Javier Vázquez Delgado recomienda: Magazine Marvel España – Mayo 2023
Vamos a repasar qué es lo que tenemos preparado para esta nueva entrega de nuestro Magazine Marvel.
Empezaremos con una especial mención a Peter Porker, uno de las mejores versiones del arácnido junto con su versión 2099. Para gustos los colores, ya sabemos que lo que a uno le puede parecer una obra maestra para otro es un verdadero tostón. Pero está claro que Spider-Ham fue en su momento una idea alocada pero en cierta medida muy acertada.
Seguidamente entraremos con el oportuno juicio a una obra que fue muy controvertida, Cuenta atrás a infinito; pasando por aquellas novedades que, de todo lo publicado, consideramos debemos mencionar. Sabemos que hay mucho, somos conscientes de que hay mucha tela que cortar, pero desde nuestro punto de vista os señalamos aquello que pensamos debe destacarse.
Vuelve a casa por navidad Chris Claremont con Gámbito, lo cual es destacable pase lo que pase; aunque estamos seguros que no defraudará. En el partado de clásicos tenemos de nuevo un repertorio abismal y nuestro departamento de antigüedades se mete de lleno en nuestros corazones cargados de nostalgia.
Sin más, vamos a por este magazine.
TITULARES
• Columna de opinión
• Juicio a…
• Análisis de novedades
• El cómic destacado del mes
• No te puedes perder…
• Hablemos de clásicos
• Aquellas maravillosas novedades
¿Quién es Spider-Ham
Spider-Ham comenzó como una broma. Corrían los maravillosos y creativos años 80, en concreto era el año 1983. Después de cinco décadas de depender de las ventas en quioscos los editores empezaron a promocionar sus productos en el llamado mercado directo. El nuevo enfoque se basaba en la venta en tiendas especializadas diseñadas principalmente para vender cómics y productos relacionados con los cómics. El miedo y temor se expandía a lo largo y ancho de Marvel Comics. Tom DeFalco y su colega escritor y editor de Marvel, Larry Hama reflexionaron sobre ello en un momento distendido llegando a reírse incluso de esta idea: “Larry y yo nos reíamos de todo este concepto de Marvel abriendo su propia cadena de tiendas”, dijo DeFalco.
¿Por qué os cuento esto si el objeto de este artículo es Spider-Ham? Sencillamente porque una cosa siempre lleva a la otra, y resulta que en esa reflexión entre DeFalco y Hama se plantaron las semillas de este peculiar personaje. En la mente de ambos artistas no cabía trasladar la idea de tiendas al modo y manera que las de Disney, puesto que no veían a Marvel en ese mercado donde las tiendas de grandes compañías vendían peluches de Mickey y de Bugs Bunny, por ejemplo. Había algunas camisetas de Marvel en esos días, no como ahora, pero hasta ahí.
Larry Hama tuvo una idea y se la expuso a su amigo, recuerda DeFalco: «Larry dijo: ‘La única forma en que podemos hacer la felpa (refiriéndose a la necesidad de hacer peluches) es si tuviéramos divertidas versiones animales de nuestros personajes”. DeFalco alucinando le dijo “¿Cómo qué? ¿Peter Porker, Spider-Ham?”. ¿Veis?, ahí tenéis el nacimiento de nuestro querido cerdito arácnido.
Una cosa lleva a la otra y empezaron las ideas antropomórficas de íconos de Marvel como Capitán América y el Motorista Fantasma. Había una larga tradición de los llamados cómics de «animales divertidos» que se remontaba al siglo XIX y pasaba por obras maestras como la versión de Carl Barks del pato Donald y las icónicas tiras de Krazy Kat de George Herriman. Así que la idea ni fue innovadora, ni una locura, sino una estupenda manera de divertirse y crear un personaje que ha resultado convertirse en un imprescindible dentro del Spiderverse.
Dicho esto, ambos amigos plantearon la idea, que parecía descabellada, al “boss” Shooter. Jim, fiel a su estilo, los mandó a paseo de una manera muy propia de él. Para quitárselos de encima les dijo que si les decía que sí al proyecto debían dejarlo en paz y salir de su oficina. Cómo podéis imaginar salieron de su despacho con una aprobación tácita. Seguidamente ambos autores se pusieron manos a la obra. La idea de Tom DeFalco era escribir un one-shot y que un artista talentoso pero virtualmente desconocido llamado Mark Armstrong lo dibujara.
Empezó la fase de braimstorming para darle imagen al personaje y ayudados por un amigo de Larry Hama que hacía muñecos para producir prototipos de peluche comenzaron a darle forma. En cuanto al cómic, se llamaría Marvel Tails, en vez de Marvel Tales.
Y así tenemos el inicio de un personaje que se nos presentó con una cabeza de cerdito y un cuerpo pequeño con un disfraz de Spiderman puesto. Peter Porker, un personaje cuya historia de fondo nunca se explica en todo el número, trabaja como fotógrafo para The Daily Beagle (dirigido por J. Jonah Jackal,) y es amigo de Steve Mouser, también conocido como Capitán América. ¿Qué más puedo deciros con semejante presentación?
Marvel Tails vol. 1 #1 llegó a las tiendas en septiembre de 1983. Inicialmente, DeFalco y Hama lo consideraron un fracaso por una sencilla razón; no consiguieron su codiciado contrato de animales de peluche. Sólo les quedó un consuelo, divertirse haciendo el cómic.
Juicio a… Cuenta atrás a infinito
Si no habéis leído Cuenta Atrás a Infinito es posible estéis un poco confundidos con un evento que surgió pivotando sobre las Gemas del Infinito, y para tener una idea de si merece o no la pena, vamos a poner en duda la validez de lo que nos contó Gerry Duggan que, recordemos está al mando de las actuales etapas de la Patrulla-X y Iron Man.
Sin más preámbulos toda sentarse y reflexionar. ¡Que comience el juicio!
A favor… Robbie R.
La etapa de Gerry Duggan al frente de los Guardianes de la Galaxia podría dividirse en tres o cuatro partes según el día. El inicio sería la serie regular de All-New Guardians of the Galaxy, que a su vez se podría dividir en dos si separamos la recta final de Marvel Legacy y la numeración alta. El final sería el evento de Guerras del Infinito, cuya reedición estará disponible en unos meses. Entre medias, entonces, el segundo acto: Cuenta Atrás a Infinito. Con los Guardianes desbandados, las tramas cósmicas se agrupan en un evento autocontenido que reestablece sobre el tablero las gemas del infinito que llevaban desaparecidas desde hacía varios años. Con el cine ofreciendo una posición de honor a estos artefactos, era un buen momento para recuperarlas y ofrecer una nueva perspectiva sobre su poder.
Cuenta Atrás a Infinito se define por ser una carrera desesperada. Varios personajes chocan contra la nueva realidad de las gemas y sus objetivos entran en conflicto. Por el camino se ofrece cierta caída al abismo de algunos de estos peculiares corredores, pero se aprovecha también para ofrecer una mezcla particular. Personajes que normalmente no se verían envueltos en historias de esta categoría aparecen aquí de tal forma que la historia ofrece un cariz distinto a la de otras similares que podamos recordar. Como evento, es contenido en sí mismo sin desbordar en exceso (algo que le dejaría a su secuela con esas mezclas del infinito). Como historia, su importancia es mayor de lo que pueda parecer. Basta fijarse en cómo relatos posteriores han vuelto sobre ella, como Defensores Más Allá.
Es un cómic que ayuda a reconfigurar el panorama cósmico gracias al buen hacer de sus creadores. Duggan siempre ha sido un guionista divertido y con capacidad para manejar las dinámicas de equipo con soltura. En el apartado visual, Aaron Kuder es fantástico y nunca suficientemente valorado; el arte de Mike Deodato Jr hará las delicias de quienes disfrutan de su particular estilo; y Mike Hawthorne ofrece unos acabados sólidos que terminan de cimentar el todo. La implicación de todos ellos acaba por entregar un relato crepuscular pero sin pausa que bien merece una nueva lectura años después.
La verdad, nada más que la verdad.
En contra… J.J.J.
Cuenta atrás a infinito de Gerry Duggan y Aaron Kuder, con aportaciones de Mike Hawthorne y Mike Deodato Jr, fue un evento, con un número 0 y cinco números, que sirvió como un aperitivo y anticipo para lo que sería el gran evento Infinity Wars que redefiniría el Universo Marvel. No obstante, este mini-evento previo tiene unos cuantos puntos negativos que arquean la ceja a cualquier lector.
En primer lugar, la trama se siente alargada sin necesidad en la batalla por la gema del poder y en otras situaciones, por lo que se podría haber condensado la colección en uno o dos números menos y la trama habría sido más efectiva y directa en los eventos que realmente busca, esto es: el regreso de un personaje relevante para la trama, la pequeña búsqueda de las gemas y la llamada final.
En segundo lugar, el dibujo de Aaron Kuder no llega a dar un buen resultado en ningún momento, pues no asombra ni reluce en viñetas de acción ni en diseños de personajes. No obstante, cuando coopera con Mike Hawthorne en otros números sí se nota que el dibujo escala a mejor, pero no es lo que se podría esperar de algo del calibre de este prólogo. Ahora bien, las pequeñas páginas de Mike Deodato Jr. son una delicia visual a las que pocas pegas podemos poner.
Finalmente, considero que este cómic es bastante olvidable y que solo merece la pena por el número cero y los últimos números, que son los que realmente muestran los cambios auténticos y nos preparan para lo que está por venir.
Si algo tengo que decir, es que no por tener más números una historia es mejor.
He dicho.
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Los Pecados de Siniestro 1 de 5
Puede que Jonathan Hickman se fuera de las series mutantes antes de lo debido. Puede que planteara un caldo de cultivo en Krakoa muy complicado como para dejarlo tan pronto en manos de otros. Pero también es cierto que esos «otros» estuvieron con él desde el principio dando forma a ese nuevo cosmos mutante que los Hombres X viven en la isla sentiente.
Y si una de esas personas es Kieron Gillen, guionista de reconocida competencia y al que, seamos serios, da gusto leer, subirse a una de sus series es casi obligatorio. En este caso, tenemos un nuevo número 1 mutante con Guillen, acompañado de Lucas Werneck al dibujo.
Esta obra no es otra que Los Pecados de Siniestro, cómic que supuestamente dará respuesta en torno a todas las preguntas que llevamos cuatro años haciéndonos al respecto de qué ha estado haciendo realmente el genetista mutante todo este tiempo. Si a ello le sumamos que la línea temporal mutante puede que esté a punto de cambiar, lo que ya de por sí es un lío teniendo en cuenta lo que los distintos futuros de Moira X nos presentaron… lectura que no nos podemos perder al canto.
Una grapa mutante más que se va para casa.
Marvel Now! Deluxe. Cuenta Atrás a Infinito
Comenzando ya con los tomos a destacar, le toca el turno a Cuenta Atrás al Infinito, el pre evento del evento que Gerry Duggan preparó dentro de su etapa en Guardianes de la Galaxia, acompañado de Mike Hawthorne, Aaron Kuder y Mike Deodato Jr.
Como su propio nombre indica, en este evento previo a la gran explosión comiquera subsiguiente, Duggan nos explica cómo las seis gemas del infinito han vuelto a aparecer y en manos de quién están.
A pesar de estar ante un cómic que claramente surgía por la renovada popularidad que en aquel año 2018 tenían las piedras esgrimidas por Thanos en el MCU, no es menos cierto que la obra en sí misma resulta lo suficientemente entretenida como para que le mostremos cierto interés.
Un tomo deluxe más que deberíamos tener en cuenta.
Marvel Must Have. Estela Plateada: Parábola
Hubo un tiempo, un momento perdido en la línea espacio-temporal, en el que por curioso que parezca, Jean Giraud, más conocido como Moebius uno de los grandes baluartes de la BD francobelga, colaboró con Stan Lee, el Hombre que afirmaba estar detrás de toda producción Marvel.
El resultado fue este cómic del que os hablamos en este pequeño espacio, Parábola, una simpática historia fuera de continuidad protagonizada por Norrin Radd, el heraldo de Galactus más conocido como Estela Plateada.
En un mundo en el que los superhéroes no existen, un heraldo plateado ha llegado a la tierra. Proclama el advenimiento de Galactus, su amo y señor que viene a devorar nuestro planeta. Lo que ocurra después solo podrá sorprendernos.
Proseletismo, metafísica y filosofía en estado puro se dan la mano en la que para muchos, es la mejor obra en la que ha participado Stan Lee.
El cómic destacado del mes
Biblioteca Conan. Las crónicas de Conan 1
La Biblioteca Conan, ese maravilloso formato con el que poco a poco Panini Cómics va recopilando todos los cómics del temible bárbaro cimmerio, llega este mes de Mayo a un importante hito. Y es que, comienza la recopilación del Conan de Dark Horse, un material que hasta ahora editaba Planeta y que suponía la irrupción del bárbaro en el Siglo XXI.
Hubo un tiempo en el que Roy Thomas, contra las instrucciones de un Stan Lee que no confiaba mucho en la licencia, negoció la adquisición por Marvel de los derechos de explotación en viñetas tanto de Star Wars como de Conan el Bárbaro.
El caso de la Saga Galáctica nos dio grandes cómics ambientados durante y tras la trilogía clásica que hoy en día son considerados productos muy queridos para los fans de la familia Skywalker.
Pero el caso de Conan es mucho más importante para todo lector de tebeos. Y es que, bajo la batuta del propio Roy Thomas, Barry Windsor Smith, John Buscema y otros muchos autores, durante muchos años, en los títulos Conan el Bárbaro, La Espada Salvaje de Conan y un poco más tarde, Conan Rey, el universo creado por Robert E. Howard se expandió hasta niveles jamás pensados por su creador, hasta que una Marvel que, ya en los años noventa, no sabía qué hacer con el personaje, perdió los derechos del mismo, al igual que le ocurrió con Star Wars.
Pues bien, ambas licencias fueran adquiridas por Dark Horse (que curiosamente las perdería en favor de Marvel en los años 2015 y 2018, si bien la de Conan ya ha vuelto a ser cancelada para La Casa de las Ideas) que en el caso de Conan el Bárbaro decidió entregar la primera de sus colecciones dedicadas al cimmerio a nada más y nada menos que Kurt Busiek, quien junto con Cary Nord y Fabián Nicieza durante cincuenta números contara algunas de las mejores historias jamás protagonizadas por el mítico bárbaro.
A este tomo, le seguirían otras colecciones que en el fondo, no eran si no etapas distintas que continuaban a la anterior llevadas a cabo por otros autores, teniendo además la particularidad de que podían ser leídas autónomamente como puntos de entrada en el personaje, o como secuela de lo que ya editado por Dark Horse.
Por fin, Panini Cómics, en una edición de lujo nunca antes vista en nuestro país, comienza la recopilación de estas series, empezando por ese magnífico trabajo de Cary Nord y Kurt Busiek al que todavía le restarán uno o dos tomos más hasta estar completo.
Larga vida al Rey de Aquilonia. ¡Por Crom!
No te puedes perder…
Gambito: Ladrones sin escrúpulos, de Chris Claremont y Sid Kotian.
Marvel lleva ya un tiempo lanzando una serie de publicaciones de corte nostálgico en las que autores populares de décadas pasadas pueden volver a las etapas que escribieron entonces y retomar viejas ideas. Es el caso de esta miniserie protagonizada por un Gambito recién salido de sus días de ladrón, antes de llegar a la Patrulla-X dispuesto a revolucionar al personal (en especial a cierta sureña incapaz de controlar sus poderes). El cajún está acompañado en esta historia por Tormenta, devuelta a su aspecto infantil por obra de la malvada Nanny, medio amnésica y con un escaso control sobre sus poderes, que busca escapar a la persecución a la que está siendo sometida por parte del Rey Sombra. Nos encontramos pues en la época anterior al número 266 USA de Uncanny X-Men, en los últimos años de Chris Claremont al frente de la franquicia. El Patriarca Mutante vuelve para guionizar esta historia, siendo muy consciente de que se trata de uno de esos cómics nostálgicos orientados a lectores veteranos que buscan el sabor añejo de los tebeos que leyeron en su momento. Le acompaña al dibujo Sid Kotian, un artista venido del mercado independiente que realiza aquí su primer trabajo de peso para la Casa de las Ideas; un trabajo competente sin llegar a ser brillante (al menos los interiores son bastante más vistosos que la portada del tomo que edita Panini, obra de Whilce Portacio).
Lo primero que destaca en esta historia, que no es especialmente ambiciosa, es la estupenda caracterización de los protagonistas. Para Claremont es tan natural escribir a estos personajes como respirar y lo hace con una soltura envidiable, haciendo que encajen a la perfección en su contexto temporal. Incluso una miniserie menor como esta resulta una lectura disfrutable por el mimo con el que están tratados los personajes. No sólo Gambito y Tormenta, sino todo su entorno está manejado con la precisión y el cuidado de un relojero. Por poner un ejemplo, esta es la época anterior a la Saga de la Isla Muir, por lo que Moira MacTaggert se encontraba aún bajo el control del Rey Sombra. El oscuro telépata tuvo acceso a todos los conocimientos almacenados en la mente de Moira y Claremont no sólo referencia este hecho, sino que lo convierte en parte de su trama. Casi se diría que lo hace para recordarle este pequeño detalle (¡el Rey Sombra tuvo acceso a todos los secretos de Moira durante meses!) a Jonathan Hickman, que por algún motivo olvidó incluirlo en su reinvención del personaje durante Dinastía de X/Potencias de X. Aquí el Patriarca Mutante se siente en su terreno y disfruta demostrando que nadie conoce mejor a sus hijos. Incluso se permite una pequeña autoindulgencia y recupera a Botín y a las Bacantes, personajes menores a los que introdujo durante su breve etapa como escriba de los Cuatro Fantásticos. También a Warhawk (Halcón de Guerra), a quien creó en el serial de Puño de Hierro en Marvel Premiere allá por 1975. Lo hace sabiendo que son sus juguetes y que va a estar cómodo jugando con ellos; porque este es su pequeño rinconcito del Universo Marvel y aquí manda él.
¿Significa todo esto que hay que ser muy fan de Claremont para disfrutar de este cómic? Lo cierto es que no, pero siendo fan se disfruta mucho más. El guionista utiliza su habitual prosa recargada y florida, recuperando algunos de sus recursos más populares. Sus diálogos están repletos de ciertas expresiones y ciertos tics muy característicos que harán que, en efecto, el fan de Claremont se vea retrotraído hacia épocas pasadas de la franquicia mutante. No obstante, más allá de eso resulta muy entretenida la dinámica entre Gambito y Tormenta, pues en esta época de sus vidas el latrocinio es su principal vínculo. Lo que empieza siendo una historia sobre dos ladrones que escapan de una persecución pronto acaba dando un giro más superheroico, pero sus primeros compases resultarán interesantes incluso para quienes estén poco familiarizados con la farragosa cronología de los Hombres-X. Esta es una historia que resultará familiar, con los dos protagonistas llegando a un pequeño pueblo en mitad de ninguna parte y ayudando a los lugareños contra un villano poderoso que pretende arrebatarles lo que es suyo. Es más, esta premisa es un lugar común que se ha visitado incontables veces, salvo por el detalle de que aquí los protagonistas son ladrones. Y mutantes. Y están siendo perseguidos por un telépata que posee a la gente. Y uno de ellos es una mujer adulta atrapada en un cuerpo de niña. Lo que viene a ser un día cualquiera para los mutantes claremontianos.
Puede que Gambito: Ladrones sin escrúpulos no sea el lanzamiento más destacado de este mes, pero hay motivos de sobra para tenerlo en cuenta. No estamos ante el mejor Claremont (ya va tocando aceptar que nunca volveremos a estarlo), pero nos ofrece una propuesta sencilla, disfrutable y más accesible de lo que parece. Esperamos que su sabor añejo no asuste a los lectores más jóvenes. En cuanto a los seguidores más fieles de la obra del Patriarca Mutante, los que buscan precisamente recuperar ese sabor… bueno, que se preparen para degustar esta lectura, porque les va a saber a auténtica gloria.
Hablemos de clásicos
La extensa colección de Omnibus que recopilan la etapa Marvel original del personaje Conan el Bárbaro alcanza su octavo volumen en España. Abarcando Conan The Barbarian #195-213, el tomo se complementa, como es costumbre en esta edición de Panini, con abundante material extra -que recomiendo leer una vez finalizada la lectura de los cómics propiamente dichos para evitar en lo posible spoilers-. A nivel creativo, continúa como guionista Christopher Priest, en el que fue su trabajo más destacado en su primera etapa como escritor en Marvel. En este tomo se nota que Priest le había cogido el punto al personaje y sus aventuras se leen en muchos casos de un tirón, jugando hábilmente con la rica historia del cimmerio. Tiene algún detalle un poco chirriante como hacer de Red Sonja una rehén (como si nuestra pelirroja favorita fuera a jugar el papel de dama en apuros sin cortar unos cuantos miembros) pero el ritmo que imprime a sus cómics está tan bien medido, que se pueden olvidar estos detalles. En cuanto al dibujo, la llegada de Val Semeiks llega a ser celebrada por el propio Priest en el material extra, recordando (y pudiendose leer) lo bien compenetrados que parecen trabajar juntos y que alcanza uno de sus puntos álgidos en el #200 con la batalla entre Conan y el Devorador de Almas. Como curiosidad, tenemos uno de los primeros trabajos como profesional de Andy Kubert, con un estilo que parece calcar el de su padre, Joe, y que aquí queda como mera anécdota
Tomo de transición dentro de la exitosa etapa de Chris Claremont al frente de la Patrulla X. En este caso, tras dejar atrás Inferno, que realmente tuvo más repercusiones en Factor X y Los Nuevos Mutantes que en esta serie, el patriarca mutante busca un nuevo rumbo para las aventuras de Lobezno y compañía. Decimos de transición porque Claremont desbanda la Patrulla y por momentos seguimos sus aventuras individuales siendo la más destacada la de una Tormenta convertida en niña acosada por Nanny que acaba encontrando un improbable aliado en un nuevo personaje llamado Gambito. En este tomo tendremos también sagas como la de la Isla Muir, con un buen desarrollo pero no tan bien cerrada; y cross-over como los números de Actos de Venganza que traerán el debut en la colección de un tal Jim Lee. Operación Exterminio aparte, debería quedar solo un tomo para terminar de recopilar en Marvel Gold toda la Patrulla X de Claremont. Quizás los mejores tiempos del británico quedaron atrás pero los fans mutantes disfrutarán recuperando estos números.
Nuevo formato de Panini para la edición de clásicos básicos (y ya van…). En esta ocasión, la línea Obras Maestras (otro término tomado de la época forumniana) que da a las nuevas generaciones la posibilidad de acercarse a etapas emblemáticas en la historia de la casa de las ideas. La primera escogida es la que, en opinión de no pocos lectores, es la definitiva y definitoria en las aventuras del Hombre de Hierro. El equipo conformado por David Michelinie, John Romita Jr. y Bob Layton estableció las bases definitivas sobre las que se ha trabajado desde entonces -con escasas excepciones- con Antoñito Stark, su alter ego blindado y su entorno. Es de su mano que descubrimos el problema del protagonista con el alcohol; son ellos quienes crean a James Rhodes, futuro portador de la armadura rojigualda; Stark International deja de ser una empresa armamentística y, con ello, su dueño cambia su profesión de fabricante de muerte por la de filántropo. Aparecen personajes nuevos como Bambi Arbogast o Bethany Cabe, mujeres fuertes que conformarán, junto a Rhodey, un nuevo elenco de secundarios que tomará el relevo de Pepper Potts y Happy Hogan. Éstos serían los mimbres con los que Marvel trabajará, para lanzar la primera película de su universo cinematográfico, hace ya quince años. Tres lustros después, cuando empieza a discutirse si la forma está agotada o no, no está de más echar un ojo a la fuente principal de inspiración de un filme por el que, siendo sinceros, nadie daba un duro. También es una buena ocasión para ver en acción a unos autores que, siendo hoy nombres consagrados de la industria, estaban prácticamente en los inicios de sus respectivas carreras. En el caso de JRJR, pesaba también el apellido y la sombra de los méritos que le habían llevado a entrar en la editorial en la que su padre era un artista venerado. Tras su paso por Iron Man, David Michelinie y Bob Layton se convertirían en los guionistas definitivos del personaje; el primero firmaría una larga etapa en la escudería arácnida; el segundo viviría de esas rentas y lograría meter baza en la intocable franquicia mutante. Por su parte, Romita hijo se convertiría, por propios méritos, en el dibujante de referencia de la casa de las ideas, firmando etapas memorables en todas las colecciones principales de la editorial. Aquí empezó todo y ni el personaje ni sus contadores de historias volvieron a ser los mismos.
En la sección de continuaciones, aparece el tercer volumen de la línea Marvel Gold dedicada a Daredevil. Un tomo que recoge unos veinticuatro números de una época que, por ser anterior a la llegada de Frank Miller, está un tanto olvidada, pero que merece la pena una recuperación como ésta. Para empezar, tenemos la marcha de Stan Lee y la llegada de Roy Thomas que, en aquellos días, multiplicaba sus apariciones como ayudante y sucesor del Hombre. Para seguir, tenemos en acción a un primerizo Barry Windsor-Smith, aún fuertemente influido por el estilo de Jack Kirby y, sobre todo, a Gene Colan, un artista con un estilo inimitable, que será uno de los dibujantes de referencia del Cuernecitos. Para concluir, tenemos un equipo entre el hombre del traje rojo y Pantera Negra, lo que sentará, a su vez, los cimientos de aventuras que se desarrollarían varias décadas después. Este hecho, unido al regreso de Colan en los noventa, son buenos ejemplos del hecho de que, en la industria del tebeo superheroico, todo vuelve y todo se aprovecha para el convento. Entre tanto, tenemos con este voluminoso tomo una etapa en la que el abogado Matt Murdock sigue trabajando junto a Foggy Nelson y Karen Page, mientras su alter ego se enfrenta a una galería con villanos propios -como el Gladiador- , enemigos cuya fama se ganó en otras colecciones -como Míster Hyde o Cobra- y oponentes que tienen el dudoso honor de representar el nivel más bajo en la escala de adversarios -más concretamente, el Zancudo.
Aquellas maravillosas novedades
Ya estamos inmersos en la primavera y con la llegada del buen tiempo la gente está deseando salir de sus casas. Te diríamos que es buen momento para dejarse los tebeos y salir a pasear por el campo, pero como te apreciamos de verdad te diremos que es mucho mejor que te quedes en casa, donde no te dará ninguna insolación ni te encontrarás con nubes de insectos deseosos de tu sangre. Ven, vamos a hacer memoria y a recordar algunos cómics viejunos, que nuestro auténtico nicho ecológico está entre viñetas y no entre matorrales. Písale al pedal de la máquina del tiempo, que vamos a viajar…
… un año atrás: En mayo de 2022, Panini nos trajo la última entrega de La Muerte del Doctor Extraño, miniserie de Jed MacKay y Lee Garbett en la que… bueno, moría el Doctor Extraño. Para que luego digan que los títulos no cumplen lo que prometen, ¿eh? Pero lo cierto es que a nosotros nos sorprendió bastante esta historia que arrancaba con la muerte del Hechicero Supremo en el primer número y aún así se buscaba la manera de tenerlo como protagonista en los siguientes… hasta matarlo por segunda vez. Sabemos que Jed MacKay se ha convertido en una especie de meme en esta casa y que cada vez que alguien habla bien de él empieza el cachondeo, pero hay que admitir que el condenado lo está haciendo muy bien en Marvel. Se nos dijo hace mucho tiempo que MacKay era el elegido y entonces no lo creímos, pero ahora hemos abierto los ojos. ¡Ahora creemos!
… cinco años atrás: En mayo de 2018, comenzó una de las sagas cósmicas más confusas que recordamos con el especial Cuenta atrás a Infinito: Adam Warlock, en el que nuestro colega dorado resucitaba por enésima vez. Esta fue una época curiosa para los fans de la vertiente cósmica del Universo Marvel, porque aquello era un batiburrillo de mucho cuidado (orquestado por Gerry Duggan, por cierto). Teníamos a Kang, teníamos a Rama-Tut, teníamos a las Gemas del Infinito, teníamos al Viejo Logan con los poderes del Fénix, teníamos a Ultrón/Pym haciendo de las suyas, teníamos a un viejo enemigo de Daredevil uniéndose a la nueva Guardia del Infinito… ¡y eso sólo en la miniserie que abría el evento, porque luego vinieron más! Luego tuvimos las Guerras del Infinito y la cosa esa de Trenzados Infinitos en la que había personajes amalgamados como el Caballero Araña o la Pantera Fantasma. Tremenda movida fue. Existe el café para los muy cafeteros… y luego está esto.
… diez años atrás: En mayo de 2013, llegó La Nueva Patrulla-X de Brian Michael Bendis y Stuart Immonen. Quizá no lo recuerdes, pero aquello fue un verdadero terremoto que nos dejó a todos locos. Sería muy fácil meternos con Bendis y con el hecho de que se buscase una manera retorcida de escribir a la Patrulla-X sin haber leído nada más que unos pocos tebeos de su época prehistórica (¡no llegó ni a la parte de Chris Claremont, el muy sinvergüenza!)… pero para ser sinceros tenemos que admitir que la propuesta de aquellos jóvenes Hombres-X desplazados en el tiempo nos gustó mucho. Resultó ser una idea refrescante que removió el normalmente anquilosado panorama mutante para bien. Y qué dibujo, de verdad. Qué lástima que Immonen no dibuje más cosas, porque lo suyo no es de este mundo. Luego el amigo Bendis empezó a liar las cosas en lugar de optar por la solución más obvia, que era devolver a los mutantes al pasado al que pertenecían tras una breve temporada. Pero no, tenía que hacer un crossover con sus Guardianes de la Galaxia, darle alas flamígeras al Ángel, traerse a X-23 al grupo, sacar al Hombre de Hielo del armario a la fuerza… En fin, las cosas de Bendis, que nunca sabe cuándo parar. Pero ay, estuvo tan cerca de escribir una buena serie. Tan, tan cerca… y a la vez tan, tan lejos…
… veinte años atrás: Hablando sobre tebeos que te dejan descolocado, en mayo de 2003, hace ya veinte añazos, nos llegó la primera entrega de Marvel: La Generación Perdida, uno de los proyectos más extraños de John Byrne para la Casa de las Ideas. Como su título indicaba, nos mostraba una generación perdida de héroes marvelitas olvidados y lo hacía de una forma muy peculiar: en orden invertido, aprovechando un viaje en el tiempo que iba hacia atrás. Por tanto, lo primero que veíamos era la muerte de todos esos nuevos personajes y luego íbamos retrocediendo para desvelar el misterio de su caída. ¡Chúpate esa, Doctor Who! Aquello sí que fue un poco wibbly wobbly timey wimey. Pero el mayor misterio no era quién mató a la Generación Perdida, no. El mayor misterio de esta serie es por qué, siendo como es de Byrne, no se ha vuelto a reeditar ni una sola vez en veinte años. ¡Desde los tiempos de Forum no ha vuelto a verse por las librerías! Está toda la chavalada con sus cosas modernas, pero a nosotros que nos pongan una buena dosis de Byrne y nos quiten lo bailado.
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