que él pueda meter una o dos más. Si le meto diez, no va a poder meter nada para reforzar la narración.

AM: A mí me gusta ver el guion que me ha pasado e interpretarlo a mi manera. Evidentemente sin quitarle nada, pero si hay algo que creo que debemos cambiar, se lo comento y lo hablamos.

HA: Yo le envio el guion y me olvido de él hasta que empiezo a recibir sus páginas, lo que no hago nunca es compararlas con lo que yo le había puesto, miro que funcionen y cuando veo algo que creo que no funciona le llamo y buscamos la forma de que funcione. De hecho, hay veces que le digo que bien funciona esto y él me dice que es algo que había puesto yo en el guion. Ya nos conocemos bien y nos entendemos.

ZN: ¿Qué razones te llevan a montar Harriet Editorial?

HA: Surgió un poquito por causalidad. Estaba en Angoulême con Koldo (Azpitarte) y Ángel (Unzueta) cuando me llamó Philiphe para decirme que iba a reeditar Sudor de sol en un integral y que Ponent Mon lo iba a editar en castellano. Como los derechos de las otras obras los teníamos lo autores, les propuse a los dibujantes intentar vendérselos a Ponent para que lo sacara aquí, pero me respondieron que no se fiaban de ningún editor, que lo teníamos que hacer nosotros. Hicimos un crowdfunding para intentar sacar Justin Hiriart en el que me encargué de casi todo, aunque no salió porque habíamos pedido una gran cantidad de dinero, sí que me sirvió para ver los costos de producir un cómic. Así que me lancé e hice la editorial para publicarlo yo solo. Como con solo nuestras obras viejas no iba a poder sostener la editorial, fui a Francia para comprar licencias y tener un fondo editorial. Ahora cada vez hay menos licencias de cómic francobelga disponibles y estoy metiendo más obras de aquí. La editorial va poco a poco, con algunos momentos malos en los que he estado a punto de cerrar, pero ahora vamos remontando y está estable. Todavía no me da para comprarme un yate. (Risas) Pero por el momento no les dejo deuda a mis hijos.

ZN: Garluk, ¿tienes algún colorista de referencia en el que te fijes mucho?

GA: Sigo a muchos, veo cosas que me gustan de uno, otras que me gustan de otro. Pero trato de no imitar a nadie y crean mi propia personalidad. Españoles me gusta mucho Tomeu Morey y también Alejandro Sánchez, Marte García… A nivel español, en temas de color hay mucho nivel. Pico un poco de todo el mundo y me sale como me sale.

Todos: Te sale muy bien. (Risas)

ZN: A pesar de que eres el mismo en los tres trabajos tuyos que hemos podido ver, aquí se ve que cada uno tiene entidad propia y se desarrolla en unas localizaciones diferentes.

GA: Cada historia necesita un tipo de luz o colorido, pero trato de usar un color narrativo que no sea el que toca y quede bonito. Hay que intentar ayudar a contar la historia y que coja más fuerza.

HA: Y reforzar el dibujo sin quitarle protagonismo. Hay alguno coloristas, sobre todo del mercado americano, metiendo muchos difuminados que acaban tapando el dibujo.

GA: Yo creo que se tienen que casar. Y cada dibujo necesita un tipo de color. Depende del tipo de dibujo, tú vas variando el color. Más realista o más plano para que funcione mejor y no comerte el dibujo. Siempre hay que intentar respetar al dibujante.

ZN: No recuerdo que colorista decía que el color en los cómics es como la música en las películas. Sirve para dar ambiente.

GA: Es verdad, crea atmósferas.

ZN: ¿En qué estáis trabajando ahora mismo?

HA: Yo estoy ahora con un segundo ciclo de Dragones de frontera que dibuja Pedro Camello, quien está pegando un salto enorme con respecto a lo que había hecho hasta ahora. Además, tengo un montón de proyectos que no se si llegaré a hacerlos alguna vez, pero tengo como unos veinte en distintas fases.

AM: Nosotros estamos con un proyecto para Glénat del que todavía no se puede contar mucho.

ZN: Muchas gracias a los tres.

HA, AM y GA: Gracias a vosotros.

Enlaces de interés

Reseña de Feroz, realizada por Diego García Rouco.

Reseña de Dragones de Frontera, realizada por Diego García Rouco.

Reseña de Vergüenza y olvido, realizada por Diego García Rouco.

Reseña de La marca de la bruja, realizada por Diego García Rouco.



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